jueves, 26 de mayo de 2016

Vosotros sois los antitaurinos

Y con la matrícula, le regalamos una faja para prevenir lesiones lumbares


Lo que se nos han contrariado las figuras en la corrida de Jandil..., perdón, El Vellosino. Lo que se nos ha contrariado don Julián López y toda esa caterva de seguidores interesados, algunos a pie de micrófono, que ven la realidad como todos, pero que se aplican en su función de confundir y decir lo que les puede ser más beneficioso. Y esta claro que la verdad no les viene demasiado bien. Tienen muchos que tapar y que quieren seguir tapando, ante la aquiescencia de los aplaudidores que se pegan con su padre por defender las doctrinas del oficialismo taurino, sin pararse a pensar que esto, la tauromaquia, como a ellos les gusta llamarlo, los toros, el toreo, como se le ha llamado siempre, se nos va. Perdón, mejor dicho, lo están enterrando. Mientras esos aplaudidores dan palmas con las orejas cuando ven dos trapazos seguidos, que intensifican su ardor cuando protestan los de enfrente y que se afanan en pedir silencio, como si estuvieran en misa o en la ópera, pero no. Cuando vayan a entrar en ese edificio tan bonito, párense un momento y miren que dice: Plaza de Toros” .

Ya de inicio arreciaron las protestas, ¿están locos? No, no están locos, simplemente era el hartazgo de tanto abuso, del cambio de ganado porque lo anunciado era impresentable, porque es una historia que se repite año tras año, año tras año, año... siempre cuando asoman las figuras y en los últimos tiempos, especialmente, cuando asoma don Julián, quién sigue en su empeño de manejarlo todo para su comodidad y si detrás de él deja la Fiesta sembrada de sal, pues que la desalen, ¿qué más le da a él? Esta divinidad de la Tauromaquia 2.0 que da muy pocas muestras de esa sabiduría que le cantan. Es más, en la Plaza de Madrid aún estamos por verle algo, un rasgo, un leve asomo. Un figurón que en sus dos toros se limitó a trapacearle con el capote, de lejos y sin meter en el engaño a ninguna de las dos fieras corrupias. Ni ponerlo en el caballo, que lo mismo lo tiraba por ahí, que lo encerraba entre las dos rayas. Incapaz de fijar a ninguno de los dos, a los que, por supuesto, no se les picó, se les simuló la suerte, ¿para qué más? Pasados estos trámites, don Julián toma la muleta para soltar una retahíla infumable de trapazos, sin gusto, basto, sin marcar y seguir una línea sobre la que construir una faena, pero no da para más que un toreo adocenado, vulgar, con mucho pase lo mismo por uno que por otro pitón, retorcido, largando tela para echárselo fuera, en los terrenos por los que ande el toro, no en los que marque el buen sentido lidiador que se le supondría a un maestro. Para culminar todo con esa forma tan “personal” de apiolar al toro, que muchos piensan, que pensamos, que es digna de cualquier matarife y no de un matador de toros, pues los toreros tienen que procurar no verse cogidos, claro que sí, pero dando una opción al toro. Eso es el toreo, esa es la tauromaquia, que nada tiene que ver con el engaño, con la trampa, ni con esos ardides tan “personales”. Y me gustaría poder relatar lo que fue su toreo, pero lo que no me apetece es pararme en estas formas que no entiendo, ni quiero entender. Pero nada, el año que viene otra vez. Pues aquí seguiremos.

