Juan Mora, torero con gusto
Hay expresiones que siempre ha tenido el aficionado en su boca y que poco a poco se van arrinconando, bien porque el fenómeno de referencia va desapareciendo o porque las nuevas generaciones prefieren confeccionar su propia jerga, mitad taurina, mitad cibernética, y nos obsequian con eso de la toreabilidad, paseabilidad, orejabilidad, triunfalidad, indultabilidad y otros términos acabados en “idad”, igual que vulgaridad.
Algo que siempre se ha valorado mucho y que respondía a una circunstancia muy precisa era aquello de “tener gusto”. El torero que tenía gusto siempre apetecía verlo, por su forma de torear, sus vestidos de torear y hasta por el coche que le llevaba a la plaza. Pero este gusto no tenía nada que ver con algo que podría llamar a equívoco, que era el amaneramiento, ese camino de oropel más aparente que real. El amaneramiento forzaba las posturas, los gestos, ademanes y forma de manejar las telas de una manera supuestamente artística, sin tener en cuenta el toro y sus circunstancias, pero que el aficionado no acababa de tragar. Un ejemplo puede ser el codilleo, defecto que hacía caer en pecado mortal a los que cometían tal fechoría, que en ocasiones resulta incluso estético y que algunos coletudos llevan al extremo, afeando su labor.
Un torero con gusto es el que a la elegancia le añade torería y conocimiento de la lidia, el que en cada momento aplica la solución más idónea, dejando ver el toro al aficionado. Tener gusto es llevar el toro al caballo y colocarlo en su sitio sin demasiados capotazos, con gracia y con arte, es el andar a los toros, el colocarlos en suerte con un leve movimiento del cuerpo, el cambiarle los terrenos sin un solo muletazo y ejecutar las suertes con verdad, hondura y pureza.
Es esta una virtud que no adorna a las figuras del momento. Al mismo Juli le puedo reconocer muchas cosas, algunas muy a regañadientes y otras bajo amenazas, pero lo del gusto es una utopía inalcanzable para el madrileño; Ponce, el rey de la elegancia según unos, carece de este gusto, aunque hubo una época, muy al principio, que parecía que podía adquirirlo, pero todo quedó en nada; incluso José Tomás, quizás uno de los toreros menos discutidos desde hace mucho tiempo, no se caracteriza precisamente por el gusto.
Capítulo aparte en esta disquisición merece Morante, torero considerado artista y que, en mi opinión, no se le puede considerar aún un torero con gusto. Sí lo muestra en ocasiones, arrebatando al público hasta la locura, lo mismo que cuando se decide a derrochar ese arte que se tiene o no se tiene, pero ese amaneramiento y esa exageración de las poses que en ocasiones muestra ante un toro que no se come a nadie, es lo que puede excluirle de esa categoría de toreros con gusto, aunque habrá quien se escandalice con estas afirmaciones, hecho que puedo entender.
Como ya he dicho, hay momentos en que lo aparenta y seguramente podría llegar a tenerlo si en algún momento se decidiera a ser solo Morante de la Puebla y olvidarse de otros toreros, presentes o pasados. Quizás esté en ese proceso de afirmar y reforzar una personalidad propia y de la misma forma en esa evolución puede que le llegue la madurez y que nos regale arte, gusto y torería, porque al contrario que otros compañeros de escalafón, Morante tiene sensibilidad. Ya decía que puede que muchos no estén de acuerdo, pero creo que la línea del gusto es muy fina e incluso puede oscilar de un lado a otro, dependiendo del momento. Y si a alguien le importara, que conste que el de la Puebla es uno de los pocos que me remueven el alma y que me consiguen emocionar.
Otro ejemplo puede ser el de Juan Mora, que considero que siempre tuvo gusto toreando, pero al que le fallaron otros aspectos. Siempre se le consideró un torero con arte y se le encuadró en la escuela sevillana al desplegar ese torero con gracia, arte y torería, aunque la frecuencia en que esto se producía no era la deseada por público y empresarios. A veces se dejaba ir tarde tras tarde como si la cosa no fuera con él, pero siempre fue un torero con gusto. Con el paso de los años además ha sumado a sus virtudes la de la madurez y sosiego ante el toro, lo que hace que todo lo demás luzca mucho más y que resalte como la luz frente a la oscuridad.
Seguro que se pueden añadir más toreros a esta lista, yo mismo tengo algunos en la mente en este momento, pero no se trataba de hacer un análisis exhaustivo del escalafón y sí de dar mi opinión al respecto, aunque sí me atrevo a asegurar que los Castella, Fandi, Perera, Rivera Ordóñez y otros tantos son toreros más próximos a la vulgaridad que al gusto torero.
Algo que siempre se ha valorado mucho y que respondía a una circunstancia muy precisa era aquello de “tener gusto”. El torero que tenía gusto siempre apetecía verlo, por su forma de torear, sus vestidos de torear y hasta por el coche que le llevaba a la plaza. Pero este gusto no tenía nada que ver con algo que podría llamar a equívoco, que era el amaneramiento, ese camino de oropel más aparente que real. El amaneramiento forzaba las posturas, los gestos, ademanes y forma de manejar las telas de una manera supuestamente artística, sin tener en cuenta el toro y sus circunstancias, pero que el aficionado no acababa de tragar. Un ejemplo puede ser el codilleo, defecto que hacía caer en pecado mortal a los que cometían tal fechoría, que en ocasiones resulta incluso estético y que algunos coletudos llevan al extremo, afeando su labor.
