Gran triunfo de los toros de El Montecillo, unos toros bonitos y bajitos, exceptuando al cuarto, el más grande de la corrida, con una embestida noble que permitía al torero pensar que no había toro, no le era nada difícil pensar que estaba solo en el ruedo de las Ventas, el marco ideal para sentirse artista, que eso es lo que son las figuras del toreo, artistas.
Pues cualquiera que haya leído esto habrá pensado que me he propuesto seriamente tomar el pelo a todo el que se pasa por esta tertulia. Pues bien, eso mismo es lo que pretende hacernos creer el taurineo. Hoy ningún vividor de la fiesta se habrá echado las manos a la cabeza, ni habrá sentido vergüenza de ver a que niveles ha llegado la fiesta de los toros, esos mismos que en cuanto ven una corrida con más casta de la que ellos desean, corren como locos a declarar lo nefasto de su presencia en las plazas de toros. Justamente lo contrario de lo que habitualmente opina el aficionado a los toros, que no el espectador de toros.
La corrida de El Montecillo no es que haya sido peor que otras tantas que sufrimos habitualmente, pero es que uno ya se cansa. Se cansa de ver ese ganado que sobrepasa los límites de la lógica y que roza los del escándalo. Escándalo que no llega si no se sobrepasa esa fina línea. Como todas las tardes, salvo excepciones, los toros no aguantan ni un puyazo, resumiéndose todo el castigo a señalar la vara y a levantar la mano inmediatamente después de que el torillo topa contra el peto. Justo en ese momento se oyen las sabias voces de los modernistas convencidos: “es que si le pica se cae”. Pues que se caiga de una vez. Luego en la muleta, vistos los resultados, podríamos pensar que embestían como el toro Jaquetón, pero que nadie se engañe, el que más poder tenía tomaba la muleta como un corderito al que no se le podía bajar la mano, si no se quería que rodase por los charcos de las Ventas. Pero luego tendremos que oír y leer que si los Montecillos tenían fondo, que duraban- me niego a repetir lo de “durabilidad”- y no sé cuantas milongas más para tapar una fea realidad. Como si esa palabrería nos impidiera ver la evidencia.
Uceda repetía como premio a la orejita de la tarde anterior. En su primero toreó mejor aún que en el Juan Pedro que cortó la oreja, escondiendo la pierna contraria, con un bello trincherazo en el inicio de la faena, algún natural suelto y aislados derechazos, que para los tiempos que corren, ya es mucho. Pero una faena en la que se tienen que ir sacando pases, como el que limpia lentejas, pues no es demasiado apasionante. ¿Y cuál es el pero? Pues el pero es el toro. Daría lo mismo que se nos pusiera con el carretón. Todo pierde sustancia en el momento en que no existe el toro. En el cuarto de la tarde no se pudo ni poner bonito ante un mulo que más parecía para tirar de un carro que para ser lidiado en una plaza.
Iván Fandiño “triunfó” y lo hizo porque cortó una oreja. En el primero de Uceda se hizo presente con unas ajustadas gaoneras. A su primero lo recibió por verónicas, echando en todas el pasito atrás. En este segundo de la tarde, viendo las condiciones del torillo se echó la muleta a la izquierda para empezar su faena, consiguiendo uno francamente bueno. Luego vinieron más naturales, más derechazos, pasándose el toro más cerca de lo habitual y evitando casi siempre descargar la suerte, pero al final de pase le faltó muñeca, lo que intentaba tapar retirando el engaño de la cara del animalito. Un estoconazo que le valió la oreja. Y en esto creo que hay diferentes opiniones. Unos pedían la oreja por los pases y los aficionados se consolaban diciendo que el premio era por la estocada. De lo que no estoy yo tan seguro es de que los de los pañuelos hubieran tenido en cuenta la estocada. Bueno, son formas de ver las cosas. En el quinto salió a buscar ese uno más uno que le abriera la puerta de Madrid, pero el soso Montecillo no le dio opción.
Miguel Tendero es una de esas cargas que Taurodelta nos manda todos los años como a otros les mandaron las plagas de Egipto, la maldición de los faraones o la discografía de David Bisbal. Es el caso prototípico del cambio de cromos. ¿Es vulgar? A rebosar, ¿Es un buen lidiador? Ni sabe lo que esto significa ¿Tiene arte? Menos que los cuadros de cacerías de ciervos. Pero aquí viene cada mayo a hacer bulto en la feria de Madrid. No me voy a detener en su actuación, solo que fue sosa, vulgar y en la que tampoco ayudaron los torillos de turno. Porque este torero, de momento, no ha tenido tan siquiera que ganarse su presencia en las ferias enfrentándose al toro de verdad, porque desde el primer momento nos quisieron hacer creer que era una figura. Y es que nos toman por idiotas.
