jueves, 26 de abril de 2018

Así se acaba con el tercio de varas


Esto es lo que estamos enterrando cada vez que se aplaude el no picar

Habrá quién se piense que el fin de la suerte de varas será que un día llegue un señor, la autoridad competente, y decida que se acabó, que ni un caballo más con faldas en una plaza de toros y que el palo más largo que asome por el ruedo sea el de un chupa chups de un arenero. Pero no, las cosas no son tan simples, el día a día se va ocupando de ir cavando la fosa en la que entonces sí, alguien enterrará definitivamente lo que ahora es el primer tercio de la lidia, tal y cómo ahora la conocemos. Y quizá, si antes no se ha certificado tal circunstancia, el enterramiento de la propia fiesta de los toros.

Pero muchos de los que levantan el estandarte de defensores de la fiesta, con la otra mano están sacando de forma incesante puñados de tierra para que en el hoyo quepan el caballo, el picador, el peto, la mona, el palo, los manguitos y hasta el trapo que ciega a los caballos. Llámenme exagerado, pero la sucesión de hechos no hace más que confirmar todo esto. Que algo tan razonable en su momento para muchos como es el reducir de tres a dos los puyazos, ya fue el inicio de esa carrera por ir quitando fundamento al caballo. Parecía como si los encuentros con el peto no fueran para medir la bravura y si para quitar fuerza al toro y quizá para ahormar la embestida, considerando que la ejecución fuera la correcta, que de eso habría mucho que hablar.  Pero no es solo el acortar las entradas, los puyazos, porque también se va acabando con el tercio de varas en el momento en que sale un toro que no se tiene en pie, el público lo admite, el presidente lo mantiene y se consiente que no haya posibilidad de desarrollar correctamente la suerte.

Se va acabando con el tercio de varas en el momento en que alguien admite que el toro ya ha salido ahormado y que prácticamente no es necesario que pase por el caballo. Porque, ¿quién no ha escuchado semejante barbaridad de reputados personajes del taurinismo, incluidos matadores de toros? Que barbaridad es, pero, ¿qué me dicen de los que aplauden ceremoniosamente, como verdaderos conocedores de la lidia, cuándo los que deberían picar no pican? Así están las cosas, el animalito se arranca y casi antes de que tope contra la guata, el de arriba le propina un leve toque con el palo, para inmediatamente y con sumo cuidado levanta la puya, incluso en el primer encuentro, provocando una sonora ovación entre los que reconocen no tal mimo, sino que la suerte de varas es una pura pantomima.

Pero tan malo es el no picar, cómo el masacrar o ejecutar de mala forma la suerte. También se entierra la suerte de varas permitiendo que el toro no se ponga correctamente en suerte, admitiendo como algo inevitable el tapar la salida, el que el de arriba se cebe con el toro buscando escapar del peto, el callar cuándo los matadores se inhiben de la lidia en este primer tercio, que cada uno se quede allí dónde le parezca, que se pueda interferir en el hecho de que el toro solo ponga su atención en el peto, el permitir que el picador transite por el ruedo en el sentido de las agujas del reloj. Son mil y un detalles los que concurren en esta suerte. Y aparte de todas, un hecho que desagrada al aficionado, pero que solo en casos muy escandalosos enfada al personal: los puyazos traseros, los puyazos en mitad del lomo, los puyazos en la paletilla, el convertir al toro en un acerico.

¿Realmente queremos que perdure la suerte de varas? ¿Realmente queremos que perdure la fiesta de los toros? Pues quizá ayudaría que el aficionado y público en general mantuvieran el rigor y la exigencia, que piensen más en el toro y no tanto en los triunfos de los matadores. Que a todos nos agrada ver salir a un torero con los trofeos en la mano, pero fundamentados en el haber podido a un toro, en haberlo dominado a través de los cauces que ofrece la lidia, entre los que por supuesto está el caballo, porque todo lo que se haga en contra de ello nos mostrara que así se acaba con el tercio de varas.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

En complicidad con la prensa a su servicio han vendido la idea que la suerte de varas carece de importancia y que el numeroso público indocto en la materia busca la perfección en el toreo y,en consecuencia el toro ha perdido agresividad,movilidad y la capacidad de transmitir emoción.La casta resulta molesta a las ''figuras'' y han impuesto un animal más noble,obediente y bondadoso que bravo.Si no respetan al toro todo lo que hagan con él seguirá siendo una farsa.Saludos.
M.D.S.

Enrique Martín dijo...

M.D.S.:
Ahí, en el tercio de varas se apoya principalmente el fraude, porque en el primer tercio es dónde afloran muchas condiciones del toro, entre ellas, esa misma, la de toro. Pero cómo dicen por ahí, al final tendrán lo que quieren; lo que no sé es si les gustará.
Un saludo