lunes, 16 de mayo de 2011

La pantomima, falsedad y burla de la tauromaquia del s. XXI

Me parecería una tomadura de pelo por mi parte ponerme a hablar de la primera corrida de Núñez del Cuvillo como si no pasara nada, como si realmente estuviéramos hablando de una corrida de toros al uso. No creo que sea saludable tratar a lo que salió en Madrid, como una corrida de toros. A mi personalmente, e insisto, personalmente y según mi opinión muy personal, me parece que no debemos seguir el juego a estos mentirosos del toreo. Si nos ponemos a hablar con toda naturalidad de los que pasó en las Ventas el día del santo patrón, creo que seríamos cómplices de un delito contra lo que se quiere convertir en Patrimonio Cultural Inmaterial Universal. Cosas así solo merecen que se tiren a la basura e intentar que no vuelvan a pasar jamás, aunque pasarán. Empezar a decir que si el toro de Saldívar fue a la muleta o dejó de ir, creo que es dar cobertura a una inmoralidad.

Pero como las cosas funcionan como funcionan, dentro de tres días nos volveremos a encontrar con otra como esta. Igual hasta sale mejor, con más trapío, más brava y sin ese aspecto anovillado que han exhibido en la quinta de feria. Entonces a lo mejor hasta me sentía más engañado todavía, porque me sonaría a que en la oferta de dos por uno, la de regalo no era para sacarla en Madrid, lo sabían y a pesar de todo tiraron pa’lante. Ahora se me vienen a la cabeza las imágenes de recientes indultos, la emoción y las lágrimas del ganadero, coronado como el gran adalid de esta comedia bufa.

El espectador esperaba verse inundado por el arte desparramado de Morante de la Puebla, el místico taurino por excelencia, el que crea hasta fumándose un puro, el recuperador de las tauromaquias antiguas con la chota moderna. Nunca pensé que pudiera decir esto de un torero que tanto me ha hecho disfrutar, pero ahora mismo es un cómplice más de todo esto. Como evidencia la lidia que se le instrumentó a su primero, no se le pudo picar, malamente banderillear y solo un trapazos con el pico y por la cara es lo que se llama habitualmente faena de muleta. En su segunda cabrita nos deleitó con unas verónicas marca de la casa, echándole el capote adelante y llevándolo muy toreado, perdón cabriteado. A este manso que no tuvo reparo en coser a cornadas el peto y en dolerse en banderillas, le recogió por ambos pitones, destacando un buen trincherazo que más parecía la caricia de una nodriza que un pase con mando. El inválido soportó a duras penas los intentos de toreo con el pico y recibió resignado los cuatro pinchazos saliéndose, antes de la estocada rinconera que acabó con el suplicio de todos.

Pero si hablamos de cómplices de esta infamia, no nos olvidemos de don Alejandro Talavante, aquel torero que de novillero encantó a la plaza de Madrid, que ya de matador fue adoptado si no como sucesor de José Tomás, sí como su alumno más aventajado y al que se esperó, esperó y esperó en los malos momentos. Pues ahora no duda en colaborar en el engaño. Después de desentenderse de la lidia de su primer novillo, lo recibió con unos estatuarios y naturales simplemente aseados, otra tanda sin pararse quieto, derechazos con pico y pases y más pases, sin ningún objetivo aparente. Daba la sensación de alargar la faena para complacer a alguien poderoso que pueda mandar en los contratos, como si tuviera que justificar su buena “actitud” o simplemente porque no da para más. En su segundo inválido, para el que la suerte de varas se resume en dos picotacitos escasos, le enjaretó unas chicuelinas apartándose, para después pasara a otra de esas faenas eternas, pesadas y absurdas, utilizando el pico como su arma fundamental para enfrentarse al de Núñez del Cuvillo.

También era el día de la confirmación del mexicano Arturo Saldívar, al que por el momento no vamos a meter en el saco de los despropósitos, abrió la tarde con muchas ganas, con las que debe tener un torero el día en que hace el paseo como matador en Madrid con la montera en la mano. Tras no picar al gordo que hacía primero, con evidente flojera, y mansedumbre manifiesta al cornear el peto sin reparo y salirse suelto del caballo y al dolerse con ostentación de las banderillas, lo recibió con la muleta en los medios y de rodillas. Saldívar practicó un toreo tan efectista, como insustancial, trapazos, abuso de pico y viéndose obligado a recolocarse con una carrerita después de cada redondo o natural, evidenciando el poco toreo y escaso mando de sus muletazos. Unas manoletinas para encandilar al personal y una estocada entera y tendida, después de tirarle la muleta a la dulce babosa. En el sexto, otro novillo marca de la casa, repitió la misma estructura, falta de lidia y gestos para el público que lo mismo se enardecía porque le brindaban un toro, que perdía la cabeza al ver como el espada ponía la montera boca abajo con las bambas de la muleta. ¡Para qué más! Con el aceleramiento que le acompañó durante toda la tarde empezó la faena con un falso pase cambiado; aquel en el que el maestro Bienvenida esperaba a los toros hasta lo increíble con la muleta plegada, marcando la salida por el pitón derecho, para al final hacerlo por el izquierdo, por eso se llamaba el pase cambiado. Pero si esta maniobra la hacemos tres días antes de que el novillote llegue a jurisdicción, entonces ya es otra cosa. Más pases por detrás y muchos trallazos destemplados con sus correspondientes enganchones y con la obligación de rectificar y recolocarse después de cada trapazo. Pases en línea, sin rematar, para llegar al intento de arrimón final, donde el toro molestaba bastante menos.