Pues cualquiera que haya leído esto habrá pensado que me he propuesto seriamente tomar el pelo a todo el que se pasa por esta tertulia. Pues bien, eso mismo es lo que pretende hacernos creer el taurineo. Hoy ningún vividor de la fiesta se habrá echado las manos a la cabeza, ni habrá sentido vergüenza de ver a que niveles ha llegado la fiesta de los toros, esos mismos que en cuanto ven una corrida con más casta de la que ellos desean, corren como locos a declarar lo nefasto de su presencia en las plazas de toros. Justamente lo contrario de lo que habitualmente opina el aficionado a los toros, que no el espectador de toros.
La corrida de El Montecillo no es que haya sido peor que otras tantas que sufrimos habitualmente, pero es que uno ya se cansa. Se cansa de ver ese ganado que sobrepasa los límites de la lógica y que roza los del escándalo. Escándalo que no llega si no se sobrepasa esa fina línea. Como todas las tardes, salvo excepciones, los toros no aguantan ni un puyazo, resumiéndose todo el castigo a señalar la vara y a levantar la mano inmediatamente después de que el torillo topa contra el peto. Justo en ese momento se oyen las sabias voces de los modernistas convencidos: “es que si le pica se cae”. Pues que se caiga de una vez. Luego en la muleta, vistos los resultados, podríamos pensar que embestían como el toro Jaquetón, pero que nadie se engañe, el que más poder tenía tomaba la muleta como un corderito al que no se le podía bajar la mano, si no se quería que rodase por los charcos de las Ventas. Pero luego tendremos que oír y leer que si los Montecillos tenían fondo, que duraban- me niego a repetir lo de “durabilidad”- y no sé cuantas milongas más para tapar una fea realidad. Como si esa palabrería nos impidiera ver la evidencia.
Uceda repetía como premio a la orejita de la tarde anterior. En su primero toreó mejor aún que en el Juan Pedro que cortó la oreja, escondiendo la pierna contraria, con un bello trincherazo en el inicio de la faena, algún natural suelto y aislados derechazos, que para los tiempos que corren, ya es mucho. Pero una faena en la que se tienen que ir sacando pases, como el que limpia lentejas, pues no es demasiado apasionante. ¿Y cuál es el pero? Pues el pero es el toro. Daría lo mismo que se nos pusiera con el carretón. Todo pierde sustancia en el momento en que no existe el toro. En el cuarto de la tarde no se pudo ni poner bonito ante un mulo que más parecía para tirar de un carro que para ser lidiado en una plaza.
Iván Fandiño “triunfó” y lo hizo porque cortó una oreja. En el primero de Uceda se hizo presente con unas ajustadas gaoneras. A su primero lo recibió por verónicas, echando en todas el pasito atrás. En este segundo de la tarde, viendo las condiciones del torillo se echó la muleta a la izquierda para empezar su faena, consiguiendo uno francamente bueno. Luego vinieron más naturales, más derechazos, pasándose el toro más cerca de lo habitual y evitando casi siempre descargar la suerte, pero al final de pase le faltó muñeca, lo que intentaba tapar retirando el engaño de la cara del animalito. Un estoconazo que le valió la oreja. Y en esto creo que hay diferentes opiniones. Unos pedían la oreja por los pases y los aficionados se consolaban diciendo que el premio era por la estocada. De lo que no estoy yo tan seguro es de que los de los pañuelos hubieran tenido en cuenta la estocada. Bueno, son formas de ver las cosas. En el quinto salió a buscar ese uno más uno que le abriera la puerta de Madrid, pero el soso Montecillo no le dio opción.
Miguel Tendero es una de esas cargas que Taurodelta nos manda todos los años como a otros les mandaron las plagas de Egipto, la maldición de los faraones o la discografía de David Bisbal. Es el caso prototípico del cambio de cromos. ¿Es vulgar? A rebosar, ¿Es un buen lidiador? Ni sabe lo que esto significa ¿Tiene arte? Menos que los cuadros de cacerías de ciervos. Pero aquí viene cada mayo a hacer bulto en la feria de Madrid. No me voy a detener en su actuación, solo que fue sosa, vulgar y en la que tampoco ayudaron los torillos de turno. Porque este torero, de momento, no ha tenido tan siquiera que ganarse su presencia en las ferias enfrentándose al toro de verdad, porque desde el primer momento nos quisieron hacer creer que era una figura. Y es que nos toman por idiotas.
