jueves, 27 de junio de 2013

Perera, ni la oreja de Van Gogh

La primera oreja en Madrid

¡Señor, señor! este mundo está revolucionado, si no teníamos bastante con la crisis esta de la estafa, con unos sobres sorpresa que ya no sorprenden, una Sanidad que perjudica la salud, la Enseñanza dirigida por el pelotón de los torpes, la ciudadanía atracada por los bancos, los jueces tratados injustamente, los niños a los que ya no se obliga a comer porque ya ni tienen qué comer, los insaciables de poder que quieren estrangular a los que ya pisotean, los que no pueden trabajar y que son humillados por esta misma causa, los jóvenes mejor preparados que son expulsados de su país como los malos estudiantes, la gente expulsada de sus casas y de la sociedad, tantos y tantos dramas y, ¿saben cuál es el mayor atropello perpetrado en este país en el último siglo? Que el señor presidente de la plaza de Alicante negó una oreja a Miguel Ángel Perera. No hay derecho a semejante atropello, se me abrían las carnes al escuchar al extremeño contar su caso por la radio. Parece que el autor de los hechos continúa en libertad y sin cargos, por imposible que pueda parecer. No sé a dónde se va a llegar con esta actitud de algunos desalmados. Señores, o eso se les supone, que lo mismo te los encuentras en Bilbao que en Madrid y suelen morar en los palcos de las plazas de toros.

Me gustaría que alguien me explicara para qué están, si las dos únicas funciones que se le encomiendan no las cumple, satisfacer los caprichos de las figuras, ya se manifiesten por estos o por personas interpuestas, y conceder orejas. ¿Nadie les ha informado de su cometido? No claro, es mucho más fácil leerse el reglamento y aplicarlo, es mucho más fácil pensar que está allí para impartir justicia. Y todavía habrá quien me diga que también se podía haber montado este revuelo de la oreja, las muchas tardes en las que a los “vuses der parco” se les afloja la muñeca y airean los pañuelos blancos como si fueran lavanderas. Que vale que mismamente en Madrid, este año se han regalado orejas a Talavante, Manzanares, Castella, Juan Bautista, Jonathan del Álamo o al mismo Perera. No me digan, también a Perera, al que le regalaron un despojo por pegar pases, pases, pases, pases… Resumiendo, una sinfonía de trapazos inconexos. Per aquel día ni renunció al trofeo, ni se quejó por recibir tal premio a su insoportable vulgaridad desplegada ante una penosa caricatura de toro.

No me parece Jusa esta diferencia en el trato con unos y con otros. A Perera, ese especialista de la trampa y auspiciador del fraude, le ha hecho todo el mundo de altavoz, en la radio, en la prensa en las redes. Si hasta leí a un prestigioso periodista, del que no diré su nombre, sólo que sale en un programa de toros de la tele de todos, que no tiene barba, no es el jefe, ni tampoco la chica, pues bien, este señor afirmaba que hay demasiada reglamentación en esto de los toros, que así no había manera, que no se puede pretender poner limitaciones al arte, que si reprimimos la creatividad de los toreros estamos ahogando su talento, su genio. Paso a la regularización que tan buenos ejemplos nos ha dejado en otros campos, como es el financiero, ¿verdad? Que no nos ha traído nada más que prosperidad, prosperidad y más prosperidad. Pero todo esto por la oreja de un toro, ¿Dónde estaban todos estos cuando se perdió la oreja de Van Gogh? Calladitos y haciendo el vacío al holandés, muy bonito, sólo estamos para lo que nos interesa. Ni una protesta y si no llega a ser por las pinturas en las se retrató con una gran venda blanca rodeándole la cabeza, igual ni nos habríamos enterado. O lo mismo resulta que no hay para tanto, que al fin y al cabo, solo son cartílagos con pelos.


Yo entendería esta feria y hasta la aplaudiría, si don Miguel Ángel Perera y el resto de toreros del grupo de los que llaman figuras, a la salida de una corrida de esas que tanto matan de Garcigrande, Victoriano del Río, Zalduendo, Juan Pedro, Núñez del Cuvillo, Jandilla, El Cortijillo y tantas otras, declararan que eso es una vergüenza, que ellos son matadores de toros y no de medios toros, bobones y descastados, y que no están dispuestos a matar esas infames corridas , manchando su nombre, el de la torería en general y el de la Fiesta en toda su extensión. Tampoco se les tuerce el mohín al ver, o mejor dicho, al no poder ver el tercio de varas, ni el de banderillas, ni se sonrojan cuando los montados hacen que pican, como si engañaran a alguien. Quizá podrían recriminar a un compañero cuando se desentiende de la lidia, cuando no está en su sitio en los dos primeros tercios, cuando asesina de vil bajonazo al torillo o cuando demostrando su soberbia e ignorancia se encaran con el público, que es quien paga y a quien hay que satisfacer sus gustos, incluso al de la plaza de Madrid. Pero no, ellos se mueren y se rebelan cuando un presidente no les concede una oreja, que siempre resulta que es justísima, proclamándolo los de luces, los taurinos, prensa, mujeres, niños y militares sin graduación. Y es que señor Perera, don Miguel Ángel, ni la oreja de Van Gogh.

