viernes, 15 de marzo de 2024

Que saquen de nuevo al caballo, que antes, con el cubata y las pipas…

La cosa resulta que si quiere indultar a un toro, como antes estaba a mis cosas y no estaba haciendo caso al toro, pues no me he enterado de nada, así que, que me vuelvan a sacar al picador, a ver si ahora ya sí que me entero.


Vuelven los sesudos taurinos con eso de regular el indulto, no se sabe si para convencer a los que estos indultos no nos convencen, si para que el show sea más show o vaya usted a saber para qué. Que ahora dicen en Castilla y León que quieren incluir en el reglamento el que para devolver un toro al campo haya que hacer que el toro vaya de nuevo al caballo, pero no durante la lidia ordenada según la lógica del conocimiento de siglos, no; la cosa es que después de los tres tercios se decida que salga de nuevo el picador, por si a alguno aún le quedaban dudas. Ustedes me perdonen, pero si hay dudas, ¿cómo puede haber indulto? El indulto, a mi entender, es un sobresaliente cum laude, no es mirar si se aprueba al mozalbete que saca un 4,80 en un examen. Aunque claro, si el gran objetivo es aprobar al muchacho, cualquier razonamiento es bueno. Que claro, si hay dudas para ver si se indulta o no, quizá es que durante toda la lidia alguien no estuvo demasiado atento, ¿no creen?

Que esto de volver a sacar el caballo es algo que se ha escuchado muchas veces y en muchos lugares, pero, realmente, ¿es necesario? ¿Es que durante todo el transcurso de la lidia ordinaria el señor presidente, el propio ganadero, el matador, los veterinarios, el público asistente, el vendedor de refrescos, el que vende almendras, los acomodadores, los almohadilleros, los acomodados y bien acomodados en el callejón, no se han dado cuenta de si el toro era de indulto o no? ¡Hombreeee! Hay que estar más atentos, hay que fijarse más, hay que estar pendiente de si el toro hace fu o micifú y no estar tan absorbido por el cubata, las pipas o el mozo o la moza de tres filas más arriba o más abajo. Que sigo pensando y no sé si es necesario y oportuno alimentar este show del absurdo y el sinsentido, solo posible por el toro que tenemos hoy en día, demasiado domesticado y al servicio de los señores de luces, de sus caprichos y sus ocurrencias según les venga el aire. Que se ponen filosóficos, como si meditarán constantemente sobre esto y paren semejantes ocurrencias, que no llegan ni a la categoría de ideas.

Que imagino la escena y de verdad, ¿es necesario hacer pasar al toro por eso? Tres tercios, con el desgaste que supone y de postre el obligarle a estamparse de nuevo con el peto. Que no digo picarle, porque imagino que al menos le darían la vuelta al regatón, porque si además el de aúpa se nos viene arriba y se dedica a zurrarle, ¡para qué más! Que digo yo ¿No sería más sencillo, más lógico y menos aparatoso que para que se pueda indultar un toro sea obligatorio el que fuera un mínimo de tres veces al caballo, que al menos recibiera tres puyazos? Así de fácil. ¡Ah! Pero es que entonces lo mismo podría pasar que en lugar de aguantar trescientos veintisiete trapazos y medio solo se tragase treinta y cinco ¡Acabáramos! Entonces, a ver si va a resultar que todo es un trámite sin más y que lo realmente interesante es el trapacerismo. Entonces no digo nada, adelante con su liturgia del trapazo que tanto les entusiasma. Que esto va de que el personal salga contento y si para eso hay que darle la vuelta y poner boca abajo la lidia y su lógica, pues nada, ¡ancha es Castilla! Que uno piensa y piensa y no puede llegar a otra conclusión de que, ¿qué ha sucedido en los veinte minutos precedentes para que al final haya que volver al principio de la película? No nos hemos enterado de nada y resulta que tenemos que rebobinar para saber de qué iba aquello que tenemos ante nosotros. Y lo que es peor, esto es una muestra más de que la lidia no existe y además no importa. Que se les llena la boca a tantos y tantos con eso de la lidia por aquí, la lidia por allá y no se enteran si un toro merece ser indultado o no, que aún tienen dudas y… Pues vuelvo al principio, si para que se dé este caso hay que vencer solo una mínima duda, entonces lo del indulto no tiene caso. O sobresaliente cum laude o una muerte digna a estoque en el ruedo. Aunque tampoco se me va la imagen del señor presidente, el propio ganadero, el matador, los veterinarios, el público asistente, el vendedor de refrescos, el que vende almendras, los acomodadores, los almohadilleros, los acomodados y bien acomodados en el callejón pidiendo que saquen de nuevo al caballo, que antes, con el cubata y las pipas…

 

Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:

https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html

 

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