Un torero con gusto es el que a la elegancia le añade torería y conocimiento de la lidia, el que en cada momento aplica la solución más idónea, dejando ver el toro al aficionado. Tener gusto es llevar el toro al caballo y colocarlo en su sitio sin demasiados capotazos, con gracia y con arte, es el andar a los toros, el colocarlos en suerte con un leve movimiento del cuerpo, el cambiarle los terrenos sin un solo muletazo y ejecutar las suertes con verdad, hondura y pureza.
Es esta una virtud que no adorna a las figuras del momento. Al mismo Juli le puedo reconocer muchas cosas, algunas muy a regañadientes y otras bajo amenazas, pero lo del gusto es una utopía inalcanzable para el madrileño; Ponce, el rey de la elegancia según unos, carece de este gusto, aunque hubo una época, muy al principio, que parecía que podía adquirirlo, pero todo quedó en nada; incluso José Tomás, quizás uno de los toreros menos discutidos desde hace mucho tiempo, no se caracteriza precisamente por el gusto.
Capítulo aparte en esta disquisición merece Morante, torero considerado artista y que, en mi opinión, no se le puede considerar aún un torero con gusto. Sí lo muestra en ocasiones, arrebatando al público hasta la locura, lo mismo que cuando se decide a derrochar ese arte que se tiene o no se tiene, pero ese amaneramiento y esa exageración de las poses que en ocasiones muestra ante un toro que no se come a nadie, es lo que puede excluirle de esa categoría de toreros con gusto, aunque habrá quien se escandalice con estas afirmaciones, hecho que puedo entender.
Como ya he dicho, hay momentos en que lo aparenta y seguramente podría llegar a tenerlo si en algún momento se decidiera a ser solo Morante de la Puebla y olvidarse de otros toreros, presentes o pasados. Quizás esté en ese proceso de afirmar y reforzar una personalidad propia y de la misma forma en esa evolución puede que le llegue la madurez y que nos regale arte, gusto y torería, porque al contrario que otros compañeros de escalafón, Morante tiene sensibilidad. Ya decía que puede que muchos no estén de acuerdo, pero creo que la línea del gusto es muy fina e incluso puede oscilar de un lado a otro, dependiendo del momento. Y si a alguien le importara, que conste que el de la Puebla es uno de los pocos que me remueven el alma y que me consiguen emocionar.
Otro ejemplo puede ser el de Juan Mora, que considero que siempre tuvo gusto toreando, pero al que le fallaron otros aspectos. Siempre se le consideró un torero con arte y se le encuadró en la escuela sevillana al desplegar ese torero con gracia, arte y torería, aunque la frecuencia en que esto se producía no era la deseada por público y empresarios. A veces se dejaba ir tarde tras tarde como si la cosa no fuera con él, pero siempre fue un torero con gusto. Con el paso de los años además ha sumado a sus virtudes la de la madurez y sosiego ante el toro, lo que hace que todo lo demás luzca mucho más y que resalte como la luz frente a la oscuridad.
Seguro que se pueden añadir más toreros a esta lista, yo mismo tengo algunos en la mente en este momento, pero no se trataba de hacer un análisis exhaustivo del escalafón y sí de dar mi opinión al respecto, aunque sí me atrevo a asegurar que los Castella, Fandi, Perera, Rivera Ordóñez y otros tantos son toreros más próximos a la vulgaridad que al gusto torero.
PD: Una vez publicada esta entrada, Xavier González Fisher me ha dado la noticia de la muerte de Pepín Martín Vázquez. Aunque puede sonar pretencioso, dedico esta entrada a un torero que era el buen gusto como torero, que contó con el reconocimiento de todos los buenos aficionados y al que seguro que ahora le harán todos los homenajes que mereció en vida y que no se le dieron. Ha muerto uno de los grandes toreros de la historia y lo único de lo que tendremos la seguridad es de que en los medios de comunicación, en el caso más generoso, se dará una pequeña nota. Con que repitieran en Cine de Barrio su Currito de la Cruz, yo me daría con un canto en los dientes. Maestro Martín Vázquez, D.E.P.
42 comentarios:
Enrique: Hace un rato me entero que falleció Pepín Martín Vázquez. Creo que allí hay otro ejemplo de lo que es el "gusto" en un torero (que por supuesto no fue "abilidoso", sin "h", para seguir tu propuesta semántica), sino refinado sin amaneramientos ni exageraciones.
Y perdón por sacar esto que a lo mejor ni al caso viene.
Un abrazo.
Xavier:
Muchas gracias por esta mala noticia. Lo he visto en un blog, pero no daba más explicaciones y no me pensaba que fuera una referencia literal a su muerte. Sin haberlo pretendido, creo que nunca una entrada podía ser más oportuna.
Un saludo
Enrique:
Aunque sea darle vueltas a las palabras, mi impresión es que el gusto suele adquirirse con el tiempo, como el vino en las barricas o el gusto que se forma un lector con el paso de los años y los libros.
A mí también Morante me encaja más con la gracia, por ejemplo. Algo más innato, con lo que se nace, y que nos emociona sin saber muy bien por qué.
Un saludo.
Juan:
Pues quizás sí que es así, que el gusto se adquiere, aunque haya toreros como Juan Mora, que lo tuvo desde novillero, lo cual puede que quiera decir que alguien con gusto le hubiera metido una forma de ver el toreo.
