jueves, 19 de enero de 2012

La Venta del Batán, una molesta tradición


Pocos aficionados a los toros no saben lo que fue la Venta del Batán, aquel lugar que desde loa años cincuenta era el escaparate de los toros que se lidiarían en la feria del Santo Patrón. Incluso los madrileños no taurinos se convertían en habituales visitantes, aunque solo fuera para ver de cerca un toro de lidia y sentirse por unos minutos “er más grande”. Cuanto romanticismo se encierra entre sus tapias, el lugar donde muchos vieron de niños el primer toro de su vida, donde el papá o abuelo aficionado llevaban a pasear a los hijos y los nietos, donde se llevaba a la novia para impresionarla ante la presencia de un cinqueño bien plantado y donde aún sueñan los que quieren llegar a vestir el traje de luces y pasear por el mundo sus triunfos en con el toro.
Pero algo que puede parecer tan hermoso e inofensivo es una de las más grandes molestias que los taurinos pueden encontrar en su camino. Es un mal que hay que evitar, es un signo de transparencia que no se puede consentir. Porque ya se sabe, transparencia y taurinos no se llevan bien. Una quiere revelar la realidad, sea cual sea, y los otros huyen de ella como de la peste.
¿Y por qué el Batán es una tradición tan molesta? Pues básicamente porque el público y sobre todo el aficionado de Madrid son unos pejigueras. Imagínense el panorama. Los madrileños, que son todos los residentes en Madrid, independientemente de su lugar de nacimiento, que para el caso no importa, tiene, perdón, tenía la costumbre de pasarse una, dos o tres veces por las corraletas de la Casa de Campo. A pesar de que en cada una se indicaba el nombre de la ganadería y los diestros que lidiarían la corrida, los había que se presentaban allí con el cartel de toda la feria y miraban y comparaban los toros de unos y los de otros. Se daban el paseo por todo el recinto, así como haciéndose una idea de la generalidad, para volver a dar una segunda vuelta con más detenimiento. Podrán imaginarse que si todas las comparaciones son odiosas, las que se establecían entre lo que mataban las figuras y las no figuras, era absolutamente nefasta. Pero peor era cuando esos toros de las figuras no aguantaban la comparación ni con cualquiera de las novilladas anunciadas en la feria.
Con estas, lo normal es que el aficionado se amoscara. Y amoscado se iba por la tarde a la plaza y empezaba a soltar por su boca a los habituales de su localidad. “¿Has visto los de fulano? De esos y con generosidad, igual pasa uno y…” “Que vergüenza la corrida de…” o “Menudos pavos los de…, claro, como esos no los matan las figuras”. Y la gente se iba calentando y calentando y calentando y esperaban a ver qué pasaba ene. primer reconocimiento y luego iban al apartado y resulta que de los seis del Batán quedaba uno, más tres que el ganadero presentó más tarde, más un remiendo de otra ganadería que no desentonara ni en trapío, ni en carácter. Entonces se ponía en funcionamiento la memoria del aficionado y comprobaba que año tras año se repetían las mismas circunstancias con los mismos espadas y con ganaderías similares. Como para no cabrearse ¿no?
Este es el principal problema del aficionado de Madrid, que se acuerda de las cosas. Y si después de todo y pueden, van y se acercan al apartado y ven como se han echado para atrás varios de los toros anunciados, que coinciden con los que en el Batán no inspiraban demasiada confianza. Y si no había ido a la Casa de Campo, al llegar a la plaza y recoger el programa se da cuenta que él iba a ver una cosa y le dan otra. Entonces estaba claro, mejor poner por delante la lengua azul, que pasar quince días colorado. Así que fuera el Batán, que no vale para nada más que para enredar e irritar los ánimos y para molestar a las figuras. Quizás este sea uno de los motivos de eso que dicen algunos, de que el público de Madrid va enfadado a la plaza. Pero claro, sin poder ver los toros en los corrales de la Casa de Campo, casi nos cabreamos mucho más, porque cuando vemos lo que sale por la puerta de chiqueros, en lugar de pensar en lenguas azules, pensamos en ese esfuerzo por mantener el oscurantismo en la Fiesta, ese “a ver si cuela” y esa forma tan escandalosa de huir de la claridad y transparencia. Volvamos a esos días en que los niños no pagaban, en que los abonados entraban un día gratis o incluso todas las veces que le apeteciera ir a ver los toros.
Así que propongamos la reapertura del Batán, que ésta no caiga en el baúl del olvido, como la Venta de Antequera en Sevilla, que el aficionado y no aficionado lo agradecerá y que nadie piense que la Venta del Batán es una molesta tradición.

21 comentarios:

Diego Cervera Garcia dijo...

Enrique:
Yo antes de que se cerrase la venta del batan iba normalmente 2 fines de semana para ver las corridas de toros que se iban a lidiar en la feria de San Isidro.
Un pena lo que a sido y lo que es...
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Diego:
Nos han quitado a muchos una forma de acercarnos al toro y conseguir que los niños empiecen a conocer la Fiesta.
Un saludo

MARIN dijo...

