sábado, 10 de septiembre de 2011

Murube, ese de cabeza de carnero

Uno de Bohórquez, puro Murube


Como la mayoría de encastes actuales, el toro de Murube parte de la raíz de Vistahermosa, pasando por las manos del Barbero de Utrera, que parece ser que no era tal, de Arias Saavedra y de Dolores Monge, la viuda de Murube, Joaquín Murube y Carmen de Federico, momentos en los que realmente adquirió las señas de identidad que le distinguen, hasta la actualidad, en que es don Fermín Bohórquez uno de los que mantiene más pura la sangre murubeña, que también tuvo en sus manos Antonio Ordóñez.

Los encargados de enfrentarse en Madrid a los primeros toros con el hierro de Murube, propiedad de doña Dolores Monge, fueron El Tato, El Gordito y Salvador Sánchez “Frascuelo”, el 27 de abril de 1868. El triunfo fue sonado y muchos los que siguieron, lo que hizo pensar a muchos que se había alcanzado la cúspide difícilmente igualable en lo que a la cría del toro de lidia se refiere. Los herederos de la ganadera actuaron de diferente manera, uno, Felipe, vende su parte a Eduardo Ibarra, mientras que Joaquín mantiene la ganadería en la casa hasta su muerte. Es en este momento, en 1917, cuando su viuda se deshace de ella a favor de don Juan Manuel Urquijo, anunciándose a nombre de doña Carmen de Federico. Hubo un intento de cruce con un semental de Guardiola Soto, con resultados muy pocos satisfactorios, y un posterior refresco de la sangre con vacas puras de procedencia Murube, a cargo de don Fermín Bohórquez, padre y abuelo de rejoneadores, quien se anunció por primera vez con su nombre el 22 de abril de 1946. Curiosamente, la plaza que le dio su primera bendición fue la de Barcelona, con Domingo Ortega, Juanito Belmonte, “El Calesero” y Pepe Luis Vázquez. Vamos un cartel no pensado para turistas ignorantes precisamente y sí para una afición exigente. Eran otros tiempos.

De cabeza grande, chatos y con ese característico perfil acarnerado tan definido y muy enmorrillados. Bien armados y frecuentemente brochos, lo que es digno de recordar, pues el hecho de verlos más a menudo desmochados para rejoneo, puede hacernos olvidar su presencia original. El Murube es un toro hondo, con papada, patas largas y fuertes, ensillados ligeramente y acabados con una culata voluminosa, un rabo largo y con poblado borlón. Generalmente son negros, algún mulato, castaño y tostado, pero básicamente salen negros zaínos.

Los mismos toros de Murube, anunciados como Urquijo, con que César Girón tomó la alternativa el 28 de septiembre de 1952, en Barcelona con Farolillo; Julio Aparicio, de manos de Cagancho con Farruquero, el 12 de octubre de 1950, en Valencia, el mismo día en que también se convirtió en matador de toros el Litri, con Pendolito; o Chamaco, con Larguirucho, el 14 de octubre de 1956, también en Barcelona; o el Niño sabio de Camas, Paco Camino, que también se doctoró con un oro de este encaste, Mandarín, el 17 de abril de 1960. Evidentes muestras de que era un toro no solo al que no rehuían las figuras, sino que era el preferido para los días grandes en la vida de un matador. Ahora parecen condenados a ser lidiados casi mogones, como ganado para rejones. Esas tardes en que al público le importa poco si el toro tiene cara de carnero o no, o si son puro murubes, lo importante es ver las cabriolas del caballo, sin hacer tampoco demasiado caso al toreo a caballo.

18 comentarios:

Xavier González Fisher dijo...

¡Ay Dios! Tu pareces empeñado en removernos los entretelones "del disco duro" y de recordarnos "cosas tristes", porque ya no las tenemos.

Curiosamente, la última corrida traída de España que se lidió en México, fue de ese encaste, unos dicen que de don Luis Vallejo Alba, otros que de doña Carmen de Federico, al fin, "puro Murube".

Y no nos olvidemos de otra cosa, que lo de Murube es la raíz de lo de Parladé, vía Eduardo Ybarra.

Ya ves. Te van a dar más bolitas de colores por andar invocando "tiempos idos"...

franmmartin dijo...

Enrique,todavía ando por aquí despierto,leyendo cosas de ésta afición que nos domina,y aparte de estar de acuerdo con tu artículo,que es en el fondo y en la forma, la constatación de la degeneración de los toreros que trae aparejada la degeneración del toro de lidia,sustituído ahora por el "toro de indulto";rompo con tu permiso el asunto de ésta entrada y quiero preguntarte por el desarrollo de tu Exposición.
Creo que nos gustaría a todos que,aunque sea en otra entrada,nos comentaras tus sensaciones.
Un abrazo

Diego Cervera Garcia dijo...

Enrique:
Todo un lujo que a través de tu pluma nos hagas recordar de viva imagen lo que es un toro de “Murube “
Un abrazo muy fuerte.