Un saludo
Querido Enrique,
Me siento algo limitado en el conocimiento taurómaco como para profundizar tanto como tú.
Coincido en parte de lo que expones y me quedo con la parte gráfica de este "post": creo que has conseguido un Juan Mora autentico, desafiante y muy personal.
Felicidades,
Luis.
Has estado sobrao en esta entrada. Te falta un dad que a mi me gusta mucho, " la encasticidad". Si al lado de cada toro, se pusiese el nivel, solo 4, malo, suspenso, aprobado y notable, y a final de temporada tuviesemos el porcentaje de cada encasticidad que tuviese cada torero de todos los toros que ha matado, nos daria una vision muy real de lo que realmente ha matado.
Para mi un toro bravo debede ser aceptablemente encastado, si no, no me interesa, es condicion necesaria; que luego sale mas bravo o mas manso, bueno, con mas nobleza o mas genio, bueno;pero coño, que al menos sea encastado. Ya veriamos a final de temporada que % de encastados ha toreado cada figura, y para mi esta es la cifra buena, lo demas no me sirve. Tambien me gustaria saber tambien que tanto por ciento sobre el total de pases dados (tambien me valen la series), distinguiendo la muleta del capote, los hace el torero CARGANDO LA SUERTE. NO ES LO MISMO EL TORERO QUE CARGA LA SUERTE EN UN 30% DE LAS SERIES, QUE OTRO QUE LO HAGA EN UN 10%, a que no es lo mismo.
Os dais cuenta como cambiaria el escalafon del merito!
Sobre el gusto...lo has definido de maravilla, y ademas poniendo ejemplos, una de las cosas que mas me EMOCIONA ver.
Ahora que andaba yo con la casta y las calificaciones posibles objetivas. Una de las cosas que mas me GUSTA ver es a un manso muy encastado, cuando se le puede y se le para; que pocas veces lo he visto.
Lesaqueño:
Muchas gracias por tu comentario. Yo te invitaría a que tú mismo hicieras el pronóstico de esos porcentajes, que seguro que no pasarían en muchos casos del 5 o 10% a lo sumo y no te equivocarías.
Sobre la casta parece que estamos pidiendo algo del otro mundo y es algo que por definición debería ir acompañando al toro de lidia. E incluso con un manso encastado se podría ver un torero con gusto, que sería la mejor forma de decir que eso no es pinturería ni amaneramiento.
Un saludo
Luis:
Muchas gracias en nombre de este Juan Mora.
Un abrazo
Enrique:
A Juan Mora siempre le han maltratado porqué le han tildado de ser un "torero de espejo", concepto con el que discrepo bastante, pues todos los toreros (todos) se miran y se remiran cuando entrenan y si no se miran ellos tienen a un propio que les indica cuales son los movimientos o gestos que no deben hacer. Además debe ser así, pues para perfeccionar uno debe corregirse los posibles defectos. Otra cosa es la naturalidad, el hacer las cosas como a uno le salen de dentro. Si tienes esa condición y eres capaz de mejorarla corrigiendo errores... ¡mejor que mejor!
Al bueno de Juan Mora le han achacado a él sólo lo que hacen todos los toreros. Ha tenido que ser el tiempo el que le haya puesto en su sitio, gracias a su espejo del que la gente ya se ha olvidado.
Sabes que yo soy uno de los sorprendidos con lo que dices de Morante, pero veo que tienes tus razones.
Al Juli, lo único que le reconozco es que está gordo y torea agachado como siempre y mal. ¡Hombre! un torero que dice que a los toros hay que empujarlos pa´lante... Ya me contarás.
Un saludo!
David:
Juan Mora es uno de esos casos que tuvo su oportunidad y que la dejó medio pasar, aunque también te digo que a otros muchos se les ha conseguido muchísimo más. Pero como es torero ha podido sacar lo que tiene dentro.
Sobre Morante yo espero que sea un torero de gusto en el momento en que se encuentre a si mismo, porque arte tiene, otra cosa es para donde vaya a tirar.
Un saludo
Estimado Enrique: Tu editorial se centra o lleva como protagonista a Juan Mora con foto incluida, y sin querer hacer unas estadísticas como la de Juan Medina en su blog, da la casualidad que en tu editorial se menciona a Juan Mora una vez mientras a Morante tres veces.
De los comentarios realizados hasta el momento de escribir esto, Xavier González no menciona para nada a Juan Mora, Juan Medina solamente hace mención a Morante, Tercio de Pinceles si menciona al torero extremeño, Lesaqueño nada de nada, mientras David Campos menciona dos veces a Juan Mora y una a Morante, por lo que gana en este absurdo ranking que he planteado Morante de la Puebla por 5 a 4 a Juan Mora.
Enrique, yo también tengo mi concepto del toreo artista y compartiendo contigo lo que dices sobre Juan Mora "que siempre tuvo gusto toreando" quiero hacer el siguiente comentario: De todo lo visto la temporada pasada tanto en directo como por televisión, me quedo en primer lugar con la actuación de Juan Mora en la tarde del 2 de octubre en las Ventas, porque al margen del toreo añejo y de gran plasticidad artística desarrollada por el torero de Plasencia, fue fundamental el llevar el estoque de verdad, y cuando el toro pidió la muerte después de una faena más bien corta, pero justa le "soplo" una estocada que nunca hubiera sido de la misma belleza ejecutoria al perder esos segundos en acercase al callejón y cambiar el estoque simulado por el de verdad.
