jueves, 30 de diciembre de 2010

Encaste Saltillo, los cárdenos viajeros


La ganadería del Marqués de Saltillo nació allá por 1854, cuando el señor marqués, don Antonio Rueda Quintanilla, la compró a don José Picavea de Lesaca Montemayor, con reses de Vistahermosa. Él fue el artífice de este encaste con unas características propias que perduraron en el tiempo, incluso después de su muerte, en las manos de su viuda Francisca Osborne y su hijo, hasta que en 1918 la compró don Félix Moreno Ardanuy.

El toro de Saltillo no se caracteriza por ser grande, ni con peso, con una cabeza estrecha y alargada y generalmente veletos, cornivueltos y hasta cornipasos. Finos de hocico, lo que se llama hocico de rata y degollados, con un morrillo más bien poco desarrollado y entre los que predomina la capa negra y especialmente la cárdena, aunque en México, donde extendieron la semilla de su sangre con generosidad, se da el pelo colorado, pero más bien debido a su cruce con el ganado criollo. Y sin descartar, según he podido oír comentar a algún aficionado, que la causa también pueda estar en un gen recesivo de aquellas reses que le salían de vez en cuando al señor marqués. Siento no recordar ahora al padre de esta teoría, pero me gustaría poder citarle correctamente.

Aunque sí queremos reforzar esta tesis de los saltillos colorados no tenemos nada más que acudir a la historia y comprobar como el 17 de junio de 1867, Caramelo, colorado ojo de perdiz y chato de hocico, de la ganadería del Marqués de Saltillo, fue lidiado en la plaza de Cádiz por José Ponce, que actuaba en compañía de Antonio Sánchez, El Tato. El pupilo del señor marqués tenía ocho años y nueve hierbas en el momento saltar al ruedo. Salió en segundo lugar y él solito se ocupó de tomar 27 varas, partiendo cuatro palos a los de a caballo, a los que en siete ocasiones derribó, matando nueve caballos. Se dice que a la salida de cada vara obligaba a tomar el olivo a todo el que osara intentar hacerle el quite.

El segundo tercio fue un verdadero calvario para el peonaje, pues el tal Caramelo ya era dueño y señor del ruedo, con el inconveniente de haber adquirido mucho sentido durante la lidia. La gente entusiasmada pidió el indulto, a lo que el señor presidente no accedió. Una estocada de José Ponce en todo lo alto fue lo único que acabó con el ímpetu de Caramelo, no sin antes llevarse por delante a su matador, quien recibió un puntazo en la cabeza y un varetazo en el brazo, y cuando ya estaba decidido a llevarse por delante al espada, afortunadamente para él, el Saltillo sucumbió gracias a aquella valerosa estocada.

Historias de otra época con toros encastados, toreros embraguetados y un público que caía rendido ante la casta, poder y bravura del toro bravo, o como prefería don Felipe de Pablo Romero, del toro de lidia, lo de bravo quizás era pedir demasiado. Hoy sólo nos queda contemplar aquello con envidia, aunque seguro que los habrá que lo harán con escepticismo, pretendiendo autoconvencerse de que nada hubo mejor que lo de hoy. Pues allá cada uno.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Enrique, sólo escribo para felicitarte a ti y a tus lectores el 2011. Aprovechando que escribes sobre los saltillos, pediría un deseo al nuevo año y es que podamos volver a ver en Madrid a la ganadería de Moreno Silva y, de paso, a la de Miguel Zaballos que ya ha pasado tiempo desde que vino la última vez.

J.Carlos

Enrique Martín dijo...

J.Carlos:
Felicidades también para ti y que ójala que veamos cumplidos tus buenos deseos ganaderos.
Un saludo

Xavier González Fisher dijo...

Historias de tiempos idos, cuando los toros no eran "artistas" y había que darles "su lidia". En fin, que es la fiesta de toros que fue, como dijo "Don Tancredo", porque la que es, es ya otra...

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Como bien dices, eran otros tiempos. Y no hace falta irse muylejos para comprobar que cosas que se censuraban no hace mucho, parecen nimiedades en comparación con lo que nos toca sufrir. Un abrazo y feliz año para ti y para los tuyos

Juselín dijo...

