sábado, 28 de mayo de 2011

Arte, artistas y el fenómeno cultural de la feria

La chicuelina de Silverio nada tiene que ver con el del voluntarioso Saldívar


Puede que haya alguien que al salir de la plaza después de la corrida de Las Ramblas/ José Vázquez/ Ortigao Costa/ José Luis Iniesta se vaya de cañas y se dedique a querer convencer a alguien de que esta corrida es parte de un fenómeno cultural y que los protagonistas son artistas y hacen arte ¡Miau! Quizás le sería más fácil hacer creer a alguien que el corderito de Norit es una alimaña. Aunque ya lo decía El Gallo, “hay gente pa’to”.

La corrida fue un infame desfile de inválidos sin presencia, salvándose un poco los dos de José Vázquez, mansurrones a los que se simuló la suerte de varas, con el lamentable espectáculo de ver a los toros despanzurrados bajo el peto, saliéndose de la suerte y buscando las tablas y los toriles rehuyendo la pelea. Algo muy difícil de defender de cara al exterior, porque no es la primera vez, ni la segunda, ni la tercera, es la tónica general y un hecho que se hace más palpable cuando los anunciados son las figuras, los miembros del G10, los de las revistas o los modelos de una marca de moda famosa. Y los ajenos a la fiesta se creen que esto es lo mejor que se puede ofrecer. ¿Y cómo será lo peor? Esto es indefendible y en lugar de una fiesta en que el toro debería ser el rey y ser el paradigma de la fuerza la bravura y el poder, esto se ha convertido en un abuso.

Pero a estos males hay que sumar la aquiescencia de los toreros y su manifiesta inoperancia para salir de este atolladero. Perdón, inoperancia sería en el caso en que intentando buscar y poner en marcha una solución, no fueran capaces de ello. Como muy dice la sabiduría popular, se agarran al “dame pan y llámame perro”. El Cid, el que en su día parecía que nunca iba a abandonar la senda del toreo puro y clásico, casi se le puede dar por perdido y entregado al lado oscuro del toreo: El capote es un mero instrumento para trapacear por la cara al toro, no se queda quieto jamás y siempre cae en el mismo vicio de echar el pasito atrás cuando el toro va a llegar a su jurisdicción. ¿Tan difícil es quedarse quieto? Bueno, sí que es difícil, bastante difícil, pero esa es la diferencia entre lo bueno y lo vulgar. En el primer tercio no sabe ni dónde colocarse, la sensación de ser un bulto sospechoso que vaga por la arena. Lo mismo se para junto al estribo derecho del picador, que pasa por detrás del penco, que deja al toro donde éste se quiera parar y que el picador o la cuadrilla se las apañen, que él es el maestro. Con la muleta vive en un permanente encogimiento, ha tomado la pala del pitón como si sitio ideal para citar, abusa del pico, como todos, alarga el pase sin torear, vacía la embestida y ya se ha olvidado lo de traérselo atrás toreado, dejando al animal colocado para el siguiente pase. Ahora, en el mejor de los casos echa la pierna contraria atrás sin vergüenza, cuando no tiene que darse una carrerita para recolocarse. Este es el Cid en este momento. El torero que parecía que pasaba por un bache, pero que está dejando muy claro que lo que ha hecho ha sido mudarse al barrio de la vulgaridad, el destoreo y los trucos de los capas de otra época. Ya no sirve de nada el buen hacer de El Boni y sus lidias y el Alcalareño.

Lo de El Fandi es capítulo aparte, este si que está en su burbuja verbenera. El granadino parece que aún no se ha bajado de su motonieve y todo lo hace a velocidades inverosímiles, lo cual también tiene su aquel; pero toreo y velocidad es como querer hacer pareja de hecho a Mou y Valdano, a Quique y a Forlán o que Belén Esteban y la Lomana monten un negocio de modas. Si todo se reduce a un corre que te pillo, pues resulta que pasa lo que pasa, que el toreo de capote se convierte en un continuo baile sacudiendo la tela. Es como el baile de San vito, pero con medias rosas. El toreo de capote es casi un calco de lo anterior, pero con una sola mano, pero que no le impide el seguir moviéndose. Cita como cita, el toro se le arranca, inicia el pase y antes de que el toro haya pasado, ya estamos apartándonos. Pero es tan simpático y electrizante que provoca una histeria colectiva desenfrenada entre el afable personal venteño, capaz de morderle en el ojo al insensato que ose en mostrar su disconformidad. Pero lo “güeno, güeno” de verdad es lo de las banderillas, eso es “pa’volverse tarumba”, carreras por aquí, carreras por allá, que clavo a toro pasado, pues a toro pasado, pego un salto tremebundo, saco el culo y se acabó. Otra carrera y la locura y ahora el del violín, un poco más retorcido, pero merece la pena que caramba. Pero ¡lástima! se caen los palos al suelo, pero ¿puede ser que estén unidos por los arpones? No lo tengo muy claro, lo que sí sé es que en su segundo ya no hubo músicas que valgan.

