Sería muy cínico ponerme a escribir sobre mi admiración por el toreo de Juan José Padilla. Realmente, su concepto de todo esto dista un mundo de la idea que yo tengo y de mis gustos, que por supuesto obedecen a algo muy personal. Pero lo mismo que con Padilla, ocurre con todos los que se visten de luces y se enfrentan a un toro, a todos les profeso un tremendo respeto y a todos valoro y admiro, porque tienen el honor de vestir de luces; ahí incluyo tanto a aquellos que no me llenan, como El Juli, Manzanares, Perera, Castella, Ponce, El Cid o El Fandi, como a aquellos que me han emocionado en una tarde de toros, Urdiales, Morante, Fandiño o Frascuelo. Lo que también se extiende a los de plata a los montados y hasta al chulo de toriles y de banderillas. Otra cosa es el jalear como sublime, todo lo que desarrollan en el ruedo.
Lo ocurrido en el coso de la Misericordia sirve para recordar que aunque algunos conviertan esto en una verbena, el peligro no deja de estar presente. Otra cosa es que a algunos no nos agrade el afán de la mayoría por minimizarlo, restándole grandeza a eso que llamamos fiesta brava. A Padilla le recordamos muchas tardes en Madrid, aquella en que se enfrentó al público de las Ventas, la de su vuelta años después y que resultó ser el de la reconciliación o el de la amnesia, olvidando lo sucedido en el pasado.
Ya he dicho que yo no comparto su idea del toreo, pero no puedo negarle su disposición tarde tras tarde, que han sido muchas en las que se ha enfrentado a ganado muy duro, sin perder esa la alegría constante que transmite desde el ruedo. Quizás ese compromiso es el que le ha llevado a Zaragoza, a dar la cara en la última feria importante de la temporada. La misma plaza que la mayoría de las figuras no tienen en cuenta. Ha tenido que esperar hasta el último toro del año para que le partieran el alma.
En estos momentos parece fuera de peligro, aunque lamentablemente crece la amenaza de la pérdida de visión del ojo izquierdo y se reafirma la seguridad de la pérdida de movilidad de la zona afectada del rostro. Pero seguro que su media sonrisa seguirá iluminando el rostro del torero, más preocupado, según dicen, por la campaña americana que por una recuperación que él parece dar por segura.
Desde que conocí la noticia no se me han ido de la cabeza las imágenes de un reportaje en el que aparecía jugando con sus hijas. Se le veía un padre feliz y orgulloso, que ya vestido de luces parecía estar más pendiente de que su familia no se preocupara, que de lo que le esperaba en los toriles. Cada cosa a su tiempo. Son imágenes de un torero que está pasando por un trance muy, muy complicado, al que le queda por delante un largo y duro camino. No sé si le podremos ver otra vez de luces con esos horrorosos vestidos de torear y esas monteras más horrorosas aún, pero puedo asegurar que si vuelvo a verle hacer el paseíllo con aquel aspecto, me parecerá el torero más elegante del mundo y una de las visiones más gratas que se puedan ver en una plaza de toros. Padilla, te esperamos.
Lo ocurrido en el coso de la Misericordia sirve para recordar que aunque algunos conviertan esto en una verbena, el peligro no deja de estar presente. Otra cosa es que a algunos no nos agrade el afán de la mayoría por minimizarlo, restándole grandeza a eso que llamamos fiesta brava. A Padilla le recordamos muchas tardes en Madrid, aquella en que se enfrentó al público de las Ventas, la de su vuelta años después y que resultó ser el de la reconciliación o el de la amnesia, olvidando lo sucedido en el pasado.
Ya he dicho que yo no comparto su idea del toreo, pero no puedo negarle su disposición tarde tras tarde, que han sido muchas en las que se ha enfrentado a ganado muy duro, sin perder esa la alegría constante que transmite desde el ruedo. Quizás ese compromiso es el que le ha llevado a Zaragoza, a dar la cara en la última feria importante de la temporada. La misma plaza que la mayoría de las figuras no tienen en cuenta. Ha tenido que esperar hasta el último toro del año para que le partieran el alma.
