domingo, 25 de septiembre de 2011

Barcelona. Y después ¿qué?

A vicente Pastor, el Chico de la Blusa, que el 30 de septiembre serán 49 años sin "er sordao romano".


El final de Barcelona ya es un hecho más que consumado. Si Dios no lo remedia, que parece que no lo remediará, los toros han desaparecido de Cataluña. Y ahora ¿qué? La verdad es que el mundo del toro hizo poco y tarde para evitar este cierre por defunción. Alguna tibia manifestación con pose de indignados y poco más. Cualquier iniciativa plausible ha tenido que partir del aficionado, que en muchos casos ni iba, ni se planteaba ir a los toros a la Monumental, pero que el hecho de esta prohibición lo sentía como si le amputaran un brazo. Luego la lucha hasta el final de los escasos aficionados que aún quedaban en Cataluña, que tuvieron que sufrir en sus carnes como el acudir a la plaza se convertía en una actividad de riesgo, en la que en el mejor de los casos tenían que aguantar que les llamaran bárbaros, crueles, inmhumanos, asesinos y otras lindezas del estilo. Yo me pongo en su pellejo imaginándome esa situación en la puerta de Las Ventas mientras voy de la mano de mi hija y se me remueven muchas cosas por dentro. Y no quiero caer en la burda tentación de acusar al aficionado catalán de haber dejado de ir a la plaza y permitir la desaparición de las corridas de toros, porque sería tanto como acusarles de no haber aguantado el constante abuso, abandono y falta de interés de los responsables taurinos y de no haber sido capaces de ponerse delante de un tsunami político y detenerlo. El aficionado puede tener la conciencia muy tranquila, porque han defendido su pasión como han podido.

Se han recogido firmas, ha habido a quien su bolsillo se lo ha permitido y se ha acercado por la Monumental, pero al final se les ha dejado solos, se les abandonó hace muchos años y de la misma forma se les ha dejado tirados. Les han pegado, zarandeado, insultado, han tenido que contemplar el bochornoso espectáculo del Parlament y nadie se movió. Serafín Marín tuvo que aguantar en soledad como una votación le convertía en un proscrito en su tierra. De la noche a la mañana, nunca más podría volver a trabajar en su casa. Nadie le acompañó en ese trance, ni los Ges, más preocupados por eso de la cultura, ni los empresarios, que no sé si les preocupa algo, ni ganaderos, que hace décadas que no ven mercado en Cataluña, ni mucho menos los medios de comunicación, en los que muy de tarde en tarde se puede ver u oír algo de información taurina a modo de canto de cisne.

Pero una vez que todo esto parece acabado, a pesar de esos leves intentos de retrasar lo inevitable, ¿nos podemos quedar tranquilos? Pues a mí me da que no, que a lo mejor esto solo es el principio evidente de un final cierto. Hace un par de décadas parecía impensable el que se pudiera llegar a estos términos. Igual que ahora parece inaudito tan solo el plantearse unas Fallas sin toros, un San Isidro sin feria, unos sanfermines sin encierros ni corridas de toros y así podríamos hacer la lista todo lo extensa que queramos. Pero una vez perpetrado el atropello, pensemos que esta corriente se puede extender y que además son muchos los que están dispuestos a ello.

Los antitaurinos cuentan con el terreno abonado ideal, con la ignorancia de la gente. Y si no, que cualquiera piense en esas creencias absurdas que se tienen sobre el mundo de los toros, que serán falsas, pero que han calado profundamente. Eso de que el toro en el campo no hace nada, que se les enseña a embestir, que se les pinchan antes de salir para que salgan al ruedo cabreados como monas, que los toreros llevan protecciones en el vestido de torear, los que no distinguen el ganado para carne del toro de lidia, que a las vacas bravas se las ordeña, y todas las barbaridades que se nos antojen. Y esto que cuento juro que lo he oído o leído en algún momento, que no son invenciones propias de un momento de delirio de una mente truculenta.

