martes, 11 de septiembre de 2012

La sublime técnica presente frente a los pelanas del pasado

La técnica esconde las trampas, el toreo puro solo puede existir con la verdad y la sinceridad del que lo practica



Como diría el sabio clásico “Vuelta la burra al trigo”. Anda que no habremos hablado de la técnica, ese don que le rebosa a la torería de nuestros días, y de la ausencia de esta, que era lo normal al menos desde Joselito El Gallo, hasta ayer por la tarde, justo antes de que apareciera todo este figureo mandón. Según los más ilustrados y documentados expertos en tauromaquia, de este siglo XXI, la técnica es esa ciencia y conocimiento que a los toreros les permite evitar ser cogidos y dar muchos pases a los toros. Pero cuidado, paren, paren, que ya veo a algún listo que se lanza a traducirlo a su lenguaje corrupto  e influenciado por el toreo clásico. Porque si no les freno, seguro que me dicen que entonces la técnica es estirar mucho el brazo que porte la muleta, poner esta oblicua mientras el pico le toca el testuz al toro, que cuando se arranca traza una casi perfecta línea recta tan larga como la longitud del brazo y el lomo encorvado del matador lo permitan, dejando entre toro y torero una distancia suficientemente amplia como para instalar allí un centro comercial con cines, hipermercado, amplio aparcamiento, más de 300 tiendas y zonas deportivas. Y a todo esto, habrá que añadir todas las carreras que sean necesarias para volver a ponerse en un sitio al que el animal tenga un acceso casi imposible. ¿Es esto a lo qué se refieren cuando hablan de técnica? Quizás no hagan falta tantas palabras y basta recordar lo que decía Alfonso Navalón, que la trampa la quieren convertir en técnica.

Lo que parece que ha calado profundamente es que esa técnica salva a los toreros de las cornadas, cornadas inevitables para los que algunos considerábamos maestros del toreo. Y a lo mejor tengo que dar la razón a los que se alistan a este banderín de la modernidad. La técnica que ha permitido la creación de un animal bobalicón, descastado, que a todo lo más va y viene como el péndulo de un reloj, con un trayecto predecible, cansinamente repetitivo y dando la sensación de no tener fuerzas para marcar el próximo segundo. Quizás la técnica es esa trampa que quieren taparnos y sobretodo esa apariencia de legitimidad que los taurinos y prensa pesebrera quieren convertir en arte excelso. Maestros de la comunicación y la manipulación, pues han conseguido que se acepte como sublime esta pantomima que dinamita los cimientos de la fiesta.

Pero vamos a ser benévolos, intentemos ponernos en su piel y creamos la eficacia de esa técnica, que muy grande tiene que ser para librarse tarde tras tarde de los disparos del toro; aunque la mayoría de las veces parecen cartuchos de sal, que solo pican y que siempre buscan el culo. Así ya tenemos explicación a toadas esas ideas que nos rondan la cabeza, ¿no? Pues no del todo. Si toda la tropa de medias rosas, incluidos los novilleros, tiene más técnica que todos los maestros juntos, ¿por qué cuando les sale un animalillo un pelín de picante, andan cabeza abajo, sin saber por dónde meterle mano? Y ya no quiero ni pensar cuando de muy tarde en tarde aparece un barrabás pegando bocados, entonces ni técnica, ni saber, ni poder, ni na’ de na’, solo les vale el “pies para qué os quiero”. Unos dechados de técnica que cuando no les ponen la bobona delante, no tienen más explicación que “es que me quería coger”. Pero hombre, ¿qué te va a hacer? ¿Sacarte a bailar? ¿Invitarte a un chocolate en San Ginés, pagando él? Señores “profesionales”, que no tiene por qué ser sinónimo de torero, que los toros van a coger, que lo de los toros artistas es una patraña, que los toros se dividen en buenos o malos, y a lo que ustedes están acostumbrados no es fácil eso de considerarlos toros.


En ocasiones esa técnica también va acompañada de poderío. ¡Qué paradoja! ¿Qué tiene que poder cualquier muchacho que se pone delante de cualquiera de las muchas ganaderías comerciales? Si ya nos salen podidos desde la finca, y además eso de poderío parece ser lo mismo que trampas y triquiñuelas del que sisa en la compra.