18 comentarios:

fabad dijo...

Que cosas esperas Enrique. Con lo a gusto que viven, ¿van a pedir un Toro?. Lo que reivindica Perera es una oreja no un Toro y sus colegas lo mismo...

Xavier González Fisher dijo...

Pronto habra orejas de estraperlo para formarle "la parejita" a los quejosos...

Anónimo dijo...

Que no se queje,en San Isidro le regalaron una. Por otra parte no creo que merezca mucho respeto alguien que lo ha faltado en repetidas ocasiones al público de Madrid, mejor dicho, a los que no somos sus palmeros. El colmo fueron unas declaraciones a J. Antonio Del Moral criticando a la afición madrileña por su comportamiento en el día de la encerrona. El gachó decía que el público le pitaba porque quería que se diera prisa en salir de la enfermería. El muy bobo no se dio cuenta que lo que queríamos era que no saliera al ruedo debido a su estado. Miras por su salud y así te lo agradece...

Anónimo dijo...

Sobre la reglamentacion taurina esta claro que tiene que haberla, pero le dire una cosa, la oreja de Madrid de Perera NO la protesto nadie, le guste a usted o no el torero es otro asunto, otras si fueron de risa.
La 2 oreja es del presidente, eso a usted se le ha olvidado ponerlo.

Orfeo

Enrique Martín dijo...

Fabad:
Mea Culpa, tienes razón, ¿en qué estaría yo pensando? Ya ves, a veces uno no se da cuenta y les trata como si fueran toreros y orgullo de matador de toros. No caigo en que son figuras del toreo. Pero, ¿te imaginas que un día pidieran un toro? Yo tampoco.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Escucharemos como de estrangis llegue uno y te diga por lo bajini: Orejas a su precio, me quedan las últimas. Y así, todos contentos.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Anónimo:
Está muy sobada esa frase de que se torea como se es, lo que en este caso puede que se cumpla a la perfección, aunque él no quede en buen lugar. Todo da la sensación de que está rodeado por una panda de aduladores que le mantienen aislado del exterior. Un señor que se lía apegar pases y pases, que el público desesperado le pitaba para que acabara aquel suplicio y él continuaba, como si nos quisiera aplicar aquello de "no quieres caldo...".
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Orfeo:
No sé como vio usted aquella tarde, pero sí que se le protestó, aunque no es ahora este el caso. No se trata de si la primera oreja, la segunda o una pata, el caso es la falta de humildad y de autocrítica, además del olvido a lo que siempre ha sido la tauromaquia. Se trata de que aplican la ley del embudo, lo ancho para ellos y lo estrecho para los demás. Un señor que tarde tras tarde ha mostrado sin vergüenza su desprecio a la plaza de Madrid y hacia todos los que osan no aplaudir todo lo que hace. La segunda oreja es del presidente, eso está claro, pero ya le digo que no es esa la cuestión. También la primera oreja es la que se pierde matando mal, pinchando o con la estocada defectuosa. Y la segunda oreja valora no sólo la faena de muleta, sino la lidia completa, el toreo de capote y las condiciones del toro. Y si hacemos caso a esto, este señor, como tantos otros, jamás podría cortar dos orejas, al menos mientras que no toreen toros, mientras sus toros no puedan ser picados sin riesgo de quedarse en el sitio, mientras no se coloquen correctamente durante la lidia y hasta que no aprendan a poner el toro al caballo. Son tantas cosas, que no entiendo como se pueden plantear lo de esa segunda oreja. Bueno, si lo sé, por esa burbuja palmera que le aísla de todo lo que no le sea favorable.
Un saludo

Anónimo dijo...

Enrique, el primer anónimo era yo, se me olvidó firmar...

Un saludo
J.Carlos

P.D: vaya mes de Julio han programado en Las Ventas! Para no ir más, y encima a las 7 de la tarde...

MARIN dijo...

Está claro Enrique que ni tu ni yo vamos a hablar de si aquel susodicho día Miguel Angel Perera se mereció la oreja o no. Ya sé que hablamos de otra cosa. Yo personalmente no puedo opinar porque no he visto nada, pero cuando un torero se la merece, sea quien sea, jode que te la roben. Y la cuestión es que en muchos palcos, que no en todos, hay muchos ineptos que no saben de que va esto y regalan muchas que no se merecen en función de quien sea, y se niegan muchas en función, también, de quien sean. Pero ninguno de ellos exige que la lidia se completa, entre otras cosas, porque no hay material para ello.

Un saludo.

Anónimo dijo...

