domingo, 8 de diciembre de 2013

Diccionario de términos taurinos III



Intentando incrementar la ignorancia taurina de quienes deciden pasarse un rato por esta grada, continua la publicación de esta magna obra del profesor don Carmelo Comí Maduro, aunque no podamos asegurar su continuidad, pues tampoco sabemos si el autor se rajó antes de tiempo aculándose en tablas o si le dio fin. En el primer caso haría honor al sobrenombre por el que fue conocido entre un grupito de señoritas a las que frecuentaba: el “interruptus” o el “aaay ya”. Aunque no queda claro si se hace referencia a su costumbre de no acabar los trabajos iniciados y dejar a la audiencia con ganas de más. Y es que el profesor Comí no deja de ser un enigma para los estudiosos de su obra.

-         Aficionado: Se dice de aquel sufridor al que no quieren dejar que proteste, que se queje, que exija y todo lo que suponga un esfuerzo para los taurinos. Eso sí, no tienen inconveniente en concederle el derecho a pagar, siempre que mantenga la boca cerrada, a no ser que sea para aplaudir. Muchos de estos aficionados, “ni siquiera se han puesto, lo que no quiere decir que no tengan criterio para juzgar y valorar lo que pasa en el ruedo.
Otra de las variantes es la de aficionado práctico, que normalmente reconocen lo difícil que es ser torero, porque ellos sí que se han puesto. Esto tampoco es que siga nada positivo de este sector, pues si para comprobar lo difícil y peligroso que es torear, tienen que torear, no quiero yo pensar qué ocurrirá cuando duden si es difícil pilotar un avión o ser capitán de barco.

-         Agalgado: Jinete, ya sea picador, rejoneador o alguacilillo de piernas tan extraordinariamente largas, que se ve obligado a llevar los pies arrastrando o a llevar el paso de su montura, lo que le impide llevar el caballo al galope, excepto a velocistas como Bolt o Carl Lewis, que por otro lado no montan, pues si tienen que ir corriendo, ¿para qué necesitan un penco? También se dice que es agalgado el toro que tiene las patas tan largas y la panza tan escondida que lo de montarse en un caballo le resulta o muy complicado o muy absurdo. De hecho, ¿alguien ha visto un toro subido a un caballo? Pues eso.

-         Agarrochar: Lo que che pasa una charde larga e insufrible senchado en las gradas y andanadas de la plaza de Madrid, que se che agarrochan las piernas y no puedes andar, hascha que ya llevas un rachicho caminando.

-         Agresividad: Díganle a los taurinos que El Juli es un tramposo, que Manzanares torea borregas desmochadas o que Talacante no pasa de pegapases, entonces sabrán lo que es agresividad.

-         Agujas: Posiblemente a lo que se llegará en la suerte de varas y banderillas, a picar y clavar los palos con agujas, como paso previo a ser sustituidas a su vez por el velcro. También es la zona del lomo del toro más alta.

-         Ahijar: Lo que parece ser que hacen algunos vivos con los padres de los niños que quieren ser toreros, que pareciendo un cariño real y verdadero por el niño, se diluye en cuanto que el papá deja de poner machacantes encima de la mesa. También se llama así cuando se le echa un ternero a una vaca, para que esta le críe, pero sin que nadie tenga que “aportar” nada.

-         Ahogar: Recurso utilizado por muchos toreros, figuras y figurines, acercándose en demasía al toro, con el fin de que el toro acorte su embestida, llegando incluso a no acudir a los engaños. Muchas veces se le llama arrimón, lo cual sirve a los coletudos para intentar sacar una oreja facilota de un público más facilón aún.

-         Ahormar: Y ahorpiscina, dependiendo de si apetece más nadar con sal o con cloro. En la prehistoria taurina era ir acomodando la cabeza, la forma de la embestida del toro, para poder continuar la lidia de la mejor forma posible.

-         Albahío: Esos toros blancos amarillentos como si fuera que se les va yendo el color por el paso del tiempo. Así como el del charolés, recientemente incorporado a los encastes fundacionales del toro de lidia, la raza charolesa. Esto es modernidad y no lo de los robots que te planchan las camisas.

-         Albardao: Se dice del señor que lleva una carga de millones de envidiar al banco, bien sea por haber cobrado el maestro unas pocas de corridas o porque el señor empresario ha cobrado una filfa de corrida, como si fuera buena. También son los toros que por el cambio de tono en el pelo de su capa parece que llevan una albarda sobre le lomo.

-         Abonado: Señor que saca el billetaje de todas las corridas de la feria de una localidad, que al final acaba más quemado que el palo de un churrero y que con tal cabreo y tanta ira contenida, despide un cierto olor fétido, como si acabaran de echarle encima un camión de abono.

-         Aldiblanco: El toro que recién pintado se metió en una charca y se le quedó la mitad de su color y la otra, hacia abajo, blanca. No se podía haber esperado a que secara.

-         Aldinegro: El mismo caso, pero de un toro que vivía en unos campos petrolíferos y el baño en cuestión se lo dio en un gran charco de petróleo. Y con lo mal que eso se quita, se acabó quedando con esa mitad “renegría”.

-         Aleonado: Si acaso, nacido en la provincia de León. Lo más frecuente es el agatado, aborregado, asardinado o cualquier otra referencia a un animalito que más que miedo, da lástima.

-         Alto: Párese, no siga, deténgase. O el toro ese feo fuera de tipo, que nada tiene que ver con el bajito, bonito, muy fino, arregladito y recogidito, que es que permite a los artistas expresarse.

-         Alunarado: No confundir con alucinado, que es el estado habitual de mucho aficionado que asiste a las plazas de toros, cuando ve a la masa desenfrenada y enfervorecida, sin saber por qué. Pero en este caso el término se refiere a las manchas como lunares de los toros de capa berrenda, con forma y tamaño irregular.

