miércoles, 17 de diciembre de 2025

Deseos improbables y quizá imposibles

 

A todos, para todos, mi deseo de una felicidad infinita. Muchos besos y abrazos y que cada cuál tome lo que mejor le convenga.

Llegados a este momento del año, es quizá época de buenos deseos, buenos deseos para el vecino, para los compañeros de trabajo, ¿excepto el jefe? De buenos deseos para la familia, la de siempre y la política, ¿excepto para la suegra? Buenos deseos hasta para uno mismo; lo que sucede es que a veces se nos va la mano, nos ponemos a pedir y a pedir y acabamos queriendo que lo improbable y hasta lo imposible se hagan realidad. Pero oiga, o nos ponemos o no nos ponemos, porque si en esto también vamos a andarnos con medias tintas, si nos empezamos a ponernos límites, ¿para qué nos valen estas fechas? Así que nada, a tumba abierta. Aunque si nos ceñimos a esto de los toros, quizá lo que hace unos años no pareciera susceptible de convertirse en un deseo, hoy en día, gracias a los que manejan, que no rigen en el mundo de los toros, parecen auténticas utopías. Que me dirán que las utopías, en muchos casos, se han acabado cumpliendo, pero si empezamos a leer una lista de empresarios, ganaderos, presidentes de fundaciones, de uniones y asociaciones en las que entran los profesionales del taurinismo... Que si les digo que mi primer deseo sea que la temporada de Madrid se perpetúe por los siglos de los siglos y que no desaparezca, igual me dicen que cómo es posible que piense eso, que hay que ver las cosas en positivo, que la temporada de Madrid es inamovible. Muy bien, pues ahora escuchen al señor García Garrido y me cuentan. Que sí, que él dice que la va a mantener, pero claro, a su manera, que dista mucho, un mundo, de lo que otros pensamos que es la temporada de Madrid. Y como muestra, un botón. Que el primer paso es vaciar de contenido esa temporada y solo darle cierto valor a dos o tres festejos al inicio de temporada, más tarde de lo que en otro tiempo fue la norma, echar el resto, siempre a su manera, en San Isidro, que si los desafíos, maldita palabra, en septiembre, la feria de Otoño y el mitín de cierre de curso.

Pero claro, si seguimos prestando atención al señor empresario don García Garrido, lo de San Isidro... Es que es como para pedir muerte en lugar de susto. Que la ilusión de su vida, su máxima aspiración es que la feria discurra de jueves a domingo, alargándose hasta cuando sea. Que uno ya se empieza a preocupar, ¿y qué va a pasar con el Cénate las Ventas? ¿Vamos a tener que mantenernos en ayunas? ¿Ya no podremos disfrutar de ese ambiente selecto y familiar en el que se respira la afición por todos los poros que antes ha abierto la ingesta de grasaza y alcoholazo. Que ya me dirán ustedes si no es conveniente no ponerse límites en esto de los deseos. Que es posible que los equivocados seamos los demás, porque, siempre fieles al “garridismo”, llevamos unos años de feria histórica tras feria histórica; y nosotros sin enterarnos. Que esta ya es causa suficiente para estirar el calendario hasta que la temporada de Madrid no sea otra cosa que San Isidro.

Que visto lo visto, uno en lugar de poner pegas a estas maneras del “garridismo” lo que tendríamos que hacer es irnos a hacer una cura de reposo al Himalaya, si se es pudiente, o a la Sierra de Guadarrama, si no lo es tanto, o al parque del barrio con una bolsa de pipas y pensar. Y pensando, pensando, que esto no para, llegamos a lo de los carteles para el público y carteles para aficionados y no parece que nadie hable sencillamente de carteles para Madrid. Eso son ideas trasnochadas. Que hay que ponerse al día y olvidarse de eso tan trasnochado que es la idea de Plaza de Madrid. Ahora quizá debería ser plaza de Telemadrid, plaza de la tauromaquia universal, plaza de ocio diverso y no taurino. Y claro, si acabamos entregando la cuchara ante todo esto, ¿qué más da ya la temporadas de Madrid, San Isidro, el toro, los desafíos, que palabra tan fea, la casta, los toreros honestos con la fiesta, los poderosos, la lidia y no sé cuántas cosas más que parece ser que ya tienen sitio en la “Tauromaquia”? Precisamente muchas cosas imprescindibles en los Toros. Pero digo que son tiempos de felicidad, de desearle unas muy felices fiestas, que nos volvamos a ver en los toros, que sigamos hablando de toros por mucho tiempo y los que aguanten, que insistan en sus deseos improbables y quizá imposibles.


Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:

https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html

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