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Es verdad que lo de Bohórquez tuvo una época mala, hace años, pero de ahí a desterrarlos a los rejones va un trecho. Este es el espejo del pasado, ese que tan bien manejas y colocas donde debes, nos vuelve a mostrar que realmanete las cosas no son como nos quieren hacer ver.
A mi me están bajando el número de bolitas y me lo están sustituyendo por muchos vídeos de unas "figuras del toreo del s.XXI". ¿Qué pretenderán?
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Franmartín:
Lo de los indultos creo que, aunque se pudiera haber estado de acuerdo en algún momento, que no es el caso, creo que está llegando a una degeneración esperpéntica, con el consiguiente cambio de papeles, ahora el indulto no es mérito del toro, sino del torero. Y reconozco que el torero puede, solo puede, ayudar a lucir más la bravura, pero si no, ¿la gente no es capaz de ver esa bravura? Y por último ¿Cómo pueden comprobar tanta bravura sin la suerte de varas? Yo confieso con toda mi ignorancia, que sin el caballo, no soy capaz de afirmar con rotundidad que un toro merece ese indulto. PUedo imaginarlo, puedo ver asomos, pero esa certeza me la da el caballo y no con una o dos varas, yo soy más torpe y necesito verlo una 3ª. Y el ejemplo más cercano es Rodalito, el que le tocó a C. Jiménez en San Isidro.
Sobre la exposición haré una entrada. De una u otra forma os contaré como me ha ido a mi. De momento allí estamos disfrutando del sitio y de la acogida de la peña, espectacular, y recibiendo a muchos amigos, recibiendo mucho cariño y viendo lo generosa que es la gente.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Diego:
öjala pudiéramos verlos más a menudo en los ruedos. Quizás volveríamos a ver un toro con el poder que tienen, sobre todo en el caballo.
Un saludo

Xavier González Fisher dijo...

¡Aleluya! Según la mona señorita de blanco, ya llegaste a "la segunda etapa del tratamiento..." ¡Pronto te darán el alta, con el "cerebro bien limpio"! ¡Felicidades!

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Me han asegurado que después no es que vaya a ser más feliz, pero que sí que voy a aprender a decir ¡biiiieeeeeeejjjjn! Y que me sentiré más triunfalista que nunca.
Un saludo

Anónimo dijo...

Yo por mi edad he llegado tarde para ver algunas cosas en los toros, una de ellas es ver a los “murubes” en su esplendor, cuando los mataban las figuras de antaño. El año pasado me decía un mayoral que el toro de Murube era el que más le gustaba, con cierta añoranza y reserva porque los toros que tenía a su cargo no llevaban esa sangre.

Enrique te agradezco mucho que escribas artículos como este, para los jóvenes aficionados es muy importante conocer aspectos de la fiesta que no hemos podido ver en el ruedo. Un saludo.

Enrique Martín dijo...

En Barrera:
De sobra conoces mi opinión sobre los aficionados jóvenes y mi admiración ante esa actitud de creer en lo que no vieron, que saben que existió y puede ser, y que a pesar de todo persisten en mantener su fe. Pues si con esto ayudamos, me alegro.
Un saludo

Juanito dijo...

Hace unos días tuve la suerte de presencial la tienta de un utrero para semental en el bajo guadalquivir sevillano donde existe el encaste Morube-Urquijo; que entro 10 veces al caballo y exceptuando la primera el resto entro humillando y metiendo riñones, y a una muy buena distancia y la última entrada se puso directa mente contra querencia y entro como una vela.

Enrique Martín dijo...

Juanito:
Que imagen más buena nos dejas para esta entrada y la esperanza de que se puedan volver a ver para el toreo a pie con absoluta normalidad. esa "normalidad" de la que solo parecen gozar los hierros del monoencaste.

lesaqueño dijo...

JUANITO QUE ENVIDIA ME HAS DADO.

junta por ahi a media docena de ganaderos que quieran tentar machos, y prepara un festival de esos DE LUJO.
PARA QUE LO VEAN CUATRO AMIGOS, MEJOR EN UNA PLAZA GRANDE, con un buen numero de aficionados al jaco y a la garrocha. NO OS PARECE?

enrique, muchas gracias por esta entrada

eldesjarretedeacho.blogspot.com dijo...

Yo me permito añadir a tan interesantes comentarios, que el "mono descaste" sólo trae como consecuencia un "toreo" aburrido y predecible. Cuando sale un toro fuera del estandar, hay que verlos como la pasan dificolísimo y no resuelven la papeleta.
Un Saludo Enrique y gracias por esa cátedra.

Pocho Paccni Bustos

Enrique Martín dijo...

Lesaqueño:
Yo me apunto a esa fiesta, mejor en plaza grande, ya. Y que se televise para que todo el mundo lo vea.
Un abrazo "Pequeño Saltillo"

Enrique Martín dijo...

Pocho Paccini:
Como bien dice, el monoencaste acaba con una de las virtudes más características del toreo, la variedad: Y la consecuencia directa de esto, el aburrimiento.
Un saludo

Juanito dijo...

Lesaqueño estuve en ese tentadero de manera casi fortuita, gracias al joven torero que lo iba atentar, no obstante, lo que comenta es muy complicado por la privacidad que tienen los ganaderos en la selección, y a un más si son seis; dejo abierta una posibilidad estudiar e indagas que posibilidades habría de hacerlo con tres ganaderos, seguiremos hablado si le parece bien a Enrique, os daré mí opinión conforme valla viendo la manera de hacerlo.

Enrique Martín dijo...

Juanito:
Es tu turno de quites y no me puedo negar a que lo hagaas. Por favor, el toro es tuyo. Un saludo