sábado, 3 de octubre de 2015

Pero esto, ¿de qué va?

¿Recuerdan cuando el toro era la medida de todo?


Normalmente, lo que vengo haciendo desde hace ya unos años, es que veo una corrida en Madrid, tomo mis notas, me vuelvo para mi casa y con no poco atrevimiento, me lanzo a escribir y a contar cómo he visto las cosas, siempre desde mi punto de vista personal, muy personal. E incluso parece que hay aficionados con los que comparto formas de ver esto del Toreo. Siempre había creído yo que esto era cuestión de dominar a un toro, que si no había toro, no había nada y que a los toreros se les media de acuerdo a su oponente y se les pedía que le lidiaran, que le torearan y ya, solo los elegidos, que crearan arte. El torero era un ser diferente, único, respetuoso con el animal en primer lugar y con el público a continuación; sinceridad, valor y no ser ventajista. Y aún puede que se me escapen algunas virtudes que al torero se le suponían y se le exigían. Pues bien, nada de lo que yo creía parece ser verdad.

Según uno cree, no sin cierto asombro, y en virtud de lo que ve en la plaza, la divisa que más valor tiene en los actuales mercados taurinos son los “güevos”. Más “güevos”, más valor y se cambian en los tenderetes venteños por orejas, orejas, triunfos, salidas a cuestas cargado por los que han visto rentabilizada su entrada a cambio de  una juerga despojista de padre y muy señor mío. Y si encima todo esto se produce en el chalaneo en que se ha convertido el mano a mano entre Urdiales y López Simón, pues para qué más. Yo les cuento lo que he visto y cómo lo he sentido y si algún aficionado de pro me aclara mis errores, de verdad que se lo agradeceré profundamente.

Bonita y variada corrida del Puerto de San Lorenzo, unos parecían cebones para la Pascua, otros unos jamelgos descuajaringados, otros un engendro que ni se parecían, ni se querían parecer al tipo de esta ganadería. Todos flojos, varios inválidos, mansotes, entre mulo y buey y escasos, muy escasos de bravura. Vamos un pleno de méritos para que el año que viene se les contrate dos corridas para Madrid, como poco. Una perfecta limpia de corrales, dejando en el campo solo los cabestros necesarios para el manejo. A todos se les ha tapado la salida en el caballo, a ninguno se le ha puesto medianamente bien en suerte y prácticamente no se les ha castigado en el caballo, si acaso al tercero, que hasta se arrancó con cierta soltura, pero luego hizo sonar el estribo para que los presentes reconocieran como suena la mansedumbre. Hasta el sobrero de Valdefresno que habría hecho quinto y que salió el cuarto, no desentonó en cuanto al comportamiento de sus primos.

Diego Urdiales hizo acto de presencia, pero justificó pobremente su inclusión en el cartel. Unas verónicas de recibo a su primero, ganando terreno al zambombo primero que flojeó ya de salida. Unos delantales, pero sin llegar a los tendidos, gracias a la inestimable colaboración del toro, soso y sin fuerzas, protestado, pero que coló. Inicio de faena por abajo, derechazos pegando tenues tirones, para ir apagándose a cada paso. A su segundo, que no disimuló su condición ni por un instante, tras los primeros capotazos salió escapando a la puerta de arrastre. Se empleó con justeza en el caballo, quizá más por unas gotitas de genio, para acabar apoyado de lado en el peto. Complicado, apretaba por el lado izquierdo, pitón por el que además hacía hilo. Urdiales comenzó la faena de muleta por abajo, sometiendo al del Puerto, siguió por el pitón derecho sin mandar y sin acabar de confiarse. Lo intentó con la zocata y ya en el primero intento de pasarlo al natural, se le vino encima en un arreón que solo quedó en el susto. Tuvo que volver al lado derecho, por donde se tragaba algo mejor los muletazos, a regañadientes, pero algo es algo. No se confió el matador, que incluso después de haber entrado a matar se vio sorprendido por otra arrancada traicionera. A causa de que López Simón tuvo que pasar a la enfermería, se cambió el orden de la lidia y el riojano mató el que debía ser el quinto, en cuarto lugar. Primero saltó al ruedo un inválido que se desmoronaba una y otra vez. Le suplió uno de Valdefresno, probón y perdiendo las manos, para no desentonar. Muy suelto por el ruedo, sin que nadie le metiera en el capote, fue primero al picador que hacía la puerta, para recibir un puyazo tapándole la salida. Ya en el de tanda, con la cara alta, no se le castigó, el pica levantó el palo, poniendo en práctica la suerte del gondolero, como si fuera a irse remando por la arena de Madrid. Poco o nada se podía hacer con este mulo moribundo incapaz de dar un paso. Ni por la derecha, ni por la izquierda, aquello solo tenía un camino. Y así se marchó Diego Urdiales de Madrid. Unos esperaban lo de Bilbao, otros se conformaban con detalles, pero entre el ganado y lo demás, el riojano se marchó prácticamente como vino.