-         Amorcillado: Término que en la terminología casi arcaica describía al animal a punto de doblar que se mantenía en pie a duras penas, bien abriendo más de lo habitual las extremidades, o incluso apoyándose en las tablas. En el momento presente es casi el estado natural de muchos animalejos de las ganaderías favoritas de las figuras, que no tienen otro objetivo que hacer que eso no se les desmorone, e ir dejando pasar el tiempo poniendo caras de lamento y enfado por no poder pegarle mil pases por tanda. Lo que no quiere decir que no repitan con ese hierro todas las veces que sea necesario.


Y ahora, si me lo permiten, voy a ver si le saco una tanda más de términos taurinos al profesor Comí, que últimamente se está mostrando un poquito rácano en eso de compartir sus conocimientos.

10 comentarios:

MARIN dijo...

Muy bueno Enrique. Sobre todo me llama la atención lo de los aficionados prácticos. Los hay que realmente quieren sabes que es eso de "ponerse delante" y sin mas se guardan sus experiencias para ellos. Pero otros, después de la segunda clase te miran como si fuesen el mismísimo Manolete reencarnado.

El ponerse delante para ser mejor aficionado siempre es interesante Enrique. Lo que no se puede es utilizar esto como un juego para presumir luego de fotitos en el móvil delante de unas añojas.

En fin, que me quedo con las definiciones de Aficionado, Ahogar, Albahío, y amorcillado.

Un abrazo campeón.

Gil de O. dijo...

Buen Enrique, tu sentido de humor no tiene límite. Sí al menos, aquellos a quiénes va dirigido, tuvieren alguno, se podría entrever el fruto del mismo.

No te canses por qué además de faltarles el sentido del humor con lo que de tener alguno, te comprenderían; y por otra parte tener tan lejano el sentido del ridículo, continuarán con sus atrevidos, adocenados y vulgares comportamientos; a lo que los aboca su falta de sentido de la responsabilidad. ¿Tu crees qué, tu atinada finura de ingenio les va a hacer mella? No seas osado.

Algunos de tus amigos políticos te comprenden, pero con nombrar una Comisión, o con mirar a otro lado, ya lo tienen todo hecho. Y mucho ha sido se dirán, perdonándonos la vida.

Luego tienes a los de las Aulas Magnas, los de las Estradas de terciopelo, locos por qué se las programen. No recuerdas la cara de palo que se le puso a Domingo Delgado de la Cámara cuando le recriminé su alocución. Se quedó seco, todavía no ha reaccionado, ni espermos que lo haga.

Paco Aguado va a Sevilla, con una conferencia "repe". ¡A Sevilla con calcomanías! Si es que ya nada sabe a lo qué sabía. Te digo qué...

Andres de Miguel dijo...

Del Diccionario Cómico Taurino de Paco Media Luna (Madrid 1883):
Primo: Véase abonado de la Plaza de toros de Madrid y otras semejantes.
Abonado: (2) Mina que las empresas explotan a su antojo sin cortapisas de ningún género.
Tienes un ilustre antecesor Enrique. Animo con el diccionario CCM

pedrito dijo...

¡ Que buena y enriquezadora lectura!
Aqui tengo materia de traducir a los amigos afligidos aficionados franceses.
Enhorabuena!

Xavier González Fisher dijo...

Don Enrique: ¿Y no le ha dado don Carmelo una definición de "Aguantar"?

Creo que sus luces sobre el tema son imprescindibles en este asunto.

Ojalá que en alguna otra tertulia, reunión o comunicación escrita le explique qué es lo que debemos entender por "Aguantar".

Saludos.

Enrique Martín dijo...

Marín:
Ya ves, ahora "se pone" cualquiera. Es una experiencia que no se puede comprara con nada, aunque, ¿qué te voy a contar a ti. Pero incluso poniéndose ante una vaca, creo que ni se tiene más, ni menos razón. Porque incluso siendo aficionado práctico, no creo que nadie pueda saber lo que es ponerse delante de un toro, vestido de luces, en una plaza y ante el público. Sólo hacer el paseíllo tiene que ser morirse ahí mismo, porque no es ponerse y pasar miedo, es llevar sobre los hombros la carga que supone ser torero. Pero repito, ¿qué te estoy contando a ti? Tú sabes que supone todo eso, lo sabes dentro y fuera del ruedo, en los tendidos, en el campo y andando por la vida. Y te digo yo que lo entiendes muy, pero que muy bien.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Gil de O.:
Los políticos ya sabemos que su trabajo creen que es hacer que hacen. Eso sí, luego lo votan, como si todo fuera apto para ser votado. Hasta votan a ver si se vota, un absurdo. Y luego los que se supone que saben, pues sí, sabrán, pero mientras, para asegurarse lo que cada uno crea, no dudan en pasearse con las coartadas que justifiquen las trampas de los poderosos, recibiendo sus aplausos y los de los demás siervos de ese virus que está acabando con todo lo que fue.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Andrés:
Gracias por pensar que nombres insignes puedan ser mis antecesores, pero yo creo que antes debería ganarme el poder ser sucesores suyos. Para eso hay que hacer mucho, aunque tampoco será por falta de ganas, de esas tengo todas, y si me flaquean, ya veo que hay una legión de gente empujando.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Pedrito:
Tú verás lo que haces, pero lo mismo los aficionados de allá los Pirineos piensan que les estás tomando el pelo o que has perdido la cabeza. Tú verás a lo que te arriesgas, jejejeje.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Don Xavier:
Igual tengo que invitar a don Carmelo a unos cuantos cafeses más para sacarle más definiciones. A ver si en la próxima tanda le saco lo pedido, aunque no la tuviera pensada.
Un abrazo