martes, 18 de marzo de 2025

Cuidado con atender lo que proponen los antis

Si esto molesta a antis y taurinos, pues nada, se quita y punto, aunque la verdad es que ya llevamos bastante adelantado en este plan.


Constantemente escuchamos la amenaza que suponen los antis para los Toros, ellos son aparentemente el único peligro que nos acecha. Que sí, que luego vemos las concentraciones en contra de la “tauromaquia” en que no juntan gente casi ni para sostener la pancarta y nos reímos y hacemos burlas, pero luego resulta que son la fiera corrupia que nos va a devorar, son lo único. Pues no son lo único, pero sí que son un peligro para esto que nos apasiona, por supuesto. Que peligroso es lo que dicen, casi siempre barbaridades paridas por la ignorancia, por un profundo desconocimiento de lo que son los Toros, de lo que es el toro, el rito, la afición. Que lo ven como que unos señores van a disfrutar viendo sangre, viendo morir a un animal, a un señor pinchándole cosas. Que cómo dice un amigo, si esto fuera así, en los mataderos habrían puesto gradas y cobrarían entrada. Que habría que preguntar a más de uno que afirma tal memez, si nos considera un bárbaro, un sanguinario, un ser sin sentimientos, ni humanidad, después de a lo mejor haber compartido con nosotros horas y horas de amistad. Pero esto es capítulo aparte, que los antis van cómo van y transitan por dónde les da la gana. La cuestión ahora es que desde hace un tiempo los propios taurinos, los que viven, los que se lucran de esto, se han lanzado en brazos de estas barbaridades y empiezan a ver con buenos ojos lo que a los aficionados les resultaría inadmisible de todo punto y, por supuesto, el fin de los Toros, el fin de este animal.

Que a nada que uno piense, el no ver con malos ojos ciertas cosas, como las corridas sin sangre, es porque piensan que esa sería una vía para mantener su negocio durante diez minutos más. Que ahora nos cuentan desde México eso de las corridas solo de capote y muleta, que cada capítulo, porque no me atrevo a llamarlo lidia, dure un máximo de diez minutos y que pasado ese tiempo, el toro se devuelva a a finca. Señor ganadero, ¿que usted ha vendido una corrida? Pues tranquilo, que ahí va de vuelta. Y haga usted con ella lo que considere. Que igual el propio ganadero opta por el matadero, pero eso no creo que les importe a los antis, porque dentro de su propia ignorancia, estos no serían capaces de llegar más allá.

Pero a aquellas voces de toreadores profesionales, porque parece ser que lo de ser matadores de toros igual les ofende, aquellos que decían sentir pena al tener que matar un toro, véase el señor Castella, ahora tenemos al señor Haces, don Pedro, don Bull para los colegas, quién suelta que o se implantan las corridas sin sangre o que esto desaparecerá. Vaya con el visionario, el mismo que ya ha hecho ensayos en el que el velcro era el gran protagonista del show. Pero la cosa no para ahí, porque resulta que este señor, don Toro, es parte activa en la plaza de Madrid. No me dirán que la cosa no pinta de lujo. Un panorama como para darse a los ansiolíticos, como para hacerse empanadas de lorazepan. El señor de los cruceros por un lado, el señor de la taugomaquia y los tascurrios por otro y el del velcro por otro, todo ello controlado desde la administración por el caballero que igual es un tipo estupendo, pero que de momento no da ni para leer la lista de la compra sin trastabillarse. Que ya me le veo pidiendo sod cabanalices, una zahonaria y treses likos de rajanas.

Y a todo esto, rezando para que el cielo no se nos venga encima, como temía el bueno de Obelix. Que parece algo de tebeo, pero si uno entra en la plaza de las Ventas, el cielo no, pero démonos con un cantito en los dientes si no se nos cae el techo antes de sentarnos en los tendidos, o que estos no se nos desmoronan a nuestros pies, que lo de esquivar baldosines desprendidos, rodapiés en el suelo o jóvenes ansioso en busca del alcohol botellonero al acabar un festejo, eso ya lo tenemos bien trabajado. Y así pensando en todo esto, ¿ustedes creen que los antis no tienen para celebrar? Que ya es lo último de lo último, que los que supuestamente son sus enemigos, ahora resulta que son los mayores defensores de tus reivindicaciones ignorantes y sin fundamento, más allá del pretender un mundo, una naturaleza enmoquetada en la que los seres humanos si piensan en comer, que es algo que deberían desterrar de sus costumbres, lo harían recogiendo bayas del monte. Que no quiero ni pensar en cómo se pondría la sierra de Madrid a eso de las dos de la tarde, con todos los madrileños buscando bayas ¡La locura! Que habrá quién diga que lo que sea, con tal de que puedan seguir yendo a merendar a una plaza o hacerlo frente a la tele, porque si no, ¿qué vamos a hacer por las tardes? Que no sé qué pensarán ustedes, pero cuidado con atender lo que proponen los antis.


Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:

https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html

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