Aparecía López Simón en su primera tarde de las dos que tenía, en una feria de tres festejos mayores. Ya es de mérito, ¿no? La nueva figura emergente a la que yo personalmente no había visto en el ruedo todo eso que hacía que los aficionados depositaran tantas esperanzas en él. Pero ya digo que una cosa es lo que yo aprecio y otra lo que seguramente muchos han visto y que espero que me cuenten. Su primero salió echando las manos por delante, escondiendo la cara entre las pezuñas y huyendo a toriles a la primera de cambio. Nadie había quién pudiera hacerse con el animal. Sudó el matador para poner el toro en suerte, incapaz de despegarse de él. Capotazos a mansalva, el toro a su aire, acabó yendo al caballo sin pararse, para derrumbarse a continuación. Muy parado para el segundo tercio, arrastrándose por el ruedo, ya en la muleta le tanteó por abajo, sin pararse quieto un momento. Muletazos escondiendo la pierna de salida y en uno de ellos, cuando llevaba la muleta demasiado adelantada y sin mandar en el viaje del toro, este le soltó un derrote y le levanto del suelo. Más muletazos por el izquierdo echándose al del Puerto para afuera, trapazos encadenados, uno por la espalda y el respetable enardecido. Manoletinas con el toro quedándose a mitad de la suerte, pinchazo y entera algo trasera, para acabar recibiendo una oreja, que mucho hay que agradecer a los afables mulilleros que para llegar al toro antes se dieron un garbeo por el Madrid de los Austrias. ¡Qué ambiente! ¡Y la de turistas que había! Oreja concedida, pues a por el toro. La verdad es que el torero daba evidentes muestras de haber sido calado, o como dicen ahora, la llevaba. Pero si estás cogido, para adentro. Los peones le cogieron en volandas y allí dejaron al señor alguacil de plantón con el despojo en la mano. Una rápida de chinos y el que ganó fue a por el despojo. Ni vuelta, ni nada, corriendo a la enfermería con ella y ¡oh! Sorpresa, allí que asoma el espada para recibir el premio y entonces sí, entonces se metió para la cama. Salió en el quinto, primero dejándose ver en la puerta de la enfermería mientras el compañero estaba en su toro. Y cuando sale, por el centro del ruedo, porque yo lo valgo. No había salido el quinto y ya tenía media oreja del siguiente. Recuerdo yo cuando los toreros se incorporaban por el callejón hasta el burladero de matadores. Y por si no hubiera recibido palmas y ánimos suficientes, vuelta a saludar otra vez. Finalmente ya salió el toro, un bonito caballo pura sangre penco, feo como un dolor, un cruce entre vaco y acémila montaraz. Al primer capotazo respondió como si saltara la ría en la Zarzuela. López Simón impasible a pies juntos y el toro, con perdón, haciéndose el Gran National por el ruedo. El señor presidente, que debía tener alguna urgencia, cambia el tercio sin que nadie hubiera parado al penco, perdón, toro. Un picotazo según viene, lo recoge el peonaje y acaba dejándolo medio decorosamente ante el peto. Le tapan y le dan por si acaso no hubiera otra oportunidad, que si la hubo. El toro seguía correteando por allí. Lo recogió a una mano, pasando por ambos pitones. Una tanda muy jaleada, con el pico de la muleta. Colocado en el primer pase, siempre desairado, para en el segundo y consecutivos esconder con descaro la pierna de salida. Otra tanda con las mismas trazas, pero dejando ver cierto temple. El toro siempre amagando con rajarse, no queriendo pelea, hasta que sin disimulo escapó a los terrenos de toriles, donde el madrileño se dio un atracón de trapazos por ambos pitones, tan embarullados como jaleados. Entera recibiendo, desprendida y delantera, teniendo más valor la ejecución que la colocación, aunque esto parece que no importa, porque al final la cosa es que el toro caiga, ¿no? Como si aparece el matarife y le da matarile con una lanza. Se le concedió una oreja, que bueno, no era para protestarla, pero tampoco para disecarla; lo bueno vino cuando la gente que poblaba los tendidos de lo que queda de la plaza de Madrid, continuó pidiendo un segundo trofeo. La memoria es débil y ya no recordaban las carreras y poco tino en la lidia durante los dos primeros tercios. Con el sexto no hubo opción, en un remate se astilló un pitón, flojeaba notablemente, capotes al cielo, sin castigo en el caballo, lo que no impidió que el de aúpa fuera generosamente ovacionado, ¡por no picar! Pero debieron ver lo de Sandoval en el programa y ya se sabe, a dar palmas, pero este era el sobrino, el tío fue el que no picó al segundo. Desafortunadamente no pudo ni dar un muletazo, pues el toro se rompió una mano y no quedaba otra que finiquitarlo lo antes posible. Eso sí, López Simón, que tan bien parece manejar la escenografía, se paró a pedir perdón al público. Pero, ¿por qué? monta la espada y acaba con ese espectáculo y luego, si te quedan ganas, montas un grupo de whassup y comentas la jugada con el personal. Aunque con toda seguridad seré yo el que ya no entiende nada y así me pasa, que miro a un lado, al otro y no paro de hacerle la misma pregunta a mis compañeros de localidad: pero esto, ¿de qué va?