La cuestión no es si Perera se merece la oreja o no. La cuestión es que se monta una que no veas por una oreja y con lo que sale por chiqueros todos calladitos.

Enhorabuena por el artículo. Saludos.

Enrique Martín dijo...

J. Carlos:
La verdad es que el estilo me resultaba familiar. Hoy te han puesto falta en esa "espléndida" novillada.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Marín:
Es verdad lo que dices, pero lo que me desata es que no les preocupa nada más que esa oreja y a la prensa y aledaños, lo mismo, sin detenerse a pensar en cosas mucho más graves. Esto nos demuestra que para ellos nada importa, excepto sus intereses. Esto de la Fiesta les importa un pito.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Isa:
Muchas gracias. Está claro que ellos piensan en una cosa y otros en otra completamente diferente. Son dos mundos que cada vez se alejan más.
Un saludo

Anónimo dijo...

La primera es del publico amgigo Martin, sea como sea, muchas veces no es merecida, pero es pedida por el publico, sea o no entendido, por lo que mientras sea asi, tendra que aguantarse.
Y yo no recuerdo que hubiera protestas, alguna, si, claro, siempre hay.

Orfeo

guada7 dijo...

Hola enrique.
habitualmente leo tus comentarios pero hoy me decido a escribirte. No solo para reconocerte el arte que tienes escribiendo! esto también es arte!, sino para darte la razón en tus comentarios. Es penoso ver día a día como estos señores llamados figuras se están cargando este añejo espectáculo llamado CORRIDA DE TOROS. Ver como los aduladores les vitorean, como los periodistas que viven de ello !qué poco les va a quedar a este paso!,Y no cuentan la realidad del mundo del toro, ensalzando ¿faenas? a medio-toros, y sin decir la realidad de la fiesta actual; que los que han mandado, mandan y por lo que parece mandarán se van a ir sin saber lo que es triunfar de verdad con un CUADRI, MIURA, ALBASERRADA, CEBADA, ATANASIO, SALTILLO, SANTA COLOMA, y algún encaste más que se me queda en el tintero. Que vienen con las ganaderías que quieren, con los toros de esas ganaderías que han escogido y encima... NO LES SIRVEN.
Se aminora la honestidad de JAVIER CASTAÑO con su cruadrilla y el aficionado, la Vergúenza Torera y la verdad de IVAN FANDIÑO, la disposición de ALBERTO AGUILAR, por poner algunos ejemplos recientes en el coso Venteño. Al aficionado ya no nos dejan ni protestar. normalmente se tiene dicho que el que paga exige, en los TOROS ni eso.

Enrique Martín dijo...

Orfeo:
Claro que siempre puede haber protestas, que yo sí recuerdo, pero eso también son apreciaciones y nos podríamos estar en un sí, no, sí, no, absurdo y agotador. Lo que es verdad es que la primera orja la pide y la otorga el público, lo que no me produce un fastidio especial que tenga que aguantarme. Pero también es verdad, que eso ahora se le olvida a los del Plus y a los taurinos, unos por ignorancia y otros de forma interesada, que en caso de pinchazo o estocada defectuosa, el matador pierde la oreja, precisamente esa que otorga el público. Que yo entiendo el afán orejil y ahora se lo saltan a la torera, agarrándose a lo anterior y agarrándose a esa media verdad. Entonces y aparte de otras consideraciones, como el aspecto asardinado de aquel animalejo de Alcurrucén, de no haberlo puesto en suerte ni una vez al caballo, de estar mal colocado durante la lidia, de dar pases moviéndose, eso sí, empalmados, que es lo que gusta ahora, retrasando la pierna de salida como si fuera a correr los cien metros lisos, manejando el engaño como si fuera una bayeta, sin mandar jamás en el toro, con perdón, bastaría esa estocada tendida, caída y trasera, para no haberle dado la oreja, aunque viendo los perrenques que el pacense se pilla,casi mejor que no hubiera sido así. Que eso tampoco es para criticarlo, pero uno no está acostumbrado a ver toreros que se comportan como un niño malcriado y caprichoso delante de una tienda de chuches.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Grada 7:
Si algo tuviera que añadir a este magnífico retrato del oscuro panorama que tenemos y nos aguarda, es que además aguantan y aguantan a esas ganaderías de cámara y en cuanto otras, como las que ha nombrado tienen un fallo o incluso no están a una altura de notable alto, ya están pegándole palos por todas partes. Y le pongo el ejemplo de Cuadri este año, que no tuvo nada que ver con lo esperado, pero que fue pésimamente lidiada, no se nos dejó ver y ya parece que nos pegó el timo de la estampita. Ya digo que no estuvo bien, pero nadie le ha pedido cuentas a Robleño por destrozar aquel castaño, y nadie ha caído en que los toros no hicieron ningún feo, ni mansearon, aunque eran más sosos que la comida de hospital. Muchas gracias por sus palabras y por dejar aquí su opinión.
Un saludo