viernes, 30 de mayo de 2014

Tía, no mola nada, aburrido no, lo siguiente…

Tía, qué rollo.


Hoy me he enfadado mucho, tía, que cabreo, osha, que llega José Mari, que cada día está más güeno tía, y salen unos toros casi moribundos tía. ¡Qué flash, requeteflash! Si es que no es que estuvieran flojos, qué va tía, lo siguiente, y lo siguiente tampoco, lo de después. Vamos, que se me ha atragantado el gin tonic; no te digo más. Me lo han preparado agitado, no removido, con un poquito de morcilla de Burgos en pan candeal y un pimientito asado encima. Es el toque del Barman. Eso sí, luego una pesadez,… aunque no sé si es por el ginto o por la corrida. Pero, ¿dónde van a buscar esos toritos tan fofos? Y había uno muy grandullón que tenía unos cuernecitos pequeñitos, ¡más mono! Tía, que un señor muy majo que se sentó a mi lado, hasta se me durmió en mis piernas. ¡Más majo! No veas lo preocupado que estaba porque yo me sintiera cómoda, hasta me dijo que me sentara en sus rodillas. El hombre me estuvo dando garrapiñadas toda la tarde.

Los toros eran una cucada tía, unos negros, otros negros con manchitas y otros marrón clarito, así muy recogiditos, menos uno que era más grandón, pero con los cuernos pequeñitos, mucho mejor, así no dan miedo y hay menos peligro de que los toreros se hagan daño. Creo que eran de Zaragoza, porque se llamaban del Pilar. A ver si te crees que soy tonta, si fueran de una señora no se llamarían así, sería de la Pilar. Los veía y me recordaban a mi cole, el de las monjas, igual que los niños correteábamos por el patio y las madres no nos decían nada, pasaban, así estaban ellos, iban por toda la plaza y nadie les hacía caso. A veces iban al tío bruto subido al caballo con faldas, pero menos mal que se portaba bien y no les hacía pupa. Él quería hacerse el duro y nos hacía creer que apretaba mucho el palo, pero, que va, solo disimulaba. ¡oye! y menos mal, porque los toritos no hacían casi fuerza, porque si la hacían, ¡cataplam! Se caían redondos. No sé a que jugaban, pero por lo que vi, la valla debía ser casa, porque en cuanto podían se iban allí corriendo, o cerca de la puerta por la que salían, se querrían ir a echar la siesta un rato.

¿A que no te imaginas quién toreaba? Josema ¡Tía! ¡Mmmmmm! Si es que me lo comía enterito. Es monísimo. Iba con dos amigos, uno así como muy soso él, muy místico, un francés que se llamaba Sebas, Sebastián Castella. Y el otro, feúcho el pobre, pero simpático, así muy gracioso él, Alejandro Talavante. Pero ninguno como Josama, José Mari Manzanares como le llama mucha gente. El chiquito francés ya te he dicho que era un poco paradito, muy sosito y andaba así como si fuera pisando altramuces, para no mancharse cuando explotaran. Al primer torito que toreo le dio unos pases, verónicas dicen, pero sin moverse del sitio. Le daba uno, el toro se daba una vuelta por la plaza y luego volvía a por otro, como mi madre dando la merienda a mi hermano pequeñito en el parque; muerde el bollycao, se va al tobogán y luego vuelve. Cuando estaba el toro con eso del caballo, Sebas se ponía allí apartado para vigilar, pero no hacía nada más. Hasta que cogió la tela roja con un palo. Pero me parece un poquito flojo, porque empezó a dar pases sentado en la valla, en eso que sobresale. Luego siguió, pero muy rápido, me daba miedo de que se mareara, pero casi me daba más miedo que se hiciera daño en la espalda; no veas tía como se retorcía. Un primor. Y se nota que él se lava la ropa, porque solo dejaba que el toro siguiera la punta del trapo, la muleta, y además cuando daba el pase, hacía que el toro se fuera lejos de él. Qué tío tan espabilado. Le mató muy feo, primero metió la espada y la sacó y luego se la dejó hacia el culo. Luego toreó otro toro más, al que dejó corretear a sus anchas. Claro, a ver por qué a uno sí y al otro no. Con la muleta, que ya me he aprendido el nombre, andaba como si no supiera qué hacer. “Le torero, no l toreo”. Y no sé si lo toreó o no, pero él estaba por allí, que hasta parecía que no se decidía a pegar pases, no fuera a ser  que el toro se enfadara. La gente se enfadaba porque tardaba mucho y no hacía nada bonito, pero él, como mi madre, ¿protestas? Pues doble ración de sopa.