10 comentarios:
Yo creo que la oreja de Fandiño no fue ni por la estocada ni por los naturales, fue por el conjunto de la actitud, la colocación y lo que acabó de calentar los tendidos fueron las bernardinas.
Luis:
No te voy a contradecir, la colocación fue buena y más en los tiempos que corren. Parecía que cuando le pillaba el toro con la pierna atrasada no se encontraba a gusto, e inmediatamente se ponía dando el medio pecho. ¿Que merecía la oreja? Bueno, pues sí, puede, no se la voy a negar, pero para mí lo determinante fue la estocada. Yo no lo pedí, pero tampoco la protesté. Lo que no me gusta es la sensación que me queda que a este tipo de toreros que intentan hacerlo como se debe, nos ponemos, yo el primero, a analizar su tarea como si todos siguieran esta línea. Pero tampoco podemos comparar con unos y con otros, porque así, al final, nos vemos metidos en una vorágine a la que nos arrastrarían los vulgares pegapases. También te digo que se va a dar más de una oreja con muchísimo menos mérito.
Un saludo
No vi la corrida.
Pero no admito que se de una oreja en madrid por unas bernardinas.
¿para cuando una corrida sin caballos?, total...
ay esa casta que se nos va...
Me gustaria que cuando se le dé mucha importacia a algo que no la tiene, se pusiera al lado videos con faenas mas importantes y que han tenido mucho menos premio.
Lo que no podemos es perder las referencias en nada de lo que respecta al toreo. Menos, con los tiempos y modas que corren.
INDEPENDIENTEMENTE DE LOS GUSTOS PERSONALES Y MATICES, esto es otra cosa.(como por ej. la corrida de Escolar era para ver albaserras en estado puro, con INFINIDAD DE MATICES, nada que ver con una corrida al uso), ¿no os parece?
Al menos para dejar a las generaciones que vengan, nuestra cultura turómaca dentro del orden logico que debe de tener.
Saludos
Lesaqueño:
Lo lógico sería que con esos vídeos se viera la diferencia y que se dieran cuenta de las carencias que hoy sufrimos, pero vistas esas corrientes revisionistas, lo más probable es que intentaran echar por tierra todo lo pasado. Mira con la propia corrida de Escolar, que algunos han tildado de nefasta, imposible y no sé cuantas más. O lo que según he oído pasó en la retransmisión del Plus, en que el sr. Molés iba a lo suyo y tuvo que ser Emilio Muñoz el que saliera en favor de los toros y de la plaza de Madrid. ¡Emilio Muñoz! un torero que nunca logró entrar en Madrid, y que ahora, retirado, nos entiende mejor de lo que todos podíamos imaginar. ¿Y dónde está el truco? Pues Lesaqueño, estoy seguro que tú lo sabes perfectamente. Es más, sin conocernos, seguro que coincidimos en la respuesta, ¿no crees?
Un saludo
ami el fandiño me aburre ¡!!que tenga valor pues lo tiene pero hasta ahi...no tiene clase ni gusto ni empque y mucho menos arte ni toreria...
Anónimo:
Es una opinión sobre Fandiño, yo ya he dejado la mía, que he intentado dejar claras sus carencias, en mi opinión y sus virtudes.
Un saludo
Pues Fandiño gana puntos en mi apreciación cada vez que lo veo. Intenta hacer el toreo verdadero y es el único (ya ni Uceda) que echa la muleta abajo al entrar a matar. Los demás le tapan la cara y entran...
Fabad:
Para mi los defectos que tiene Fandiño son subsanables, porque lo que parece que tiene clara es la idea de toreo que quiere desarrollar. No sé cuantos toreros habremos visto últimamente que se encuentre más cómodo adelantando la pierna que escondiéndola. Eso dice mucho en su favor.
Un saludo
perera parece un guardamarina!!!!jajajaja ahi los has clavado!!y tendero tiene menos arte que un cuadro de ciervos jajaja
Anónimo:
Gracias por tu visita, aunque me gustaría poder dirgirme a ti por tu nombre.
Un saludo
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