jueves, 15 de enero de 2015

Simón Casas y el sexo


Eso de unos que "joden" no sé si tiene que ver con el sexo o con otra cosa. ¡Ay! el enigmático don SImón
Estimado señor Casas, don Simón:

Hacía tiempo que no tenía noticias acerca de sus opiniones, que siempre son dignas de tener en cuenta. Echando cuentas, creo que la última vez fue un ratito antes de una subida del pan. Cosas de los caprichosos mercados, basta que su ilustrísima abra la boca, para que el precio de la baguette se ponga por las nubes. En esta ocasión, valiente como siempre, no hay cortes de mangas tan de su estilo, ni tan siquiera desenfunda su lengua contra personas que ya no están entre nosotros, como son don Joaquín Vidal y don Alfonso Navalón, lo que le asegura que no va a ser contestado; usted, siempre con amplitud de miras, que lo mismo monta un tascuzo a la puerta de la plaza de Madrid, que pone boca abajo la plaza de Valencia, quizá para que caiga hasta el último céntimo de los bolsillos de los valencianos, ahora se pone a hablar sobre sexo. Le confieso que esto no me lo esperaba, aunque también le digo que no acabo de entender muy bien el sentido de sus palabras.

Habla de “20 o 25 integristas que joden el espectáculo al que acuden 20.000”. Pero eso es una bacanal, una orgía, el desenfreno más absoluto. 20 o 25 dando suelta a sus más bajas pasiones. Y los 20.000, ¿qué pintan en todo esto? ¿Son simples espectadores de esta cópula colectiva? ¿Desearían sumarse al acto?  ¿Simplemente esperan que todo eso acabe? No acabo de comprender el papel de tantos mirando a tan pocos. Que no se me malinterprete, pocos si nos paramos a pensar en el desequilibrio y la proporción. Hay mil sujetos, muy sujetos, siendo testigos de un hecho tan íntimo. Y esos 20 o 25, tan felices de contar con tan nutrida audiencia. Aunque puede que seamos los demás, los que buscamos la intimidad, los que estemos errados, pero ya ve, don Simón, cosas de la educación y la herencia judeo-cristiana. Va a ser eso.

Permítame don Simón que no salga de mi asombro, pues nunca creí que después de la doctora Ochoa, aquella señora que hablaba de sexo en la tele, fuera usted el que abordara el tema, aunque manejando cifras tan abultadas de actores y testigos, casi me recuerda más a aquellas sesiones del Plus los viernes por la noche, de aquellos intentos de aquella filfa de ver la tele con un colador de leche, de que si ponías un tenedor atravesado, que si guiñabas los dos ojos como si te deslumbrara el faro de Alejandría. En fin.


Pero no me puedo aguantar más, ¡Ea! Que lo tengo que decir, que no he sido justo con usted don Simón, que mi primer pensamiento no ha sido este del sexo. Si seré malpensado, que de llegué a creer que usted estaba hablando de los taurinos, los que día a día van minando la Fiesta, los que no reparan en que esto se degrade a pasos agigantados, con tal de embolsarse sus buenos dineritos, pero no me salían las cuentas, pues los “aprovechaos” son más de 20 o 25 y los aficionados igual no llegan a los 20.000. ¡Ah, ya! No iban por ahí los tiros; usted es un genio don Simón. Los 20 o 25 son los que intervienen en una corrida de toros, incluyendo los mulilleros, poniendo todos de su parte para perpetrar las más de las veces esa pantomima vergonzante en que se ha convertido la Tauromaquia, en su versión 2.0. Pero no le veo yo a usted con tan poca clase y tan mal gusto, imposible, no cabe en cabeza humana, usted, don Simón, productor taurino creativo audaz, el mismo que tantas y tantas veces ha demostrado que la Fiesta de los Toros le importa un bledo, que su único objetivo es la pasta, que el público suelte la mosca y calle para siempre, que los ganaderos y toreros cobren poco o nada sin atreverse a levantar la voz y que si hace falta poner en práctica estrategias poco... usuales para sacar una buena tajada, pues adelante con los faroles, pero no, ahora me doy cuenta que su sentencia llena de sabiduría y mala baba solo se relaciona con “Simón Casas y el sexo”.

2 comentarios:

MARIN dijo...

Hoy me ha pasado al revés Enrique, que primero he leido a la amiga Gloria en el Face y luego me he pasado por aquí. Y te voy a decir lo mismo que he dicho por allí, que el mes de enero es muy complicado para mi para fijar la atención en otro tema que no sea el de mi "viejo". Pero sinceramente, no suelo leer ni prestar atención a lo que estos mecenas del toro sueltan por la boca, y menos del señor Casas, que debe ser el único Frances descastado en lo taurinamente hablando. Quizás se haya contaminado mas de lo deseable por todo lo español. Pero no les presto atención no por nada, sino porque son empresarios, y como buenos empresarios que son, lo único que les importa es su negocio. El día que estos le presten atención a el verdadero protagonista de la fiesta, EL TORO, sin dejar de un lado a los otros dos pilares fundamentales de la fiesta como son el torero y el aficionado, entonces empezaré a escucharlos. Mientras tanto, anchas Castilla.

Un abrazo Enrique.

Enrique Martín dijo...

Marín:
Este señor se ha creído una especie de Mesías de la Fiesta y se cree que su proyección y difusión debe apoyarse en lo accesorio, en lo folklórico, el tipismo y la tauromaquia de opereta, eso sí, del toro, ni noticia.
Un abrazo