Y esto me sorprende que no se haga mención en este especie de homenaje a Juan Mora que tu sensibilidad y la de los Sres comentaristas no han hecho mención.
Enrique por último pediste perdón si en algún momento de mi comentario te has podido sentir molesto, nunca es esa mi intención, pues pienso que saber que te tengo un gran aprecio y admiración por tu singular forma de escribir y por considerarte un gran aficionado.
Saludos cordiales
Víctor Sánchez
Víctor:
No veo lugar a pedir excusas lo mire por donde lo mire. Al ponerme a escribir no me plantee en ningún momento ese homenaje que parece desprenderse, ni ahora lo tengo en mente. No sé si consideras escaso el que le nombre una sola vez y a los otros unas cuantas más. En lo referente al gusto de Juan Mora creo que no hay duda alguna, al menos por mi parte, y si echo mano de su última tarde en Madrid, entonces la ocsa ya no tiene color, arrasa. A lo mejor puede que me centrara más en otros toreros, como el caso de Morante, porque ahora mismo es para muchos el paradigma del arte, el heredero de Cagancho, Curro, el Gallo y el Sumsum Corda, pero a mi parecer, aún no es un torero con gusto y para demostración solo hay que ver la pantomima de Carabanchel. A eso no se presta un torero con gusto y amor por esto. Pero como digo, yo no quiero perder la esperanza. Y quizás no he hecho demasiado hincapié en que arte no es igual que gusto, aunque a veces vayan unidos.
Sobre la faena de Juan Mora en octubre creo que ya hablé bastante y no quiero cansar, aunuqe te garantizo que yo me estaría hablando de ello toda la vida. Quizás no fue perfecta, seguro, pero tuvo emoción, torería, y esa imperfección que la convierte en una obra de arte y precisamente en esas estocadases donde se resume todo esto. Eso es gusto y torería, dar la salida al toro de un remate colocándole con la muleta aprovechando ese pase, cuadrarse y echarse sobre el morrillo. Y en lo que no estoy del todo de acuerdo contigo, o sí, según se mire, es en que la faena fue corta. Para mi fue lo que tuvo que ser, lo que le pedía el toro y vuelvo a la estocada, que se produjo cuando el toro pidió la muerte.
Me parece mentira volver a aquella tarde, pero me encanta y estoy seguro que lo volveremos a hacer muchas más veces.
Un saludo y lo dicho, no veo motivos de disculpas.
Un saludo
Interesantes reflexiones como siempre Don Enrique. Lo ideal es apreciar la personalidad de cada torero (sólo de los buenos). Ayer ví a Morante y a Mora (al Cid no lo vi). Personalidades diferentes, mucho, pero personalidades toreras que es lo que hace falta.
Discrepamos con Morante: Yo creo que está suficientemente "hecho" artísticamente como para no beber de ninguna otra fuente. Torero con sensibilidad, como dice usted, y por tanto, para mí, con sentimiento.
Saludos cordiales como siempre.
I.J. del Pino:
Gracias por pasarse por aquí después de ponerse delante de una vaca y después de la tarde de Vistalegre, tal y como cuenta con todo detalle en "El Monosabio". Yo no dudo de que morante esté hecho, porque es algo evidente, pero en mi opinión creo que a veces se ha preocupado más de parecerse a otros y no de ser él mismo, que ya es más que suficiente. Y en cuanto al gusto, es algo que pienso que tendrá que adquirir, precisamente por esa sensibilidad y ese arte, porque para mi son cosas distintas ese gusto del que hablo y el arte. Digamos que podría considerarse un estado o un aspecto diferenciador. No sé si el ejemplo aclarará algo o no, pero es como el cantante que tiene una gran voz, es un gran intérprete y canta unas canciones estupendas, y otro igual, pero que además tiene un algo, elegancia, delicadeza, llámesele como quiera, que lo hace diferente. No sé si he arreglado algo o todo lo contrario.
Como siempre es un placer recibirle por aquí.
Un saludo
Aunque llego "enritao" después de ver el bochornoso espectaculo que la Televisión "de ellos" Canal Sur, ha ofrecido para celebrar el llamado día de Andalucía;ésta Fiesta putrefacta estoy completamente de acuerdo en que desaparezca,quiero echar mi cuarto a espadas sobre el gusto en el toreo.
Lo defines muy bien Enrique.Para mi el gusto en el toreo no se ciñe solamente a la forma de torear,que también,sino en el conjunto de la actuación de un torero,en su colocación,en su manera de andar por la plaza,de coger los engaños,de asearse entre toro y toro,de pedir el cambio de tercio.En definitiva el que mantiene el rito sagrado y las formas en el toreo.
Esta tarde he visto a la "figura en 10 corridas" del año pasado (incluídos los seis toros de Madrid"), pidiendo la venia al presidente desde el burladero como diciendole "¡Quillo puedo empezar ya!", demostrando que el buen gusto y el conocimiento parece que no son necesarios para ser figura,aunque sea una figurilla de las que ahora se llevan.
¡Qué buen espejo de elegancia y buen gusto acaba de desaparecer! y lo malo es que no se avizoran sustitutos.Descanse en paz tan gran maestro, al que una noche tuve el honor de saludar en un sitio muy taurino de Triana.