Puede parecer exagerado, pero yo tengo la sensación de que la fiesta de los toros está abandonada. Abandonada precisamente por aquellos que más fuerza e influencia tienen para manejarla, que se mantienen firmes en esa creencia inmovilista de que nada acabará con los toros y que cualquier posible actuación de mejora solo va dirigida a acomodar hasta lo inverosímil su situación personal. Ellos quieren ver bondad por todas partes y rechazan cualquier ataque a las corridas de toros como algo contra natura y que nunca conseguirá derribar el tótem ibérico del toro de lidia. Igual tienen razón y yo me estoy poniendo demasiado trágico, pero vuelvo a unos párrafos más arriba, ¿el caso catalán no se puede dar en otras regiones españolas? Pues cuando menos, habría que plantearse tal posibilidad ¿no? De acuerdo que esta prohibición responde a intereses partidistas y se ha utilizado el argumento erróneo de la exclusiva españolidad de los toros, como si fuera un invento propio del centralismo y que se hubiera impuesto al resto de territorios hispanos a la fuerza. Razonamientos falsos a todas luces, pero que han calado en parte de la población y que los políticos han hecho suyos esperando obtener sus buenos réditos electorales.

¿Quién nos dice que en Galicia, Asturias, Cantabria, Euskadi, Aragón, Comunidad Valenciana, Islas Baleares, La Rioja y así una por una, no se vayan infectando del virus abolicionista? Pues ahora mismo creo que nadie; y aunque parezca un contrasentido, el tomar conciencia de ello favorecería sobre manera a la fiesta de los toros. Sintámonos atacados, sintámonos vulnerables y que esto que un día fue grande puede desaparecer para siempre. Aprendamos esta lección de una vez, preparémonos para ello y quizás aseguraremos una larga vida a la fiesta de los toros. Pero esto no se arregla con declaraciones de Interés Cultural, con clamar que la tauromaquia es cultura, que es arte y todo lo que ya sabemos, porque basta con cambiar el tiempo del verbo, ponerlo en pasado y sanseacabó. Todo esto es indiscutible, pero además de todo eso, lo más urgente ahora mismo es devolverle a la fiesta el interés, la pasión, la emoción y la verdad que rara vez se ve ya en las plazas del mundo. Porque de una cosa sí que estoy plenamente convencido y es que si la tauromaquia se muestra en toda su integridad, engancha. Y si no, solo hay que ver como el aficionado que un día vio hacer el toreo sigue yendo a la plaza, a pesar de todo, para ver si el milagro se vuelve a producir.

16 comentarios:

Diego Cervera Garcia dijo...

Enrique:
ufff, me cuesta respirar....¿Y qué digo ahora?
todos pensamos lo mismo con diferente escritura. (todos los taurinos)
Este es un tema muy muy trillado, y con comentarios de todo tipo, pero Barcelona, por desgracia, está condenada a morir taurinamente hablando, solo queda esperar que no vendan la plaza, porque si no la venden la esperanza sigue viva de que algún dia se puedan volver a celebrar corridas de toros.
Un abrazo, de luto pero un abrazo muy fuerte para ti y para todos los taurinos.

Enrique Martín dijo...

Diego:
Y tú ¿no crees que si no está ya vendida, al menos está apalabrada? Al contrario que muchos, en este aspecto no puedo ser demasiado optimista.
Un abrazo

Diego Cervera Garcia dijo...

Enrique:
A mis oidos han llegado otros comentarios, de momento la Monumental no se vende.

Enrique Martín dijo...

Diego:
Ójala tengas razón.
Un abrazo

franmmartin dijo...

Sin ser catastrofista:Lo de hoy en Barcelona no ha sido la muerte,sino el entierro de la Fiesta que lleva muerta demasiados años.
Y lo que nos espera son los sucesivos entierros,acompañado de gritos y lamentaciones de los culpables,en las distintas taifas en las que,de nuevo,está dividida España.
Y aunque con mi dolor y mi rabia (yo me hice aficionado desde niño a hombre en la Monumental) a flor de piel,soy consciente de lo que digo.Esta Fiesta podrida es mejor que desaparezca y no malviva siendo una grotesca caricatura de lo que fué y es su esencia.

Enrique Martín dijo...