8 comentarios:

MARIN dijo...

Enrique:
Ayer tuve un día duro de curro. Acabé a las 11 de la noche, y no se si darle gracias a Dios por no ver la corrida de toros o martirizarme por no poder mover un musculo hoy. Mira por donde, a eso de las 11,45, cenando en casa de un amigo me pone la repetición y me veo a Urdiales matando al cuarto. Imágenes de la enfermería sin saber que había pasado. Ostias!!!, que han metido para adentro a Lopez Simón!!!!...pa variar. Entre este chaval y Jimenez Fortes no gana uno pa pastillitas debajo de la lengua. El resto que pude ver, entre trozo de pizza y cervezas me parecio, PARA MI, un poco patético la verdad. Y me intento explicar.

Si un toro te abre el muslo, para adentro, operación y al hospital. No se puede salir de nuevo a hacer ¿el que?. Primero por integridad física propia del torero y segundo por la integridad del festejo. ¿Te imaginas a Messí arrastrando una pierna por el campo después de haberse partido los ligamentos de la rodilla?. Lo del numerito de Lopez Simón de ayer gustará a mucha gente, pero a mi no. Este torero, u otros, no necesita de este tipo de cosas para demostrarme los huevos que tiene. Para mi solo con colarse la taleguilla ya tienen mis respetos. Pero ese cruzar el ruedo de las ventas arrastrando esa pierna...ese salir a saludar antes de volver a empezar a saludar...Bueno, y ya no voy a decir nada de su actuación con ese manso (que fue el único que vi). La ejecución de la estocada ma pareció espectacular...pero hasta ahí.