Aparte de por todo lo que has dicho Enrique, la Venta del Batan servia para que los toros no sufriesen tanto en los corrales de la plaza los dias previos a la corrida.

Ahora Madrid casi se defiende con las instalaciones que tiene, pero lo de Sevilla es un suplicio para cualquier ganadero. No existen corrales grandes como para mantener a los toros uno o dos dias antes de la corrida por lo que los enchiqueran directamente. Todavia se acuerdan en Sevilla mas de la Venta de Antequera que los madrileños del Batan.

De todas maneras, me consta que alguna ganaderia ha pasado por el Batan despues de cerrarlo por orden expresa de Florito. Ojalá llegue algun "iluminado" que la vuelva a poner en funcionamiento por el bien del toro y del aficionado de Madrid. Así por lo menos no os llevais el disgusto el mismo dia de la corrida.

Un saludo.

Xavier González Fisher dijo...

Enrique: ¿Pero por qué te empeñas en volver a ese "atentado al pudor ganadero"? ¿Qué no te enteras que el "mostrar" a los bovinos en el Batán o en Antequera ofende los sentimientos de esos "señorones"?

Déjales guardar sus "vergüenzas" en lo más recóndito de sus fincas el mayor tiempo posible, que también ellos tienen "derechos humanos"...

Enrique Martín dijo...

Marín:
Pues mira lo que son las cosas, algunos ganaderos y toreros se quejaban de que allí se echaban los toros a perder, que estaban en unas condiciones malísimas, aunque después de leer tu explicación, creo que la cosa va más por no querer enseñar al toro antes de tiempo y ocultar los manejos que hay hasta el momento del sorteo. Pero que mala es la transparencia... para los tramposos.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Es que son muy pudorosos los señoritos. Es que imagínate el espectáculo, que en el Batán van seis toros, la gente apunta los números y luego no coinciden con los que salen a la plaza. Menudo papelón.
Un saludo

Alex dijo...

Yo no he llegado a ver nada en el Batán y como aficionado me gustaría muchísimo que se volviese a abrir para, como decís por aquí, comparar y también para apostar por los toros.

Y creo Enrique que llevas más razón que un santo en que se molestan con que el aficionado haga eso.

Un saludo

Amparo Gomar dijo...

Pues fíjate, Enrique. Hace un par de años, en uno de mis viajes a Madrid, me quedé compuesta.... y sin Batán. Pregunté y me dijeron que aquello ya no existía... Menudo chasco me llevé.

Aquí en Valencia tenemos la venta del Saler, como a 20 kilómetros de la capital, lugar donde se hacen las clases magistrales de la Escuela Taurina cuando viene algún Maestro reconocido. Antaño, según me cuentan, servía también para tener a los toros días antes de la corrida. Pero por lo visto, a nadie interesa que se recupere aquel lugar. Una lástima, ahora que ya me sabía el camino.
Un beso

Enrique Martín dijo...

Alex:
Es que me parece increíble que no hayáis llegado a verlo, que también os hayan robado eso. Que nos lo quitan a todos los aficionados, pero a los jóvenes me parece tremendo, igual que me parece de muchísimo mérito el que a pesar de todo mantengáis la afición que tenéis y que ya suspiréis por la nueva temporada, como he visto en "Desde la Alcarria" y además aportando cosas nuevas, o antiguas, según se mire.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Amparo:
Pues era algo bonito, pintoresco y que te hacía meterte más todavía en la corrida. Asomado a los corrales ya empezabas a mascar lo que podía ocurrir. Eso sí, unos días ibas con la ilusión a tope y otros más cabreado que una mona.
Creo que esta costumbre se tendría que extender a más sitios, aunque sea a 20 km. que no es nada.
Un beso

I. J. del Pino dijo...

Yo no he tenido la suerte de conocer el Batán. Mis corridas en Madrid, son llega, aparca, entra, sal y vete y así han sido siempre. Pero os he oído hablar mucho de ello y hoy leyéndote casi me he alegrado de no ser Madrileño de aquellos, porque me conozco y me hubiese pegado las horas muertas allí viendo a los toros y desatendiendo otras obligaciones.
De crío, en Logroño, me tenían que echar de la plaza porque los toros de los corrales me hipnotizaban (en el fondo soy como ellos, un vago pero sin cuernos, creo).
Un saludo y enhorabuena por el post.

lesaqueño dijo...

Algo que en plazas de primera tenia que ser obligatorio.
El pliego de madrid lo tenia que exigir.
ES UNA CORNADA A LA AFICION EN TODA LA REGLA, QUE VA DIRECTA AL CORAZON, A SUS FUENTES, A LOS CURIOSOS QUE SE ACERQUEN Y LLEGUEN A PASAR POR LAS PLAZAS, Y A LOS NIÑOS QUE EMPIEZAN....
NO TIENE NOMBRE.