Franmartin:
Yo no sé si será catastrofismo o lo que sea, pero la fiesta tal y como está ahora, no es mi fiesta, no es a la que yo me aficioné y a la que me he mantenido fiel. Ahora creo que seguiré yendo toda la vida, pero también puede ser que encuentre mi límite y diga que hasta aquí hemos llegado.
Un pena. Un abrazo

Cincinato dijo...

El asunto es preocupante.

En el País Vasco Izquierda Unida y Bildu ya han recogido la bandera de los mal llamados ecologistas (el verdadero ecologismo no tiene nada que ver con los antitaurinos)

Lo de Izquierda Unida es viejo. Uno de tantos brindis al sol de un partido sin votantes que busca su espacio desde que Madrazo, S.A. convirtiera a un partido de izquierdas en el mamporrero de Ibarretxe.

La novedad es lo de Bildu. La izquierda abertzale ha estado muchos años sin meterse con la Fiesta. Supongo que por la influencia de Jon Idígoras, el histórico líder batasuno que se vistió de luces en su mocedad (unos dicen que como novillero, otros que como banderillero, pero el dato de su taurinismo parece incontestable)

Pero ahora que Idígoras está muerto, parece que recogen esa bandera.

De momento la cosa está lejos, pero ha empezado a moverse. Con un montón de inexactitudes (por ejemplo: que la Fiesta en Bilbao le cuesta dinero al Ayuntamiento, cuando es al revés) pero ha empezado.

PP, PSE-PSOE y PNV están en contra de la prohibición. Pero no está claro, en el caso de los dos últimos, que su postura sea unánime y que no pueda cambiar con el tiempo.

De momento en la pasada Semana Grande vimos como en un mismo día asistían a Vista Alegre el Alcalde de Bilbao (Azkuna, del PNV) el Diputado General de Vizcaya (Bilbao, del PNV) y el Lendakari (López, del PSE-PSOE) El líder del PP vasco (Basagoiti) es un asiduo de los tendidos de Vista Alegre. Esta situación de apoyo institucional, que sería la envidia de los aficonados barceloneses y puede que hasta de los madrileños (¿va Gallardón a los toros?), sin embargo depende mucho de las personas concretas y puede cambiar en cualquier momento.

Yo soy pesimista.

El ambiente está en contra de nosotros. La Fiesta es un anacronismo. La sensibilidad hacia los animales crece y crece. El afán prohibicionista de los defensores de lo "políticamente correcto" es cada vez mayor en todos los órdenes, y las éticas tradicionales que nos justifican estén en retroceso frente a otras modernas que equiparan a hombres y animales o frente al simple sentimentalismo.

Creo que con el tiempo, esto desaparecerá.

A disfrutar mientras nos dejen.

Enrique Martín dijo...

Cincinato:
Tus palabras están llenas de reflexión y serenidad. Estoy de auerdo en que existen los apoyos institucionales de que hablas en Euskadi, pero de la misma manera, éstos pueden desaparecer, basta con que se apunten a esa falsa progresía prohibicionista, tiranizada por lo "políticamente correcto". Y En Bilbao precisamente no es una ciudad donde el problema se pueda hacer evidente a corto plazo, creo que lo de Galicia, Asturias y puede que Cantabria, es más preocupante. Pero uo soy pesimista y hasta no me extrañarían unos sanfermines con encierros y sin corridas de toros. Solo hay que ver ahora los despliegues de los medios en el primer caso y el escaso o nulo eco de lo que pasa por la tarde.
Un saludo

Anónimo dijo...

Enrique, después del “¿y ahora qué?” ... me decanto porque Cataluña ha sido sólo el primer bastión en caer a manos del antitaurinismo-antiespañolismo (curioso que no hayan prohibido los correbous). Tengo claro que la cosa no va a quedar ahí y que ahora se organizarán para pedir la abolición de la Fiesta en las Comunidades más vulnerables.

No sé muy bien qué movimientos político-judiciales tienen que darse para revertir la situación actual o simplemente para que la metástasis no se extienda al resto del organismo.

