De toda la vida de Dios, Madrid y sobre todo la feria del patrón, era la prueba más importante de la temporada para toros y toreros. No tenían nada más que verse anunciados para empezar a sentir una angustia a la altura de la nuez que no les dejaba pasar ni una maizena muy líquida, porque al primer grumo que se encontraran ya se hacía necesario un desatascador de tráqueas. Unos y otros se tenían que someter al juicio de los sesudos de la capital, menudos eran ellos, que te miraban con el entrecejo fruncido mientras movían el índice diciendo un no que no se oía, pero que retumbaba.
La cosa no es para tanto desde hace ya años, demasiados, y lo mismo corta una oreja el Capea jr., que sale triunfador el Bautista, sin dar un pase estimable. Ahora todo es un verbena festivalera, pero al estilo de Madrid. Siempre ha habido quienes criticaban los gustos de la afición de esta plaza, que si no aguantan a los figurones que por ahí arrasan, que les gustan los toros asín y asao, que si no hay música, que si las palmas de tango, pero al final todos respetaban a esta plaza y no hacían una crítica sin asegurarse la escapada, como hacen los toreros modernos, con la pierna contraria bien atrasada, por si hay que pegar un brinco en la retirada.
Pero las circunstancias nos han puesto en una situación muy complicada. Gracias al usía indultador de Sevilla todo el taurineo mira para la plaza de la calle de Alcalá. Menuda la que nos ha liado este señor de bonachona expresión. Ya se podía hacer gobernador de Texas y California a la vez o marine de los USA. Si así fuera, seguro que el bueno de Bin Laden estaría todavía oculto en esa supermansión con superprotección, en una superurbanización a dos pasos de la capital de Pakistán, pero muy escondido; si no, seguro que lo habrían encontrado mucho antes. Antes incluso de que casualmente bajara el petróleo y subiera Wall Street, que coincidencias.
Pero vamos a lo que vamos, y es que Madrid está en el punto de mira del mundo de los toros. Sevilla ha marcado la temporada, los sonoros triunfos de El Juli, como la cúspide del toreo moderno y el indulto de Manzanares/ Arrojado/ Núñez del Cuvillo, elijan, como la consagración del nuevo espectáculo que ha irrumpido en el siglo XXI, el Taurobotellón. Con barra libre para el fraude, la vulgaridad, la chabacanería y la manipulación en todas sus posibles acepciones. Y, ¿todo esto tendrá su continuación en las Ventas? ¿Seguirá este lado oscuro escalando posiciones hasta encaramarse en todo lo alto de la Puerta de Madrid? ¿Infectará esta peste la seriedad de la que dicen que era la primera plaza del mundo? Pues ahí estamos. El pulso está servido entre las huestes claveleras y triunfalistas guiadas por los taurinos y los que se resisten a ver cómo la emoción y las sensaciones que creían que eran uno de los valores inamovibles del toreo se transforma en bostezo, aburrimiento y hasta crueldad. La crueldad de querer hacer embestir a un animal al que según ellos hay que enseñarle a hacerlo, la de pretender que un animal sea burlado por un señor con un trapo en la mano como si fuera un caniche jugando con su amo.
Los postmodernistas ya se han fijado un objetivo o varios, que las figuras que no llenan las plazas de ningún sitio, pero que son cantados como héroes por los medios de comunicación en los que aún tienen sitio los toros, sean llevados en volandas por la Puerta de Madrid y, si es con un rabo, mejor que con mil orejas. ¡Un rabo! Con perdón, es el becerro de oro de toda esta legión de gentes del toro. ¡Un rabo! Con perdón, atravesando saliendo a la calle de Alcalá de la mano de un semidios vestido de fraude y oro. ¡Un rabo! Con perdón. Qué despojo más vergonzante para representar la gloria. Pero, ya que se ponen, ¿por qué no un nuevo indulto? Así no solo los taurinos se ufanarían de la hazaña, también los antitaurinos se podrían sentir satisfechos de que muchos años después un toro volviera al campo al concluir su lidia; y perdón por emplear este término tan lleno de significado para denominar el tiempo que el torillo pasa en el ruedo desde que sale hasta que el susodicho semidios se pone a hacer gestos al respetable y al usía para indicar que él ya lo ha hecho todo y que se pueden llevar a su enemigo, que es como estos postmodernistas llaman ahora al toro, el enemigo. Y no se les ocurre otra forma de demostrar su magnanimidad que perdonándole la vida a un ser por el que muestran poco respeto.
