viernes, 3 de enero de 2014

Señores de Magos y Familia

¿Habrá que cambiar el destino de próximas cartas? (Ilustración de Kolkod)


Llevo ya varios años pidiendo que me traigan cosas, regalos o deseos, pero ya veo que no me tienen en demasiada consideración, es más, yo diría que pasan de mí ampliamente, vamos, que se la bufa, que ya puedo pedirles el bien universal para toda la Humanidad, que ni por esas. Pero no piensen que se lo voy a echar en cara, ni mucho menos, no me atrevería, que todavía veo que me llenan la casa de carbón. Lo mismo es que todo lo que les pido ocupa mucho y no les queda sitio en las jorobas de los camellos, que ya les vale, con los trailers tan colosales que hay ahora en el mercado; si acaso, pídanselo el año que viene a Papá Noel o que este les preste unos cuantos trineos. Les hacen unos arreglitos y a deslizarse por la arenal.

Pero este año no quiero que me traigan nada; este año no les voy a pedir, les a rogar que se lleven los trastos incómodos, los personajes nefastos, esos interesados sin escrúpulos y sin afición que viven del toro, y los que pretenden hacerlo. Llévense esas ideas de dinamitero que tanto descerebrado quiere poner en marcha. Pues bien, para empezar y hacer sitio, por favor hagan desaparecer las macrofactorías taurinas, esas ganaderías que parecen granjas de carne con establos amplios y no lo que son, fincas con el ganado apelotonado, esperando la visita de los taurovoyeurs, los veedores. No pretendo que los señores propietarios de este negocio desaparezcan de este valle de lágrimas, no ¡por Dios! Bastaría con que se dedicaran a otra actividad más rentable para ellos, no sé, quizá si se hicieran constructores, ¿no?  Lo mismo descubrían su verdadera vocación, el ladrillo.

Ya me gustaría que también se llevaran a algunos señores que mangon…, que dirigen los destinos del toro, como los señores que se nos instalaron en la plaza de Madrid hace unos años, los Choperitas, y que como los elefantes balanceándose sobre una tela de araña, llamaron a Casas y Matilla, para acabar de arreglar lo de la plaza de Las Ventas y no convertir esta en un ente extraño en el que todo lo que huela a tradición y toro se quiere eliminar, como en la Fiesta en general, pretendiendo convertir ese inmueble para algunos sagrado, en el templo del Bull Business, una feria de 72 tardes para dar gusto a las aficiones de Castilla La Mancha, Castilla- León, Levante, Andalucía, Extremadura, franceses viajeros, catalanes exiliados taurinamente hablando, gente del norte, pero no a la de Madrid de toda la vida de Dios, que tiene que aguantar que le vengan a imponer gustos de otras plazas; que por cierto, que nadie pretenda cambiar en esas ciudades, pero que nos dejen en paz un ratito a los raritos de por aquí. Y el resto del año, pues a dar motos, conciertos de Bisbal y la Voz, mítines en época de elecciones, ferias de la cerveza, circos mundiales y hasta baloncesto en los Juegos Olímpicos.

También podrían llevarse a empresarios de otras plazas, como la de Sevilla, con ese tinglado que se han montado los cuñados, con la inestimable colaboración de cinco jóvenes con una visión muy particular de la realidad. A ese señor llamado Serolo, e hijo, que tanto bien están haciendo por la Fiesta allá por donde van, que lo mismo te amenazan en el tendido si protestas más de lo que ellos consideran oportuno, que devuelven una corrida de toros en pleno si se les cruza una oferta de 2x1 entre el transporte y el desencajonamiento de los toros, que confeccionan unos carteles ideales para quitar las ganas de ir a la plaza hasta a los mismos toreros o que con todo el mimo posible no cesan en su labor de hundir una plaza como la de Zaragoza.

Tengo dudas sobre si debo pedirles que se lleven a los cronistas y toreros que deciden aclarar sus diferencias a base de mamporros, que no digo yo que esta sea la mejor manera de poner orden, pero hombre hay que agradecerles el que nos ayuden a ver lo que se debe mover por ahí detrás, para acabar partiéndose la cara; algo que no es una forma de hablar, sino una descripción literal de lo ocurrido; sólo hay que ver las fotos de Fernando Galindo y Zabala de la Serna, uno con la cara cruzada por una cicatriz más propia de un Albaserrada de hace años y el otro que casi ni puede abrir un ojo. Pero, ¿cuánta basura y podredumbre hay detrás de ese telón de arte y cultura que nos quieren vender? Un conflicto, el del convenio, que vale que moleste y enfrente a empresarios, toreros, subalternos y demás personal dedicado al toro, pero el que ande en este lío también el de la prensa especializada. Prensa que por otra parte cada día es más un coto restringido en el que pajarean unos cuantos capitostes, ayudados por ese fenómeno galopante de la desaparición de la sección de Toros en multitud de medios de comunicación; ni periódicos, ni teles, ni radios, ni hojas parroquiales de escasa tirada.


