viernes, 22 de marzo de 2013

San Isidro Olímpico, humillación feriada o muerte programada

Conservaremos nuestros abonos, pero lo que es seguro es que Domingo Ortega no reaparecerá mañana.



Lo que Madrid ha peleado por honrar a su Santo Patrón y lo que los madrileños han trabajado por engrandecer y cuidar su pueblo, eso que algunos llaman El Foro o El Pueblo más grande del Mundo. Y de entre todos los tesoros que esta gente ha cuidado con especial esmero están los Toros y la feria de San Isidro que en mayo reclama el título de Cátedra del Toreo. Pero después de estremecerme con los planes que la señora alcaldesa tiene para la plaza de Madrid para convertirse en sede olímpica y de ver publicados los carteles de ferias, prólogos y epílogos para este 2013, uno no acaba de saber si coger criada o ponerse a servir. No sé si deseo que Las Ventas se convierta en un pabellón para el baloncesto o en la sede permanente de esta monumental vergüenza que es el mundo del toro en estos días.

Uno creía que los cinco aros de colores iban a suponer la muerte de este rito secular, primero el año que se perdería sin toros a causa de las obras para cubrir el edificio; y esto no me lo invento yo, sólo me limito a reproducir lasa estimaciones hechas por un profesional de la arquitectura, que lo mismo te explica cuál es la fórmula idónea para instalar una cubierta, que te da las razones que echaron por tierra aquella carpa de circo ambulante que un mal viento se llevó. Luego, en el año olímpico es fácil que tampoco se dieran corridas, o en el mejor de los casos un puñado nada más. Que los señores miembros del COI, lo mismo deciden que corridas, ni una, aunque sólo sea por fastidiar y por dinamitar un hecho cultural que ni llegan a entender, ni saben valorar. Porque si lo dicen esos señores procedentes de Brunei, Nueva Zelanda, Fidji, USA, Noruega, Alemania, Argentina, Paraguay Swazilandia o vaya usted a saber, hay que hacerles caso, sin dudar un segundo. O eso parece según se escucha a doña Ana Botella, que debe tener poquito de aficionada, igual tanto cómo capacidades para ser alcaldesa de la Villa y Corte, y puede que alguien afín a su partido se moleste con esta afirmación, pero así lo siento y así lo digo como militante del partido virtual de los que aman esta Fiesta. Ya vemos para qué sirve la declaración de ésta cómo Bien de Interés Cultura, por parte de la Comunidad Autónoma de Madrid. Para engañarnos y hacernos tragar con un sapo tamaño sandía. Para que luego no recelemos del futuro después de esa ILP que ronda por los despachos de las Cortes, y que sirvió a unos para sacar pecho y a otros para afear la abstención del PSOE en esas votaciones; otros a los que también hay que agradecerles su apoyo decidido a un espectáculo seguido por parte de la ciudadanía. Y no quiero entrar si lo es en mayor medida, pues esto no se puede medir por números, simplemente hay que ver si debe o no existir, igual que la ópera, la música clásica, el teatro, la lectura o la pintura, que aunque minoritarias, siempre tienen que estar ahí, protegerse y fomentarse, aunque sólo sea para que no seamos un país de estúpidos, incultos, insensibles, ignorantes y vulgares mequetrefes.

Pero desafortunadamente parece que este desolador panorama no es una situación que no afecte a los Toros en este momento. Pocas veces han estado tan manipulados, politizados, prostituidos y devaluados como hoy, día en el que se han hecho públicos los carteles de la feria de Madrid y anexos. Ya sabemos que estos los elaboran tres negociantes a los que la Fiesta les importa un pito, que seguro que si mañana se prohibiera y cobraran una indemnización del Estado por los daños ocasionados, se frotarían las manos lujuriosamente, se aplicarían rodajas de cebolla en los ojos y saldrían a exponer sus lágrimas de cocodrilo públicamente, mientras hacen sitio en casa para meter los billetes. Estos señores de Taurodelta, los Choperitas, matilla y Casas, son los que hacen las combinaciones con unos señores a los que llaman figuras y que claman por ser considerados artistas, igual para ver si ellos mismos se lo llegan a creer, otros gladiadores a los que Dios no ha llamado por el camino del arte y la torería, otros caducados hace tiempo y que vienen a llevárselo crudo, como incluso llegaron a declarar en el callejón de Las Ventas tras matar un toro en San Isidro, otros que se burlaron y despreciaron a la afición de esta plaza, una masa de ineptos en la lidia, cómo casi todos, pero que abaratan los carteles y rellenan tanto hueco sobrante en una feria artificialmente larga, los pupilos de los empresarios y de otros gestores de otras plazas y alguna excepción fiel al clasicismo, pero que tiene que luchar contra este sistema putrefacto. Un ganado que repite presencia un año más, seguramente que para repetir fracasos precedentes o para ridiculizar lo que es el toro de lidia.