Pero lo peor de todo esto es que estos males no son exclusivos de don Julián, porque desafortunadamente la trampa tiene fervientes seguidores y destacados discípulos de la pantomima. ¿Qué me dicen de don Miguel Ángel Perera? Lo parecidos que será, que hasta en eso de la lidia parecen un calco, sin fijar al toro, sin ponerlo en suerte, que si al relance, entre las rayas, metiéndolo debajo del peto, para que ni se roce a los toros con el palo. ¿Esa es la maestría? Eso es lo que ellos se creen, esa es la idea que tienen de este negocio, que no Fiesta. Lo reducen a un ir dejar pasar el tiempo, hasta el último tercio. Imaginen ustedes lo pendientes que estarán de lo que es la lidia, que igual Roca Rey, que López Simón, en el segundo tercio, cuando debían estar pendientes de los banderilleros, no se les ocurrió otra cosa que ponerse a torear de salón en medio del ruedo ¿Cabe mayor...? Pero es lo que aprenden de estos maestros. Maestro como Perera, que lleva soltando el mismo repertorio desde hace años, con el ceño fruncido y como si no quisiera estar en Madrid. Pues muy fácil, que no venga, que no vuelva. Que ese liarse a pegar sartenazos nos cansa, nos aburre. Nos desespera el que un toro se quiera ir a tablas después de dos muletazos, porque nadie lo ha lidiado, nadie le ha mandado y al final acaban cansándose, como ocurrió en su primero. Que estos caballeros se piensan que el toro tiene que salir ya dispuesto para aguantar su “arte”. Ese arte que ellos mismos usan como arma ofensiva. Que no puede ser señor Perera que tras aburrir, tras desesperar en el quinto de la tarde y ante las protestas de los tendidos, como castigo no se le ocurra otra cosa que seguir toreando. ¿En tan baja estima tiene su labor que la utiliza para castigar al crítico? Pues ya me lo ha dicho todo. Lo de los bajonazos ya lo dejo aparte, porque ya saben, de dónde no hay...


López Simón quizá se extrañaría de las reacciones del público, más cuando parece dar la sensación de querer ser un alumno aventajado de estos pseudofigurones del toreo. Hasta puede que se extrañe de que, haciendo algo muy parecido, a él le piden las orejas y a estos les tiran de las idem. Y razón no le falta, porque algunos le jalearon su labor, siguiendo el camino de dejar corretear por ruedo al toro hasta que se aburra; hasta tres vueltas le conté y todavía no paraba. Nadie era capaz de echar un capote y fijar al Vellosino. El primer tercio fue una capea en toda regla, quizá solo faltó la rubia atrevida que en todas las fiestas camperas se echa a la arena. Aquí no hubo rubias. Suelto, le llevaron al caballo al relance para no picarle ni en la primera, ni en la segunda vara, mientras echaba la cara arriba. Si el toro andaba justito, justito de fuerzas, ¿qué es lo mejor? Pegar trapazos por abajo hasta que se caiga. Su toreo de muleta es un corta y pega de lo que hacen sus maestros, pico, tirones, brazo estirado, pierna escondida, ante un toro con la cara a media altura. Que si no pincha, los había que ya pensaban en el despojo de turno. Tuvo que lidiar un sobrero de Domingo Hernández, feote, que como decía mi compañero de grada, parecía un novillote serio. No se le picó, si apenas se le rozó. En la muleta la tomaba bien por los dos pitones, pero el de Barajas se limitó a torear con el pico y a ahogarle la embestida. Mucho pase y ninguno bueno, aperreado por el lado izquierdo, sin pararse quieto, pegando tanda tras tanda, que no eran más que la evidencia del fracaso. Y así acabó el esperpento, toreros que no lo parecen y toros que no lo son, aparte de unas actuaciones que deberían ser respondidas por la empresa con la no presencia en ferias sucesivas, que a muchos les iba a alegras. Os quejáis, os quejáis y no os queréis dar cuenta de la realidad, y es que vosotros sois los antitaurinos.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Otra tarde para el olvido. Parece que Molés & Company han censurado las protestas del público por el esperpento de toros que saltaron al ruedo venteño. ¿Qué esperaban? La gente está harta de las "presuntas" manipulaciones de Don Julián en referencia al ganado. Es como Atila, por donde pisa no crece la hierba. Los toros, además de la consabida bobaliconería que les caracteriza, lucieron unas cornamentas más que sospechosas.

