lunes, 26 de abril de 2010

Esos “esaboríos” del siete


Ahora que ya está más cerca la feria de Madrid y mientras veo cómo gozan en Sevilla cuando consiguen sacar a un torero a cuestas, se me vienen a la cabeza esos “esaboríos” del siete que pueblan los tendidos de las Ventas. Esos que no saben en que mundo viven y que no dudan en hacer que se le atragante el canapé al más pintado. Esos a los que los "afisionaos" llaman de todo, esos a los que la gente sensible reta a que bajen al ruedo a poner posturas como el maestro de turno, que coincide que es del mismo pueblo que la voz contestataria contra el siete. Y es que además, estos “esaboríos” del siete abusan con sus protestas porque saben que los fieles del maestro no se atreverán a darles su merecido, por si se les derrama el güisqui.

Pero este no es el único delito del siete, porque el error de sus protestas va muy lejos, protestan los toros chicos, sin trapío, fofos y blandos, como si alguien tuviera la obligación de echar toros como Dios manda. Sí hombre, con lo peligroso que es eso. Además protestan a los señores matadores el que no se pongan en su sitio, el que utilicen trucos para evitar que el toro les pase cerquita, con el riesgo que esto tiene para el traje, y el que pongan posturas que son la envidia de un contorsionista. Y es que estos señores “esaboríos” del siete se creen que esto es un espectáculo serio, riguroso y para toreros con todas las de la ley. Que no hombre, que no, esto es una juerga para que la gente se divierta, que es el fin último de la cosa. No se dan cuenta que a nadie le interesa si el torero se cruza o no, si lleva toreado al toro o no, o si lo que sale a la plaza es un toro o no. Lo primero que se le pide al maestro es que sea simpático, si es posible que corra mucho poniendo banderillas y que regañe al picador con gestos manifiestamente “estentóreos” (sic Jesús Gil) si este osa picar con la parte del pincho del palo. Y lo más importante, que el maestro sepa tirar la montera con suficiente desprecio y conseguir que esta caiga boca abajo; aunque si no lo logra, se le permite que le dé la vuelta así como con saco, con la punta del palo que tiene forma de estoque. Y si después de todo esto le “arranca” ochenta o noventa derechazos “que el toro no tenía”, pa’que más. Que no me diga nadie entonces que muy malo hay que ser para negarle las orejas al chico. Sólo son capaces de eso algún presidente desalmado y esos “esaboríos” del siete.

Pero es que parten de un error de principio; no se puede querer convencer a la gente de que esto es un espectáculo serio, con unas normas y en el que el actor fundamental es el toro. Así como tampoco se puede ir contra la sabiduría de los profesionales del periodismo, porque si lo que dicen en la tele no va a Roma, ¿a qué vamos a hacer caso? Y si serán raros estos “esaboríos” del siete, que muestran su debilidad por torerillos que ni salen en la tele, ni na’ y ni tan siquiera tienen una novia que salga en las revistas. Nos pretenden hacer creer que un tal Frascuelo es torero o el Curro Díaz ese que viene hasta fuera de la feria. Tíos que hacen faenas de no más de veinte o veinticinco pases y además no brindan todos los toros al público, ni ponen banderillas.

Ya estamos cansados de esos “esaboríos” del siete que nos quieren fastidiar la merienda y la vuelta al barrio diciéndole al estúpido del quinto que hemos visto cortar ocho orejas por toro. Y lo peor no es eso, lo peor es que así salpicados, yo creo que estratégicamente colocados, hay más gente de esa que no aprecia un buen bocata de pata negra, la bota, el vaso de güisqui, un clavel rojo reventón en la solapa y las pipas. Pero yo espero que no cunda el ejemplo y que poco a poco se vayan de la plaza, por lo menos el único día en yo voy a los toros, como todos los años, con los colegas de la peña los “Cogechufas”. Luego a la otra a la que voy con mi suegro, ya me da igual, casi hasta me vienen bien para en medio del silencio de la plaza, poder levantarme y decirles a la cara, con un par, desde mi entrada en el cinco, eso de ¡Baja tú! ¡Cállate! y algunas cosas más que improviso sobre la marcha. Luego se lo cuento a mi chuti y quedo como el machote que soy. Y que no se piense alguien que yo no sé de toros, que me veo todas las ferias en la tele y en mi pueblo soy el encargado de llevar la sangría a la plaza de toros.