Sin embargo, digo yo que alguna reflexión se tendrá que hacer desde dentro de la Fiesta y tampoco podemos hacer oídos sordos a la situación actual: menor número de festejos, casi nula renovación generacional en los tendidos, etc. Cada vez que uno de nosotros deja de ir a una plaza o cada vez que algún buen aficionado decide perder su abono estamos dando un pequeño pasito hacia la desaparición de la Fiesta pero parecen no querer darse cuenta de ellos los gallifantes taurinos. Ellos verán…

Por mi parte, el día que me aburra (y cada vez el hastío es mayor) dejaré de ir a la plaza y, como yo, supongo que muchos otros aficionados. Y después que se tiren años lamentándose de cómo se les ha ido la situación de las manos. El problema lo tienen delante de sus propios ojos, si no quieren hacer nada para remediarlo es problema suyo.

Saludos teñidos de luto
J.Carlos

Enrique Martín dijo...

J. Carlos:
Puede parecer mentira que esto se acabe, pero no es imposible, aunque a mí me parece algo muy, muy viable. Esto solo lo salvaría si los que tienen responsabilidades reales se deciden a reconocer el problema, a buscar soluciones y a implantarlas y ponerlas en práctica. Y que no duden en meter el bisturí aunque afecte a figuras, ganaderías comerciales y demás taurinos interesados en su propio beneficio. Ahora más que nunca hay que buscar la verdad y la integridad y por nuestro bien, ójala que la encuentren pronto.
Un saludo

Diego Cervera Garcia dijo...

Enrique:
Después de leer los comentarios escritos, después de intercambiar opiniones en estos días con taurinos, y anti taurinos, o incluso personas que no son anti taurinos, pero la fiesta les es indiferente, me que con una conclusión. Ni la fiesta es lo que era, pero tampoco está muerta como tal para enterrarla en 4 días. Barcelona es un tema que tengo muy trillado puesto de que iba a dar una conferencia sobre Barcelona. Pero solo digo una cosa, la fiesta en Barcelona a decaído después de 30 años de andadura de los políticos. Los corre bous nunca desaparecerán porque CIU y ERC se aseguran votos.
Y por último, la plaza no está en venta, con lo cual esto es política revocable y tarde o temprano la Monumental de Barcelona abrirá sus puertas a una nueva etapa taurina

Enrique Martín dijo...

Diego:
Efectivamente todo puede dar el viso de que pueda volver a haber toros en Cataluña, aunque ahora no pondría la mano en el fuego, pero todo esto debería ponernos alerta y hacernos pensar que ¿por qué no se van a reproducir las mismas condiciones en otras regiones de España? Y mira que pongo como ejemplo Pamplona, lanzando la hipótesis de encierros sin corridas de toros. Un contrasentido, pero cosas más absurdas se han visto.
Un saludo

MARIN dijo...

Sinceramente Enrique, creo que la fiesta desde el Duero para abajo no corre peligro, o por lo menos eso espero y a los hechos me remito. Al final si lo piensas friamente, la fuerza no está en los politicos sino en el pueblo que los coloca ahí. Y sin ir mas lejos, a ver si Carod Rovira tiene los "cataplines" de prohibir el toro de la Vega en Tordesillas.
Preguntas por el Pais Vasco, Galicia, Cantabria o Baleares... pues mira, si no se sienten identificados con la fiesta en su MAYORIA, que la fiesta muera por innanición que tampoco pasa nada. No se puede obligar a nadie a ir a ningun espectáculo tal y como yo nunca iria a un partido de pelota vasca. Pero que mueran por eso y no por una prohibición dictatorial.
Ya te digo que jamás veras las ventas con el cartel de se vende y que si a alguien se le ocurre prohibir la fiesta en Andalucia, esta arde desde Huelva a Almeria. Aqui ya ha habido un conato de ILP de estas y con las firmas que recogieron no les dejaron ni entrar en el parlamento andaluz.
Y volviendo a Barcelona, no puedo estar mas de acuerdo contigo en que quien tuvo que apoyar no lo hizo. Todavia recuerdo al pobre de Serafin Marín llorando desconsoladamente mas solo que la una. Y aller mismo tu escuchaste a Salvador Boix decir en la radio que Balaña no ha hecho nada por su plaza. Por no hacer no va a pedir ni los daños y perjuicios por el cierre de su NEGOCIO.
Pero creeme que no puedo olvidarme de aquellos que han derramado su sangre en la monumental. De Chamaco (padre), de mi paisano Pablo Gomez Terron, de los aficionados que han tenido que soportar que les digan de todo ante la impunidad de las autoridades... de una historia y de unas raices que muchos han tirado de golpe a una cienaga.
Sabes que de lo que voy a hablar te lo digo con conocimiento de causa: Es mas duro soportar el grito de "asesino" en la oreja y aguantarte las manos a soportar la voltereta de un toro, y esto no puede quedar así como así.
Como bien dijo Morante, "dejemonos de abolir y dediquemonos mas a ENSEÑAR el toro a quien no sabe" para que el que tenga que opinar lo haga con conocimiento de causa.
Un saludo para todos.

