martes, 15 de septiembre de 2015

Encastes minoritarios, un trágala consentido

Paco Sanz expone en Madrid y su arte merece visitas mayoritarias, no dejen pasar la ocasión


Ya en otras ocasiones he manifestado mi desacuerdo con eso de los encastes minoritarios y mi resistencia a aceptar tal terminología, el concepto y las condiciones en que al aficionado se le sirven una vez al año, a bombo y platillo. Nos enseñan la carnaza, salivamos un rato largo, para al final querernos hacer llegar a la conclusión que los taurinos tienen aprendida desde hace tiempo, eso de que estos toros no embisten, que es la tauromaquia imposible, la tragedia, la fiereza y no sé cuantas cosas más. Aunque si tienen interés en conocer todos los exabruptos que este tipo de hierros reciben, les aconsejo que se lean las obras completas del señor De Córdoba, don Finito, publicadas por canal más ediciones taurinas.

Pero si será caprichoso el toro, que cuando esperaban fracaso ganadero, tras fracaso monumental, les sale al de Moreno Silva y les chafa la juerga, aunque ya verán como tienen excusas preparadas para negar lo que fue una buena corrida de toros. Que tampoco se me vengan arriba esos que pedían desaforados una vuelta al ruedo a un buen toro, buenísimo, en la muleta. Será el afán respondón ante tanto borrego y tanta vulgaridad acumulada. Pero no era mi idea detenerme en esta corrida, así que sigamos el paseo por las nubes. Decía que una vez al año nos regalan a los aficionados esto de los encastes minoritarios, ante la algarabía del personal. Ya admitimos que este tipo de ganaderías no se va a anunciar prácticamente durante el resto de la temporada y mucho menos que las lidien las figuras. Eso ahora mismo, para las entendederas de los modernos taurinos, es un dislate colosal, no resulta lógico, es ilógico, según parece, pedir a unos matadores de toros que maten toros, porque según dicen, con el toro de verdad no hay lugar para el arte. Ahora se lleva eso del toro para el torero. De locos. Pero claro, de la misma forma se admite que el ganado que esas figuras se llevan debajo del brazo de una plaza a otra, no admite ni un puyazo, ni una lidia rigurosa, ni nada exigible a un toro de lidia. Eso sí, esto es arte ¡Ahí va!

Pero resulta que no hay ganaderías. Y va a ser verdad, porque las exigentes caminan para Francia en romería durante toda la temporada. Los aficionados españoles e van para allá detrás de los camiones y vuelven maravillados. ¿Y por qué aquí, en España no exigen lo que se les da allá los Pirineos? ¿Por qué no se puede exigir aquí lo que los de allí aprendieron de las plazas españolas hace tiempo? Que no han inventado nada, si acaso eso de los ruedos diminutos que, me digan lo que me digan, no son los mejores para ver al toro. ¿Emoción? Mucha, pero ya estamos renunciando a una parte de la corrida de toros, ver al toro en toda su expresión. Que manía de negarnos un espectáculo íntegro y completo. Si hasta nosotros mismos nos ponemos excusas para justificar el que nos la estén colando tarde tras tarde. Que si tal chaval lleva una corrida en toda la temporada, que si el ganado estaba afectado por un maíz en mal estado, que si... Pero, ¿va a poder ser que perdamos la vergüenza de la protesta y que recuperemos la dignidad como aficionado exigente? Que no quiere decir que no sea flexible y comprensivo, pero que no se aprovechen para tomarnos el pelo. Cualquier aficionado entiende que un ganadero puede echar una mala corrida en cualquier momento, sin necesidad de que tenga que mandar todo al matadero por una mala tarde. Eso sí, lo que no se puede permitir es que bajo este paraguas de los encastes minoritarios se refugien ganaderos que llevan años sin dar una alegría, amparándose exclusivamente en eso tan sui géneris de la pureza. Así lleva años. por poner un ejemplo, Prieto de la Cal, que no ha presentado una buena corrida desde que reinó Carolo, pero eso sí, él tiene la pureza en sus manos; debe ser el único con algo puro en el campo hispano. Pero bueno, el ganadero ahí sigue trabajando y partiéndose el alma por sacar esto adelante. Bueno, pues dentro de un tiempo le damos otra oportunidad, pero no porque sea lo “único” puro. Aparte del handicap de que sus toros necesitan una lidia que nada tiene que ver con lo de los cuarenta mil y un pases, que es lo único que conocen los coletudos del momento. Son toros para lucir más en el primer tercio, ese que no interesa a nadie, pero que luego van a ver como locos a las plazas francesas. ¡Qué cosas!