Díganme ustedes, ¿no sería mejor que concedieran a Madrid las Olimpiadas mañana mismo y que nos evitáramos esta penosa circunstancia? Aunque todavía hay quien se atreve a decir que es un serial digno de ser enmarcado en oro. Quizá estos sean los asesores de imagen del taurinismo militante; esos plumillas y voceros de cabecera, que a veces parece que opinan y mucho en la preparación de estas ferias que año tras año superan los límites de la vulgaridad alcanzados en años precedentes. Y si no, que alguien nos explique la presencia de Finito otra vez y la de Padilla en la Beneficencia. Que uno sintió muchísimo el percance del torero y se alegro en extremo de su recuperación, que incluso habría admitido su presencia una tarde en la feria, una vez olvidados incidentes y burlas pretéritas, pero no creo que ciertas cosas valgan para acartelarlo en lo que fue la corrida más importante del año. Ya sé que ahora le han salido seguidores de debajo de las piedras, que le ven cómo el sucesor de el Guerra, pero si en plenitud de facultades era torpe, basto, vulgar y sin arte ni gracia torera, ahora sigue en la misma línea.

Los habrá muy optimistas pero de entre tanto festejo, no sé si sería capaz de salvar tan solo uno en el que sea medianamente aceptable la combinación toros y toreros. Las tradicionales en las que aparece el toro, aunque sea en ocasiones contadas y pare usted de contar, si no es del pueblo de tal o cuál torero o vecino de un primo del amigo de un chaval que conoció mi cuñado en la playa, que una vez habló con un señor que se cruzó con Niño de Antequera en un peaje de la carretera de Barcaborcigüey. Pero ya digo, hay que ser muy benevolente para encontrar algún atractivo a todo esto. Que seguro que luego habrá orejas, no sé si indultos, faenones como los de Romanones y otros malparidos a causa de la espada, pero cómo le pregunté hace casi un año a un notable taurino que aseguraba que se había toreado en ocasiones muy bien y que había habido toros importantes, pero que fue incapaz de responderme si había visto un natural tan solo o un derechazo dado a ley y que si se podía considerar bueno a un toro sin picar. Cómo se me puso el hombre, ni que le hubiera mentado a la familia, a la suya, se entiende.

Pues así estamos señores, rascándonos el bolsillo para sacar de nuevo el abono, con el único fin de no perderlo, no vaya a ser que un año de estos decida reaparecer Domingo Ortega y que a todas estas vulgaridades les dé por quedarse en su casa. A propósito, ¿el señor Abella ha aprobado estos carteles? ¿Nadie le ha explicado lo del BIC de la Comunidad de Madrid? ¿No se ha acabado de enterar de los gustos que tenía esta plaza en tiempo inmemorial? O igual es que todo eso le importa un pito y lo único que le quita el sueño es que la supercarpa de los feriantes no se venga al suelo y que los de Madrid 2020 le guarden entradas de las buenas para el baloncesto en el pabellón multiusos de Las Ventas del espíritu Santo, aunque uno sigue dándole vueltas a todo esto para ver qué es esto, si humillación feriada o muerte programada

8 comentarios:

Xavier Gonzalez Fisher dijo...

Enrique: Si ya lo decía el marqués de la Valdavia, eso de la "Feria de San Isidro", era rebajar a la plaza de Madrid a la categoría de una de pueblo, por eso se oponía a la susodicha "feria" y exigía cualquier otro tratamiento al serial, menos ese...

Pero al final, el "taurinismo rampante" se impuso y hay lo que hay... olimpiadas incluidas.

Así que al final va a resultar que en la Villa de los Remedios o en San José de los Pacientes, será el refugio de la auténtica fiesta y en "la cátedra", se enseñará a "jartarse" de "cultura" y de encestes de tres puntos... "olímpicamente"...

Un decepcionado abrazo.

MARIN dijo...

Enrique, no sé si será una humillación o una muerte programada. A mi ya no me motiva nada. Una vez escuche, no hace mucho tiempo, a un gran aficionado decir que el toro siempre se acaba cobrando. Pues en mi caso, todo lo que me dio el toro, me lo ha acabado quitando. Dentro de poco sabrás porque te digo esto.

Un saludo.

pedrito dijo...


¿ Que importa a eses personajes mafiosos si no hay un natural o un derechazo dado a ley, y si el toro recibió solo un picotazo, se preocupan de lidia como de su primera camisa?
Solo importa el dinero: podridos todos, como en el futbol, el ciclismo, y todos desportes.....
A la corrida la matan, sin vergüenza.
Saludos

Anónimo dijo...

Me faltan más corridas toristas, me faltan algunas figuras (gusten o no gusten al personal tienen que estar) y me sobran un montón de carteles que son morralla pura y dura.

Este año por lo pronto no sacaré la Feria del Arte y la Cultura. Después del "pinchazo" del año anterior, Victorino debió decir a la empresa que, o va en San Isidro o sus toros no pisan Las Ventas.

Saludos
J.Carlos

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Ya ves, nos alejamos de lo que fue, lo que pudo ser y lo que nos habría gustado que fuera Madrid, a pasos agigantados.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Marín:
Ya lo dije hace tiempo, resulta significativo ver como gente que vive para el toro y no del toro, se marcha hastiada de toda esta farsa y mentira en que han convertido los Toros.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

pedrito:
Así es, y algunos se justifican con que no cobran un duro del toro, que será verdad, pero van de finca en finca invitados, de congreso en congreso y sin pagar un céntimo. Y es que hay muchas formas de dejarse comprar.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

J. Carlos:
Yo creo que nunca me marcharé, pero no me podré quejar de que no me ayudan para abandonar todo esto de una santa vez.
Un abrazo