lunes, 30 de enero de 2023

La estadística todo lo disfraza

 

Si los toros los reducimos a números, o nos engañamos o no sabremos valorarlos cómo se merecen. 

La verdad es que uno está hecho un lío. Toda la vida escuchando que esto es un arte, que lo toro es un arte sublime, que el arte es inconmensurable y ahora voy y me entero de que el arte, el mismo del que me hablaban antes, se mide al peso o por metros o por gente que se llevan a cuestas entre efluvios alcohólicos y arranques del paisanaje o por despojos acumulados en un serón o porque… vaya usted a saber por qué. Que esto es lo que los señores de Plaza 1 reivindican para justificar sus carteles, sus ferias y sus atropellos constantes a la plaza de Madrid. Justo lo mismito que deben hacer los de la Citroen, Balay, Ferrero Roche o don Simón, el del vino peleón y los zumos de polvos, tirar de cifras frías y sin alma, que es lo contrario a la forma de valorar el verdadero arte. Traduzcamos los resultados de una temporada en cifras, convirtamos el tan sobado concepto de arte en números y a poco que lo vistamos, nos sale un año triunfal, aunque igual debería decirse triunfalista.

Que esto de la estadística está muy bien, fenomenal y bien manejada, te disfraza cualquier pobre realidad de utopía. Ya saben eso de que si un señor se come dos pollos y a otro no le da ni para un ala, estadísticamente cada uno se come un pollo con su guarnición y todo. Pues en esto de los toros y de Plaza 1, que no quiero dejar fuera al señor Garrido, son maestros del cambalache estadístico, aunque también con sus limitaciones. Quizá recuerden ahora aquellos despojos que nadie entendía, excepto los familiares y paisanos de un torero que con tanto fervor agitaban los moqueros al viento de Madrid. Que empezaban a darles recompensas inmerecidas, si hablamos de que esto va de arte, de poder y mando, y les convertían en figurones. Que se alaba mucho la amistad, pero hay veces que esta la paga un tercero. Eso sí, si pensamos en la estadística de la última feria completa antes de la pandemia, lo conseguido por David de Miranda no se tiene en cuenta. Esa estadística no nos vale, táchenla de su cabeza. Pero aún hay más, porque si en la última actuación a un caballero le echaron el toro al corral por desidia de este, nada de números, o sí, pero en lugar de la de los trofeos, los supuestos méritos, parece que se han agarrado a otros números, que si cobra equis y no equis por equis, o que si lo lleva…, como ocurre con el señor Talavante, al que no se sabe por qué méritos, se le dan equis tardes por tres en el próximo ciclo. Y esta ciencia estadística también se puede aplicar a las ganaderías, las que más orejas han ofrecido con su colaboración infinita, además del aval de las figuras que con tanto entusiasmo las piden. Eso sí, si miran en la tabla de puyazos recibidos por el ganado de ciertos criadores de “productos”, entonces ese dato se desecha y si alguien lo reclama, es que es un negativo, un amargado, un frustrado y hay que echarle a los leones sin tardar, no vaya a ser que se acabe sacando un abono y siga ahí dando la matraca un añito más. A la palestra con ellos y que sean puestos fuera de combate.

 Pero estos señores no se crean que solo se manejan con un arte estadístico sublime en eso de conformar carteles, ferias y feriotes, que también trabajan otros campos. Que ya lo decía el sabio, todo es matemática. Ahora han regalado 3.000 abonos; una medida que en principio solo se puede alabar. Para jubilados y jóvenes. Que no voy ahora a juzgar este regalo, pero uno no puede evitar que se le vengan a la memoria imágenes pasadas. Que recuerdo yo cuando con aquello de la grada joven, como ya hiciera frío o calor, siempre aparecían los mismos chavales, que la verdad, eran una bocanada de aire fresco. Venían con ganas de aprender, de ver toros, absorbían, y absorben, como esponjas, pero tampoco eran muchos, para qué engañarnos. Eso sí, los días de postureo aparecían todos, eso sí, buscando cuál era su localidad, porque no sabían adónde quedaba el número tal de la fila cual. Y llegaba la feria de otoño y mientras a esos no les quedaba tarjeta para hacer otro taladro, a estos “eventuales” se les veía que a lo sumo tenían media docena de agujeritos, si llegaba. Y eso era pagando, que no quiero ni pensar lo que puede ser si van a los toros de gratis. Que podría ser una medida estupenda para fomentar la afición de la juventud, pero claro, si el espíritu es que me la dan y así me aseguro que voy a ver al Juli y a Roca Rey, pues mucha, mucha afición no se va a hacer, que la que tienen ya la tienen muy definida. Pero claro, de esta manera, con esos tres mil abonos, en más de una docena de festejos, cuando la empresa dé el dato de entradas vendidas, que no de asistentes, ya tienen 3.000 seguros, aunque el aforo de la plaza parezca tan exiguo como poco acorde con la estadística de Plaza 1. Eso sí, al final de temporada se les llenará la boca con que ha habido casi un millón de entradas vendidas, que no de asistentes reales. Que no sé si podrán decir que han subido los abonados, quizá sí, pero ya les digo que el carácter de estos puede que sea muy diferente, porque, ¿sabían ustedes que un señor que tuviera abono de temporada, si no lo ha renovado por querer serlo solo de feria, pierde su abono y este lo ponen a la venta? Pues pregunten, pregunten, que no ha sido ni uno, ni dos casos y los que se descubrirán en marzo o abril cuando un caballero con décadas de abonado vaya a renovar y le digan que nanay de la China. Pero igual le dicen que como en lugar de equis abonados hay equis más dos, estadísticamente él no se han perdido abonos, pero… y es que ya saben, al final, la estadística todo lo disfraza.

 

Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:

https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html

 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Querido Enrique. Como bien sabes soy Matemático y especializado en Estadística Matemática y que he publicado resúmenes sobre las temporadas taurinas sin que se puedan deducir sesgos de ningún tipo… La Estadística como ciencia no tiene ningún pero… Los que manipulan los números en su favor no usan la Estadística. Manipulan las cifras y la Estadística como ciencia y pretenden engañarnos.
En eso estoy de acuerdo contigo.
Por cierto…NUNCA HE MIRADO A CURRO por los datos. Una verónica, una media, una serie con la derecha y otra al natural y… fuera estadística (con minúscula) y Empresarios engañosos.
Un abrazo.

Enrique Martín dijo...

Anónimo:
Ese final lo encierra todo, el no ver a Curro con la estadística en la mano. Sería una blasfemia. Y sobre lo anterior, desde luego que la estadística es una ciencia y que ofrece muchas interpretaciones para sacar conclusiones y después, si llega el caso, actuar con más garantías. pero esta gente es como bien dices, manipulan los números, sacan unos y esconden otros y así quieren disfrazar la realidad y esgrimen que es pura estadística y que los números no mienten. Los números, no, pero ellos.
Un abrazo

Anónimo dijo...

No soy Anónimo. Enrique soy fabad.

Enrique Martín dijo...

Anónimo Fabad, jajajaja. No me salía tu nombre y desde luego que no eres anónimo. Muchas gracias por tu respuesta tan atinada. Un abrazo grande.