Pues ahí estará la afición de Madrid soportando estoicamente como la prensa les tilde de ignorantes para arriba, cuando no de crueles y rencorosos; como el respetable que les visita una o dos veces al año les ordena que se callen entre los insultos de sus paisanos que le acompañaron en el autobús; como los semidioses les obsequian con desplantes y miradas de odio por no responder a sus cucamonas como los públicos de otras plazas; y siempre jugándose su prestigio porque otros se empeñen en dar un rabo, pedir un indulto o proclamar a sus ídolos los reyes del toreo. Madrid tiene todas las de perder, porque le juzgarán por algo que no ha cometido, ni consentido, pero que no tendrá fuerza suficiente para impedirlo, solo se tienen que poner de acuerdo las huestes claveleras. Pues que Dios reparta suerte.
La cosa no es para tanto desde hace ya años, demasiados, y lo mismo corta una oreja el Capea jr., que sale triunfador el Bautista, sin dar un pase estimable. Ahora todo es un verbena festivalera, pero al estilo de Madrid. Siempre ha habido quienes criticaban los gustos de la afición de esta plaza, que si no aguantan a los figurones que por ahí arrasan, que les gustan los toros asín y asao, que si no hay música, que si las palmas de tango, pero al final todos respetaban a esta plaza y no hacían una crítica sin asegurarse la escapada, como hacen los toreros modernos, con la pierna contraria bien atrasada, por si hay que pegar un brinco en la retirada.
Pero las circunstancias nos han puesto en una situación muy complicada. Gracias al usía indultador de Sevilla todo el taurineo mira para la plaza de la calle de Alcalá. Menuda la que nos ha liado este señor de bonachona expresión. Ya se podía hacer gobernador de Texas y California a la vez o marine de los USA. Si así fuera, seguro que el bueno de Bin Laden estaría todavía oculto en esa supermansión con superprotección, en una superurbanización a dos pasos de la capital de Pakistán, pero muy escondido; si no, seguro que lo habrían encontrado mucho antes. Antes incluso de que casualmente bajara el petróleo y subiera Wall Street, que coincidencias.
Pero vamos a lo que vamos, y es que Madrid está en el punto de mira del mundo de los toros. Sevilla ha marcado la temporada, los sonoros triunfos de El Juli, como la cúspide del toreo moderno y el indulto de Manzanares/ Arrojado/ Núñez del Cuvillo, elijan, como la consagración del nuevo espectáculo que ha irrumpido en el siglo XXI, el Taurobotellón. Con barra libre para el fraude, la vulgaridad, la chabacanería y la manipulación en todas sus posibles acepciones. Y, ¿todo esto tendrá su continuación en las Ventas? ¿Seguirá este lado oscuro escalando posiciones hasta encaramarse en todo lo alto de la Puerta de Madrid? ¿Infectará esta peste la seriedad de la que dicen que era la primera plaza del mundo? Pues ahí estamos. El pulso está servido entre las huestes claveleras y triunfalistas guiadas por los taurinos y los que se resisten a ver cómo la emoción y las sensaciones que creían que eran uno de los valores inamovibles del toreo se transforma en bostezo, aburrimiento y hasta crueldad. La crueldad de querer hacer embestir a un animal al que según ellos hay que enseñarle a hacerlo, la de pretender que un animal sea burlado por un señor con un trapo en la mano como si fuera un caniche jugando con su amo.
