domingo, 19 de febrero de 2012

Salvador, Julián, don Julián y David Bisbal


¿Llegará algún desmochador profesional a robarle la dignidad al toro?

En estos días hemos podido leer en el “Aula Taurina de Granada” dos artículos que Fabad ha rescatado del pasado, en el que el protagonista era el torero de Churriana, granadino él, Salvador Sánchez “Frascuelo” y para completar la faena, Xavier González Fisher ha rebuscado y ha encontrado la placa conmemorativa que se encuentra en la casa de la calle Arenal en la que falleció el diestro. Y uno, que es muy envidioso, no ha podido ser menos y se ha sumado a la fiesta.
Extrañamente a pesar de los años que han pasado desde que Frascuelo rivalizaba con Lagartijo el Grande, la que se puede quizás considerar la primera pareja y primera competencia continuada del toreo, no resulta extraño encontrarse con testimonios que afirman la presencia del granadino en Madrid. Uno, quizás de los más conocidos, es la fonda donde fue atendido del golpetazo de un toro en Chinchón, en la misma Plaza Mayor del pueblo. Otra placa da cuenta del suceso, igual que la que informa del lugar de su último refugio en este mundo en la calle del Arenal de Madrid. También se cuenta el dispendio del torero el día de su boda. Pero no siempre mantuvo este romance con sus vecinos de la Villa y Corte. Ya se sabe que a veces la afición gata puede resultar un poco dura. Se cuenta que con ocasión de una tertulia en la que también estaba el cantante Julián Gayarre, una de las mayores glorias líricas de nuestro país, ambos se quejaban del trato que en la capital recibían ambos artistas, torero y cantante. Entre el relato de las afrentas y agravios recibidos, ambos decidieron que ninguno de los dos volverían a actuar ante ese público.
Quizás ante esos desplantes, sería el público quien más tuviera que perder, pues los dos amigos estaban en la cúspide de su arte, que era mucho. Vamos, como si mañana se juntaran dos fenómenos en el mejor de su quehacer taurino y musical; imaginemos que en la sala Villarrosa estuviera don Julián López tomando unas gambas con sus próximos y en la mesa de al lado se sentara David Bisbal, después de un gran esfuerzo para escapar de la chiquillería que le acosaba.
- Hombre David, No te dejan ni respirar.
- Pues sí Julián, se hace complicado. Y aquí no es como en otros sitios, ¡hey! Como hay más personal, hay más atosigamiento, ¡hey!
- Y que lo digas, aunque ya me gustaría a mí que aquí en mi tierra me trataran con un poco más de dulzura.
- ¿Qué me dices Julián? Pero eso no se puede consentir.
- Ya, pero ¿y qué puedo hacer yo?
- Tú solo, nada. Lo haremos los dos, a partir de ahora y mientras la cosa no cambie, ni tú, ni yo volveremos a Madrid. Solo cuando te lo pida la afición de Las Ventas aclamando tu nombre.
- Hecho.
- Pues venga esa mano
Y el acuerdo y el compromiso entre don Julián y David quedó sellado a fuego y ni el Juli volvió a torear en Madrid, ni Bisbal a cantar en el Real.
Pero este no podía ser el caso de Frascuelo, que no mataba toros desmochados y vergonzantes como últimamente se ha visto en algunas fotos que hace el de Velilla de San Antonio. Y tampoco era el de don Jualián Gayarre, al que buscaban los grandes compositores de ópera y se le esperaba en la Scala, El Liceo o el Metropolitan. Lo suyo sí que era un envite a la grande. Pero que nadie entienda en esto un rasgo de soberbia. La muestra es lo que ocurrió tiempo después, cuando solicitaron al granadino su participación en una corrida benéfica en la plaza de Madrid. No se podía negar ante una noble causa, pero tampoco podía traicionar lo apalabrado con el amigo. Intentó localizar a Gayarre para solicitarle su permiso para ese día, pero aunque revolvió Roma con Santiago, no dio pudo hacerle llegar la petición, ni recibir la licencia que reclamaba. Ante semejante caso, Salvador resolvió que antes era socorrer a los que lo necesitaban y que no podía permitirse negarles su apoyo. Actuó y mantuvo un hondo pesar en su interior por haber vendido la confianza del amigo. Pasó el tiempo, los amigos se volvieron a encontrar y el torero se decidió a confesar la traición a la palabra dada. Pero lejos de recibir cualquier censura, Salvador Sánchez recibió el beneplácito y admiración de su amigo, que antepuso la ayuda a los necesitados a cualquier otra circunstancia.
Pero claro, imagínense lo que sería si avanzamos unos años y resulta que David Bisbal aprovecha su paso por Madrid para ir a visitar a su compañero de conjuras. Y en esto que entra en la casa de El Juli y se lo encuentra contando una montonera de billetes.
- ¿Qué tal Julián? Parece que se ha dado bien.
- Pues sí. ¿Qué de alguna corrida de triunfo?
- No.
- ¿No?
- Es del pasado San Isidro.
- ¿Cómo? Pero si…
- No, yo es que en Madrid, si televisan la feria, cobro aunque no toree.
David dio media vuelta y se fue rojo de ira. Dicen los que se le cruzaron que solo mascullaba unas palabras ininteligibles, mientras se iba dando coscorrones contra las paredes. Lo que son los tiempos, unas historias acaban en abrazo y las otras en coscorrones contra los tabiques de escayola.
PD: Todo lo que reproduce situaciones actuales, excepto lo del torillo mocho de América, es ficción.