Pero claro, los toros es el unico espectaculo en el que a los profesionales el aficionado no les interesa....piensan vivir eternamente de publico y de acto social: lo tienen claro.

salu2

Enrique Martín dijo...

I.J. del Pino:
Pues si vienes por Madrid, hay que pararse dos minutitos. Es más, si vienes por aquí y llegas antes de las doce de la mañana, avísame y te invito al apartado, lo que no tiene demasiado mérito, pues cuesta 1 euro, pero por lo menos disfrutaremos viendo los toros apoyados en la barandilla. Ya sabes a quién le puedes pedir mi teléfono. Yo encantado.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Lesaqueño:
Pues tienes toda la razón del mundo, debería ser obligatorio. Lo que podía considerarse algo pintoresco es una defensa de los derechos del aficionado. Como ocurrió en su día, de esa manera sabríamos a qué atenernos.
Un saludo

eltorodelajota dijo...

Enrique,

yo en Zaragoza llevo tiempo luchando (mi poder de influencia es ínfimo) porque los aficionados puedan subir a los corrales de las plazas a ver las corridas que se van a lidiar.

Me parece un tema capital (que diría Rajoy). Es un semillero de aficionados nuevos. Demostrado.

Pues bien, si así lo pienso de los corrales, imagínate del Batán. Eso es una bicoca para la Fiesta! El problema es que, los que mandan, les interesa mucho más el presente que el futuro.

Así nos va.

Un abrazo amigo

Enrique Martín dijo...

David:
Al irte leyendo se me ha venido una entrada tuya en la que hablabas de abrir las puertas de las plazas al público y creo que hasta pensabas como utópica la posibilidad de que se pudieran ver los toros antes de la corrida. Pero chico, tu tienes mente de aficionado, no de negociante, aunque seguro que ganarías más con estas ideas que con esa racanería de los taurinos. Pero es que estos no tienen afición y todo esto les importa un pito. El Batán, como otras cosas que ya no existen, era de esas cosas que podían diferenciar a la plaza de Madrid de las del resto del mundo, que estaba más que comprobado de lo beneficioso que resultaba para todos y que hacía acercarse a muchísima gente no aficionada a la Fiesta. Era una de las cosas que hacía que los toros estuvieran presentes en la vida social de Madrid, pero ya ves, ¿qué te voy a contar a ti de como estamos y cómo podríamos estar?
Un abrazo maño

PD.: Lo del mapa de lugares taurinos, bares, restaurantes, hoteles, etc... es una gran idea. Ya me gustaría poder añadir algún sitio a la lista.

Anónimo dijo...

Como bien dices, una bonita tradición que han sustraído del recuerdo del aficionado. Fíjate si serán poco visionarios que en una época de “crisis taurina” como es la actual, tienen las pocas luces de cerrar un lugar que podía ser un lugar en el que hijos y nietos, acompañados de sus padres o abuelos, se aficionaran a los toros.

Con todo y con eso, lo que me parece verdaderamente grave es el descastamiento generalizado de la cabaña brava. Prefiero casta sin Batán, que Batán sin casta aunque, puestos a pedir, casta junto con Batán sería la combinación ideal.

Saludos
J.Carlos

Enrique Martín dijo...

J. Carlos:
No creo que haya que elegir entre Batán o casta, pero como bien dices, una oportunidad de tener una fuente más de ingresos, pero que no les vale. Ellos prefieren recoger más de una vez, que lo mismo de dos.
Un saludo

Anónimo dijo...

No lo entiendo. Que gran tradición y fico de generación de afición. Porqué la administración no la recupera?. Tanto que se la llenacla boca diciendo que hay que crear afición.

carmen dijo...

es una pena que esto ya no se repare a sido muchos años los que los toros estaban alli e ido de pequeña com mi novio cuando me case y a mis dos hijos mayores tambien lo a visto era divino y muy bonito nos van quitado todas las tradiciones que pena que vuelva los toros al batan

Anónimo dijo...

Añoranza y recuerdos de mi niñez con siete años de edad, 53 años atrás para ser exactos, tarde de fiesta sin colegio, los corrales de la venta del batan al completo, mugen los toros en tono seco y bravo, como si ellos supieran que les espera una tarde de lucha en el ruedo al sonido de los clarines y tambores, silencio dicen los más mayores, que les lancen flores las damas de los tendidos y que le aplauda la gente cuando le llegue la muerte.
Yo también quiero la gloria se expresa el toro con su mirada firme, le ha dicho a los caporales cuando me alejen del ruedo a ha de ser en arrastre lento, su padre fue un semental de noble raza muy fino y su madre de lo bueno es lo que siempre ha parido mas vale sea un buen torero el que me haga los honores es lo que ha pedido el toro, lo dicen los caporales que no le tiemble la mano a ese que me toque en suerte nomas véanme los pitones traigo montada a la muerte, yo soy el toro de lidia que nació en el campo bravo soy de casta noble y fino le ha dicho a los caporales y el torero que me mate tiene que ser un valiente con oles, aplausos, flores me va a despedir la gente.