Los postmodernistas ya se han fijado un objetivo o varios, que las figuras que no llenan las plazas de ningún sitio, pero que son cantados como héroes por los medios de comunicación en los que aún tienen sitio los toros, sean llevados en volandas por la Puerta de Madrid y, si es con un rabo, mejor que con mil orejas. ¡Un rabo! Con perdón, es el becerro de oro de toda esta legión de gentes del toro. ¡Un rabo! Con perdón, atravesando saliendo a la calle de Alcalá de la mano de un semidios vestido de fraude y oro. ¡Un rabo! Con perdón. Qué despojo más vergonzante para representar la gloria. Pero, ya que se ponen, ¿por qué no un nuevo indulto? Así no solo los taurinos se ufanarían de la hazaña, también los antitaurinos se podrían sentir satisfechos de que muchos años después un toro volviera al campo al concluir su lidia; y perdón por emplear este término tan lleno de significado para denominar el tiempo que el torillo pasa en el ruedo desde que sale hasta que el susodicho semidios se pone a hacer gestos al respetable y al usía para indicar que él ya lo ha hecho todo y que se pueden llevar a su enemigo, que es como estos postmodernistas llaman ahora al toro, el enemigo. Y no se les ocurre otra forma de demostrar su magnanimidad que perdonándole la vida a un ser por el que muestran poco respeto.
Pues ahí estará la afición de Madrid soportando estoicamente como la prensa les tilde de ignorantes para arriba, cuando no de crueles y rencorosos; como el respetable que les visita una o dos veces al año les ordena que se callen entre los insultos de sus paisanos que le acompañaron en el autobús; como los semidioses les obsequian con desplantes y miradas de odio por no responder a sus cucamonas como los públicos de otras plazas; y siempre jugándose su prestigio porque otros se empeñen en dar un rabo, pedir un indulto o proclamar a sus ídolos los reyes del toreo. Madrid tiene todas las de perder, porque le juzgarán por algo que no ha cometido, ni consentido, pero que no tendrá fuerza suficiente para impedirlo, solo se tienen que poner de acuerdo las huestes claveleras. Pues que Dios reparta suerte.
17 comentarios:
Eso es lo que hay. Mágnífico post.
Un saludo
José:
Esa es la lástima, que no hay más. Muchas gracias.
Un saludo
Madrid no caera en esas cosas, estoy completamente seguro.
Cuando una plaza pierde su rigor pierde su publico, ayer mismo en plenos farolillos y con 3 post-modernistas en el cartel no se lleno la plaza.
Muchos diran que en Madrid no dan orejas ni indultos ni tal...
Lo que para los demas es desconocido es que la aficion madrileña espera que cada tarde se indulten los 6 toros con 12 orejas y seis rabos para sus LIDIADORES, es lo que soñamos todos siempre y cuando sea de manera justa y merecida.
No creo que cualquiera desde nuestra localidad pueda protestar ni lo haga lo mas minimo despues de indultar un gran toro de garcigrande?? que vaya 3 o 4 veces al caballo dando una gran pelea, galope en banderillas y sea un torrente de clase y bravura en la muleta.
Eso si, se le indultara siempre que esto ocurra, no de otra manera, porque MADRID es MADRID!!
un saludo
Scotty:
Tu comentario merce3 que lo lea todo el mundo. Es que Madrid no es ni más ni menos que eso, estamos desando indultar y dar orejas, pero con un motivo. Entonces el aficionado de Madrid no se cambiaría por nadie en el mundo. Si el público de Madrid es el que más ganas tienen de que haya triunfos. Lo desea tanto que es capaz de tragarse más de un mes de toros esperando que el fenómeno se produzca.
Un saludo
Enrique, creo que la percepción que se tiene de Las Ventas fuera de la capital, a veces es errónea. Asocian a ella y a su afición algunas tópicos que no son ciertos.
Madrid, aún siendo la plaza más seria de España, ha perdido muchos enteros. Los que somos habituales vemos, año tras año, como viejos abonados y muy buenos aficionados, bien abandonan su abono o, desgraciadamente, fallecen debido a su edad. El “reemplazo” les hace aún más grandes, el nuevo público no les llega ni a la suela de los zapatos en cuanto al conocimiento de la tauromaquia.
