Todo parece indicar que Belmonte encabezaba una violenta facción de aficionados taurinos |
Ya acabó San Isidro y la Delegación del Gobierno de Madrid
ha filtrado los datos de las actuaciones policiales durante todo el ciclo. Cabe
recordar que fueron declaradas corridas de alto riesgo las de los días de Roca
Rey, por posibles altercados entre aficionados peruanos e hispanos, y de nivel
dos las de otras tardes en las que participaban matadores de otras
nacionalidades. Especialmente complicadas resultaron las corridas de rejones,
con notable presencia de caballeros lusos, que siempre arrastran oleadas de
aficionados especialmente violentos. Incluso se habla de una conversación de
twitter que interceptaron las fuerzas de seguridad en las que aficionados de
ambos países se citaron en las inmediaciones de las Ventas para posar delante
de la plaza y hacerse fotos en grupo con los niños.
Se ha sabido del estricto control al que la policía sometió
a los locales de hostelería de los alrededores de la plaza, en los que antes de
los festejos es habitual la venta de bebidas alcohólicas, cafés, carajillos,
helados y descafeinados con hielo. Incluso se produjo la venta de bebidas
alcohólicas dentro del coso y durante el transcurso de los festejos; lo que no
se puede afirmar es que el comportamiento desordenado y desmedido fuera
provocado por tal consumo de sustancias, aunque solo afectara y desencadenara
el abuso del agitar de pañuelos, la pertinaz vocinglería jaleadora con multitud
de ¡bieeeeejjjjnnnn! fuera de control y algún que otro ¡cállate! y ¡baja tú!
que afortunadamente no fue a mayores.
La Delegación del Gobierno estaba preparada por si se
pudiera haber dado el caso de que se citaran partidarios de Joselito y Belmonte
para entablar feroz batalla en la explanada anexa a la plaza, pero al final
todo quedó en nada, ninguno de los dos bandos pudo cortar la tertulia taurina
en la que estaban enfrascados, en si el poder del pequeño de los Gallos o la
temeridad del de Triana. Aunque no dejaron de vivirse momentos de tensión
cuando el jefe de los antidisturbios descubrió su fe gallista delante de un
acérrimo belmontista. Ante su superior tuvieron que aclarar que aunque nunca
pudieron ver ni a uno, ni a otro, sus abuelos sí y eso tira mucho. Bastante más
sencillo fue desarticular dos comandos de facciones taurinas opuestas, la de
los julistas por un lado y la de los pereristas por otro, que hacían temer un
duro enfrentamiento entre ambos grupos, pero la oportuna organización de un
macrobotellón con barra libre de yintonic disolvió cualquier asomo de tensión.
Situaciones que en cualquier momento podrían desatar el más
terrible de los conflictos, bastaría un “Ponce es un mentiroso”, “el Juli es un
tramposo pegapases” o “José Tomás en un suicida”, para montarse la mundial,
imaginen, en muchos casos estamos hablando de personas que llegan por la mañana
a Madrid el día de la corrida de su torero, cuando no pasan varios días de
toros en la capital, que si acuden al apartado, que si el aperitivo, luego la
comida, el café, la copita, unas cañas y hala a los toros y después otras
cañitas con sus tapitas y todo. Me avergüenzo solo de pensar en este
desenfreno, en este libertinaje, en esta bacanal de los sentidos. Afortunadamente
todo quedó en simples amenazas, en alguna cuenta sin pagar en algún bar de la
zona, pero sin que fuera necesaria la intervención de las fuerzas del orden, Un
mes de toros y ningún suceso destacable, ninguna alteración del orden, nada de
peleas callejeras, nada de ataques furibundos entre partidarios de bandos
diferentes, ningún destrozo del mobiliariop público, ni barricadas, ni heridos.
Bueno, sí, disculpen, hubo un detenido, un individuo que tuvo que ser retirado
del ruedo por la fuerza. ¡Qué curioso! Un antitaurino, aunque si se hubieran
llevado con él esposado al energúmeno del traje, tampoco habría afeado la conducta
general de los aficionados a los toros. Y, ¿a qué venía todo esto? No acabo de
saber el porque de esa asociación de ideas entre los aficionados a los toros y
la violencia. Justo cuando estaba viendo las noticias de lo que pasaba en
Francia durante la Eurocopa. Pero bueno, yo seguiré esperando ver a esos
peligrosos taurinos detenidos, ¿no?
Enlace programa Tendido de Sol del 12 de junio de 2016:
4 comentarios:
— Había en Córdoba otro loco, que tenía por costumbre de traer encima de la cabeza un pedazo de losa de mármol, o un canto no muy liviano, y en topando algún perro descuidado, se le ponía junto, y a plomo dejaba caer sobre él el peso.
Amohinábase el perro, y, dando ladridos y aullidos, no paraba en tres calles. Sucedió, pues, que entre los perros que descargó la carga fue uno un perro de un bonetero, a quien quería mucho su dueño. Bajó el canto, díole en la cabeza, alzó el grito el molido perro, violo y sintiólo su amo, asió de una vara de medir, y salió al loco, y no le dejó hueso sano; y a cada palo que le daba decía:
—Perro ladrón, ¿a mi podenco? ¿No viste, cruel, que era podenco mi perro?
Y repitiéndole el nombre de podenco muchas veces, envió al loco hecho una alheña. Escarmentó el loco y retiróse, y en más de un mes no salió a la plaza; al cabo del cual tiempo volvió con su invención y con más carga. Llegábase donde estaba el perro, y mirándole muy bien de hito en hito, y sin querer ni atreverse a descargar a piedra, decía:
—Este es podenco: ¡guarda! En efeto; todos cuantos perros topaba, aunque fuesen alanos, o gozques, decía que eran podencos; y así, no soltó más el canto.
S.r. Enrique, tengo una pregunta para Vd, los anti-taurinos que se apostan a las puertas de los espectáculos taurinos ¿¿ son galgos o son podencos???
Saludos, Ängel.
A como salen los toros actuales tienen asidero los antis.Todos las especies de antis andan vacunados contra la rabia.
Colette.
Ängel:
Pues es una muy buena pregunta,pero me quedo con que son antitaurinos, que no nos enrede la apariencia.
Un saludo
Colette:
Pues no lo sé si están vacunados o no, pero cuidado que no nos contagien a los demás, que como bien dice, con el toro que sale casi siempre, igual hacen que nos contagiemos.
Un saludo
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