miércoles, 9 de mayo de 2018

Y aplicaron la LOMCE a los toros


Tuvo que ser un banderillero el que sacara su orgullo de torero, que si tenemos que esperar a los jóvenes que vienen, la espera puede ser muy larga

Cómo dicen los leídos, la Comunidad Educativa anda revuelta, que si huelgas, que si planes de estudio de locos, que si recortes, que si becas, que si… ¿Y para los toros? No hay becas, ni docentes, ni planes de estudio para los que pretenden llegar a ser matadores de toros? ¡Aaaah, no! Claro, tal y cómo está esto montado, la beca es la que pague el ponedor, papá, tío entregado, pariente con posibles o todos a la vez; y el plan de estudios depende de hasta dónde llegue la pasta. Luego, igual que en la LOMCE, los chavales pueden pasar curso con… con una morterada de asignaturas; eso sí siempre que estas no sean de las consideradas fundamentales, a saber: lucir palmito, poner poses de soberbia, descalzarse por las buenas, desvestirse a gusto del consumidor y pegar cabezadas hacia atrás, como si la cuestión fuera autodesnucarse entre aspavientos exagerados y nada discretos. Que así anda nuestra novillería. Y por si algo faltaba, están los que han desarrollado una insultante habilidad en justificar a los pupilos de los que pagan, porque a los que no, a esos cera, más que en todos los cirios de una catedral. Que si esos novillos son una exageración para Madrid, que en muchas plazas pasarían por toros, lo cuál desgraciadamente es verdad, pero más bien por la casi nula exigencia de otras plazas; que si a los chicos se les quita la ilusión, como si eso de llegar a torero, a matador de toros fuera un derecho inalienable amparado por la Constitución garantizado para todo ciudadano que pretenda vestir de luces.

Y entre si nos quedamos con el sí a la LOMCE Taurina o con el no, se abrió la feria de Madrid del año en curso, con una novillada de Guadaira, que si les digo que la han picado más que a muchas corridas de toros en plazas de primera, igual se frotan las manos creyendo que los seis han sido un espectáculo en varas. No, no vayan tan rápido y no quieran frotarse las manos. La cosa no fue más allá de que alguno hasta medio cumplió en el caballo, pero de aquella manera. Los más peleones derrotaban como posesos y hacían sonar el estribo como si fueran las campanas del Pilar de Zaragoza. Que el que mejor comportamiento tuvo fue el segundo, que curiosamente para afuera, buscando la libertad tiraba cornadas al peto y para adentro, con todo el campo libre para la huída, hasta mostró fijeza. Pero ya les digo, no se me entusiasmen. Que ya hemos llegado a eso de la tauromaquia de bisturí hasta en la suerte de varas, que durante un pestañeo el toro muestra fijeza y ya estamos pidiendo día festivo. Así estamos de “necesitaos”. Luego, en la muleta iban y venían, hasta que se paraban definitivamente, en algunos casos gracias a la pesadez manifiesta de sus matadores y una continuación insufrible de trapazos, más trapazos y de postre, otra de trapazos. Pero como en la LOMCE Taurina pone que subrayes la palabra mantazo y la comentes con tus compañeros, algunos hasta creyeron que con los suyos ya aprobaban por curso, sin tener en cuenta que la media no les daba ni para la repesca.

Abría David Garzón, al que, igual que sus compañeros, parecían haberle convalidado la asignatura de capote por los créditos presentados por sacudir mantas, manteles y sábanas y demás ajuar, al viento. Y claro, muchas prisas para darles por buenos sus conocimientos con el capote y luego, cuándo se presentan al examen de para y fijar un toro, de llevarlo al caballo o de ponerlo en suerte, pues… ya me entienden, ¿no? Poco mejoraba Garzón con la pañosa, pico, brazo estirado, carreritas, enganchones, remates al limbo, sin mando, ni dominio y una sosería exasperante, que el espada alargaba innecesariamente, sin otro producto que el evidenciar su poca pericia torera cuánto más ahondaba en eso de muletear. Quizá les ahorraría tiempo si les digo que todo lo anterior se lo podían aplicar a Carlos Ochoa, que sí, pero este con más soltura, se le notaba que ya había merodeado por el ruedo venteño, aunque daba la sensación de no haberse aplicado demasiado en sus estudios. Apuntes que podrían valerle una buena nota, como ese sacarse a su primer novillo por abajo, por ambos pitones, pero si en lugar de temple pegamos tirones, la nota no llega ni al cinquillo raspado. A continuación, más de lo mismo, tanto en su primero, como en el segundo, pico de la muleta, escupiendo al novillo de la suerte, recolocándose constantemente, largando tela, retorcido y cuándo ya no le quedaba temario para exponer, pues a tirar de arrimón, a ahogar al toro y esperar que el espíritu de Valdecartones se hubiera apoderado de las gentes de Madrid. Y a propósito, ¿quién le habrá enseñado a Ochoa a manejar la espada con esas maneras tan peculiares y tan poco toreras? Y cerraba Ángel Téllez, que a buen seguro que su máximo deseo es ser matador de toros, pero en esto, como en la enseñanza primaria, secundaria, universitaria o en los máster, lo de comprarse el título no es el camino, mejor hincar los codos, perdón, apretarse los machos y tirar para adelante. Pero claro, no pretendamos exigirle a este chaval lo que tampoco se les pide a otros. Nada de toreo de capote y otro tanto con la muleta. Mucho pase, mucho cambio de pitón, pero al final, nada, lo de todos, la muleta torcida, trapazos sin mando que le obligaban a recuperar el sitio0 constantemente, cazando muletazos allá dónde quisiera el novillo, para acabar poniéndose muy pesado. Pero no pasa nada, que los novillos que salieron en la primera de la feria de Madrid a los palmeros les parecieron unas moles inaccesibles, que así se les va a quitar la ilusión y si hacía falta, lo mismo se le permitía al de aúpa picar agarrando el palo como si estuviera haciendo mahonesa, que el que unos chavales quitaran de capote apartándose siempre, que el que luego soltaran el repertorio como loritos, sin saber que decir, porque traían la faena aprendida de carretilla, sin un mínimo de razonamiento, ni sentido común, pero es que entre tanta huelga, manifestaciones, planes de estudio, recortes en la becas y demás, llegaron y aplicaron la LOMCE a los toros.

Enlace programa Tendido de Sol del 6 de mayo de 2018:

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