Al oír estas cosas uno deja que se la vaya el santo al cielo y se pone a pensar en Andrés Vázquez, el torero aquel que se hizo por los pueblos de Castilla, aprendiendo primero a defenderse y luego a lo demás. Eso sí que era técnica, la que exigía el toro, porque si no, la técnica que se ponía en marcha era la del cirujano y ese, cuanto más tranquilo, mejor. Y uno se pone a recordar como los toreros plantaban cara al toro que pedía pelea y que tiraban de los muchos recursos que atesoraban para poder salir andando de la plaza. Ahora resulta que los toros reponen, se vienen para adentro, miran por encima del palo, no dejan colocarse y no sé cuantas memeces más, que la técnica parece no poder resolver. Entonces, ¿para qué vale? ¿Qué utilidad tiene? Pues de momento el desesperar al personal, el aburrir al respetable y profundizar un poquito más en la ruina de esta Fiesta, eso sí, siempre haciendo derroche de una técnica sublime y excelsa, que al final no vale para nada.

22 comentarios:

I. J. del Pino dijo...

Pienso en el que para mí ha sido el rey de la técnica: Ponce. Tan técnico tan técnico tan técnico, que nunca jamás en la vida me ha dicho nada, eso si, estoy seguro de que el 95% de los vestidos de torear quedaron impolutos después de pasar por el ruedo.
A lo mejor la técnica moderna sirve para eso Enrique: para no mancharse el traje.

Enrique Martín dijo...

I.J. del Pino:
Te confieso que por un momento me pensaba que ibas por otro lado, pero al acabar tengo que decir que estoy de acuerdo contigo, que a lo mejor la técnica se traduce en no visitar las tintorerías.
Un saludo

Óscar dijo...

Es una pena poseer técnica y no tener cuándo usarla...

Muy bueno Enrique. Muy pero que muy bueno. Enhorabuena, una vez más.

Salud y suerte,

Óscar

Anónimo dijo...

Extraordinaria disertación amigo Enrique...eso SÍ que es la "técnica de torear " que después de lidiar rompe en arte en el manejo de juntar palabras para definir el destoreo moderno recalando en el TOREO del maestro de Villalpando
Un abrazo
Pgmacias

F. Romero dijo...

Hay materia para el debate después de esta entrada.
Empecemos por buscar puntos de acuerdo. No comparto ese dicho de que ahora se torea mejor que nunca. Dicho esto hablemos sobre arte y técnica.
Para ello me apoyaré en esta definición del arte de torear: "Torear es sentimiento y saber lo que hay que hacer".
Precisamente es del maestro Andrés Vázquez a quien citas en el artículo.
Y no puede ser más precisa. Bajo ese "saber lo que hay que hacer"indica la necesidad imprescindible de conocer la técnica de torear, sin la que es imposible expresarse y ofrecer la personal interpretación del arte de torear.
Y conociendo la técnica se expresa cada uno. De formas totalmente diferentes. Tú dibujas y lo sabes. Picasso, Dalí o Antonio López tienen en común un extraordinario virtuosismo técnico que lo ponen al servicio de su personalidad artística.¡Qué obras tan distintas!

Sin dominar la técnica uno está a merced del toro, expuesto a la tragedia o al ridículo.

En el toreo el problema no es la técnica (te delatas cuando hablas de los "recursos" que los antiguos tenían).
El problema es que quizás no haya artistas y lo que falte es la expresión y lo que sobre es la vulgaridad.
La técnica se puede enseñar y aprender. Luego viene el toro y por último el sentimiento de quien pone esa técnica al servicio del arte de torear.
No tengas dudas ¡qué no hubiera dado Belmonte por los conocimientos y la técnica de Ponce! Ahora bien ¡qué faenas tan distintas firmaría!

Enrique Martín dijo...

Pgmacías:
Muchas gracias y sobretodo a los viejos maestros, que nos ayudan a entender tantas cosas de esto.
Un abrazo

Juan Medina dijo...

Enrique:
Demasiada técnica defensiva se ve ahora en los ruedos, cuando no hace tanta falta y siempre a costa de la emoción.
Los detractores de José Tomás suelen acusarle de falta de técnica (sic) y que se deja coger (más sic).
Yo creo que simplemente se asombran de que se niegue a abusar de esa técnica defensiva que tanto utilizan otros toreros: Ponce, como cita I.J. del Pino; César Jiménez, uno de los reyes; Pinar entre los jóvenes...
Un saludo técnico.

Enrique Martín dijo...

