lunes, 31 de octubre de 2011

Los problemas reales de la fiesta

Si algún aficionado de Madrid levantara la cabeza... ¡Ay! Cuando decías eso de "Madrid, quién te ha visto y quién te ve.


Algunos estamos muy perdidos y muy desorientados sobre lo realmente importante para la fiesta. Creo que muchos somos los que nos enredamos en lo accesible y en lo que ni importa, ni afecta al futuro de los toros. Ingenuos de nosotros, nos pensamos que tenemos la verdad absoluta en nuestra mano y nos atrevemos a pontificar a favor de la integridad del toro, en la casta y en el toreo puro y de verdad ¿A dónde queremos ir con estos argumentos? Si leemos y escuchamos a los que de verdad saben y manejan todo esto, no podemos ir ni a la esquina de la calle. Y dense cuenta que hablo de toros encastados, que no llego ni tan siquiera a pedir que sean bravos, que acepto bajar el listón y exigir lo mínimo, no lo que podría considerarse ideal.

El problema de la fiesta no es que no tenga interés, ni se considere al aburrimiento como un elemento intrínseco de los toros, ni que juntando a los líderes del escalafón de matadores éstos sean incapaces de llenar las plazas, ni que los toros parezcan peluches cariñosos, ni que los aficionados escaparen a la carrera de los tendidos. Todo esto son pamemas y bobadas para distraer de lo que verdaderamente hay que arreglar en el mundo de los toros. Sí señores, lo tenemos que reconocer y entonar un “Mea Culpa” colectivo, porque así solo conseguiremos que esto desaparezca.

Si queremos dar una solución a todo esto y acabar con el acoso de las hordas judeo- masónicas bolcheviques, capitalistas, marxistas, anarquistas, ultraliberales y de la extrema izquierda de la derecha más centrista, tomemos el nuevo pliego de la plaza de Madrid como nuestra Torá taurina. Convirtamos en cabalistas del pliego, en avezados levís de la doctrina de doña Esperanza y del señor Abella, mano ejecutora de los siempre sinceros y desinteresados señores taurinos. Creemos un Sanedrín en el que los doctores de la Tauromaquia puedan condenar a cuarenta latigazos a los infieles que no creen en los taurinos como sumos pontífices de la fiesta.

Pensarán muchos que me he vuelto loco o que al fin he sacado mi taradura a la vista de todo el mundo, pero yo más bien creo que ya he visto la luz. En las que estamos, con los muchos problemas que creíamos que nos amenazaban y todo se resuelve a acortar la temporada de Madrid y a subir el precio de algunas entradas, que no están a la altura de las circunstancias ¡Olé tus corbejones! Eso es atender a las demandas del aficionado, del aficionado Casas, Martínez Erice, Lozano , Matilla, Molés y casi para de contar, aficionado al parné, a hacer lo contrario a lo que marca la lógica y a mantener en el negociado de la torería a los que a ellos les interesan. A esos que cuando juran el cargo les ponen la banda de miss figura del toreo y que luego es casi imposible que la devuelvan, y que si hace falta se la grapan al pecho.

No he visto ninguna manifestación, ni ningún escrito en el que el público de Madrid pida que haya menos festejos durante la temporada. Bien es verdad que cada vez acude menos gente a las corridas de toros y novilladas que se dan fuera de las ferias, pero ¿nadie se ha parado a pensar que esto pueda deberse a la basura de carteles, a que Las Ventas se ha convertido en una plaza de oportunidad para los desheredados y laboratorio para ganaderías de saldo? Pues lo mismo algo de eso debe haber. Lo que no es admisible es que para ir a los toros tengas que buscar el aliciente en un banderillero, en que vas a juntarte con los compañeros de localidad y en que a la sombra se está fresquito. Que sí que es verdad que durante las ferias la plaza está mucho más llena, pero ¿alguien ha caído en la cuenta que en esos días el abonado está obligado a pasar por taquilla si no quiere perder su abono? Un abono al que nos agarramos como a un clavo ardiendo, esperando que esto algún día cambie el signo. Estamos ahí esperando en primera fila a que algún día vuelva a los ruedos Marcial Lalanda y Domingo Ortega mano a mano, lo que no parece muy probable que se produzca.