Son muchos los casos de los que se agarran a los encastes minoritarios y a la pureza. Si hasta parecen pretender que nos olvidemos de que esos toros, lo de lidia que se supone que crían, son para la plaza, para que el aficionado disfrute y se entregue a su casta y su bravura. Que ser ganadero no es echar pienso a los animales, eso que lo haga el piensero, y relatar los fenotipos, zootipos, prototipos y logotipos. Que una ganadería de bravo no puede ser un parque zoológico, ni un Jurasic Park taurino, que lo de llevar una ganadería tiene mucho trabajo, aparte del propio de mantener a las reses en óptimas condiciones sanitarias; hay que tener una idea de a dónde se quiere llegar y a traves de la tienta, rigurosa, ir seleccionando, probando, dando un pasito para adelante y diez para atrás, hasta ver si esa idea primigenia es posible. Y estar preparado para pegarse algún trompazo de vez en cuando, lo que te lleva a volver a empezar. Vamos, que nada tiene que ver ni con la ciencia y quizá sí más con la conciencia, la de ser buen aficionado.


Me ha asombrado ver como en el ciclo que Taurodelta ha preparado para septiembre, que me niego a nombrar por ese titulillo tan hiriente, detrás del nombre de cada ganadería, a modo de aclaración y entre paréntesis, nos ponen la procedencia de la ganadería. ¡Ay, señor! Así andamos. Aunque no se crean, que hay muchos terminólogos profesionales que se aprenden estos palabros a la perfección, aunque no sepan qué dicen, que lo mismo te llaman preferia en Madrid a lo que hay antes de San Isidro, que asepsia de las protuberancias craneales a las fundas, que hay gente pa’ to. Y te sueltan que lo de Victorino es Saltillo, que lo es, y ya sientan cátedra y te han resumido el árbol genealógico del señor Martín en dos patadas. Y aquí vuelvo al valor de las ganaderías, sobre todo cuando son llevadas por ganaderos escrupulosos que imprimen su sello particular. Porque ustedes me dirán lo que tienen en común la ganadería de don Victorino Martín, don Adolfo Martín y don José Escolar, de procedencia directa Albaserrada, con muchas similitudes en la presencia, pero no tanto en el comportamiento. Pues hala, que son Saltillos. Me veo dentro de podo hablando del encaste Bos Primigenius. Y mientras discutimos de estas cosillas, los taurinos seguirán colándonos lo de los encastes minoritarios solo una vez al año, no el resto de la temporada, como si esto fuera Tauromaquia Underground, excluyendo de la responsabilidad de matar tales hierros a las figuras, figuritas y figurones, porque ellos son artistas y no están para estos fregados. Y por si fuera poco, hasta hacen alarde de ello. ¿Será posible semejante descaro? Pero tranquilos, que al aficionado no se le ocurrirá pedir otro tipo de hierros durante el resto de la temporada, en Madrid y en todas las plazas. No, hombre, eso es una locura, ya me voy a Francia, que allí deben estar de la cabeza todos los que compran lo imposible, lo que lleva la tragedia en los pitones. Ya llegará septiembre en Las Ventas y nos harán ese regalito envenenado de los encastes minoritarios, un trágala consentido.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Enrique, alegrémonos de haber podido disfrutar de una buena tarde de toros, que no de toreros. Personalmente me gustaron los saltillos pero no es el prototipo de toro que me llena. Me gustaron más los que echó en Cenicientos, menos nobles pero más fieros y encastados.