La entrada es muy interesante y los comentarios también, enhorabuena a todos.
Yo siempre he sido reacio a esto del arte y mas arte, empachao de los últimos años de Curro, como gato escaldao del agua fría huyo.
Demasiado arte actualmente y poco toro; porque depende del toro, todo lo que se haga, y que lo que se haga que sea con la naturalidad y el gusto que quiere indicar Enrique.
"Torero de gusto y sabor", que se diría redundante por aquí, y que en mi opinión es el verdadero arte en el toreo, gusto, sabor, sencillez y naturalidad y esto más bien se coge con el paso de los años,aunque algunos se van del toro sin tenerlo. (Siempre que vemos los toreros retirados en un festival, nos gustan más que en su dia, Ruiz Miguel como mejor ejemplo.)Mora, siendo como fue, un torero de espejo, en estos momentos está en el cuaje que da el buen gusto toreando.
A propósito de Morante cuento lo que uno que fue un gran matador de los de hace 50 años me dijo. Morante torea demasiado de los codos para arriba con el capote, el toreo es más natural, hecho con los antebrazos y las muñecas. Morante parece “que esté lavando ropa en la orilla de un rio”, además pone “demasiado acento con el cuerpo” en toros que son una mierda...
En fin de todo tiene que haber.
Un saludo Enrique.
Paco Diaz
Franmartin:
Acabas con algo tremendo, que un torero con muy buen gusto se ha ido y no hay quien recoja su testigo. Ese buen gusto que muchos podían intentar imitar, pero en cambio todos copian lo de los dos o tres pases de pecho para ver si cierran una tanda, lo del salto infame para quedar descolocados al banderillear y salirse de la cara del toro, lo de mirar de reojo y con asco al presidente por negarlo algo, aunque sea el saludo. En fin, que después de lo de Ubrique, no me extraña tu estado de ánimo.
Un saludo
Paco:
Que forma tan sencilla de describir a Morante y su toreo. Eso que todos pensamos y no sabíamos como decirlo. Y que conste que no me quiero ahora desmarcar por mi mi gusto por él y por las veces que me ha hecho levantarme del asiento y marcharme a casa encantado, pero desde hace tiempo tengo la sensación de que se nos quiere ir y que no mira para atrás, que le atrae el lado oscuro del toreo y que no se resiste a despreciar esa tentación.
Un saludo
Bueno, yo creo que ya que estoy en minoría en este más que ameno e interesante debate, debo, al menos replicar por aquello de ver si encuentro algún voto favorable de los de última hora.
Creo, que nuestras opiniones encontradas tienen un nexo. Me explico: No tenemos un manual porque gracias a Dios el toreo no son matemáticas, si acaso la máxima del temple y del mando si que es aplicable, pero en cuanto a buen gusto y estética, no existe el dogma, o más bien, existen muchos dogmas porque gracias a Alá (sigo buscando votos) cada uno tiene los suyos, personales y por qué?, porque estamos hablando de escultura, de pintura, de danza y de expresión corporal.
Dejémos el toro a un lado porque para eso no tengo argumentos y no puedo sino dar la razón a quien lo reclama.
Saludos cordiales
I.J. del Pino:
Si se trata de recaudar votos, yo soy el primero que me pongo a su lado, aunque sé que juego con ventaja por todos los comentarios que vierte aquí y sus entradas en el Monosabio, que hablan del buen aficionado que es. Y da en la diana en cuanto a que esto es subjetivo y en lo que intervienen los gustos personales. Lo que no me gustaría es que se me viera como un atacante a Morante gratuito de esos que hay de oponerse al que triunfa, solo por eso, por el triunfo.
Un saludo
Para Lesaqueño “un toro bravo debe de ser aceptablemente encastado”, para mí, no puede ser bravo un toro sin casta … podrá ser noble, repetidor, (pero sin fiereza), tener movilidad, fijeza, etc., eso que ahora llaman toreabilidad, lo que se quieran, será ese tontitoro que ahora se busca y está acabando con la tauromaquia, pero no será nunca, nunca, un toro bravo, para eso ha de tener casta que es la que da la fiereza, la agresividad, la fuerza … en fin todo eso que no quieren ver los toreros actuales.
Víctor Sánchez, un torero no es torero por lo que se le nombre, y menos en un blog, si fuese por nombrarle ¿qué me dice de Rivera?, el de la medalla o el otro, que me da igual. Respeto que a usted le guste Morante, pero no busque argumentos tan fútiles para justificar su gusto. Por otra parte, el post iba más sobre toreros con gusto ¿no?, pues mire usted yo le voy a decir así, sobre la marcha, alguno que usted recordará y casi no se hablaba o se habla de ellos: Pauloba, Uceda Leal (aunque reconozco que esperaba más de él), Pepín Jiménez, Curro Vázquez, … y no me remonto más para no hacer la lista más larga. Ninguno de éstos ha llegado a primera figura, pero todos ellos me han puesto la carne de gallina ¿por qué? porque son/eran toreros con gusto …
Como estoy un poco "liao" con el Certamen de Atarfe de Rejoneo, las tertulias de la Tercio de Varas, las Jornadas de la Corrala, y un toro que me han "echao" al corral en un Ayuntamiento, cuando he ido a echar mano a esto de Enrique, veo que habeis echado por delante por lo menos veinte comentarios.
Si ya lo habeis dicho todo, pero siempre queda algo, seguro que sí.