El toreo de Julián lo mismo de siempre, en el segundo lo intentó un poco más pero sin llegar a dar ese paso al frente que nunca le hemos visto dar, cosa que no me sorprende. Perera está en mal momento, te podrá gustar o no pero se ve que no tiene esa frescura que le caracterizaba en otras temporadas. Mi opinión es que aún no ha recuperado la confianza después de la cornada de Salamanca. López Simón se mueve entre el "bien y el mal", no torea tan despegado como la mayoría pero no termina de ofrecer lo que la afición (que no el público) quiere ver.

Ayer me fue imposible acercarme a ver la exposición, a ver si el fin de semana voy con tiempo y veo tu obra. Seguro que me gusta.

Un abrazo
J.Carlos

Patxi Arrizabalaga dijo...

No sé qué pasa Enrique. Te tienen miedo ante tus entradas. En la de ayer, hablaríamos largo y tendido, pero eso lo dejo para un ratito juntos. Hoy estoy casi al cien por cien contigo, pero tengo matices e informaciones ganaderas que me hacen guardan un uno por ciento para el "ratito". Sigue adelante...que esto, se nos va. Aunque nosotros, siempre tendremos Vic Fesensac y Hagetmon y poco más...

pedrito dijo...

Los antitaurinos màs peligrosos se encuentran en los ruedos, en los callejones, y en los palcos. ¡ Si señor ! Màs peligrosos que los de fuera.... Son ellos los enterradores de la fiesta brava, de la "FIESTA DE LOS TOROS"
Saludos a los aficionados de verdad

Anónimo dijo...

Los aficionados no por ser minoría pierden el derecho de exigir y con toda razón lo que está anunciado;6 toros y no lo que saltó a la arena.Ser minoría no significa que se puedan pisotear impunemente sus derechos,como está pasando.Esos comentaristas del cable decir la verdad de lo que acontece en el ruedo es como "ofensa" insoportable.Encubren la artimana del Juli al matar saliéndose de la suerte.Saludos.
T.Green.B.

Anónimo dijo...

Genial la crónica, como siempre.
Si me permite, una puntualización : la manipulizacion de la Fiesta por parte de las "figuras"...ha sido en todas las épocas del toreo, como Vd. bien sabe.
Saludos cariñosos.

pedrito dijo...

Patxi,
No te olvides PARENTIS EN BORN, CERET.....

Enrique Martín dijo...

J. Carlos:
Ya ves, cada uno defiende sus perras como mejor cree entender, unos a costa de lo que sea y otros sin importarle nada eso de la decencia. Es como si tuviéramos la obligación de que nos encantara el Juli y no la cumplimos. Los otros dos, pues eso, uno perdido y el otro jugando a ser figura. Eso sí, que no se eche las manos a la cabeza cuando le digan lo que no le guste.
Como voy muy, muy retrasado en poder contestar, ya hasta nos vimos en la exposición.
Muchas gracias por estar siempre.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Patxi:
Seguro que ese uno por ciento es sustancioso. No me gustaría dar miedo a nadie, qué desagradable sería. A lo que me apunto es a eso del ratito. Y a lo de Francia, pues igual me tengo que empezar a apuntar.
Un abrazo

Enrique Martín dijo...

Pedrito:
Pero eso que tú tienes tan claro, muchos no lo quieren ver, es más ni lo quieren escuchar.
El mismo saludo para un muy buen aficionado, claro que sí.

Enrique Martín dijo...

T. Green B:
Ya me gustaría que me explicaran con detenimiento, cómo la mentira puede ayudar a esto. Sería en lo único en lo que la mentira beneficie lo bueno. Eso sí, de ella sacan un suculento beneficio esta panda.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Anónimo:
Desde luego, pero no hasta el punto al que está llegando ahora, ni con tanto poder, ni convirtiendo a los aficionados en la peste y en grupúsculos casi clandestinos. Muchas gracias por sus palabras.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Pedrito:
Apuntado