¿Qué dirán ahora las figuras para no torear esta ganadería? No dirán que no embisten, no dirán que no humillan, no dirán que se orientan con facilidad. Los toros lidiados el Domingo fueron, en varias ocasiones, para propiciar el triunfo de los coletudos. Alguno, como el quinto, fue tan noble y tan benévolo con Venegas que le tapó los fallos. Tras la bondadosa oreja a Sánchez Vara, me preguntaba: " si por lo que hizo Sánchez Vara le dieron una oreja, ¿a Venegas le van a dar las dos?"...

Volviendo al ganado, que es lo que me interesa, espero que Don José Joaquín no eche mucha agua al vino. Quien aún mantiene casta en la finca está a tiempo de endulzar un poco su producto, lo malo es que se le vaya la mano con aquello de buscar toros para el torero. Desgraciadamente, una vez cruzada esa línea, ya no hay vuelta atrás.
Acordémonos lo que ha pasado con ganaderías que han sido toreadas por las figuras del escalafón.

Un abrazo
J.Carlos

Antonio dijo...

Viendo la corrida del pasado domingo en las Ventas. Al que dicen Llamar encaste minoritarios. Me apunto a estas minorías y paso totalmente de lo comercial mayoritario llamado babosas y domesticadas encastes Domecq

Enrique Martín dijo...

J. Carlos:
Ya me imaginaba, primero, que no te perderías esta corrida y segundo, que aún gustándote la corrida, la prefieres con un poco más de tralla. ¿Tú crees que las figuras llegarán a pedir esta ganadería algún día? A no ser que sea hecha filetes y con patatas fritas.
Ojalá que hubieras corridas así muchas tardes; hasta me atrevo a decir que fue una buena corrida de toros, con toros buscando la muleta, no como borregos, buscando, con nobleza y si hubieran tenido un pelín más de casta, la cosa habría sido la bomba. Mis miedos coinciden con los tuyos, que entren las figuras y se lleven por delante todo lo bueno de don Joaquín.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Antonio:
A lo que creo que te apuntas, si me lo permites, es a las corridas de toros, no al circo de la borrega. Resulta muy complicado describir eso de las ganaderías comerciale sen términos del toro de lidia.
Un saludo

Eugenio Vidal dijo...

Pues , yo disfrute mucho en la pasada feria de julio en Valencia, en el mano a mano , Rafaelillo Escribano con Miuras,grandes ybravos,queriendose comer la muleta de Rafaelillo,que la llevaba por los suelos tocando la punta del estaquillador en la arena.La auténtica lidia.A mi me pareció arte pero del bueno.Y eran Miuras.

Anónimo dijo...

–Desengáñese usted, don Eduardo –dijo el marqués de Saltillo a Miura–: en España ya no quedan más que dos ganaderías de postín, la mía, de toros mansos, y la de usted, de bueyes bravos.

...según parece ser, todo esto vino porque el toro "Jocinero" a Pepete en mitad del corazón...etc, etc,
Hoy en dia, los toros vienen adocenados, embestidas de diseño, faenas de ensueño que se repiten una y otra vez, por eso no hay emoción, porque los Juampes, que son toros ya nacidos parados, templados y mandados, aseguran los ochenta pases y la faena de confiteria, melaza y almibar que empalaga el gusto del aficionado,pero que son muy del agrado del publico y el publico obtiene de todo esto lo que se merece; Mientras los aficionados ...a le belle France.
Aurrevoir ¡¡¡
Ängel.

Enrique Martín dijo...