F. Romero:
Claro que la técnica es necesaria, por supuesto, pero eso que ahora llaman técnica, siempre ha sido el conocimiento de la lidia, del toro, de los terrenos, cosas tan complicadas, que iban por separado y conjuntamente. Ahora definen como técnica el hacer moverse a un mueble, y no el poder a un toro, el hacerle ir por donde quiera el torero. Ahora esa "técnica" es tan exigua que prácticamente solo se pone en práctica con la muleta. El toro actual, ese borreguillo, les permite dejarle a su aire durante los dos primeros tercios; de salida, limitándose solo a mantenerlo fijo frente a un burladero mientras el caballo llega a su sitio; en varas, en que ni se mide ya el castigo, pues ha pasado a ser un simulacro; en banderillas, sea como sea el toro, siempre se parea igual, eso sí, con miles de capotazos de por medio; Y lo de la muleta, pues ya sabemos todos lo que hay. Todo esto es posible gracias a un toro que no exige nada, y ahí es donde entra en funcionamiento eso de la técnica para hacer embestir al animal, esa técnica que puso tan en boga Espartaco y que ahora se le atribuye a Ponce, Juli y otros tantos pegapases, pero yo sigo creyendo que es una forma de tapar la trampa, porque para mí, la verdadera técnica es lo que decía al principio.
Un saludo

David Campos dijo...

Enrique:

Sobre esto de la técnica, ya sentenció en su día el maestro Rafael de Paula, diciendo: "si tiene buena técnica, que arregle lavadoras".

Es esta estúpida manía de los "profesionales" actuales, de querer rebautizar las cosas con otros nombres. Lo que ellos llaman técnica, se llamó siempre "oficio" que es el recurso más grande que puede tener un torero, pues es el que le permite superar airoso, las dificultades que puedan surgir durante la lidia. Cómo es lógico, esta cualidad se adquiere toreando mucho y con el paso de los años.

Me alegra saber que los toreros modernos tienen "técnica", porque esta triste virtud, hace que cada vez interesen menos.

Vengo de recorrer unos cuantos kilómetros (Pontevedra - Utrera y vuelta), para ver la despedida de Pepe Luis, donde por fortuna, la técnica brilló por su ausencia y, a donde deberían haber acudido todos los representantes de la "modernidad", para que pudiesen entender lo que es la NATURALIDAD.

Un abrazo grande!!

Jose Morente dijo...

Enrique:

No sé si es mi pantalla y tampoco si siempre ha estado igual pero con el color de fondo naranja me cuesta mucho leer los textos.

Un saludo

Anónimo dijo...

Hace años que el toreo está cuadriculado a la mecánica de los dos pases con el torito de cartón.
Se nota la falencia con el toro íntegro,con edad y poderoso,que es el que habitualmente debe saltar a la arena.Con "fondo del bueno" que es el punto de nobleza de un toro bravo,que no bobo,que emociona contemplar.
Lo que sale de ojo es que a las grandes figuras de otras epócas los toros les dieron muchas cornadas,los de hoy no deben torear con mucha verdad por que apenas los rozan los pitones y no sufren cogidas graves.
La cantidad de ventajas que emplean para salir ilesos algunos con tantos años de alternativa cuando en la epóca de Ordoñez,todas las figuras sufrían un par de cornadas fuertes por temporada.
Dicen que cuando se torea asentado y adelantando la pierna contraria es dificil escapar de la cornada.
Quiere decir que cuando se torea de verdad los toros no perdonan.
Lo felicito por su blog y afición.
Muchas gracias.
Lecoripe.

Xavier González Fisher dijo...

Ah, Maestro, pero cuanto (H)arte (¿o es [J]arte?) nos deja esa "sublime técnica presente"... ¿verdad?...

Desde el óptimo mundo de las píldoras, te saluda tu amigo de siempre...

Enrique Martín dijo...

David:
Qué suerte tienes de poder estar con unos toreros sin técnica alguna, como los maestros de San Bernardo. Bastante técnica es ya ponerse delante del toro de verdad y encima emocionar con el arte puro y sin mentiras.
Pero esto ha llegado a tal simplificación, que creo que la palabra "oficio" llega mucho más allá que la técnica. Esa es otra de las diferencias, antes la terminología era exacta y definía cosas muy concretas, justo lo contrario de lo de hoy en día, que su función es la de equivocar y desinformar. Pero bueno, sigamos envidiando a aquellos que toreaban con esa NATURALIDAD que aún nos hace soñar y que un día nos enganchó tan fuerte que por ver algo parecido, aún aguantamos a esta panda de vulgares thrilleros.
Un abrazo muy fuerte maestro.