El pasado San Isidro, estuvimos hablando con un viejo aficionado, antiguo integrante de la “Andanada del 8”, que vive a caballo entre Valencia y Madrid. Su frase fue elocuente: “Madrid está ahora como Valencia estaba hace 20 años”. Se refería a la plaza en cuanto a exigencia y seriedad. Probablemente éste año diga que estamos como Valencia hace 18.
No me sorprende lo de Sevilla, dentro de lo poco que veo por la tele durante las últimas ferias, he visto aplaudir detalles que son de chiste. Detalles que, cada vez más, también se aplauden en Madrid. Podemos decir que los presidentes sevillanos rayan a bajo nivel pero ¿acaso los madrileños son merecedores de estar en el palco?
Creo que, dar o no dar un rabo, conceder o no un indulto, serían hechos puntuales. La falta de rigor se ha apoderado de nuestra plaza: se dan orejas con estocadas caídas; se aplauden pares de banderillas con solo dar el saltito de turno; si el matador ha hecho una faena mediocre pero es volteado hay premio seguro; si un matador es del gusto de la afición, se le consiente lo que a otro no; si la estocada cae arriba, da igual cómo se haya ejecutado; si el toro se arranca de largo al caballo, se le aplaude, dando igual lo que haga en el peto; raramente se aplauden quites oportunísimos que evitan cogidas; no digamos ya aplaudir a un subalterno que ha lidiado a la perfección a un toro y le ha evitado unos cuantos capotazos; en la suerte de varas, se critica al picador pero no al verdadero responsable, el que le paga y, sin embargo, se aplaude al monosabio porque… ¿andaba por ahí?
Lo peor es que el resto de las plazas están aún peor. Quisiera recomendar a todos los lectores de este gran blog la lectura de un post muy bonito que ha escrito un gran aficionado de la Maestranza, el artículo es conmovedor y, a su vez, demoledor.
Saludos y buen San Isidro para todos,
J.Carlos
Enrique, creo que se me olvidó poner el blog donde podéis leer el artículo:
"castaybravura.blogspot.com"
J. Carlos:
Hace años ya me decía mi padre que quién ve y quien ha visto a Madrid y que lo del 7 era un juego de niños comprado con las broncas de antaño. Como bien dices, se vuelven locos con los monosabios y él se ponía de los nervios al verlos por ahí como en las capeas citando al toro. Todo el gusto es mucho más superficial y se aplauden las mismas cosas que jalearía un americano, los saltos, las carreras, las contorsiones y el destoreo. Nos quejamos de lo demás, pero lo nuestro tiene tela. Y no te pierdas esos que a la mínima te sueltan lo de la primera plaza del mundo, como si sentarte en esa dura piedra te diera el título de doctor en tauromaquia, o los que te dicen que son muy aficionados que todos los años van a los toros en San Isidro por lo menos una tarde ¡Échale! Bueno J. Carlos, te deso a ti también un buen San Isidro, que ójala se dé la circunstancia de podernos saludar y compartir esperiencias taurinas, para mí sería un placer. Y que Dios nos pille confesados.
Enrique, todo un halago lo que has dicho, para mi realmente me hace ilusion, ya sabes que a los que somos jovenes, el reconocimiento de un maestro es importante.
Un detalle, no se si podras "disfrutar" de las retransmisiones del plus (no voy a hablar de nuestro amigo, no seas mal pensado), hoy a Cayetano se le ha negado un trofeo, es la PRIMERA vez en la feria que se niega algo que se pide, hasta ahora si se pedian 2o con un julipie-bajonazo se daban, hasta indultos...!!
Es decir, hasta hoy presidia el publico.
un saludo
Enrique, estoy de acuerdo con lo que dice Scotty. Hasta hace poco pensaba lo mismo del publico de Sevilla, pero creo que mi equivocación tambien tiene mucho que ver con el argumento de J. Carlos.
Creo que los aficionados se están yendo de las plazas Enrique, y esas localidades son ocupadas por "nuevos aficionados" modernistas que solo les interesa que el torito vaya de aqui para allá largito, sin molestar para nada a que está allí delante y con lo de la bravura, en toda la extensión de la palabra, se las traen al pairo. Rezad por Madrid, que os queda poco si los quedais no lo permitís.