En estos momentos parece fuera de peligro, aunque lamentablemente crece la amenaza de la pérdida de visión del ojo izquierdo y se reafirma la seguridad de la pérdida de movilidad de la zona afectada del rostro. Pero seguro que su media sonrisa seguirá iluminando el rostro del torero, más preocupado, según dicen, por la campaña americana que por una recuperación que él parece dar por segura.
Desde que conocí la noticia no se me han ido de la cabeza las imágenes de un reportaje en el que aparecía jugando con sus hijas. Se le veía un padre feliz y orgulloso, que ya vestido de luces parecía estar más pendiente de que su familia no se preocupara, que de lo que le esperaba en los toriles. Cada cosa a su tiempo. Son imágenes de un torero que está pasando por un trance muy, muy complicado, al que le queda por delante un largo y duro camino. No sé si le podremos ver otra vez de luces con esos horrorosos vestidos de torear y esas monteras más horrorosas aún, pero puedo asegurar que si vuelvo a verle hacer el paseíllo con aquel aspecto, me parecerá el torero más elegante del mundo y una de las visiones más gratas que se puedan ver en una plaza de toros. Padilla, te esperamos.
13 comentarios:
Importante la distinción que haces Enrique, admiración y respeto. Se puede admirar y respetar o simplemente respetar. Yo coincido contigo en que a Juan José Padilla le respeto por ponerse delante de lo que se pone en los ruedos, pero no comparto su concepción del toreo. Ojalá se recupere (que parece que va "bien encaminado), primero el hombre y si queda espacio para el torero, ¡pues venga! Saludos.
Citar nombres de los que no gustan, como decir los que gustan es muy comprometido y se corre el riesgo del olvido, porque ¿donde pondría usted a Juan Mora?.
Un saludo
Vicente Conde
Enrique:
¿te das cuenta que grande es el toreo que incluso a los que no nos llena el concepto de Padilla somos capaces de valorarle lo que hace tarde tras tarde? pues esto el toreo para quien no lo sepa, tragedia y gloria, drama y alegría, y todo bailando a compas sobre el albero.
A mí, a título personal y haciendo una valoración de lo sucedido, llego a la conclusión de que a Padilla quizás no se le haya valorado lo suficiente, y precisamente a tenido que suceder esta desgracia para que le tengamos más en cuenta. Como yo siempre he dicho, Padilla podrá gustar más o menos, pero nunca ha vuelto la cara y siempre ha sido fiel a un concepto de no parecerse a nadie, tanto pos su indumentaria como por su toreo.
Juan José, recupérate pronto que el mundo del toro está en deuda contigo.
Xavier:
Ójala que se recupere y creo que es el deseo unánime, y ese respeto es el que se tiene a todos los toreros, pero efectivamjente, ahora no nos podemos deshacer en falsos elogios. Sería faltarle a ese respeto.
Un saludo
Vicente:
Que razón tiene y que certero ha sido. Pues sí, me he olvidado al torero que más me ha emocionado en los últimos tiempos, Juan Mora. Y respondiendo a su pregunta, yo a Juan Mora le pondría en un altar.
Un saludo
Diego:
Pues sí esto es así de grande y como dice Xavier, primero el hombre y si queda sitio,el torero. Y el hombre no se merece lo que le ha pasado. Y deseo de todo corazón volverle a ver en el ruedo, poderle dedicar una gran ovación y luego juzgarle según lo que haga en la plaza. Además creo que es lo justo y que a este torero no le gustarían las palmas de lástima. Lo ha demostrado muchas veces.
Un saludo
Como ya he comentado en mi Soberao, Padilla no es precisamente ese torero que me haya emocionado, pero si es un torero que he respetado muchisimo, por el pundonor de quien se enfrenta a esos hierros con su verdad, y sobre todo, porque en los tiempos que corren, este tipo de toreros que son cercanos, acercan al personal a la fiesta. Dios quiera que pronto podamos verlo de luces en una plaza y reciba el calor de tantas ovaciones negadas por los prejuicios de nuestros gustos.
