lunes, 19 de julio de 2021

Reta de Casta Navarra, una revelación

 

Y la mansada de libro nos puso a hablar y discutir de toros, sin que nadie se atreviera a poner al otro de mentecato para arriba. 

Al fin, hacía un siglo que estos colorados no pisaban un ruedo y ya lo han pisado. Creo que deberíamos felicitarnos por ello, aunque no regodearnos en el logro que hay que reconocer al ganadero y su familia, por supuesto. Que no creo que ellos caigan tampoco en ese regodeo. Lo más probable es que se den cuenta, si es que no lo habían hecho antes, que seguro que sí, que están al principio de un largo y tortuoso camino lleno de piedras, baches y palos que muchos querrán ponerles en las ruedas, siempre con buena intención, por supuesto. He leído y escuchado mil y un comentarios sobre lo que sucedió en la placita de Ceret. Y todo se podría resumir en dos vertientes, la de los amantes del arte y emociones dulces y placenteras que abogan por alimentar el matadero con estas reses y casi hasta con toda la fauna y flora de la zona en que se cría este ganado. Bueno, siempre es bueno que haya diversidad de pareceres, ¿no? Pero enfrente están los otros, los que también buscan emociones, pero de las otras, emociones que te hagan saltar el corazón más allá de la coronilla y que no te deje aguantar en la mano ni las pipas, ni el yintonic, ni casi un abanico para combatir el sofoco y la calorina. Pero no se equivoquen, de estos últimos no he oído a nadie que elogiara lo de Reta como una gran corrida de toros. Los más benévolos hablan de ella como una mansada mala a reventar, que honestamente creo que fue como resultó. Pero todos coinciden en que no se aburrieron, casi afirman que se les hizo tan corta como larga a los de luces. Complicada, avisa, peligrosa, perdón, peligrosísima, pero que espantó ese aburrimiento que algunos quieren convertir en una de las señas de identidad de la fiesta y que solo lo es de esta Tauromaquia 2.0. Y curiosamente, lo que son las cosas, nadie habla de picos, de trampas, de echarse el toro para afuera, que claro que hubo carencias en los lidiadores, seguro, pero bastante tenían con estar ahí, como para encima ponerse bonitos. Que la majeza y la torería era el poder con eso que les echaron por delante. Si bien es verdad que los coletudos de hoy no tienen hábito para pechar con esto. Carreras de caballos por el ruedo, capotes al viento, los de los palos teniendo que encontrar toro allá dónde los colorados quisieran y si algo se les puede achacar a los matadores quizá sea que estos no están para derechazos y naturales. Pero, ¿se lo van ustedes a echar en cara? Yo, desde luego que no. No me atrevo, no me sale.

Y dicho todo esto, ¿nos apuntamos al primer grupo, el de los amantes del arte dulzón, empalagoso y vacío y pedimos que esto acabe en el matadero? Pues definitivamente, no. Además creo que esto no se puede comparar ahora mismo con nada. Esto es una circunstancia única que debemos contemplar con máxima atención. Hay que ver, esperar y seguir viendo y seguir esperando para ver cómo evoluciona todo esto. Que se escucha muy a menudo eso de la pureza, de si este tiene puro de tal o de cuál, incluso de ganaderos que llevan trabajando en la pureza desde que yo jugaba al gua y ya no puedo porque si me agacho, me troncho, pero que a lo más que han llegado es a echar un novillo bueno en Torremocha del Rey Matías. A ver si ahora resulta que hay que salvaguardar tal o cual encaste, por supuesto, pero tenemos que dejar morir a una de las castas fundamentales definitivamente. Que sí, que eso no es puro, que ha defraudado a muchos aficionados, que tiene difícil entrada en los circuitos habituales, pero, ¿quién se sorprende por ello? El mismo ganadero, Miguel Reta, lo tenía muy claro, que no ha engañado a nadie, ni ha pretendido crear falsas esperanzas. Quizá es el que más claro tiene todo esto. Y me dirán que qué porvenir se puede esperar después de la mansada de Ceret; pues muy sencillo, que al menos se está en el camino. Haciendo un símil con el Camino de Santiago, lo de Reta está saliendo de Estocolmo, pero se ve camino, se sabe que hay ir primero al sur y luego al poniente, que ahora mismo ya es bastante. Que no quiere decir que de aquí en adelante se le perdone todo, claro que no. Que sinceramente no creo que nos vayamos a encontrar al ganadero entreteniéndose en fiestas por Copenhague, ni desviándose a Moscú, Sebástopol o haciéndose la ruta del caviar. Que él sabrá cuándo y cómo lidiar, si novillos, si cuatreños, si las calles, pero habrá que ir viendo que cruza la mar para adentrarse en Alemania, que sigue guiado hacia el sur y Dios sabe cuándo llegará a Compostela. Que como él mismo reconoció, igual serán sus nietos los que lleguen al Monte O Gozo.