Y creeme Enrique que el toro de Cuvillo del otro dia, para el torero, no pudo ser mejor y Manzanares lo supo aprovechar. Y si el torero disfruta, imaginate, el "nuevo aficionado" se tira de los pelos.
Sinceramente, si me asegurán que todos van a salir como este, a mas de uno no nos importaria volver a encajarnos en la taleguilla y atarnos los machos. No se si me he expresado Enrique.
Un abrazo Enrique.
Scotty:
Me agrada que lo sientas como un halago, pero las cosas son como son yeso que escribiste deja claro que en Madrid no vamos a los toros a mosquearnos. Y es algo que se piensa, pero que no se piensa en decirlo, o mejor dicho en escribirlo, porque mi compañero de grada desde hace años, Pepe, que siempre dice que no tiene ni idea de toros y no sabes lo que controla, lo dice de siempre, que a él le gustaría ver todos los días mil orejas y se lo llevo escuchando años.
Lo que sí tienes que asumir es que tú también eres afición, que imagino que lo tendrás asumido, y hasta puede sonar fuerte, que a mí me suena y me resisto a creerlo, pero es así. No vamos a cambiar la fiesta en dos días, pero mira lo blancos que llegan los toreros a Madrid, pensando en que aquí, de momento, no vale todo. Por lo pronto tienen que cambiar las ideas que tienen en la cabeza, el chip, aunque no quería usare esta palabra. Así que majete, que sepas que tú también eres aficionado y que los años no te hacen mejor, te hacen más viejo. Y no dejes que tu puesto lo ocupe un clavelero con el güisqui en una mano y la bandeja de Mallorca en la otra.
Un abrazo
marín:
Lo has expresado a la perfección. Y yo creo que a ese nuevo aficionado le falta que alguien le cuente cuales son los fundamentos de esto, pero los de siempre, los eternos, no lo de la durabilidad, toreabilidad y todo eso. Es más, yo estoy convencido de que sale todas las tardes un torillo como el de Manzanares y en poco tiempo se aburrirían, pero de bostezar. ¿Sabes que ventajas tenemos algunos como tú y como yo? Que lops señores que nos llevaron de la mano a los toros cuando íbamos en pantalones cortos nos metieron el veneno y la verdad de esto en las venas y ¡amigo! ni aunque nos cambien la sangre se nos va a escapar esto. Otra cosa es que lo sepamos asimilar, pero por muy brutos que seamos, algo se nos ha quedado. Y así pasa, que cada vez que veo un tío con las medias rosas y un bicho negro y con cuernos, se me vienen a la cabeza tantas y tantas cosas que escuche al oído. Como le decía a un sobrino mío, yo he ido a los toros siempre con pinganillo. Y hasta a veces le decía al del pinganillo que era un pesado, pero ¡me cago en la puta! lo que le echo de menos.
Un abrazo muy fuerte. Al final me has rascado muy hondo. Y lo de apretarse los machos y salir a torear, si se da, avisa, que según palabras tuyas, no hay nada que no se arregle con un AVE.
Hace dos años era la "operación rabo". ¿Y entonces hoy será "operación indulto"? ¿O para no dejar las cosas así, "vamos por todo"?
Pues te diré Enrique, a lo mejor tiene "su lado amable". Quizás los "figurines" que no quieren aparecerse por allí, temerosos de la "dureza" de la afición madrileña, se animen a hacerlo si se les ofrece el 2x1.
Total, esto, aquí y allá parece haberse vuelto un absoluto cachondeo...
Un abrazo.
Xavier:
Lo que yo no atisbo en este momento es el punto a donde camina todo esto. No sé si se llegará a un punto muerto que será el punto y final, aunque se sigan dando festejos para turistas, o si de repente, como ocurre con las curvas de productos en el marketing, habrá un relanzamiento con grandes cambios en el "producto toros", volviendo a lo clásico, a lo de siempre. Pero lo malo es que esto no podrá ser inmediato, será necesario un tiempo, el que necesita el toro para recuperar tantas cosas que ha perdido. Lo malo es que en esta época de urgenicas, el tiempo puede ser excesivo.