Enrique, a veces me gustaría trasladarme en el tiempo…

“Puede” que las capas coloradas que aparecen en este encaste sean debidas a un posible origen Navarro.
Según la hipótesis de André Viard (y otros), Saltillo no proviene de la casta Vistahermosa, o al menos no enteramente, si no que procedería de ganado de casta Navarra, lo que podría explicar esos pelajes colorados y ciertos tipos de encornaduras…

Por lo demás, reitero mis mejores deseos para ti y todos los lectores de este blog en el próximo año.

saludos

Enrique Martín dijo...

Juselín:
Es que la sangre navarra aparece con cierta frecuencia, sobre todo pensando que ahora está casi desaparecida. Ya me gustaría hacer ese viaje contigo.
Un saludo y muy feliz año y lo mismo que te dije en Cárdenos y Jaboneros te lo reitero, que disfrutamos con tu sabiduría, aunque me lo niegues.

Xavier González Fisher dijo...

Yo voy a discrepar de los colorados navarros, porque entonces, tendríamos que aceptar que los que salen así en lo de Murube - Ybarra - Parladé, o son también de ese origen o vienen de la inclusa, cuando eso también es Vistahermosa.

Viard sigue a Dominguito Delgado de la Cámara (o viceversa) en lo que lo de Lesaca - Saltillo no es de lo del Conde. Recuérdese que en esos días lo extensivo de la ganadería permitía tener hatos variopintos.

Es más lo de Pérez de la Concha es Saltillo "antes de Saltillo" y también es Lesaqueño.

¿Habrán hecho alguna prueba de ADN a ese respecto?

Un abrazo y feliz 2011

David Campos dijo...

Enrique:

Buen dibujo, sí señor. Te voy a proponer un ejercicio:

Prueba a hacer lo mismo con tinta china (plumilla o grafo) y pásale un pincel mojado en agua con trazos desordenados sobre las zonas de sombra. A ver que tal.

Estoy seguro que el resultado será una preciosa aguada.

Un saludo!

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Yo no tengo nada contra nadie, pero me fio mucho de tu criterio y tus conocimientos. Desconocía lo de Domingo Delgado, pero con este dato me quedan más claras las cosas. Muchas gracias
Feliz Año

Enrique Martín dijo...

David:
Aunque no te lo creas, ando queriendo dar esos primeros pasos, incluso ya tengo la caja de acuarelas sobre mi mesa, la miro, me mira y ya veremos que pasa.
Feliz 2011, aunque según dicen, igual tenemos que pasar ya al 2012.

eltorodelajota dijo...

Enrique,

desearte buena entrada del año y que este 2011 sea lo más asaltillado posible.

Queda poco saltillo, y me temo que si no somos los aficionados los que demandamos estos toros, están avocados a desaparecer. En Madrid, después de la novillada de este año, no les queda más remedio que volver a ponerles. Veremos a ver. Nuestros amigos de Ceret ya se han adelantado. Si no fuera por Francia...

D. Joaquín Moreno Silva, en un coloquio celebrado en Peñaflor (Zaragoza) nos dijo que este año, 2010, ha sido el primero que parte de los animales nacidos han ido para corridas de toros, por lo que tendremos que esperar cuatro años para poder ver lidiar las primeras corridas de toros con el hierro de Moreno Silva.

¿tendremos oportunidad de verlos?

Feliz año

Enrique Martín dijo...

David:
Que tus buenos deseos también se cumplan para ti, aunque si atendemos a las "reflexiones" del empresario de Madrid, que dice que la novillada del año pasado de Moreno Silva fue la peor que nunca vio, parece el anuncio de que no volverán a Madrid. Ya ves que hay formas y formas de ver las cosas. Feliz Año, cuidado con las uvas y un abrazo

Anónimo dijo...

Esos relatos parecen sacados de un cuento, los más jóvenes no hemos tenido la suerte de conocer esa época, en la que el toro era el protagonista. Siento especial predilección por este encaste que tu has ilustrado genial. Saludos.

Enrique Martín dijo...

En Barrera:
Yo tampoco llegué a ver aquello en vivo, ni mucho menos, pero sí te puedo decir que la fiesta que yo conocí, y no me creo tan mayor, no tiene nada que ver con la actual. Quizás en algún momento prepararé una entrada en la que cuente como era una corrida hace años, aunque después nos den muchas ganas de llorar.
Un saludo

Unknown dijo...

Con los ajetreos de estas últimas semanas, se me pasó la entrada de tu blog, Enrique.
Me apunto el dato de Xavier, interesantísimo.
Como me gusta leer y aprender de estos temas.
Una abrazo!

Enrique Martín dijo...

Iván:
De Xavier tenemos que aprender hasta cuando calla.
Un saludo