Enrique Martín dijo...

Marín:
Sinceramente, creo que esto durará muchos años; otra cosa es el estado en que dure. Y como bien dices, si desaparece, pues mala suerte, pero aparte de por prohibiciones, que no desaparezca por inanición. En cuanto hay verdad e integridad, es algo que se cuela en el alma como un rayo. De todos los no iniciados que he llevado a los toros, ninguno a la salida me ha negado rotundamente cierto interés y todos lo veían de una manera distinta a como entraron a la plaza. Luego el que ve torear de verdad, ese queda enganchado "per secula seculorum".
De los que nos llaman asesinos, bárbaros, crueles y todo eso, quizás no estén haciendo otra cosa que proyectar sobre nosotros lo que ellos llevan dentro. Nunca he visto a un taurino defender su pasión con tanto odio y rencor como la atacan los otros. Y curiosamente, los ántis más recalcitrantes son los que peor tratan a los animales, haciéndoles pasar por el suplicio de querer convertirlos en una persona. Es como si de repente deciden que tú te tienes que transformar en perro y yo en gallina, o viceversa.
Un saludo

Diego Cervera Garcia dijo...

Enrique:
Si se me permite, voy a la replica!
Yo coincido plenamente con el comentario del Sr Marín, la fiesta no peligra en absoluto dependiendo de la zona o región del país. Lo de Barcelona es un punto y aparte.
Otra cosa es que no nos guste la tauromaquia moderna, que es mejor no mezclar temas, porque nos podrá gustar o no, pero El Fandi llena plazas, Paquirri, etc…. Y mientras que se llenen las plazas la tauromaquia no está muerta, ¿no nos gusta ese concepto o esos toreros?
Vale, de acuerdo, pero mientras que haya gente que poblé los tendidos la tauromaquia sigue viva,¿ que se regalan orejas y se torea peor que nunca descargando la suerte? También es cierto, pero las plazas se llenan. Y si se llenan un punto menos que antes, he de recordad que la economía no es boyante en España, la crisis aflora, y yo antes si podía permitirme ir a los toros, y ahora solo puedo ir a ciertas corridas que sean especiales para mí, como pueda ser la del dia 1 de Octubre, lo demás lo veo en tv….

Enrique Martín dijo...

Diego:
´Cómo te gusta entrar en quites ¿eh? Es verdad que hay gente que va a los toros, pero las plazas solo las llena uno, los demás, ya pueden ir tres "figuras" juntas, que no lo logran. Además, si te das cuenta, esa gente de las orejas, serán los primeros que deserten, porque la satisfacción que buscan y que reciben es muy superficial. Lo mismo van res veces al año, como mucho y si a lo otro van 1 o 2, y al otro no van, pues no pasa nada. Además tarde o temprano, todos se dan cuenta del engaño y del timo y entonces no es que se queden sin diversión, abren el periódico y se van a otra cosa.Incluso puede que muchos de los que han salido a la calle en Barcelona, a lo mejor no vuelven a ir a los toros. Los habrá que se muevan a Francia, Castellón o Aragón, pero serán los menos. De todas formas, aunque tu argumento fuera la realidad de la fiesta, creo que hay que prepararse para que esto no se vuelva a repetir, e incluso se pueda pensar en una vuelta de los toros a Cataluña.
Un abrazo