Puedo añadir, aunque se ha tocado de puntillas, que si Morante no da el paso hacia adelante autoexigiéndose hacer su Toreo con Toros de verdad, independientemente de que en plazas de tercera -también las pisa- haya que admitir otro tipo de toro, que también lo paren las vacas. Ahora, siempre integro.
Que se encuentra cómodo en el lado oscuro del Toreo, y más con el nuevo apoderado, aunque el anterior me gustaba menos todavía.
Cuando se es, no hay que ponerse; y si se pone guapo con un utrero o un perritoro, es por que así siente el Toreo. También se pone guapo, cuando trata de esquivar la responsabilidad -demasiadas veces-ante un toro exigente, que de cuando en cuando sale de entre los del monoencaste, y sobre todo en los de la zona media de las camadas.
Estais todos de "puta madre", vaya corro de "aficionaos" de más cojones.
Que gusto me daría, juntarme con "tós" ustedes una tarde para hablar de toros hasta que nos amaneciera, por lo menos.
Antes de que se me olvide, decirle a Paco Diaz que hasta para lavar los trapos a la orilla del rio hay que tener arte; que lo de los codos en la verónica, lo revisara
o lo volviera a considerar, pues meter ese codo ligeramente arqueando brazo y antebrazo, a la par que las muñecas, es propio de la grandeza de su verónica, en la que todo su cuerpo torea; todo lo contrario de la...o como se llame, de todo menos verónica, actual en la que lo único es el toque aplicado con la mano que dicen de torear -la exterior- para echar el toro fuera. Así lo enseñan en las Escuelas Taurinas.
Un apunte final, que siempre me alargo, Morante torea de perfil en toda la faena de muleta, salvo cuando se aperrea con un toro y de pitón a pitón la agarra por debajo, y aunque semigenuflexo hace un TOREO de medio perfil, que yo se lo cambiaría por muchas tarde de "orejitis". Hay veces que un buen torero estando mal, puede estar bien y gustar. ¡Son cosas de este Arte!
Gil de O.
Anónimo:
Me habría gustado conocer su nombre para poder dirigirme a usted y decirle que menuda lista, casi nada. Pero me ocurre lo mismo con Uceda, que parecía, pero no acabó de ser, lo mismo es de esos toreros indiscutibles y que te da un baño de toreo, que parece uno más y se deja llevar por la abúlia.
Sobre la referncia a otros comentarios, tengo la sensación de que aparte los gustos de cada uno, las aportaciones son interesantísimas y aunque con diferentes puntos de vista, creo que todos son fieles a la verdad del toreo.
Un saludo
Gil de O.:
¿Has visto que lujo? Y todavía faltan muy buenos aficionados. Yo me apuntaba ahora mismo a esa tertulia taurina. Lo que iba a aprender y a disfrutar. Con solo escuchar me valdría, aunque me tuviera que morder la lengua.
Un saludo y muchas gracias por hacer un hueco en esa agenda tan repleta de toros y asomarte por este blog.
Analizando tu artículo he hecho un repaso al escalafón, he intentado enumerar los toreros con gusto y hay muy pocos. Lo que quiero decir con esto es que los aficionados estamos faltos de ver torear con gusto, estamos cansados de tanta vulgaridad y de faenas interminables, de una sucesión de pases y más pases sin sentido.
Como siempre es un placer leerte.
En Barrera:
Menuda tarea que te has impuesto, pero creo que lo peor son los resultados, verdad.
Un saludo
Parece que no me supe explicar bien en mi comentario, digo esto porque leyendo al Sr Anónimo que hace el 21 comentario, hay un párrafo dirigiéndose a mí que dice lo siguiente: "Un torero no es torero por lo que se le nombre, y menos en un blog, si fuese por nombrarle ¿qué me dice de Rivera?, el de la medalla o el otro, que me da igual. Respeto que a usted le guste Morante, pero no busque argumentos tan fútiles, para justificar su gusto"
Nunca en mi comentario digo ni insinúo que me guste Morante, si usted Sr Anónimo se basa en lo que digo de que gana Morante por 5 a 4 a Juan Mora, es que me resultaba chocante que en un editorial dedicado a Juan Mora se mencionase más a Morante que al protagonista del artículo de Enrique Martín, en este caso Juan Mora. Califique antes y ahora también de absurdo por mi parte esta especie de recuento de las veces que se menciona a unos y otros. Y si sigue usted leyendo con un mínimo de atención el comentario, se dará cuenta que lo más valorado para mí de la temporada pasada fue la actuación de Juan Mora en la Feria de Otoño, por tanto de donde saca usted Sr Anónimo mi gusto en este comentario, sobre Morante de la Puebla.
Al margen de esta aclaración le diré Sr Anónimo, que claro que me gusta Morante, igual que me gustaba Paula y Curro Vázquez, como supongo que a usted también y a todo aquel aficionado que concibe el toreo como un arte, pero cuando Paula estaba en Paula, Curro en Curro y Morante en Morante.
Un cordial saludo
Víctor Sánchez
Víctor:
¿Y a quién no les gustaban estos cuando estaban como sabían? Lo único que no pretendí hacer protagonista a Juan Mora, y si eso parece, fue involuntariamente, aunque de nuevo digo que no me importa que se me "adueñara" de la entrada, porque es un torero que lo merece y que aquí en mi blog tiene licencia para eso y más.