Lo de tu plaza si que me parece de traca Enrique. Ya si que me reafirmo que Madrid ha descendido hasta decir basta. Sinceramente, para mi antes, abrir la puerta de las Ventas era lo mas grande del mundo. Hoy en día, esa puerta vale poco mas que la de cualquier plaza de talanqueras (con todos mis respetos para los que se juegan la vida en plaza de talanqueras). Aquí en Andalucía, en los mano a mano, para salir por la puerta grande hace falta un mínimo de tres orejas. Que menos que eso para "robar" titulares en prensa, y la (que era) mejor plaza del mundo no se puede quedar atrás en ese aspecto.

Por cosas por como estas es por la que uno ya no escribe de toros Enrique, porque ni me interesan a mi ni le interesa a nadie lo que yo escriba. Para mi hace falta mucho mas que salir herido a un ruedo para cortar orejas en la mayor plaza del mundo. Precisamente, como ha venido haciendo el torero madrileño toda la temporada, a base de naturales y derechazos. No quería despedirme sin desearle a Lopez Simón una pronta recuperación.

Un abrazo Enrique.

Enrique Martín dijo...

Marín:
Lo que me fastidia es que no hay quién te responda a argumentos tan claros y reales, jajajaja. Pero yo te contesto, aunque solo sea para aprovechar el rebufo y pegarme a tu rueda. Pocas personas conozco que respeten más a los que se visten de luces que tú, pero siempre aflora ese amor y ese respeto superior por la Fiesta. Sentimiento afín con ellos, pro nada por encima de todo esto que es tan grande y si por defenderlo van cayendo mitos, ídolos o lo que sea, allá penas. Tú conoces las formas en el ruedo, tú sabes lo que es esto, que si no puedes, para adentro. Que puede tener mucho mérito, vale, pero mucho más lo tiene torear cargando la suerte. Pero no, nos quedamos en lo evidente, en lo que está en la superficie.
Si fuera un estúpido te saldría con que en otras plazas tal y cual, pero esa es una muestra más de amor a esto. Yo sé lo que tú sientes por mi plaza, como mucha gente y como yo mismo, pero se nos ha ido de las manos. No aprecian el toreo y enloquecen con los gladiadores, la sangre y el drama innecesario. Los toreros no los quiero con la taleguilla rota. A los toreros los quiero desmadejados y desmarañados al irse de la plaza, después de haberse vaciado toreando, pero tan compuestos como cuando salieron al paseíllo. Dices del número de orejas. Eso a mí no me importa demasiado, porque para mí, una oreja a ley o dos o las que sean, ya merecen la gloria, pero claro, ahora pueden ser quince orejas, que no tienen sustancia alguna. Estoy convencido de que si ayer hubieran hecho falta diez orejas para la puerta grande (con minúsculas) se las habrían dado. El problema es cómo va el público a los toros. Quieren vivir las tardes triunfales de otras épocas y se agarran a lo que sea. Ya conoces mi opinión sobre Urdiales, al que admiro y me gusta ver, porque es el único, o de los pocos que nos quedan, pero es que es nuestro clavo ardiendo, el único que nos puede dar algo parecido a lo que degustamos tantas veces.
Y como bien dices, que el torero se recupere pronto y a ver si en el período de convalecencia hay alguien que le enseñe formas de torero, dentro y fuera de la plaza, en el ruedo y en los tendidos. ¿Ves? Tú eres torero en todas partes y como tal te comportas.
Un abrazo, amigo mío, un abrazo, torero.

Bastonito dijo...