Arturo Saldívar sustituyó al convaleciente Curro Díaz. Un cambio muy oportuno, un torero artista, con gusto, muy del gusto de Madrid, de repente se convierte en un voluntarioso y vulgarote torero mexicano. No se le puede negar la voluntad y ganas de agradar, pero poco más. El capote también ejerce sobre el azteca ese poderoso influjo que le impide mantenerse quieto y sin dar el pasito para atrás, que hace un quite por tafalleras, pues a apartarse tocan, chicuelinas, pues me retiro para que pase el toro a placer. Lo mejor fue el galleo para llevar al toro al caballo, pero claro, como era andando, eso lo hacemos de perlas. Sabe manejar los mecanismos para encender al público, que si de rodillas dándose más vueltas que un destornillador, para después empezar con el repertorio de todos, vulgar y de plaza de carros, pico, estiramientos, vamos lo de siempre, que tampoco hay que repetir lo que todos sabemos. Quizás lo más destacable fueron los pases por alto con que recibió al sexto, quieto y derecho como una vela, para dejarse llevar a continuación por eso que tanto le gusta, el baile del me retuerzo, con un ritmo que hace que se le vayan los pies. Lo malo es que eso no es el toreo, y aunque parezca mentira, viendo lo que vemos, el toreo fue arte interpretado por artistas, lo cual devino en fenómeno cultural.

16 comentarios:

Diego Cervera Garcia dijo...

Buenos dias Sr Enrique, usted a dicho todo lo que acontecio en la tarde de ayer.... eso si, quieria yo salvar un poco las maneras del cid, que aún que parecia que era un actor secundario, bien es cierto que al menos imprimio algo de temple y ritmo con la derecha a su primer oponente.
Don David Fandila, anunciado en los carteles como el Fandi, dejo constancia de que por Madrid tiene que pasar de paisano, bien sea para visitar museos, disfrutar en una terraza tomandose unas cañas, o por que no, de espectador en la plaza de toros de las ventas, pero pisar su ruedo, nunca mas.
Y para terminar, me parece muy mal criterio que le ubiesen dado la sustitución del Sr Diaz, al Sr Saldivar, "torero entre comillas". que mas parecia un novillero sin caballos, que queria sacar un repertorio variado para conquistar las miradas femeninas de la reina y damas de honor de la plaza de toros en las fiestas de su pueblo.

Cuidado, es una sustitución con arma de doble filo, pero podian haberle dado una oportunidad a un torero con un corte mas parecido al del Sr Diaz.
por cierto Sr Enrique, si a leido usted la prensa, La Razon, El Pais... todos hablan maravillas de Saldivar ¿verian otra corrida? ¿estara comprada la prensa taurina? se lo pregunto porque es chocante la cronica en prensa

Enrique Martín dijo...

Diego:
Coincido con usted en todo. En lo de El Cid puede que se vea el cansancio de seguir esperando y esperando y que tenga que mirar con lupa lo que hace el sevillano, teniendo que hacer un esfuerzo suplementario para ver lo bueno, que además no me emociona. Lo de El Fandi y Saldívar, pues no lo diría yo más claro. Hoy no he mirado todavía la prensa, pero tengo que confesarle que hace mucho que veo los titulares y poco más, aunque la mayor decepción es la de El País. Tantos años leyendo a Joaquín Vidal, al que seguían muchos no aficionados y ahora al señor Lorca no le leen ni los aficionados. Yo entiendo que los periodistas no sigan la línea de los aficionados al pie de la letra, aunque tampoco pasaría nada si lo hicieran, pero es que viven en un planetamuy distinto. Y si ya se pone a ver Tendido cero dentro de un ratito, entonces ya es para morirse. Un saludo y muchas gracais por está tan pronto al quite. Se lo agradezco mucho.