Un saludo
Muy bien todo, pero puede decirme alguién de una puta vez, que es lo que pasa con Rivera, que no pase con los demás, como todos los componente del G-10, por ejemplo?
Creo que es un torero al que no tienen analizado. Sus cuitas al margen de los toros para calificarlo como torero, me importan un bledo. Ahora bien, si el día que perdió todas sus categorías, que por cortesía y respeto a Joselito y a Ponce en los quites famosos, hubiera dado el mitín y los hubiera puesto en su sitio, posiblemente nada de esto, estaría sucediendo.
Estos de las medallas de ida y vuelta, incluidos el honorable Paco Camino y el "inexcelsis" Morante, tampoco lo han explicado suficientemente.
Pues fijénse, que yo sí creo en Paquirri. También en su padre.
El mercadeo taurinomierda es una cosa y lo que yo defiendo y defenderé es otra. Ese, si quiere, le explica la tesis al número uno, cuando lo haya. El por supuesto, no lo será nunca, aunque éste humilde "aficionao" lo considere Torero. Está entre los pocos, que se pone delante del toro con esa naturalidad de los toreros de verdad; y cuando le sale un "barrabás" de esos de la zona templada de las camadas que dice Gil de O., le hace las cosas y nadie se entera. Eso, también es estar en torero.
Yuntero
Yuntero:
Veo que tiene tanta fe en Rivera Ordóñez que le hace que le salga toda la pasión de dentro. Y le voy a decir una cosa, yo nunca fui partidario, ni creí en Paquirri, lo que ocurre es que hablar en los términos de ahora de un torero de hace años resulta anacrónico. En cambio en el hijo sí que llegué a creer e incluso me despertó ciertas ilusiones pensando que ra más torero del abuelo que del padre. Pero hace muchos años que se nos fue y se decidió por optra cosa de lo que apuntaba. Puede que muchos dejáramos de creer en él en el mismo momento en que él mismo no se creyó lo que hacía. Tenía cualidades para haber sido, pero humildemente pienso que no ha sido. Pero si en algún momento cambia su rumbo y me convence, pues volveré a creer, aunque parece difícil que se produzca esa metamorfosis.
Un saludo
Enrique esto de que se me pase una entrada como esta, no tiene perdón.
Menuda "jartá" de leer me he pegao leyendo la entrada y todos los comentarios.
Aquí cada vez hay más nivel y poco que añadir.
Entre la factura de la la tinta y la de mi oftalmólogo, me llevarás a la ruina.
Poco más que decir, con un GRACIAS, se resume todo.
Saludos!
Iván:
Al final vas a conseguir que tenga cargo de conciencia. ¿Has visto qué lujo de comentarios?
Un saludo
Enrique, extraordinaria entrada y extraordinarios los comentarios de tantos y tan buenos aficionados. Cada uno con sus gustos y sus opiniones, todas perfectamente legítimas y justificadas.
Voy con mis apreciaciones, generalmente entiendo el arte del toreo en términos de pureza. Como dijo el gran Antonio Bienvenida: “arte es todo lo que sobra cuando se torea como mandan los cánones”. Partiendo de esa base, y contraviniendo la opinión de la gran mayoría de buenos aficionados (que no todos), diré que Juan Mora no me gusta en términos de pureza. Podemos decir que el 2 de Octubre hubo “gusto”, belleza, plasticidad y cuantos calificativos se le quiera poner pero pureza no hubo, a excepción de la suerte suprema, que por sí sola hubiera sido merecedora de una única oreja. Si hubo toreo puro aquella tarde, yo lo ví en las manos de Curro Díaz cuando ofreció la femoral a un quinto toro complicado que se había aquerenciado en terrenos del 5 y que lo fue llevando en redondo y sacándole muletazos de uno en uno, todo lo que el animal permitió.
Me ha gustado el post de Lesaqueño, con el cual estoy muy de acuerdo en lo concerniente al tema del toro. También me han gustado las reflexiones de Paco Díaz sobre el comentario de ese matador de los años 50 sobre el arte de la verónica. También yo lo he oído así de los aficionados antiguos: “la verónica es, ante todo, naturalidad”. Una suerte que antes era ejecutada bien por casi todos los toreros y que hoy ha caído en desuso en su forma más pura y primitiva. Curiosamente, cuando interrogaba a mis “mentores” acerca de los mejores especialistas, no saltaba a la palestra ninguno de los habituales sino que se citaban los nombres de Mario Carrión, Juan Gálvez o, lo que son las cosas… el recientemente malogrado Pepín Martín Vázquez.
Y bueno, como no quiero parecer negativo, hablando de gusto… para mí, una faena ante un señor toro y en el que sí ví torear con gusto fue la que realizó Rafaelillo al segundo toro de Dolores Aguirre en el pasado San Isidro: genuflexos por bajo, desprecio, trincherillas, pase de las flores y dos series de decentes naturales. Y es que el gusto, aunado a la pureza y ante un toro que presenta complicaciones hace que se me ponga la piel de gallina pero… la oreja debió caer en el primero, no en el segundo. En el primero, a pesar de no exhibir “gusto” toreando, hubo más complicaciones y hubo de solucionar los problemas propios de la casta mediante una cosa que muy poquitas veces vemos en la plaza: LIDIA.
Un placer compartir esta tertulia con tantos y tan buenos aficionados, saludos a todos.