¡Aaaaayyyy! Y Josema tía, ¡cómo sacude el telón rosa! El toro correteando, pero él como pasando de todo, ¿sabes? Así, como si le despreciara. Como debe ser. Hasta que le tocó coger la muleta debió estar hablando por el móvil o en el WhatsApp, porque yo no le vi, o no me fijé en él. Y mira que a mí no se me despinta un segundo. Aunque igual con lo de las garrapiñadas y las piernas del señor, se pasó sin enterarme. Pero con la muleta sí que le vi, ¡lo flipas! pone unas posturas que me muero. Como estira mucho el brazo y saca el culito ahí para que el toro pase lejos y no le mache el traje, se le marca todo tía, pero todo, todo. Aunque debió perder Josemari, porque el toro se le fue corriendo a la valla y debió decir “casaaaa”. En el otro hizo lo mismo, pero como es un tío estupendo, dejaba que todo el que quisiera le pegara un pase con el capote al toro. Luego ya toreó él solo y tía, es guapísimo, un tipazo, un pibón, pero es que me aburrí mucho, se me hizo muy pesado. Que le queda el traje de colorines muy bien, pero es que es muy pesado, casi lo prefiero de modelo. Y luego una sufre, claro, porque verle así retorcido, se tiene que hacer daño en la espalda, ¿no?

El simpaticote, Alex Talavante, también me aburrió tía. Salió con un toro chiquitín, una monada, así él muy flojucho, pero muy “salao”, se caía todo el rato, pero allí seguía para no ofender a Alex, para no hacerle un feo se levantaba otra vez. Aunque al público no le gustaba. Ya sabes, las envidias, no les gusta que solo sea Alex el que torea a los toritos estos, seguro que ellos también querrían, pero como no son toreros, pues hala a aguantarse. En el otro dio dos pases buenos con la capa, dos verónicas decían que se llamaban. Luego con el trapo rojo iba muy rápido y como el torito no tenía fuerzas, se caía, no podía seguir ese juego. Después, el señor me dijo que estuvo aseadito; qué educado. ¿Será que Sebas y Josemari no se habían lavado? Pero bueno, que Alex estuvo aseadito, aunque yo no he olido nada, ni bien, ni mal. Parece ser que por ser limpio le iban a dar una oreja, pero como clavó la espada varias veces, igual se manchó de sangre y ya no se la dieron. No sé si volveré algún día más en la feria, porque aunque mi jefe igual quiere que vaya para beber de la bota, que no sé por qué, habiendo gin tonics, pero él nada, no para de decir “te pegaba un tiento”.  Y el caso es que él no bebe. Pero bueno, ya te digo tía, no mola nada, aburrido no, lo siguiente…

La Vane


8 comentarios:

MARIN dijo...

Vane tia!!!! ¿Sabes quien soy? Soy la Maca, la Macarena!!!! Oshea tia, la de Sevilla!!! Siii, de donde salieron las carabelitas de Colon tia!!! Joder tia, mira que te invite a la feria de Sevilla, pero como no venia Josema...pues no quisiste venir tia. Y te entiendo tia, porque esto ha sido mas soso que un bolso de los chinos sin la G de Gucci.

Estoy unos dias de vacas en Huelva tia, pero no con las señoras de los toros no, sino de vacaciones tia, y le he quitado el ordenata a lacio de mi primo para escribirte. Esto es muy soso Vane, pero he estado viendo como os mandaban unos señores toros asi como grandotes tia. Los de Josema, según te leo son mas monos según te leo, oshea, así como mas "cool".

Como te envidio Vane tia, que has podido ver a Josema, así tan mono y componiendo tan bien. Yo tendré que esperar a que salga el próximo número de Vanity Fair. Que rechupienvidia tia. Un abrazo Vane.

Enrique Martín dijo...

Maca, tía:
Perdona, no pude ir a Sevilla tía, porque no me tuvieron el traje de gitana a tiempo y paso de llevar el del año pasado, paso tía. Y además eso, Josema no iba. Al final me fui con mi prima la Jessi, a las fiestas de su pueblo Trocotroco del Valle, al que no quieren ir los toreros guays, porque cuando se ponen estupendos los tiran al pilón.
Oye, mola eso de las vacaciones en Huelva, yo he ido mucho, a la playa de la Concha, Es allí, ¿no? A ponernos ciegas de fabada y empanada gallega, ¿no? Huy, creo que me estoy liando tía.
Besos, muac, muac

Anónimo dijo...

¿Qué vamos a decir de una tarde donde no había toros? Estaban más tiempo en el suelo que embistiendo. En el caballo no cumplió ni uno solo de ellos. Castella con su destoreo habitual pero en su peor versión. Manzanares tan manzanares como siempre, ¡cómo será la cosa que hasta los que siempre aplauden se reservaron las palmadas para mejor ocasión! Lo único destacable algunos pasajes de Talavante al sexto de la tarde y buena labor de Vicente Herrera que estuvo muy atento en los quites.
Y la mierda esta de El Pilar que no vuelva a la plaza, alguno de ellos sospechoso de cornamenta.