Un saludo
No piense ustedes que estoy de acuerdo con el indulto de "Arrojado" en absoluto, pues la decisión de un inepto presidente le ha quitado de un plumazo la categoría que se le suponía a la Real Maestranza sevillana, digo "se le suponía" porque para mí dejo de tenerla desde hace mucho tiempo, porque salvo las corridas llamadas duras, si han podido rozar el trapío exigible, pero el resto, es decir las que torean las llamadas figuras del momento en donde lógicamente se encuentra los ídolos locales, como los fueron recientemente Curro Romero y hoy Morante de la Puebla, estas corridas siempre han dejado mucho que desear, y eso lo a permitido la afición sevillana, bajo el paragua del "toro del gusto de Sevilla". Y así, año tras año se han venido tragando una cantidad de toritos impropios de una plaza de primera, y la mayoría de la sabia afición sevillana sin decir ni pío.
Esto Madrid es verdad que lo cuida mejor, al margen de lo que el toro pueda llevar dentro, pero no estoy de acuerdo con Scotty cuando dice que Madrid es Madrid, porque en ese ejemplarizante Madrid cortó un rabo Palomo Linares. Como yo no estuve presente y no me fío para nada de lo que se ha escrito sobre lo justo o no del premio presidencial, me gustaría si hay alguien que pudiera aportar algún comentario. Gracias.
Saludos cordiales
Víctor Sánchez
Víctor:
Has descrito a la perfección lo de Sevilla, que yo deseo fervientemente que no siga la tónica del indulto y que los buenos aficionados retomen el control de la situación. Sobre lo de que Madrid es Madrid, en parte es cierto, pero ojo, que en cualquier momento puede dejar de serlo y que se nos hunda mientras se nos llena la boca con esto. MAdrid lelva años dando signos de una bajada de las exigencias alarmante y se ven muchos discípulos de las televisiones que dan toros. Incluso lo del rabo me parece menos grave que la situación actual y me explico. Lo del rabo fue una excepción que recibió inmediatamente la respuesta de la afición y de algunos medios, pero ahora eso no creo que se produkera, con lo que quedaría como una hazaña "reconocida" por todos. Aquello del rabo de Palomo no fue para sentirse orgulloso precisamente, creo incluso que al presidente de aquella tarde el sr. Pangua, le fulminaron al día siguiente y no volvió a presidir ni una corrida más. Eso no sé si sería igual ahora. Mañana lo podremos empezar a comprobar. Pero hay que estar atento y preservar la categoría de Madrid, Sevilla y todas las plazas, todas y cada una de las tardes en que haya toros.
Un saludo y gracias por pasarse por aquí.
Ya se están dando los primeros síntomas de "contagio" en la primera de San Isidro, aplaudiendo el destoreo de la figura en ciernes de los 8 o 10 toros para serlo, que no sé por cuántos van ya;o las bernardinas del otro eterno aspirante.Eso entre otras cosas.
Ya van propalando por ahí que las corridas "toristas" de Sevilla no deben volver porque aburren y quieren equiparar una mala de Dolores Aguirre por ejemplo a 30 podridas del encate por todos sufrido en todas las Ferias que repiten cada año con descaro y nulo respeto al aficionado.
Me ha gustado el artículo.Te has enrabietao con el toro,te lo has llevado a los medios y lo has "cuajao" como dicen por ahí,como si el toro fuese una mayonesa ,cosa falsa, porque la mayoría de lo que se lidia no llega ni a Chantilly.
Enhorabuena y mucho ánimo para la Feria.
Franmartín:
Que alegría verte por aquí. A propósito de tu comentario, precisamente en la de El Vellosino mi compñero de localidad, Pepe, y yo comentábamos lo que echábamos de menos un manso, uno de esos que hacen que se masque la emoción. Ahora confunden una mala corrida de Dolores u otras ganaderías encastadas, con los bodrios de los torillos comerciales que rara vez dejan de ser insufribles. Veremos como acabamos esta feria.
Un saludo
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