Eugenio:
Es que ahora con eso de que no es posible el arte con el toro, nos quieren tener engañados. Parece cosa imposible. Pero permítame que deje asomar mis dudas con que este esté en manos de Rafaelillo, aunque si usted lo dice, ya que no lo vi, le creo y le doy el crédito que me merece un aficionado.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Ángel:
Así es, los aficionados se van a Francia y se lo alabo, pero lo que me rebela es pensar en por qué no pueden exigir aquí lo que ven allí, cuando lo de allí lo aprendieron aquí. Bastaba asomarse a lo que se hacía en Madrid, por hablar de una plaza que conozco y no de las que no sé, para saber lo que era el rigor y la seriedad. Pero ahora no hay quien mire, ni de reojo a las Ventas y el aficionado se ve obligado a entregarse a los brazos de la "belle France".
Un saludo

Anónimo dijo...

Animese a ver toros fuera de Madrid , porque asi no será buen aficionado . Parece que solo se puede triunfar en esta plaza y lo que pasa fuera de temporada no sirve para nada . El problema es que lo que pasa en Madrid para bien no sirve tampoco despues , los de siempre repiten aunque salgan borregos afeitados , pero a esos no los critican.

Enrique Martín dijo...

Anónimo:
Le agradezco su consejo, pero, ¿Por qué tengo que salir fuera de Madrid? ¿Porque la felicidad está asegurada? Poca felicidad es el ver triunfos y más triunfos sin ton, ni son. Eso ya lo tengo también en mi plaza. No sé cuál es el beneficio de salir fuera, aparte del airearse y visitar otros lugares, eso siempre es para aprovecharlo, pero claro, para eso también hay que tener posibles y servidor, desgraciadamente, no cuenta con ellos, así que ya que me van a timar, que la cantidad no sea muy elevada.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

Señor Zorita:
Quizá me pueda explicar qué tiene que ver su comentario con los toros y con la entrada en cuestión, Le agradezco la lección de historia, que por otro lado resulta muy interesante, pero siento decirle que no acabo de entender todo esto. Como he dicho en otros momentos, esto es un blog en el que se trata el tema taurino. Muy restringido quizá en cuanto a la temática, pero si de otras cuestiones somos verdaderos ignorantes, al menos sobre esto damos el pego los dos primeros minutos, siendo optimista. Luego ya se ve la univesalidad de la ignorancia,
Y publico este comentario suyo para decirle que aquí, de momento, se escribe y se opina de cuestiones que tengan que ver con el toro y nada más. Llámelo censura, ataque a la libertad de expresión, llámelo como quiera, pero aquí, en esta sala de mi casa se habla de esto y punto. Todos tenemos ideas políticas pareceres sobre el mundo, opiniones sobre la historia, que además no ocultamos, pero aquí, le repito, hablamos de toros. Y creyendo que esto le haya quedado claro, como ya le he podido contestar, le diré que su comentario lo eliminaré en unos días, para darle tiempo a verse publicado y verse contestado. Me parece saludable su deseo de desahogo, pero también tendrá que aceptarme que no sea precisamente en este espacio. Podrá responder, enviar las opiniones que quiera, que si no son directamente relacionadas con los toros, no se las publicaré. No permitiré que me coja el rábano por las hojas y me lleve a su terreno. Directamente no se publicará y punto. Puede estar de acuerdo con mis opiniones taurinas, en completo desacuerdo, incluso le puede parecer esto un arte o una barbaridad, que en ese caso, aquí encontrará su sitio, pero ahí se acaba la cosa. Igual que elimino los comentarios ofreciendo préstamos desde un banco de las Bahamas. Por eso se llama moderación de comentarios. Siento esta respuesta, pero así es y así será.
Un saludo

Anónimo dijo...

"CASTELLA ALIMENTA LA GRANDEZA"- recomendable su lectura en GLORIETA DIGITAL.

Saludos

Uno que pasaba por aquí

Enrique Martín dijo...

Sr. Que pasaba por aquí:
Gracias por la recomendación.
Saludos