Una tarde más, una de tantas de las muchas que nos quedan, en las que la mentira y la pantomima ya casi hay que aceptarlas como algo habitual si en el cartel se unen torillos comerciales con figuras rutilantes, pero es que además nos quieren convencer de que esto es la gran maravilla y de que es lo que nos queda. Esos sabios del siglo XXI nos sueltan a la cara que o esto, o nada. Pues por mi parte prefiero la nada. Mejor un buen recuerdo que un vergonzoso presente.

9 comentarios:

Scotty dijo...

Hola Enrique!!

Sabes que soy profundo morantista, muy profundo, una hora antes hacia cola en la puerta de cuadrillas para desearle suerte a mi idolo!

Ahora me doy cuenta que mientras algunos teniamos ilusion, el ninguna, sabia lo que habia y que era imposible hacer nada con eso, es decir se rien de nosotros!!Los jovenes aun tenemos algo de inocencia y por eso nos seguimos aficionando a esta mentira!!

El mejicano con mas ganas que las que han tenido los otros dos en su vida.

Morante fecha tope 8 de Junio, si vuelves a dar el cante como acostumbras por mi que te den...!!no quiero ensuciar este precioso blog!

Atentos al 18 que viene un corridon segun cuentan!!

Un abrazo

Viva Urdiales,Fandiño...!

fabad dijo...

Enrique, el título de la entrada anterior("Nos toman por idiotas") está hoy mas vigente todavía.
Saludos.

Anónimo dijo...

Los empresarios nos engañan programando carteles baratos, los presidentes pasan de cambiar los toros cuando es evidente que debería hacerlo, los figuras torean lo que les viene en gana y casi todos los toreros emplean ventajas en la lidia. La afición tiene buena culpa de ello, si te lo hacen delante de tus narices y te callas, eres cómplice del desaguisado.

Ya lo hablamos unos post más atrás, la afición de Madrid está de pena. Pocos son los que protestan y, mucha gente que sabe de qué va esto, calla, luego otorga. La afición va predispuesta a la fiesta y el jolgorio. De las últimas orejas concedidas, prácticamente no he visto ni un solo pañuelo saliendo del bolsillo de los aficionados de toda la vida. Sin embargo, muchos buenos aficionados ha dejado el abono pero otros lo mantienen y lo que hacen es ir la mitad de los días. En su lugar, ceden la entrada a amigos que van a la plaza dispuestos a jalear lo que sea y a sacar por la puerta grande a quien sea. Eso sí, de protestar, nada de nada. El otro día, el abonado que está a mi lado dejó tres entradas a un señor que sólo va a ver festejos a las fiestas de los pueblos. Le faltaba tiempo para sacar el pañuelo cada vez que el Pisuerga pasaba por Valladolid, es decir, siempre. Lo dijo muy claro: “ya que vengo a la plaza, a ver si vemos cortar orejas”. Así nos va.

Saludos,
J.Carlos

Enrique Martín dijo...

Scotty:
¿Cómo no se iba a ser morantista? Pero creo que el aficionado, el buen aficionado, es el único capaz de abjurar de la fe de su toreo, porque se niega a hacerlo de la del toreo eterno y clásico. Y un torero puede tener un día malo, dos, tres, una temporada, pero la actitud y las intenciones que deja entrever no parecen corresponder a un mla momento, es algo peor.
Un saludo y ánimo

Enrique Martín dijo...

Fabad:
Es cierto. La única diferencia es el estado de cabreo, que tarde a tarde va creciendo.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

J. Carlos:
Están desmantelando la afición de Madrid. Ayer mismamente, si alguien protestaba en mi grada, siempre había quien pedía silencio. Nos estamos desinflando y los de enfrente se están creciendo. El relevo no está manteniendo ni la afición, ni las exigencias, ni el conocimiento.
Como bien dices, así nos va.

Xavier González Fisher dijo...

Enrique: Debo reconocer que no te falta razón en lo que escribes. Morante, con más "trapío" que lo que lidió; Talavante, como ido y Arturo, mi paisano, ganoso, pero sin mucho plan. Y lo que salió de chiqueros... No sé si la viste en la plaza o en la tele, pero a veces reditúa escuchar al "Fenicio", porque resulta que se comentó que para "completar" la corrida se trajeron unos toros y que se dejaron fuera "por muy fuertes" (¿?).

Luego leo una expresión que me parece hasta feliz: "una currovazcada", como decía mi profesor de Derecho Agrario, "¡habráse visto!", sólo eso nos faltaba...

En fin, que tal parece que ni la voluntad de algunos, ni la presencia de doña Espe, nos salvó del esperpento.

Saludos.

Enrique Martín dijo...

Xavier:
No deja de admirarme lo enterado que estás de lo pasa por estos lares, mucho más que algunos que viajan en Metro. Estuve en la plaza y por momentos tuve que robarle el catalejo al pirat Barbanegra para encontrar a los torillos del Cuvillo. Yo salí realmente cabreado, muy cabreado, con la certeza de que me quisieron engañar y que pusieron todo su empeño en ello. Es una lástima.
Un saludo

Xavier González Fisher dijo...

Lo importante es Enrique, que no te vieron la cara...