Grada del 7 dijo...

Muy bueno lo de la fricky de la Esteban, eres el único que se atreve a dar en el clavo con ciertos personajes.

Otros mucho largar en los bares y después a la hora de ponerse a escribir se rajan como mariconas.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Buenas Enrique.

Totalmente de acuerdo con lo que expones.

Principalmente, mi comentario viene a cuenta de Saldívar, al que, desde mi modesto entender, sólo le vi ganas. Nada más. Pero leyendo y leyendo y viendo como le ponen "de bien" determinados medios, ya estaba con la mosca detrás de la oreja de sí el único equivocado con el chaval soy yo.

Después de leerte y del comentario de Diego ya me quedo más tranquilo.

Un saludo
RAMÓN

Anónimo dijo...

Tras unos días sin pisar la plaza por problemas laborales, ayer tuve serias dudas sobre si acudir o no (posible suspensión debido a las inclemencias del tiempo, sustitución de Curro Díaz y un ganado que tampoco me ilusionaba). Finalmente fui y me arrepentí de haber ido.

Quisiera romper una lanza por un presidente, D.Trinidad López-Pastor, que ayer estuvo a la altura de lo que se espera de la presidencia venteña. Hizo los cambios sin esperar a que nos desgañitáramos pidiendo lo que era justo a todas luces. Muy mal por una empresa que contrata a una ganadería de la cual no recuerdo un toro bueno en sus últimas comparecencias. Y para los que, por desconocimiento, acusan a Madrid de querer el toro mastodóntico, ayer se comprobó que unos toros cuya media en la báscula era de 500 y pocos kilos rodaban como cucarachas.

Suerte de varas simulada, terna y cuadrilla enzarzados en labores enfermeriles que es lo que requerían los mulos de ayer. Nunca protesto a los toros de salida (caídas aparte) porque para mí lo importante es el comportamiento y dejo en segundo plano cosas como el trapío y los kilos, sin embargo ayer tuve que hacerlo porque hubo toros IMPRESENTABLES. Alguno ya quisiera tener la presentación de algún novillo que hemos visto en la plaza con menos de 500 kilos en la romana. Mención aparte el sobrero de J.L.Iniesta, VERGONZOSO EL ESTADO DE SUS PITONES.

Respecto a la terna, doy por bueno tus argumentos. Quizá romper una lanza por el mexicano, lo haga mejor o peor, al menos le puso ganas e intentó ser variado con el capote y hacer quites. Me llama la atención y me entristece que haya personas en la plaza que aplaudan esos pares de banderillas enfandilados del granaíno. No sé si te percataste que, en el primer toro de El Cid, una de las banderillas fue clavada en el mismo agujero del puyazo y entró la mitad de ella en el mismo.

¡A eso hemos reducido la auténtica suerte de varas!

Saludos,
J.Carlos

Enrique Martín dijo...

Grada del 7:
No sé lo qué dirán otros, ni tan siquiera sé si tengo o no razón, seguro que no, pero lo que nadie me puede echar en cara es que diga algo contrario a lo que pienso y a lo que me enseñaron desd epequeñito.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Ramón:
No mires ni a un lado ni a otro, creéte a ti mismo; si te equivocas, al menos lo harás de acuerdo a tus ideas. Y por lo visto, creo que las tienes muy claras, aunque sí que es verdad que a veces uno se cree que le falta un tornillo, o que es un marciano en la plaza. No hay nada mejor que sentirse a gusto con uno mismo y con la conciencia tranquila.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

J. Carlos:
La carne es débil ¿eh? Pues esos mismos de las Ramblas, en otros tiempos tenían otra presencia muy diferente, sin ser nunca de lámina espectacular. De lo que podemos estar casi seguros es de que este presidente no estará en días señalados. Lo de las banderillas, pues qué vamos a decir. Tremendo el poco gusto, la poca seriedad, nula torería y exceso de trampa y carreras. Yo siempre soy partidario de que pareen los peones, pero con este chico mucho más. Esa banderilla de que hablas y que se partió al pegarse la voltereta, le hizo tanto daño como una vara de las que no le pusieron. Eso sí, la gente también se entusiasmo al ver a ese peón sacar el culo al banderillear. Sobre el mexicano reconozco la voluntad, pero claro, si luego va a ser un Fandi más, o un Tendero, Pinar o similar, pues hay que hacerle saber desde ya que ciertas cosas no nos gustan. Aunque tampoco creo que nos haga mucho caso a nosotros.
Un saludo

Anónimo dijo...