J.Carlos
P.D: por cierto, Enrique, el cuadro de Juan Mora me encanta pero creo que la falta un poco de realismo, esos terrenos jamás los ha pisado Juan Mora
J.Carlos:
Hombre, no creo yo que haya que censurarle pureza y arte a Juan Mora, si acaso en algún momento apatía, pero simpre ha sido un torero que cuando lo ha hecho, lo ha hceho bien. Sobre aquella tarde, además de gusto y pureza, añadió la naturalidad. Sobre Curro Díaz y Morenito, los dos torearon estupendamente bien, pero tuivieron la mala suerte de caer aquella tarde. Curro también es un torero de gusto pero quizás le falta el asentamiento que dan los años. Pero gusto lo tiene todo, así que por ahí no vamos a discutir. Si te pareció mejor su toreo, yo no voy a discutir sobre ello, a mi me emocionó más Juan Mora, pero claro, si me pongo a medir, a lo mejor fueron 5 décimas más. En ese punto no se les puede negar nada a ninguno de los tres. En lo que difiero contigo es en lo de Rafaelillo, honrado como ninguno y que se gana lo que tiene y lo que no le dan, pero yo no le considero un torero de gusto, incluso a veces me parece algo tosco (apreciación personalísima) y que está tan habituado a pelearse con unos verdaderos regalitos, que cuando le sale un toro más suave no es capaz de quitarse esa forma de hacer, pero insisto en que no seré yo ahora el que me ponga a contarle las habas a Rafaelillo, primero porque torea toros y segundo porque habiendo lo que hay por ahí y como se desenvuelven, ¿qué quieres que te diga? Y seguro que estás conmigo en que por qué el Fandi torea tanto y no Rafaelillo. Muchas gracias por tu comentario, que solo podía enriquecer esta estupenda tertulia. La pena es que no os he podido sacar un café con pastas para animar la charla.
Un abrazo
Si Francisco Rivera Ordoñez hubiera formado parte de la terna el otro día en Vista Alegre, el sobrero ni lo hubiera lidiado Juan Mora, ni el Niño de la Palma "resucitao".
No se puede ser apasionado maestro Enrique Martin
Yuntero
Yuntero:
Voy a estar en desacuerdo en dos cosas con usted. Primero en lo de maestro, aunque lo agradezco, sobre todo de quien viene. Y lo otro es cuanto a ser apasionado. Creo que sí se puede ser apasionado, pero que se sepa. Me explico. Yo no soy periodista, solo un aspirante a aficionado que opina como Dios le da a entender y siempre intento dejar claro que lo que yo digo n es dogma, es más, lo que yo digo menos que nada.
Sobre el sobreo del otro día no puedo opinar porque no he visto nada de Juna Mora en ningún sitio. Después de ver lo escrito parece que le estoy pegando una bronca, y nada más lejos de la realidad, porque agradezco muchísimo sus comentarios y la forma en que los hace.
Un saludo
Pues andaba yo en otro mundo y se me había escapado esta Lección Magistral compartida (quiero estar en la tertulia de Gil de O para aprender). Ya llego tarde y aunque se trata de Juan Mora (me encantó el 2 de Octubre, pero en su juventud exageró el sentimiento sacando la barriga a Toro pasado. Creo que esa pose le perjudicó) de quien voy a opinar (5 a 4, es broma) es de Morante:
Me "pellizca" el de la Puebla, pero no me emociona: No se cruza. Tardé años y muchos Toros (illos) en descubrirlo. Curiosamente en Granada, poniendo banderillas si me emocionó.¡Cosas!
Fabad:
Yo he recibido una clase magistral de todos con este cruce de opiniones y no me ha costado ni un dura. Esta entrada es para enmarcar y no por mi texto, sino por todos los puntos d evista que se han puesto sobre la mesa. Yo particularmente estoy encantado.
Un saludo
Un simple apunte Enrique, cuando hablaba del gusto que exhibió Rafaelillo, me refería únicamente a esa faena a su segundo de Dolores Aguirre. Por supuesto que no le considero un torero de gusto, le considero un torero valiente, fajador y honrado como el que más. Por eso me llamó tanto la atención aquella tarde, porque mostró algo que yo jamás le había visto anteriormente. Eso sí, para mí, su actuación fue la mejor de la pasada temporada venteña.
Un abrazo,
J.Carlos
J. Carlos:
Aclarado a la perfección tu comentario. Y esto me recuerda como hace unos años Morenito de Maracay triunfó en Madrid toreando muy bien y los que no lo vieron no lo creían y los que estuvieron allí, tenían que jurar sobre la Bibilia lo que vieron. Aunque la comparación no es del todo buena, yo siempre preferiría a Rafaelillo.
Un saludo
Enrique te pediría que le mandases la dirección de tu blog a Mundotoro, Burladero y demás para que se pasen a aprender un poquito de toros.
Así tal vez no tendríamos que leer tanta tontería en sus páginas.
J. Carlos, ayer volví a ver la faena de Rafaelillo al toro de Aguirre y coincido en que es de lo mejor que se vio en la plaza de Las Ventas en la temporada pasada.
Iván:
¿Qué cosas dices? No me atrevería por nada del mundo, porque tengo la certeza que en esos medios saben muchísimo más de toros de lo que yo pueda aprender en mi vida; otra cosa es que lo quieran contar.
De momento creo que se aprovecha mucho más el tiempo haciendo caso a J. Carlos y volver a ver aquella faena.
Un saludo
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