Como ya he comentado en mi Soberao, Padilla no es precisamente ese torero que me haya emocionado, pero si es un torero que he respetado muchisimo, por el pundonor de quien se enfrenta a esos hierros con su verdad, y sobre todo, porque en los tiempos que corren, este tipo de toreros que son cercanos, acercan al personal a la fiesta. Dios quiera que pronto podamos verlo de luces en una plaza y reciba el calor de tantas ovaciones negadas por los prejuicios de nuestros gustos.
Pepe Luis:
Habitualmente y desde casi el principio de este blog en que estamos, sigo tus entradas en "El Soberao de Pepe Luis! y si hay algo que te caracteriza es la extraordinaria sensibilidad, y en cuanto al toreo, tu gusto por el arte. No creo que tengas prejuicios, ni que los tengamos los demás, es más cuestión de emociones, pero desde luego si vuelvo a ver a Padilla en una plaza de toros, te aseguro que sentiré muchísima emoción y l e aplaudiré con todo el cariño hasta romperme las manos. Ójala que tengamos esa oportunidad.
Un saludo y enhorabuena por tu blog
patillas, me alegro que estes fuera de peligro, y que no estes en el otro barrio. ante todo tu familia te necesita, tus otros adllegados tambien, aunque menos.
para mi no viene a cuento ahora mismo el torero, lo importante es la persona.
repito, no te preocupes por el como quedes. lo mas importante es que estes fuera de peligro y me tuvieses que hacer ir al cementerio de jerez a rezarte algo.
desde luego no como figura, pero te has enfrentao a la flor y nata de la casta, algo que muchos aunque naciesen 4 veces y tomasen 4 alternativas, no lo podrian hacer ni de lejos.
para el patillas de jerez, mucho animo y extensivo a tu familia, en especial a tus hijos. que lleven siempre con orgullo que su padre se a merendado a toda la cabaña ENCASTADA DE TODA ESPAÑA, cosa que de poquitos toreros se puede decir.
no he querido ver fotos, no me interesan esos morbos tan de moda. pero repito, mucho animo y enhorabuena por no tener que ir al otro barrio.
un abrazote grande del saltillo pequeño, -ya ves cuales son mis forofismos tauromacos-.
desde este gran blog, donde entramos un locos por la casta, de los cuernos y de las muñecas.
MUCHO ANIMO CAMPEON, TRANQUI, RECUPERATE CON CALMA. ERES MUY JOVEN, HAY TIEMPO PA TOO.
Te juro que no habia leido tu entrada Enrique, y hoy en la radio, en la retransmisión de la Pinzoniana he dicho justamente lo mismo que tu. La admiración que me une junto a muchos por le HONRADEZ y la TRANSPARENCIA de este torero.
Hace un par de semanas teniamos la suerte de charlar con el en la presentación, precisamente, de la Pinzoniana. Te puedo asegurar que nunca perdio la sonrisa, que siempre mostró sus ganas de estar hoy en Palos, de ver el traje medieval recien acabado, que pensaba ponerse una trenza y un pañuelo "como pirata que soy" decia sonriendo. Y fijate.
Hoy lo hemos echado de menos, pero seguro que gracias a Dios podremos seguir disfrutando de su SONRISA, de su valentia y de su HONRADEZ TORERA, porque de esto como el dice, se va cuando el quiera.
Un saludo.
Marín:
Claro que le tendréis que haber echado de menos. No podía ser de otra manera. Si hasta el mismo Salvador Vega parecía que no le iba bien el traje. Parecía que estaba incómodo, pero esto es así. Y mira, ya que te pasas por aquí, quiero felicitarte de nuevo por la estupenda retrasmisión por radio de la Pinzoniana de Palos. Daba gusto oír a dos aficionados que expresaban lo que pensaban, sin casarse con nadie. Y aquí también te lo digo, con lo único que no estoy de acuerdo es con eso de que eres un aprendiz de aficionado. Por ahí sí que no paso; lo siento.
Un abrazo
Lesaqueño:
No tengo nada que añadir a esta carta tan sentida a Juan José Padilla. Solo puedo sumarme a tus deseos. Y gracias por utilizar este blog para formular esos buenos deseos.
Un abrazo
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