21 comentarios:

Galucho dijo...

UN OLE PARA USTED SEÑOR MARTIN, Y QUE DIOS GUARDE muchos años a los voceras del 7, entre los que me encuentro.El dia que nos cansemos, vera usted como nos echan de menos y se tragaran invalido a espuertas.

Pedro dijo...

hay que ver...hay que ver... esos chicos revoltosos del 7...magnífico, Enrique
Saludos
Pgmacias

Enrique Martín dijo...

Muchas gracias a todos, incluido Pgmancias, que por un motivo que desconozco no se ha publicado su breve y acertado comentario. Creo que todos coincidimos en que sin esos "esaboríos", hace años que la plaza de Madrid estaría en la miseria. Es con este grupo de aficionados y ya está como está. De nuevo mis disculpas Pgmancias. Sé que es abusar por mi parte, pero si fuera posible, me encantaría volver a recibir su comentario.
Un saludo a todos.

raul dijo...

Si no fuera por los aficionados del 7, en Madrid ya no habria toros y en los terrenos de las Ventas habria un centro comercial

Enrique Martín dijo...

Raúl:
No des ideas, que igual que han declarado los toros Bien de Interés Cultural, nos lo declaran Bien de Interés Comercial y... No si al final la liamos de verdad.
Muchas gracias y un saludo

Antonio Díaz dijo...

Lo más grande del siete es que, desde un sector de una gran plaza, han calado en muchas otras. El siete, por mucho que les fastidia a algunos, es universal. Yo, por ejemplo, sin haber estado nunca por esos lares me considero, y me identifico, como uno de ellos, uno de vosotros, de los que luchan por la integridad y por los valores clásicos de la tauromaquia. Y así estamos muchos, somos bastantes más de los que algunos se creen.


Saludos y enhorabuena

Enrique Martín dijo...

Antonio:
Eso de que te consideras uno de nosotros es más halago del que te puedas tú pensar. El siete identifca una forma de ver esto de los toros, la forma de verlo por el verdadero aficionado. Yo no estoy en el 7, estoy en el 6, como indica el blog, pero me siento identificado plenamente con esta forma de sentir esto. Yo también soy de los vuestros. Y es verdad, creo que somos bastantes, no suficientes, pero sí muchos.
Un saludo

Galucho dijo...

Pero amigos cuando llega la hora de la verdad, no aparecen tantos por esos lares, mas bien los 4 de siempre a los que las cuerdas vocales ya les flaquean y las fuerzas tambien y encima son difamados, cuando no amenazados, NO por los taurinos si no por otros supuestos aficionados que les jode que otros protesten, cuando si nos unieramos mejor nos pintaria, a ver cuantos protestan el dia de LA PRENSA-EL 25 DE MAYO
LOS DE SIEMPRE, y cuando lo dejen, a tragar invalidos, la protesta donde duele es EN LA PLAZA NO ON-LINE NI EN LAS TABERNAS.

Enrique Martín dijo...

Galucho:
De acuerdo contigo, pero estos que protestan no creo que se queden en casa. Precisamente la afición de Madrid, entre los que está el 7, se caracteriza porque vive toda la corrida desde mucho antes. Antes desde el Batán, cuando estaba abierto, acuden al apartado y normalmente son asiduos incluso fuera de las ferias. Quizás eso es lo que hace que formen un una unidad de criterio y lo que hace que muchos salgan a hacer el paseíllo blancos como la cal. Y de esos protestones de taberna, estoy de acuerdo de que hay que desconfiar.

Anónimo dijo...

Enrique, somos muchos en la plaza los que vemos las cosas como el 7. Lo que ocurre es que estos protestan y el resto no, y eso hace mucho mal porque no es lo mismo que protesten 10 a que protesten 100 ó 1000.
En ciertos momentos sí es cierto que las formas dejan que desear pero en el fondo yo pienso que coincide el 90 por ciento de la afición.