Saludos
J.Carlos

Anónimo dijo...

¡¡Tronco!! Lo que pasa contigo tío, es que te gusta darle mucho y bien a la “singueso” lo que se conoce como lengua, ¿Qué te parece colega? ¿ te mola o no te mola?.

Quique tu que eres un tío guay y eres un cabronazo dando caña, tendrás que decir que la corria del Pilar, tendría que ser el “pilar” en donde su cimentación estuviera con la casta y bravura suficiente como para sostener las columnas del toreo, y esto amigo Quique fue una MIERDA, y mira tío, ni Josefa por muy güeno que esté, ni Sebas ni Alex pudieron estar a la altura que de ellos se esperaba.

Y como de esto de los toros está todo dicho pues okey y a otra cosa mariposa.

Ahora voy a chamullar de otra corria, y es la que se pego otra tía de alta enjundia como Esperanza, que por no querer “esperar” tomo las de Villadiego para salir a escape y huir. Menudo morro el de la tía.

Bueno tío, que te lo curres bien y un saludo de un colega

Pacorro


Enrique Martín dijo...

Pacorro:
Perdona, que hoy estoy un poco espeso. Igual la Vane no ha dejado claro lo que era la corrida del Pilar, que no digo yo que no, pero ver un mínimo de agrado en lo que ella ha escrito, quizá es ver demasiado, a lo mejor hasta lo que no hay, pero ya digo, uno puede estar muy espeso.
Y mi intención no es el dar caña por dar caña, intento contar como veo las cosas yo, no erigirme en el cañero oficial, porque eso no va a ningún sitio y no coincide con mi forma de entender esto. Rezo por poder contar cosas que me emocionen, sean de las figuras, de toreros modestos, españoles, alemanes, de Madrid o de Tombuctú. Yo quiero disfrutar de esto todos los días y desde luego que dando "caña" no lo hago. Intento vestirlo de manera que me sea más digerible, pero no creo que sea la mejor forma de acercarse a los toros eso de dar caña. Cada uno que tenga su idea de esto y si quiere, que la defienda y si no, pues que lo deje estar.
No sé si seremos "colegas" o no, porque por Pacorro me puede venir mucha gente. No obstante, un sakudo

Enrique Martín dijo...

J. Carlos:
Perdona que haya contestado tu comentario después que uno posterior, pero es que con el tal Pacorro me he quedado un poco flipado. Que parecía que me lo hacía un primo mío de Cádiz y todo.
Pues sí, ni los más fieles pudieron encontrar algo bueno en esa tarde de postín, la mejor de la feria, decían. ¡Caramba con los adivinos! Al ver los del Pilar sentí mucha pena, no parecían ni de lejos a los que vimos hace tiempo. Mermadísimos, descastadísimos, todo ísimo que queramos añadir a un atributo negativo. Lo de los pitones era extrañísimo, un toro de casi seis años al que los pitones le habían crecido menos que a un utrero. Pero que sepas que somos gente como tú y yo el problema de todo esto, porque no sabemos ver lo bueno de la Fiesta. Eso sí, que nos digan que hubo de bueno esta tarde. ¿Qué no duró mucho?
Un saludo

Anónimo dijo...

Admirado Enrique es la primera vez que te veo enfadado con un comentario, me estoy refiriendo a lo escrito por Pacorro.

Yo la conclusión que saco de su comentario y de la "caña" es que ha querido emplear tu mismo lenguaje de "pasota", ¿porque cuantas veces dices tu lo de "tía" "mola"? Está claro que eso no lo dices tu, es "La Vane", pero el pesonaje de La Vane ¿De quien es de Enrique Martín o de Pacorro?.

Saludos

Daniel Serrano

Enrique Martín dijo...

Daniel:
No sé si enfadado, puede dar esa sensación. Lo que sí te puedo decir es que no me sentí muy cómodo con alguna expresión, nada más, aunque quizá esto haya contaminado mi ánimo. Los acuerdos o desacuerdos hay que admitirlos, pues es lo que ocurre cuando te expones públicamente. Seguro que no estaba yo en mi mejor momento al contestar. La Vane es la la Vane, ella marcha sola, aunque ya ves que a veces habría que atarla en corto. Hay que leerla teniendo en cuenta cómo es. Ya te digo, a mí a veces me deja loco.
Un abrazo y gracias por este "toque de atención", que me parece muy oportuno.
Un abrazo