Sólo de pensar que un par de ¿toros? de los que se lidiaron ayer llevaban marcado el legendario 9 de Aleas, me endemonio.

Saludos. Luis Miguel.

David dijo...

Enrique alabo tu perseverancia en seguir contando dia tras dia la bazofia que se ve en nuestra querida plaza. No tengo por menos que reconocer que tienes "mas moral que el Alcoyano" Tarde tras tarde se nos ofrece una colección de animalejos mal presentados, de ganaderias sin ningún prestigio, ayunos de casta a los que se enfrentan,"figuras", "figurones", "figurines" y militares sin graduación que nos deparan un espectaculo sin igual. La feria está siendo una autentica mierda, con triunfos exagerados e injustificados, en la que cuando sale algún toro con posibilidades, se le desaprovecha de mala manera. Las tardes se pasan entre bostezos, miradas furtivas al reloj y chascarrillos varios entre compañeros de localidad..., he de confesar que este año, incluso, he llegado a irme tras la muerte del quinto toro, nunca y digo nunca lo había hecho. Esto cada vez es mas insufrible. Lo dicho: digno de admiración la labor que vienes haciendo dia tras dia, parafraseando el anuncio de Master Card: Enrique, lo tuyo no tiene precio. Un saludo.

PD. Seguro que después de esto todavia te quedan ganas de renovar el abono del Aleti. Si es que lo nuestro es de psicoanalisis.

Xavier González Fisher dijo...

Enrique: Estoy de acuerdo contigo... en parte. Por la tele (con todas las limitaciones que eso conlleva), vi a Arturo Saldívar tieso, acartonado y sin "material" enfrente.

Pero eso de poner de "vara de medir" la chicuelina de Silverio, no es de justicia. Esa es única e irrepetible y si la vamos a usar de medida, el único resultado que podremos obtener es que ningún torero nos va a servir, para eso o para nada. ¿No crees?

Un trasatlántico abrazo.

Enrique Martín dijo...

Luis Miguel:
A mi también se me revolvieron algunas cosas al pensar en aquello de "los Aleas, ni los veas". Ahora no se pueden ni mirar.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

David:
Pues precisamente estaba yo pensando en esa idea de que ahora estamos en un momento dulce con una baraja amplia de toreros, con la que han compuesto la feria más redonda de los últimos tiempos. Pues o las figuras no se han enterado o los que no nos hemos enterado somos nosotros o algo falla. Es una mentira mantenida con mentiras. Lo otros, pues como tú, y ahora encima no sabemos nada de nada, pero pintar, no pinta bien.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Pues es verdad. Intenté buscar uno de los dibujos de un torero mexicano, pero no quise en ningún momento hacer una comparación para atacar a Saldívar, ni mucho menos. Las comparaciones siempre son odiosas y como bien dices, hasta injustas. El que no estuviera bien, aunque lo intentara, no quiere decir que haya que cargar todo sobre él. Habría muchos por delante en la fila a los que responsabilizar de todo esto. Y si algo hay que reconocer alos que se han venido desde allá a esta feria, son las ganas.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Hola Enrique

Coincido contigo en todo, lo de Madrid es que yo no se como calificarlo.
Yo viendo la corrida no me pude aburrir más, además de perder la cuenta de los toros devueltos al corral, al final de la corrida me puse a escribir porque ya había tenido bastante.
Lo que más me decepciona es ver a Manuel Jesús “El Cid” así, cuando ha sido un torero que me ha emocionado tantas tardes.

Un saludo.

Enrique Martín dijo...

En Barrera:
Me alegro de verte por aquí, aunque nopodamos felicitarnos por lo que estamos viendo en la feria. Se nos ha adueñado de la fiesta la vulgaridad, el triunfalismo y el verbeneo. Y de postre el tener que ver a El Cid como le vemos. No se parece en nada a aquel que nos entusiasmo, aquel que llegaba donde no nos imaginábamos y que a la hora de matar empujábamos todos el estoque con nuestro corazón. Esperemos los días de los Palh y Cuadri, que ya es de lo poco que nos queda.
Un saludo