viernes, 14 de septiembre de 2012

Taurodelta acaba con las colas interminables




Habrá que mandar unas flores a los señores de Taurodelta

Una de las asignaturas pendientes y una de las quejas más repetidas por los abonados de la plaza de Madrid, eran las largas colas y ante las taquillas y el tiempo que se perdía para renovar el abono, pero eso parece que ya empieza a ser historia. Enhorabuena a los abonados, que eran los que sufrían el castigo y a Taurodelta, que era quien tenía la llave para evitar ese lamentable espectáculo. Y es que no hay como ponerse a trabajar y hacer funcionar a la materia gris. Dedicación, un poco de imaginación, unas gotitas de entusiasmo y ya está, se agita, se sirve en vaso largo y a disfrutar.

La verdad es que la solución la teníamos delante de las narices, pero nadie había reparado en ello, han tenido que ser las tropas de infantería del triunvirato venteño las que hayan puesto las cosas en su sitio. Lo primero que había que hacer era buscar un buen motivo sobre el que apoyar esta iniciativa; la cosa estaba clara, en los tiempos que corren, cualquier cosa que pase es debido a la crisis. ¿Qué sube el bacalao? Por la crisis. ¿Qué hay sequía en la cuenca del Guadalquivir? La crisis, por supuesto. ¿Qué los niños lloran el primer día de cole? La crisis. ¿Qué los mayores no, porque les da vergüenza? Ay, esa crisis. Y, ¿por qué hay que clausurar las colas ante las taquillas? Pues ya me dirán, por la crisis, no podía ser de otra manera.

Pero esto no es motivo suficiente, se necesita también un poquito de aderezo, ese sabor que dan algunas especias combinando sabores de oriente y occidente; repercutamos el IVA en las entradas y subamos el precio de estas. Pero que nadie se eche las manos a la cabeza y empiece a decir barbaridades, que siempre hay algún lanzado que se dispara sin pensarse las cosas. Nada tiene que ver en esto la sustancial rebaja del canon que se publico en el pliego de licitación para explotar la plaza de Madrid, ni esa pequeña subida en el precio de las entradas a principio de temporada, ni la rebaja a ganaderos, toreros y demás profesionales del toreo. Esto es aparte y ¿saben a que se debe? ¡Exacto! ¡Premio para el caballero de la chaqueta fucsia y el peluquín teñido! Esto es… por la crisis. Y no se vayan a pensar que la subida ha sido de esas de ponerse a pedir o empeñar el colchón, como hacían los castizos, no y mucho menos si es un “Equipo de descanso LoMonaco”, que es como se llaman ahora a los catres de gomaespuma de diseño. Pero eso de que te suban un céntimo ya jo…roba; ya te pone así como de uñas y con ganas de pagar el abono en monedas de 1 céntimo. Pero ¿qué culpa tendrán esas pobres taquilleras con acento francés que nos ha traído el señor Casas? O a lo mejor no, pero mosquea y alguno hasta echa de manos a aquellos tipos corpulentos mal encarados, con pinta de estibadores del puerto de Odessa, que a la mínima trifulca se arrimaban al compañero para poner gesto de me han pisado un callo y lo vas a pagar tú. Era cómo si por un tortazo te regalaran una entrada de los caballitos, y por dos te incluían el precio de la almohadilla. Que hogareño era aquello; qué tradiciones dejamos que se pierdan por traernos unas niñas con un toque provenzal.

Si alguien no cree que lo que digo, que mire esta imagen obtenida por Javier Salamanca  adelante de las taquillas de la plaza

Aunque acabar con las colas no se resuelve así en dos patadas, no, esta es una empresa para la que esté preparado cualquier mindundi, ¡Por Dios! ¿Dónde vamos a llegar? Ni el vigilante jurado ese rubio del pelo a lo Fido Dido que con tanto mimo y respeto levantaba el brazo mientras te señalaba con el índice de la otra y recitaba “A vern caballerio, dos más ahí” Y tú adivinabas que ahí, era una taquilla que había al doblar la esquina y ante la cual también había la correspondiente cola. No avanzabas nada en realidad, pero el gesto ya te animaba. Pero esto no es la razón fundamental. El meollo de todo esto, según mi opinión y después de mucho reflexionar, creo que está en el atractivo de los carteles de la Feria de Otoño, ahí está lo güeno, güeno del asunto. Párense un minuto y deléitense conmigo. La novilla con Gómez del Pilar, un embrión de pegapases que a costa de unas orejitas del paisanaje he hecho creer a muchos que era torero. Luis Gerpe, que cortó otra con sabor oriental, pues fueron dos familias chinas los que la pidieron, pero como las familias orientales son tan largas, pues toma, premio para el caballero. Y Gonzalo Caballero, al que sí gusta ver, pero que ya debería haber aprendido algo más que a quedarse quieto. Que a mí me da lo mismo oiga, pero es que a paliza por tarde, se le quita la afición al más pintao. El ganado que nadie espere que sea de Javier Molina, ni Moreno Silva, ni del señor Escobar, no, porque para las grandes ocasiones, tenemos ahí los novillos de los señores Lozano y así les dejamos los corrales limpios como la patena.