Si nos muestra ese deseo de seguir avanzando en esa dura pelea de recuperar una sangre, de cambiar la fiereza asilvestrada por casta y de buscar la bravura, ahí estaremos. Que habrá decepciones, seguro y muchas y más de las esperadas, pero creo que este esfuerzo hay que apoyarlo. De la misma forma que a medida que se avance ya no se podrá entender lo de las fundas, por poner un ejemplo. Igual que tampoco se explicaría que eso emigrara a Salamanca, Extremadura o Madrid. A ver si a mitad del viaje cambiamos el barco por el avión. Este experimento tiene que respetar, según mi opinión, todos los condicionantes que debe cumplir la Casta Navarra, que no es solo un tipo de ganado, un color de capa o unos pitones asó o asao. El medio también tiene su parte. Y ya les digo que ahora mismo no tengo ninguna prisa en volver a ver a Reta de Casta Navarra en los carteles; prisa, la que ellos necesiten. Eso sí, si los ponen, intentaré ir y si no voy, pues me moriré de ganas, aunque seguro que habrá quién me lo cuente muy bien contado. Que cosas tiene el toro cuándo aparece, que te llega alguien que ha visto toros hasta en los bailes de pueblo y te dice días después que aún está asimilando lo que vio. Quizá porque había mucho que asimilar de algo tan diferente para todos nosotros y porque el aficionado en cuestión busca, busca y rebusca y no se cansa de buscar respuestas a tantas preguntas que el toro nos plantea. Y es que nos pongamos como nos pongamos, esto es Reta de Casta Navarra, una revelación.

 Enlace programas Tendido de Sol:

https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol_sq_f1254883_1.html

4 comentarios:

Rafa Diaz dijo...

Controversia en los toros ha habido siempre, bienvenida sea. Vaciado de las plazas, también, coincidiendo con el acomodo de los coletas.
Me imagino que los que se emocionan con ese toro colaborador, con faenas interminables que no dicen nada, esta corrida de Reta no les ha podido gustar, cómo puede gustar algo que no se entiende?. Al que va a los toros por el torero de su predilección, obviando al toro, tampoco han podido entender lo que salió por chiqueros.
Tampoco es cómo para defender ese toro arcaico, pero sí para entender cómo era el toro sin seleccionar, entender el toreo sobre las piernas, el toro no permitía otra manera. Recuerdan la frase que se le decía a Belmonte? "O te quitas tú, o te quita el toro". Pues de aquellos a éstos va casi un siglo de selección. Y ni aquello, ni ésto. Ni el toro asilvestrado, ni el doméstico actual.
Lo bueno que se hable de toros, y que la variedad sea la seña de identidad, junto con la emoción.
La tauromaquia lleva siglos de evolución, pero lo peor que le puede pasar es que caiga en la previsibilidad y el aburrimiento, ese sería su fin.

Enrique Martín dijo...

Rafa:

Quizá todo lo que dices coincide con que se va vaciando de contenido todo esto. Se quiere hacer de esto algo superficial y divertido, cuando esto es algo que incluso desde los tendidos requiere un esfuerzo. La tensión que se tuvo que vivir en Ceret debió provocar un desgaste físico a los que lo vieron en directo. Quizá es de esto de lo que se huye y se busca más la charanga.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Por lo que he leído, creo que hubo emoción y admiración hacia los matadores, ambas cosas son difíciles de encontrar en corridas actuales. Mis respetos hacia ganadero y todos los actuantes. Rigores.

Enrique Martín dijo...

Rigores:
Emoción a rebosar. El gran triunfo del ganadero, haber podido lidiar y poder continuar en su empeño. Los toreros, el salir andando. Se vio la dureza de esto en todos los sentidos. Un abrazo