Enrique Martín dijo...

Amigo anónimo, parece que entonces habrá que expresarse en la plaza. Quizás así algunos pegaran la oreja y se den cuenta de que le están engañando. Y te confieso una cosa, cuando yo, o cualquier aficionado, hablamos en la plaza, nadie te responde, lo cual en parte me asusta y no me gusta. Esto no puede ser llegar que te echen la corrida encima y callar y aguantar como una estatua de sal.

Anónimo dijo...

Más de una vez habremos oído, y tal vez alguno haya pronunciado, esa frase que disipa cualquier duda:
“SI EL 7 NO EXISTIERA, HABRÍA QUE CREARLO”
¡Pues eso!
Lupimon

Enrique Martín dijo...

Lupimon:
Lo malo de todo esto es que sólo sea el siete y cuatro desperdigados que andamos por ahí. Si hubiera más repartidos por toda la plaza, haríamos más fuerza. Quizás sería como aquello que me decía mi padre, esa frase de "lo que era la plaza de Madrid".
Un saludo

Pedro dijo...

Enrique, siento no poder complacerte pero no los archivo.
Enhorabuena por tu blog
Un saludo
Pgmacias

Lola MU dijo...

Olé.
Me gusta mucho ese sarcasmo tan elegante que gastas, je, je.y
me encantó la entrada de José Tomás.
Un abrazo.

Enrique Martín dijo...

LolaMU:
Que alegría verte por aquí. Yo te diría que pasaras, te sentaras un ratito, que te tomaras un café y que hablaras de toros con todos estos apasionados del toro. Espero que disfrutes con mi blog la mitad de lo que yo disfruto con el tuyo AB Música.
Otro abrazo para ti.

Enrique Martín dijo...

Pgmacias:
Gracias por tu interés y por tus comentarios, especialmente los que están hechos con buen humor.
Un saludo

Paco Montesinos dijo...

He leído tu post con un poco de retraso por lo que te pido disculpas, por no haber disfrutado antes de tan magnífica irónica reflexión, en la que muchos aficionados nos vemos reflejados, el problema es que en otras plazas estamos dispersos y no se nos puede escuchar, cosa que les interesa a los taurinos. En Valencia habíamos un sector que protestaba y recriminaba, se diluyó, además siempre nos envíaban a las gradas superiores a los del aútobus y a los güiris. Este año en Fallas empezaba el público festivalero a recriminarnos y a casi insultarnos por exigir unos mínimos que han sido rebasados sin ninguna impunidad. Sigue así leer tus post es una delicia.

Enrique Martín dijo...

Paco:
Muchas gracias por tus palabras y no tienes que pedir ninguna disculpa. Bastante orgullo es que leáis estas cosas que se me pasan por la cabeza. Respecto a lo de Valencia, aunque ya he reconocido mi error muchas veces, no me importa volverlo hacer. Y es que a muchos nos han hecho creer que en Valencia no se sabía de toros. Ahora estoy convencido de lo contrario y tengo la certeza de que os han echado de la plaza, igual que están intentando en muchos sitios, Madird incluido. Ójala que aprendamos la lección de Valencia y ójala que Valencia escuche a sus aficionados y que la masa no se crea lo que quieren hacernos creer los "espabilaos" de la fiesta, y que os hagan caso de una vez.
Un saludo y perdón por los errores pasados.

Anónimo dijo...

Como ya lo habéis dicho todo, y yo si que vengo con retraso, sólo puedo decir que estoy totalmente de acuerdo con vosotros.
Sólo señalar, que no hay nada que me duela más, que “ese” aficionado que me manda a callar al “otro” aficionado. Tanto en la plaza, como “fuera” de ella…

Don Enrique, me encanta su ironía

Saludos
Gloria

Enrique Martín dijo...

Gloria:
A mí me ocurre como a ti (y por favor, tuteame a mí también) y es que los que mandan callar por decreto es que no tienen nada que decir. Eso s´´i, los que me callan con su sabiduría, ole; pero estos son los que te quieren hacer hablar y los que no van de listos.