Pero lo que no parece posible es poder seguir gozando de ese privilegio por unos cuantos euros que algunos nos arrancamos del alma allá por el mes de abril, para así garantizarnos nuestro particular calvario en mayo, apartados de la familia, las amistades y cualquier diversión posible. Ahora resulta que los precios son demasiado baratos. Pero estos señores con espíritu corsario ¿se han parado a pensar en que tipo de gente se va a la andanada o la grada? ¿Se parado a pensar en el esfuerzo que nos supone a muchos el poder quitar una buena tajada del pecunio familiar para ir a los toros? Aunque igual lo que pretenden es que no vayamos a los toros, o que al menos no vayamos todos los días.

Resulta indiscutible que Madrid tiene una de las aficiones más estructuradas del mundo taurino. Las mismas caras año tras año, domingo tras domingo, que se unen para exigir sus derechos y que los taurinos cumplan con sus obligaciones. Pero claro, si esto lo desmantelamos ya no habrá ni sietes, ni gradas del seis, siete y ocho, ni andanadas que pidan y exijan. Todo será una verbena y si se les quitan los festejos de julio y agosto, les importa un pito. No es la primera vez que lo digo y seguro que no será la última, pero están como locos por hacer de Madrid una plaza de feria, que de verbena ya lo es. Pues adelante con los faroles, que acorten las temporadas año tras año y suban los precios al cielo, pero súbanlo mucho, aprovechen, porque como se vayan esos que tanto les molestamos, permítanme el exceso de vanidad de incluirme, ese día tendrán que ir pensando en que esto se ha acabado. Ese día ya no harán falta prohibiciones, ni decretos proteccionistas, ese día habrá que echar el cierre por defunción. Y la declaración de BIC de doña Esperanza y las firmas para una ILP en defensa de la tauromaquia podrán exponerse en el museo de la ciudad como una simple anécdota del pasado. Y es que esto no tiene remedio, uno empieza queriendo entender a estos señores que nos dirigen y acaba poniéndose frente a ellos con cara de perro.

12 comentarios:

MARIN dijo...

Me quedo con el ultimo parrafo Enrique. En el momento que os echen de las gradas estarán firmando la defunción de esto. Y digo que os echen porque a mi hace tiempo que me echaron.
Los antis se van a encontrar con el camino hecho por los propios taurinos. Y cuando hablo de taurinos hablo de empresarios, figuras del escalafón (G-10, G-20 o G-40) y politicuchos de turno.

Fijate lo que te voy a decir Enrique con todo el dolor de mi corazón: esto, que ha sido mi pasión en lo que llevo de vida, ya hace tiempo que me dejo de llamar la atención. Y no se quien de los que te he comentado antes tiene mas parte de culpa. Pero como bien dices, estando parado, no pienso hacer ningun esfuerzo por sacar un duro de mi casa para los toros. Lo que hace diez años era capaz de dar un ojo de la cara por pegar un muletazo, ahora me cuesta un esfuerzo enorme por verlos dar.
En fin, cosas de la vida.

Un abrazo Enrique.

Enrique Martín dijo...

Marín:
Yo también me quedo con tu último párrafo y me resulta muy fuerte lo que dices, que antes dabas un ojo por dar un muletazo y ahora te cuesta verlos dar. ¿Pero qué están haciendo? Creo que hay pocas aficiones tan fuertes como la de los toros y si hay alguien como tú, que se replantea las cosas de esa manera, es que para que se lo piensen. Y lo peor es que ni has perdido la cabeza, ni eres el único que piensa así, y además tienes toda la razón del mundo.
Un saludo torero

Xavier González Fisher dijo...

Enrique: Es que la visión del que paga nunca será la misma que la del que cobra y pretende lucrar con ello.

Aquí por ejemplo, en la Plaza México, se dejaron de dar festejos en los días cercanos a Navidad, Año Nuevo y otras fechas señaladas, "porque la gente salía de vacaciones y no iba a los toros...". Hoy se dan corridas otra vez, pero con saldos de toda especie y de todos modos la gente no va, como cuando esas fechas señaladas estaban "apartadas" para los importantes. En Aguascalientes, por ejemplo, fuera de feria hay 5 o 6 novilladas y sanseacabó, siendo que en tiempos idos, teníamos una temporada más o menos continuada todo el año.