JajajA, me ha hecho mucha gracia el remate de...pero de que va esto. Es cierto que a veces los aficionados (me autoproclamo) tenemos momentos que no podemos creer lo que ocurre, o tragamos con la barbaridad que dice el vecino que ha ido a los toros una quinta parte de las veces que ha ido al fútbol pero le ha dado para aprender a opinar y a sentenciar como un cateto, pero te callas, para que vas a debatir con otro que no es aficionado, que te va a aportar hablar de toros, en los toros, con el vecino, si no sabe de que va esto aunque lo predique a los cuatro vientos. En fin. Para mi es muy importante denunciar a la empresa y pedirla explicaciones de porque trae esta ganaderia, y la del vellosino? Pero que poca responsabilidad!!! A quien nos quejamos, como le explicamos al señor juez, pues mire usted, si es que esta empresa no vela por el interés del espectáculo, que tanta falta hace además en estos tiempos. Quien defiende al aficionado???? Es frustrante. En cuanto a la tarde, me quedo con las verónicas de recibo de Urdiales al primero, es lo de mayor calidad, si bien para Lopez Simon estubo valentísimo y sobrado. Le sueltan 0 toros y corta 20 orejas, eso si con 15 cornadas. No hubo pureza en su toreo, no hubo orden ni concierto pero si hubo uno entrega absoluta. Para mi la primera faena no fue de oreja, no la pedí y como bien dice, la segunda no la pedí pero tampoco la discutí. Me parece que hubo pasajes en los que tiró del toro a base de entrega y temple y la estocada recibiendo fue una sorpresa y la ejecución fue incluso bella, pero la espada callo pescuecera, si no es por eso yo también hubiera pedido la oreja (bueno y si no le hubieran concedido la primera que para mi no lo era y además todavía tenía otro toro por delante). Por otro lado también me pareció destacable el show que montó el apoderado (es sello de la casa) con el cogedlo hasta casi la enfermería y que se levante, ahora sal pero atravesando el ruedo, ahora sal a por la oreja ue van a alucinar... Y por último poniendo los pies en la tierra, pongámonos por un momento en la situación de simon ayer, con una cornada, decidiendo que no te operen, es digno de admirar. Este Lopez Simon tiene algo, huele a que ha llegado uno de los grandes, bienvenido sea.

Enrique Martín dijo...

Bastonito:
Pues no sé si será uno de los grandes o no, no aventuro tanto, pero tiene mucho que aprender todavía y si las cosas a su alrededor ocurren como en esta tarde, igual en unos meses tenemos un figurón al uso. Y es una pena que un chaval que parece querer, se le conduzca por caminos tan chuscos. Si tenemos un diamante en bruto y le ponemos espumillón y pegatinas de Pokemon, pues queda lo que queda y si además tiene una legión diciéndole lo guapo y elegante que está, pues igual cuando queramos pulir el diamante resulta que se lo ha comido el espumillón.
Lo del ganado no tiene nombre. Si es que ni parecían del Puerto. Había una amalgama de animales que no había por dónde cogerla. Y si lo primero que se le puede exigir al ganadero es la presentación, pues... Lo del comportamiento, pues casi ni me sorprendió. Esa falta de fuerza que llevan arrastrando desde hace años, pero que no sé si es que no le encuentran la solución. Pero tranquilo, yo apuesto que el año que viene vuelven al menos dos tardes. La empresa mientras seguirá confeccionando ferias y carteles comprando los ingredientes en los chinos. ¿Barato? Lo compro, ¿gratis? Me lo quedo. Y los que pagan las entradas felices y tan contentos y aplaudiendo a picadores que no pican, toreros que no torean y una Fiesta que es una verbena. Te lo digo con toda sinceridad, que alguien me explique de qué va esto, pero con argumentos potentes, porque con las cosas que veo y oigo, igual no me convencen. ¡Ah! Y mi enhorabuena a los mulilleros que tan generosamente se pasean por el ruedo, como en una feria de muestras, para que todo el mundo vea la belleza de las acémilas enjaezadas.
Un abrazo

Antonio Fernández Box dijo...

