jueves, 9 de julio de 2015

De izquierdas, antitaurino, vegetariano... y aburrido

La calle dedicada a Manuel Rodríguez, Manolete, pasará a llamarse calle del brócoli a la plancha.


Ha corrido el rumor por las redes sociales de que al proyecto de cambio de nombres de calles que hagan referencia a un pasado negro y de extremo sufrimiento para las gentes de a pie, ahora la señora Carmena quiere añadir la eliminación de toda referencia al mundo del toro en la ciudad de Madrid. ¡Vaya! Lo que nos gusta llevar patrones a rajatabla. Creamos unos clichés, o los crean otros, y no nos salimos de ellos ni un milímetro. Si ya molesta que la derecha se arrobe la exclusividad de la defensa de los toros, no lo es menos el que los que se llaman progresistas se vean en la obligación de colocarse en el punto más opuesto que puedan encontrar. Que no digo yo que esto de la tauromaquia sea bueno, seguro que es una de las mayores plagas que el mundo debería hacer desaparecer, pero antes de poner en funcionamiento la guillotina, por favor, concédannos un juicio justo. Seguro que la señora alcaldesa sabrá cómo organizarlo.

Pero no hay posibilidad de juicio y en consecuencia, nos niegan el derecho a la defensa, a exponer los argumentos de los que aman la Fiesta de los toros, a escuchar a los que saben de medio ambiente, de la correlación entre especies, entre fauna y flora y el equilibrio de los ecosistemas y su conservación, para que al menos podamos recordar como era este mundo antes de que la locura desarrollista sin criterio entrara en nuestras vidas. Incluso hasta podría dársele voz a los que conocen de los valores éticos y morales del ser humano. Y no quiero olvidarme de los historiadores, esos que podrían dar testimonio de como Manolete, al que se quiso convertir en símbolo de la España franquista, se reunía en México con reconocidos republicanos en el exilio, que entre otras cosas, eran aficionados a los toros. Porque claro, en este afán moralista de la antiviolencia, quizá tendríamos que empezar a hacer recuento de los cuadros que tratan el tema y si nos ponemos exquisitos, devolver el Guernica a quién corresponda, que así por las buenas nos coló un regalo envenenado, una obra en la que se junta la imagen del toro y que el autor, de izquierdas, exiliado, republicano, pero aficionado reconocido a la tauromaquia. Se contaba que el pintor confesaba que una de las coas que más le dolían de su exilio era el no poder acudir a los toros en su país.

Si hacemos caso a esos patrones tan estrictos, tan poco permisivos con el prójimo y tan contrarios a la libertad del individuo, España es el último país apto para la libertad, la armonía y la antiviolencia. O borramos nuestro pasado de un plumazo o borramos el país de un escobazo.  Si seguimos un orden cronológico, ya me veo a los operarios frotando con aguarrás las paredes de Altamira, desmoronando a mazazos los toros de guisando, quemando las Tauromaquias de Goya o Picasso y quemando en público la obra de Lorca, Cela o Guillen. ¿Ridículo? ¿Extremo? ¿Exagerado? Por supuesto, no tengan la menor duda, pero, ¿no lo es el querer mantener esa pose de progresista que hoy dice que los toros son extrema violencia y mañana que los toreros son artistas llenos de sensibilidad?


Cuando se habla del cambio de nombres de calles muchas veces se apela a que la historia no se puede borrar, tampoco es recomendable hacerlo, pero una cosa es mantener honores a quién no se le deben rendir y otra el querer eliminar lo que a quién sea no le gusta. Que los representantes elegidos en las urnas deben velar por los derechos y bienestar de los ciudadanos, tanto material, como espiritual, y si ustedes tienen unas preferencias personales sobre cuestiones como esta de los toros, pues consérvenlas, cultívenlas y hasta intenten alcanzar los máximos niveles de crecimiento como ser humano, pero piensen que cada uno tiene sus cosas y que agradeceríamos que las respetaran. ¿No les gustan los toros? Estupendo, a mi sí. ¿No irán a una plaza de toros a no ser que actúe Loquillo, Gabinete Caligari o Sabina? Magnífico, pero tengan cuidado, porque alguno de estos son rojos declarados y además muy buenos aficionados a este espectáculo. Que no digo yo que se empiece a neter el toro en el callejero con calzador, que no se trata de poner calle del Julipié, ni calle del Bajonazo, ni del Trapazo Excelso, ni tan siquiera del Vulgar orejerismo, o sí, la historia, los acontecimientos y los fervores del pueblo serán los que al final se impondrán. A propósito, ¿qué haríamos con la calle del Toro? Señora alcaldesa, bienvenida al Ayuntamiento de Madrid, que usted tenga mucha suerte, que será la nuestra, y como dijo otro alcalde de Madrid, el señor Tierno, colóquese y al loro. Y si tiene tiempo, estaría bien que le echara un ojo a un ensayo muy cortito que se titula “Los Toros, acontecimiento nacional”, que debió escribir en un momento de locura don Enrique. Que el profesor también gustaba de verónicas y naturales. Sería más que nada para acabar con ese cliché absurdo y trasnochado de ser de izquierdas, antitaurino, vegetariano... y aburrido.