Enrique Martín dijo...

José:
Quizás pueda ser algo que tenga que ver con la configuración del monitor, pero no obstante, en cuanto pueda veré si puedo ayudarle desde el origen.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Xavier:
¿Qué tendrán esas pildoritas, que nos hacen creer que El Viti, Camino o Curro, de los de aquí, y Manolo Martínez, Silverio o el Rey David, de los de allí, fueron grandes? Cuando ya ha quedado más que demostrado que no tenían técnica.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Lecoripe:
Muchas gracias por sus palabras, pero cuidado, que todavía habrá quien diga que usted quiere que los toros cojan a los toreros, que son tan simples que ni entienden lo que usted quiere decir y que queda clarísimo para cualquier aficionado. Pero la realidad es lo que usted dice, si el torero se pone y lo hace de verdad, la cornada es muy probable, de ahí la grandeza de tantos maestros que se la jugaban y que con un trapo y la muñeca salían por su pie de las plazas. Y sin tanta mandanga como estos.
Muchas gracias, un saludo

Anónimo dijo...

Desde finales del siglo XX hasta nuestros días, los taurinos denominan "técnica" a toda una serie de triquiñuelas destinadas a evitar que un toro moribundo sea capaz de aguantar en pie un montón de pases. Y digo pases, que no es lo mismo que muletazos.

Me gustaría haber visto a estos supuestos "técnicos" delante de los novillos que salieron el Domingo en Las Ventas y exponer las femorales como lo hizo Gallo Chico en el tercer novillo.

Un saludo
J.Carlos

Xavier González Fisher dijo...

Mire Maestro: Usted ha dado en el clavo... "no tenían técnica"... lo que tenían eran unos geniales tíos que trucaban las fotos, las pelis y todo lo demás... Y en nosotros a una runfla de paletos que nos lo creímos todo, todito... ¡Y nos lo seguimos creyendo...! ¡Y eso que no había ni photoshop, ni pagemaker, ni cosa por el estilo, eh!...

MARIN dijo...

Haber haber Enrique, que me incorporo tarde y me pierdo. La técnica en el toreo es necesaria y básica. Nadie que no adquiera esa técnica de la que hablamos dificilmente se podrá poner delante de un toro o animal bravo. Me explico: El saber cruzarse, el tocar al piton contrario, el adelantar la pierna de salida (cargar la suerte), llevar al toro con la panza de la muleta y rematar lo mas atrás que puedas y te deje el animal. Hasta aquí para mi es la técnica. Otra cosa es como la aplique cada uno.

Con unos es mas fácil aplicarla porque te dejan, pero con otros hace falta tener el valor de aguantar en el sitio para poder aplicarla. Ahora te dejo caer una preguntilla: ¿Es técnica conocer los terrenos del toro y conocer a el animal desde que sale?.

Un abrazo y perdona por la tardanza.

Enrique Martín dijo...

J.Carlos:
Es que antes de esa fecha, yo no había oído hablar de la "técnica" con esa profusión de palabrerío, como dice David Campos, era el oficio, el saber del toro, la lidia, el poder al animal, pero nunca el hacer caminar a un mueble. Pero ya ves, será que estamos muy "anticuaos".
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Xavier:
¿O sea, que todo aquello era Photoshop? Pues que viva el Photoshop, me sigo adhiriendo a aquella "mentira" maravillosa.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Marín:
Que nunca llegas tarde, siempre llegas a tiempo. Por supuesto que hacen falta esos conocimientos que dices, pero eso era saber torear, dominio, poder, temple, todas esas cosas que comportaban el oficio de ser torero, pero para mí no es técnica el hacer embestir a un inválido. La técnica es saber ponerse en el sitio y terrenos que un toro exige, porque ya lo hemos hablado veces, el toro bravo es tan caprichoso que si no te pones en el sitio, a lo mejor no va. Y por supuesto que creo que todo lo demás es técnica; y ya lo sabes tú, que es tan importante saber todo eso, como lo demás, sobre todo si no quieres ser asiduo de la enfermería. Y eso de conocer al toro, algo tan valorado y difícil hace años, pues en aquellos días el toro te pegaba unos cambios de impresión en los veinte minutos que estaba en el ruedo, que pasaba del blanco al negro, para volver al blanco. Eso no es técnica, eso ya llega a la categoría de ciencia.
Un abrazo.