16 comentarios:

Diego Cervera Garcia dijo...

Enrique:
Yo ver, oír y callar...
Un abrazo!!

Enrique Martín dijo...

Diego:
¿Ves la diferencia? Yo con mi Julián del alma y sus vergüenzas y tú con un torero aragonés.
Un abrazo

Xavier González Fisher dijo...

Es que, Enrique, hay de teatros a teatros, de cantantes a cantantes, de toreros a toreros y de plazas de toros a plazas de toros... Ya lo decía don Gregorio:

"He de averiguar a qué término municipal pertenecen los terrenos donde está enclavada la nueva plaza de toros, porque tengo la esperanza de que no sea término de Madrid. Y me refugio en la esperanza, porque si lo que está ocurriendo en esta plaza ocurre fuera de Madrid, aún no siendo recomendable, tendría menos trascendencia; ahora si se demuestra que esa plaza es la plaza de Madrid, está la fiesta perdida... El hecho es que desde nos hemos trasladado a las Ventas del Espíritu Santo, o nos hemos salido de Madrid o hemos perdido ya la noción de lo que eran las corridas de Madrid..." (Gregorio Corrochano, ABC, Madrid, 28 de mayo de 1935)

Así pues, nada es de extrañar, así como también hay de Julianes (Gayarre) a Julianes (el "g minúsucula")... Pero esos... esos son otros López...

Saludos.

Anónimo dijo...

Enrique, no te veas obligado a poner artículos en tu blog con la frecuencia que tu deseas, este para mí no tiene ningún sentido, y todo lo que admiraba de tus anteriores posts, en este si te soy sincero me has desfraudado de tal manera que la conclusion que saco es que eres una persona que te gusta el protagonismo más que a un choto la leche.
Tu eres de las personas que te gustaría ser el niño en el bautizo y el muerto en el entierro.
Perdona que te lo diga así, pero si te sientes aficionado procura hacer los artículos con la sensatez de un aficionado y no te creas nunca a los palmeros de turno, porque entoces caeras en la vulgaridad de un mediocre aficionado, y tu quiero pensar que de mediocre no tienes nada, pero no tengas nunca el pensar en que tienes la obligación de hacer tu post.

Juan Cruz Romera

P. D. Perdona las numerosas faltas de ortografia.

fabad dijo...