6 comentarios:

franmmartin dijo...

Perdona Enrique,se me olvidaba.No hace falta que contestes a mi anterior comentario.Hay cosas que se comentan solas.
Un abrazo.

Enrique Martín dijo...

Franmartín:
Muchas gracias.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Así es, apreciado y admirado Enrique, ha corrido el rumor de igual forma y manera que ocurrió con aquellos “Rumores” de la cantante italiana Raffaella Carra.

Yo que por ser algo mayor y creer conocer medio bien a las clases políticas de España y sus derivaciones en los medios afines a cada uno de los representantes políticos y que la mayoría de las veces da verdadero asco de escucharlos y leerlos (tanto de un lado como de otro) no le doy ningún crédito a esa noticia.
Como esto viene de la parte que viene, y todos sabemos como mea la perra, está más claro que el agua, con el que le da título a unos de los programas de 13 tv que presenta y dirige Isabel Durán.
Piensa mal y acertarás…Esta cadena televisiva de la Conferencia Episcopal está llena de odio hacia todo lo que no sea el Partido Popular, a Manuela Carmena le han dicho de todo lo peor que se le puede decir a una persona, y todo por ser de izquierdas.
Alguien me puede decir cuando y en donde dijo la alcaldesa de Madrid que cambiara el nombre de la calle Manolete. CREO QUE NO HAY NADIE.
Entonces para MENTIRAS, ya está Rajoy, y todos los embusteros sectarios de la cadena-panfleto de 13 TV.

Sr Martín, es muy posible que con este comentario piense usted que detrás de mis palabras hay una persona partidista de las izquierdas, pues estaría usted muy equivocado. Partidista si que soy, pero de la VERDAD, y si hoy le he pegado un gran tirón de orejas a la caverna mediática de esa cadena televisiva, lo mismo lo hubiese hecho con aquellos que se les pudiera ver el plumero y me da exactamente igual que sean azules o rojos.

Atentamente
Vicente Pedrosa

Enrique Martín dijo...

Vicente Pedrosa:
Aborrezco a esos que tildan de partidistas a los que opinan, ya sea unas veces en un sentido o en otro. Por esa regla de tres, habrá algunos que serán de todos los partidos y de ninguno a la vez. Es ese empeño en colocar carteles y si criticas a uno les parece mal que no lo hagas con los otros. Tiempo al tiempo.
Ya digo que este es un rumor y quizá pueda censurarme que haya tomado tal como excusa para elaborar esta entrada, pero también quería expresar ese rechazo del que antes hablaba, de que si eres de derechas o izquierdas tienes que tener unos gustos o unas pasiones y no otras. Puede que sea el afán de simplificarlo todo para poder hacernos con la realidad, pero es que ya uno se cansa de esos clichés.
Muchas gracias por pasarse por la grada.
Un saludo
PD.: Espero no haber caído en el error de quererle encuadrar en una u otra tendencia. Estaría bueno caer en el error criticado

Unknown dijo...

Hola Enrique. Estoy completamente de acuerdo con lo escrito por Vicente Pedrosa y contigo...por supuesto. No se, si será cierto lo del cambio de nombre de las calles, pero, creo que hay cosas más importantes. Ya es hora de acabar con las etiquetas. Un abrazo.

Enrique Martín dijo...

Paqui:
Qué sorpresa y qué alegría de encontrarte por aquí. Lo del nombre de las calles, el cambio, parece ser que se hará, que ya era hora. Lo que no parece tan claro son los cambios que muchos apuntan, interesadamente.
Un abrazo