Los mejores deseos para todos. Muy felices fiestas. |
En estas fechas todos, o casi todos, tendemos a acercarnos,
a apretarnos en abrazos muy fuertes con los nuestros, con amigos, parientes,
con los que compartimos tantas cosas, con los que queremos y nos quieren, en definitiva,
con la familia. Y familia somos todos los que queremos vivir esto de los Toros,
aunque como en todo, hay familiares más allegados y otros que casi ni salen en
el árbol taurológico como primos muy, muy lejanos. Ahí se desenvuelven los amantes
del término tauromaquia. Pero aún dentro de estos nos encontramos a otros que
sí, que son del mismo pueblo que nosotros, que según dicen fueron primos
lejanos de… ya ni se llega a alcanzar de quiénes fueron primos, que son la
parte de la familia que adora la modernidad, el toro colaborador, del que unos
abominan de su bobonería; que empiezan a considerar y hasta pensarse como algo
aceptable eso de que no salga el caballo de picar, que videntemente no se pique
y hasta llegar, esto ya los primos que ni tan siquiera son del mismo pueblo, a
ver con buenos ojos las corridas incruentas. Estos son los que quieren que haya
un lugar al que ir por ir para merendar, darle al alcoholazo y juntarse con los
amigotes de la peña, club o asociación, que tampoco dudan en arrimarse al
enemigo que nos desea que desaparezcamos por siempre jamás. Ya saben, en todas
las familias tiene que haber de todo y en esta de los Toros, pues no iba a ser
menos.
Pero ya digo, en estas fechas hay que apretujarse mucho
dando abrazos. Que nos mirarán una parte de la familia a algunos y pensarán eso
de “ya están aquí estos amargaos”. Aunque no se crean, que de esta parte
también se dirá eso de “¡vaya, los que faltaban!” Que esto es como los cuñados,
que no aguantamos al ajen o ajena, pero claro, el cuñadismo es recíproco. Y la
cosa no es que uno sea anti y el otro aficionado a los Toros, que eso sería muy
fácil, uno te llama salvaje, tú ignorante y que esperas que no toque el cordero
o le deseas que le aproveche el asado de hierbas con forma de lechón y pobre
como simplemente amague con mirar al que corrió por esos campos de Castilla o
de dónde sea que se críen lechones ¡Esaaa manooo! Pero miren, hay que ser bueno
y generoso y más en estas fechas, así que si alguien decide reconvertirse y
hacerse lechonicida, pues bienvenido sea. Como si de repente el cuñado o cuñada
deciden abandonar copita va, copita viene la fe pegapasista, el dogma del
torillo bobón y colaborador, la secta de los incruentos y de los amantes del
jarte. Qué habría más bonico que llegado el año nuevo, que pasados Reyes se
echara a las calles y ocupara los tendidos de esas plazas del mundo una legión
de amantes de la casta, el poder, el mando y la fiereza, encarnados en toros y
toreros de esos que te hacen enmudecer, que de emociones de abuelas ya está uno
harto, en los Toros, se entiende, que en lo otro es muy recomendable. Y
mientras esperamos que suceda lo que seguro que no va a suceder, les hago
llegar mis mejores deseos, que los Papa Noel den naturales por las esquinas y
los rematen con el forzado de pecho, que los Magos veroniqueen con garbo y
galanura, que Baltasar pique en todo lo alto, que Gaspar se asome al balcón
para dejar los palos en el hoyo de las agujas y que Melchor culmine de un
soberbio estoconazo al volapié, al encuentro o recibiendo, como los grandes, al
tiempo que les deseo unas muy felices fiestas, un muy feliz Año Nuevo y muchas
cosas buenas que les traigan los Reyes, los de Oriente, si por un momento se
ponen a lo suyo y deciden dejar de sentirse Pepe Luis, Joselito o el mismísimo
Belmonte; aunque por aquello del paisanaje, yo me quedaría con Vicente Pastor y
con el más puro acento de Embajadores les diría que muchas FELICIDADES Y A
GOZAR, un año más con la familia.
Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:
https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html
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