Tal pareciera que las objeciones del marqués de la Valdavia, opositor al proyecto de la Feria de San Isidro, se vuelven realidad. Las Ventas convertida en una gran plaza pueblerina, de feria y pare Usted de contar...

Ojalá que los "dueños" de la plaza reflexionen e impidan ese real atropello.

Saludos y enhorabuena.

Enrique Martín dijo...

Xavier:
Haces bien en darme la enhorabuena, por contar con los lectores y comentaristas tan bien documentados como tú y siempre a punto para hacer un quite.
Pues sí, ya nos queda menos para alcanzar el cenit de la vulgaridad y del pueblerinismo, dicho con respeto. Quizás si se volviese al sistema de ganarse los contratos día a día en el ruedo, los toreros no rechazarían ninguna fecha, aunque fuera en el infierno, pero claro, si todo se firma entre noviembre y diciembre y además los de luces no tienen ni afición, ni amor propio, ¿qué podemos esperar?
Un saludo

Anónimo dijo...

Para no extenderme, suscribo en su totalidad el comentario de Marín y me quedo con una frase de tu artículo que describe a lo que voy muchas tardes a la plaza: “lo que no es admisible es que para ir a los toros tengas que buscar el aliciente en un banderillero, en que vas a juntarte con los compañeros de localidad y en que a la sombra se está fresquito”.

Saludos
J.Carlos

Diego Cervera Garcia dijo...

Enrique:
Yo ya no se ni lo que pensar….podríamos sacar muchísimas conclusiones, pero como bien dices, el pagano es el que paga las consecuencias. Los unos, los otros, ferias a medida de para público de clavel…. El miedo que me da a todo esto es que Las Ventas es el espejo de muchas plazas, y si el espejo no es bueno, mal repercusión al resto de plazas.

Enrique Martín dijo...

J. Carlos:
Tú mejor que nadie sabes de lo que hablo. Toda una temporada para quedarte con cuatro cosas, y lo que es peor, que lo que viene no parece sino empeorar.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Diego:
Desde hace tiempo tenemos los espejos "esbarataos" y como los esperpentos de Valle Inclán, proyectan imágenes deformadas. Y si se copia lo deformado, lo que sale también lo estará.
Un saludo

Gil de O. dijo...

Las Ventas debe volver a ser la Capilla Sixtina del Toreo. Todos estamos en la linea de integridad y pureza de la Fiesta.
Hay que reconquistar las Ventas.
Dentro de la fórmula que propongo entraría que los picadores -deben seguir vistiendo de oro- no fuesen asalariados de matador alguno, los medios petos, sin caballos de tracción....etc.
Enrique y a a todos los "aficionados" (enamorados de ésto) os insto a la perseverancia. Me dá que algún paso hacia adelante estamos dando. Mis saludos

Gil de O.

Enrique Martín dijo...

Gil de O.:
Se agradecen esas palabras de ánimo, más viniendo de tí, porque a veces la visión más optimista es la de pensar que estamos parados en el mismo punto, sin ir para atrás, así que pensar que avanzamos ya es algo.
Sobre los picadores, quizás lo primero que tendrían que recuperar es su autoestima y darse cuenta del papel tan fundamental que tienen en la fiesta, no solo en la corrida, y si además fueran capaces de ir por libre y contratarse con los mejores, pues para qué más. Pero claro, si al alcanzar los méritos necesarios se van con las figuras, pues ahí se acabó la aventura, porque entonces dejarían de picar. Y es que hace falta mucha más afición entre estos profesionales.
Un saludo

eldesjarretedeacho.blogspot.com dijo...

"y además los de luces no tienen ni afición, ni amor propio, ¿qué podemos esperar?"

Claro que podemos esperar más, que los Fandiño, los Urdiales, los Aguilar,los Robleños, los Rafaelillos, demuestren con su verguenza torera que los figurines del G10 y su entorno, son unos desvergonzados profesionales del toreo.

POCHO

Enrique Martín dijo...

Pocho:
Quizás si saliera el toro todas las tardes, esos que nombra no notarían demasiado el cambio, pero lo que no se sabe es si pasaría lo mismo con todos los del G 10.
Un saludo