Luego vienen los de El Puerto, que lo mismo salen arrastrándose, que igual echan un toro de bandera, eso está por ver. El Fundi, que se despide por segunda vez y del que se espera que no “indulte” ningún toro más en Madrid, aunque por supuesto que se marchará con el respeto de la afición y su cariño. Luego El Cid, ese fantasma que abjuró de su fe clásica para abrazar la secta del pegapasismo, en su versión “Joer, qué pesao madre”. Y como tercero, el señor Luque, don Daniel, que parece el típico tronco que está en el banquillo y que cuando el entrenador ya no ve solución le dice eso de “Luque, salga”. Pensábamos que en este Otoño, doña Dolores Aguirre nos iba a mandar recado por medio de sus chicos, pero no, al final otra más de la factoría Fraile, versión Valdefresno y Fraile Mazas, en los que se repite el mismo esquema de los de El Puerto. La matarán Sergio Aguilar, que se ganó su presencia en el ruedo hace unos días, y luego Iván Fandiño el “Estancado” y David Mora el “Acomodao”. No voy a decir que no guste ver al vasco pero quizás podría haberse saltado esta fecha, aunque siempre es de agradecer que no vuelva la cara a Madrid. Lo de Mora ya es otro cantar. Hasta puede ser un error su presencia en esta feria, pues han sido demasiados los torso buenos que se le han medio escapado esta temporada sin alcanzar el nivel que muchos profetizaban. Ha plantado sus reales en la comodidad, en espera de que le admitan como miembro de hecho del “G”, para después dedicarse a pintar la mona y a vivir como un artista incomprendido, aunque toreando hasta en las bodas.

Lo más parecido a lo esperado, aquella feria centrada en el toro, es la de Palha, que lo mismo nos emociona y levanta el prestigio del hierro portugués, que nos sigue dejando ese sabor a dudas casi eternas; que sí, que no, que caiga un chaparrón, que últimamente, ni presencia tenían los de Folque. La terna la componen un Robleño con el cartel muy revalorizado después de lo de Francia; Javier Castaño, decidido a asumir el papel de lidiador modélico al servicio del toro y del aficionado; y Alberto Aguilar, que al final se dejó ver este año en Madrid, demostrando la altura de torero que quiere llegar a tener.

Pero a pesar de todas estas menudencias de los Palha, Robleño y demás, no le quitemos su mérito a los señores triunviros que reinan en el Imperio de las Ventas, donde a base de tesón, trabajo, imaginación, maltrato al aficionado, maltrato a la fiesta y a todo lo que ronde cerca de la plaza, han conseguido acabar con las colas para renovar los abonos y digo más, hasta han echado a patadas a los reventas. Bueno, tampoco quiero exagerar, más bien, estos han salido huyendo despavoridos al ver como no hay quien venda un entrada por un céntimo más del precio de taquilla. Don Chopera, don Matilla, don Simón, ¡Viva el vino! Brindemos por el éxito pasado y futuro, el que nos lleve a poder contemplar la caída del Imperio taurino, aquel que solo provocaba incomodidad, disputas y alborotos. El señor segurata, el Fido Dido o el bajito, ya no tendrán que organizar nada; los reventas ya no repetirán aquello “Para los toros, para los toros, dos bajos del 8;  y el que quiera, hasta podrá practicar sus avances en el francés. Mi reconocimiento a las mentes privilegiadas de la empresa y Comunidad de Madrid, por tundir de semejante a la Fiesta de los toros.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

LA REVENTA, esta a la espera, ya vendran tiempos mejores.


Bombita

I. J. del Pino dijo...

Acabarán con las colas y a este paso con todo lo que se les ponga por delante.
Después se lamentarán por haberse cargado el negocio y le echarán las culpas a otro.
Saludos Enrique. Extraordinario como siempre.

Enrique Martín dijo...

Bombita:
Eso esperamos todos, tiempos mejores, pero ahora es difícil creerlo.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

I.J. del PIno:
Muchas gracias, yo solo me fijo de los buenos y a tu "Monosabio" no le dejo escapar ni una entrada. Pues sí, acabarán con todo, hasta con lo malo y la culpa será de gente como tú y como yo, que nos limitamos a pagar.
Un saludo

Anónimo dijo...

Poco más que añadir, lo has dicho casi todo. Fíjate las expectativas que tendrán los lumbreras que regentan la plaza que han puesto un plazo de cuatro días para coger los abonos que queden libres. En San Isidro quedaron dos mil sin renovar (por la crisis, jeje), veremos cuántos quedan en Otoño.

Un saludo
J.Carlos

Enrique Martín dijo...

J. Carlos:
No se dan cuenta de que la crisis igual solo ha sido un empujoncito para que algunos se deshagan de abonos que no utilizaban plenamente, pero si hubiera algo en el ruedo, lo mismo hasta pedían un rescate a la Merkel para pagarse los toros.
Un saludo