No sé si les estoy pidiendo demasiado, especialmente viendo el caso que me llevan haciendo de un tiempo para acá, pero tampoco me voy a poner estupendo, ni me voy a amargar la existencia, que no será por falta de motivos, pero bueno, aquí borrón y cuenta nueva, pero con una condición y es que cumplan una petición irrenunciable; casi hasta sería capaz de renunciar a todo lo anterior, lo de este año y lo de los últimos quinquenios. Por favor, Sus Majestades, busquen una mejor colocación para esas mentes retorcidas que se creen iluminados por todas las divinidades del Olimpo Taurino. Hagan que les toque el Euromillón a don Roberto Domínguez, don Curro Vázquez, la conexión mexicana, Matilla y demás hierbas, y que se marchen de esto, que olviden esos proyectos que se rumorean por ahí y que ha contado alguna voz más que autorizada. De verdad, que no me importa si cada uno se lleva una saca de millones, con tal de que abandonen todo esto ahora que todavía puede que haya remedio. Que ya vale de entronizar a vulgares pegapases, de querer institucionalizar el fraude, de querer desnaturalizar el Toreo en nombre de una supuesta modernidad que puede con todo, que no queremos señores que destrozan un torero para convertirlo en artista, ni asalta fincas que no quieren ver al toro ni en pintura. Y dense cuenta señores de Magos, que no les he pedido que los figurones del momento, los adalides del arte y la modernidad se corten la coleta, no, ni mucho menos. Que tampoco es que yo me haya convertido en un espíritu bondadoso, todo lo contrario. Pero es que ese placer de verlos ante el toro íntegro y de verdad, uno no se lo quiere perder por nada del mundo. Es más, estoy convencido que si algunos de estos figurones aguanta el tirón delante del toro, saldremos todos ganado, aunque por la pinta que tienen no parecen muy dispuestos a pasar el trago. Ellos seguirán a lo suyo, a pedir mojicones con cuernos y a seguir simulando eso del toreo. Y ya no les entretengo más, a ver si este año de una santa vez me hacen caso en alguna de mis peticiones, que ya es hora hombre, que luego se quejan de que les disminuye la clientela y que las deserciones al gordo de rojo cada vez son más, pero, ¿qué quieren? Si a todos nos hacen el mismo caso, es que es para pensárselo. Hala, a mandar y que tengan buen viaje de ida y de vuelta. Eso sí, ojito con los radares, que la Menetérica se está poniendo las botas y no respeta ni a reyes, ni a príncipes, ni a concejales que revientan los radares, ni a cuñados de políticos influyentes. Así que andando y buen viaje a SS. MM de Magos y familia.

4 comentarios:

Luis Cordón Albalá dijo...

Pues fíjate Enrique que yo, desde que ando con blog, tambuen me da la vena del buen espíritu navideño y escribo a sus majestades de Oriente para que traigan cosas a unos cuantos, pero creo que es mejor escribirles para que se lleven lo que sobra, que es mycho y buena falta hace.
Un abrazo amigo, feliz 2014

Moli dijo...

Sr Enrique yo soy aficionado de Castilla y León y voy a Las Ventas cada vez que puedo feria o no y no pretendo introducir mis gustos faltaría mas precisamente por eso voy porque la considero la plaza más importante del mundo, y si viviera en Madrid pues posiblemente iría todos los días por lo tanto no todos los "Isidros" somos malos lo unico que en una plaza de 24.000 personas es lógico que haya opiniones de todos los gustos aunque muchas dejen en evidencia al que las pronuncia. Un saludo y Feliz Año

Enrique Martín dijo...

Luis:
Pues insiste y no dejes de lado ese espíritu navideño. Podemos ponernos de acuerdo y distribuirnos el trabajo, tú les pides que traigan cosas y yo que se lleven lo que hace mal. Pide lo que quieras, porque me fío absolutamente de tu criterio. No te veo pidiendo juanpedritos a tutiplén, no, no te veo. Seguro que los toros que pidas me van a parecer lo mejor.
Un abrazo, feliz año y que nos sigamos viendo, yo disfruto mucho.

Enrique Martín dijo...

Moli:
Claro que no todos los isidros son malos, ni mucho menos. Es más, eso es también la plaza de Madrid, así lo ha sido siempre, y tanto es así, que hasta se les ha bautizado con ese nombre. Los que están queriendo imponer sus gustos son los que vienen a ver su torero para que triunfe por encima de todo, esos que se quejan de que el toro de aquí es grande, el novillo también y no sé si es por influencia del canal de toros oficial, o por qué, pero algo de esto me suena. Al contrario de lo que usted me dice sobre usted, se creen que esta es una plaza más, piensan que es un centro de acogida para novilleros y matadores poco placeados, cuando siempre ha sido al contrario. Aparte de parecerles mal todo lo que se hace aquí, donde tampoco atamos los perros con longanizas. También coincido con su apreciación de que parece que todo lo que viene de fuera es ignorante y paleto. Anda que no hay paletos en Madrid, tal y como yo entiendo esa palabra, como personas que creen que el mundo es su mundo, en la capital nos llevamos la palma. Cuántos buenísimos aficionados conozco que no son de Madrid. De Jaén, Linares, Sevilla, por supuesto, Málaga, Pontevedra, Murcia, Castellón, Huelva, Trigueros, Aragón, Salamanca, Extremadura y un largo etcétera, sin echar mano de lo que hay fuera de nuestras fronteras. Espero y deseo que pueda seguir viniendo a Madrid y que no pierda esa costumbre.
Un saludo y Feliz Año Nuevo también para usted.