Enrique, alguna diferencia entre Frascuelo y Gayarre y Juli y Bisbal, si que hay.
Eres un genio.
Por cierto en Chinchón hice una foto de la placa que el pueblo le dedicó a Frascuelo por la generosidad mutua entre Chinchón Y "El Negro"

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Pues si don Gregorio levantara la cabeza, pediría que la provincia de Guadalajara llegara hasta Manuel Becerra.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Juan Cruz:
Muchas gracias por su consejo. Responde a lo que he intentado hacer siempre en este blog, pero leyendo lo que dice, parece evidente que no lo he conseguido. En un momento hasta decidí dejar de escribir. Quizás ahora debería hacer lo mismo. No dude que pensaré seriamente lo que me dice. De nuevo muchas gracias, primero por leerme y segundo por el buen consejo.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Fabad:
Tampoco es que sea mucha la diferencia, pero existir, existe.
Un saludo

lesaqueño dijo...

guadalajara, ribera del tajuña, por ejemplo, no estaba mal que llegase hasta manuel becerra....ya puestos, el tietar hasta el manzanares.
Caudales de casta a embute.
Todo el centro desde valencia hasta portugal, madrid y alrededores en especial, es lo mas taurino de españa.

Anónimo dijo...

Es un hecho que nuestro sociedad ha dilapidado muchos de los valores que antiguamente eran el pan nuestro de cada día. El mundo de los toros no iba a ser la excepción a la regla.

Saludos
J.Carlos

Diego Cervera Garcia dijo...

Juan Cruz Romera:
Perdone que salte yo al ruedo, pero creo que es injusto decir eso de una persona como Enrique, al cual conozco personalmente y lo que menos busca es protagonismo.
Quizas en esta ocasión la gran mayoría de los blogs se hayan equivocado hablando y divulgando fotos de la corrida de Julian que lidio hace poco en Mérida (Venezuela) y lo peor es que alguno de ellos es periodista y parece mentira que se no se conozca el tipo de toro que se lidia en Venezuela o México por citar algunas plazas de toros de America... (este es otro tema a parte donde abría que hablar con conocimiento de causa y no a la ligera por no hacerle un flaco favor a la fiesta)
Volviendo a la entrada de Enrique, habiéndose equivocado o no (yo el g10 me lo paso por el forro de los c...) creo que por una mala entrada no habría que catalogar a un buen aficionado o a un blog, pues el mejor escribano echa un buen borrón.
Por otro lado Enrique, ni dejes de escribir, es mas, ni se te ocurra. Esto es la división de opiniones de cuando alguien hace algo.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Lesaqueño:
En un abrir y cerrar de ojos hemos cambiado la geografía. Pues si es para extender la Fiesta de verdad, adelante; que empiecen las obras.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

J. Carlos:
¿A que parecemos los abuelos Cebolleta? Quizás una de las cosas perdidas es el respeto al público. Hoy ponen en práctica eso de dame pan y llámame perro.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Diego:
Muchas gracias por tu apoyo y ese empujón para adelante, aunque nunca hay que hacer oídos sordos a una crítica tranquila y respetuosa. Quizás se ven de otra manera las cosas desde y eso no hay que despreciarlo, no vaya a ser que caigamos en los errores de los geses.
Un abrazo y gracias

I. J. del Pino dijo...

Un blog es un blog. Una opinión es una opinión y que seas buen o mal aficionado/a nunca dependerá de lo que escribes. Si fueses periodista tal vez pudieras ser buen o mal periodista por lo que plasmas en tu columna, pero esto es como un diario y por ello no veo yo que te tengamos que tildar de mal aficionado. Tú sigue y escribe cuando y cuanto te plazca, que para eso es TU blog.
PD.- A mí me fascinan las pelis de dibujos animados y el vino con gaseosa. Espero no defraudar a nadie.

Enrique Martín dijo...

I.J. del Pino:
¿Qué te gustan los dibujos animados y el vino con gaseosa? ¡Válgame! Jajaja. Y usted que lo disfrute, claro que sí. Aunque igual que cuando me halagáis no os echo la charla, también tendré que aceptar las críticas, aunque en este caso yo no lo he tomado como tal. Ya digo que es un consejo que yo he aceptado de muy buen grado. No me gustaría defraudar a nadie, pero eso es imposible. Así que lo mejor será lo que me dices, que escriba lo que me parece, como hacemos casi todos en nuestros blogs, y si meto la pata, pues que sea a conciencia, ¿no?
Un abrazo y gracias por el salir al quite con tanta torería. Y si se tercia una sesión de dibujos animados y un vasito de vino con gaseosa, pues mejor.