Enrique,como bien sabes no voy a los toros de Murcia hace años por el ganado de saldo que traen, y menos a la corrida de mi pueblo vecino de Abarán, pues el empresario es el mismo que en Murcia y por ende más petardo aún sabiendo que se trata de una corrida de ambiente festivo que se dá una vez al año y con taquilla completa, pero este año mi Cuñado me estuvo comiendo el tarro con ver a López Simón que venía en sustitución de Talavante, me decía que lo habia visto torear y que era como J.Tomás o mejor(pensé para mí:que disparate!)pero por no hacerle el feo me fuí con él.
Que desastre de corrida, el primer Toro salió cayéndose de los corrales y el público ni mú, todos contentos, el único que desentonaba era Yo pidiendo el cambio, pero tuve que desistir porque veia que me quedaba afónico y encima me miraban como si estuviera loco.
Padilla en su linea,el local Puerta efectista y ventajista, consiguió lo que queria: cortar orejas, y llega el famoso López Simón y realiza una faena aseada pero que no me pareció nada del otro mundo, desde entoces la lluvia apareció en tromba y creo que deberían haber suspendido el festejo por lo impracticable del ruedo, pero como importaba que terminase fuese como fuere, el Presidente decidió de motu propio seguir con el mismo, en esas llegamos al segundo toro de López Simón que ni corto ni perezoso le dá rienda suelta a su picador para que acabe con las pocas fuerzas del novillete (como sería de descarado que hasta mi hijo de diez años le dijo hijo de...al picador, aunque Yo le reprendrí advirtiéndole que él solo era un mandao), a continuación Toro al suelo sin poder ya levantarse y gestos ostensibles del matador de que como estaba el ruedo no se podia torear, pero hombre de Diós, eso se dice antes de salir el toro al ruedo, no después de haberlo descerrajado. Por otra parte no es la primera vez que he visto faenas en la tele bajo el diluvio universal.
Por todo ello coincido contigo en que la evolución de este chaval va a depender mucho de los alrededores que tenga, asimismo animo a Marín a que siga participando en este foro pues sus comentarios me parecen muy importantes sobre todo cuando vienen de gente que ama esto de verdad.
Saludos.

MARIN dijo...

Antonio:
Le agradezco su mención. Enrique me conoce perfectamente y en este blog es casi de los únicos sitios donde dejo mis impresiones. No intervengo mas porque la verdad es que uno está muy quemado de este mundillo, que por otra parte es mi vida. Y es que a veces, te quema mas la misma gente de dentro que los de fuera. El hecho de decir lo que te gusta y lo que no, si no vas al ritmo que marcan los que mandan en esto, resulta que eres un antitaurino, que eres un reventador...en fin. Yo sinceramente le agradezco su mención porque te da fuerzas para no dejar del todo esto, que viniendo desde esas tierras de Murcia, todavía me gusta mas.

Un abrazo.

Enrique Martín dijo...

Antonio:
Todo lo que te diga de Marín es poco, pero de lo que sea. Sabe y conoce al toro que no te imaginas, respetuoso, ecuánime y una afición desmedida. Por eso su desilusión. Y luego, es mi amigo. En eso ya sí que sería no acabar. Honesto, cabal, generoso,sabio, buen tío, en fin, que no sigo.

Lo de López Simón lleva el camino de otros muchos a los que aparentemente les allanaron el camino, pero que a la mínima los taurinos les pegaron la patada, aparte de lo que el toro también pone de su parte, que ese sí que no mira colores, ni amistades.
Un saludo y muchas gracias por tus visitas, que como las de Marín, también nos hacen disfrutar a los demás. Gracias por hacer mejor este espacio.

Enrique Martín dijo...

Marín:
No dejes de pasarte por aquí, por favor.
Un abrazo