jueves, 3 de octubre de 2024

Pues no haber venido, ¡leches!

Salen en las fotos con cara arrogante, se muestran como figurones a punto de alcanzar el doctorado, mueven autobuses llenos de paisanos, hablan como maestros consagrados, exigen como deidades de la tauromaquia, pero suena el tararí tararí de los clarines y adiós la luz.


Que ya está bien de quejarse que si esto no hay quién lo aguante, que ¡vaya con los que van a ser alternativados! Que qué largo se me ha hecho, que ni un par de banderillas, que los de Fuente Ymbro… Pues si no te gusta, no vayas, haberte ido de compras al Primark a comprarte un pijama, tres camisetas y dos calzoncillos de felpa de cuello vuelto para el frío. Pero ya vale de quejarse, hay que saber buscarle la parte buena a las cosas, hay que ser optimista. Que sí, que ni a los de Fuente Ymbro, ni a Valentín Hoyos, ni a Nek Romero, ni a Chicharro, ni a los paisanos, ni a nadie había por dónde cogerlos, que si te ponías a sacarles algo se quedaban como un pingajo, pero hay que ser optimista ¿Y qué ha sido lo más positivo de la tarde? Pues… pues… pues… Ya sé, que no han ido los GEOS a bloquear las puertas de la plaza y después del sexto nos han dejado volvernos a casa. Qué felicidad poder volver a abrazar a los tuyos ¡Ya estoy aquí! Y que te reciban como si volvieras de la guerra de Cuba, aunque volvieran cantando.

Pero claro, una cosa es ponerse optimista y otra obligarles a leer lo que ha pasado en la novillada. Pero nada, no me voy a extender, que tampoco hay para extenderse mucho. Que resulta más fácil hablar de lo bueno de los pueblos de los novilleros, que de los novilleros mismos, que se les está poniendo una cara de abrir carteles de figuras para el año que viene, que no lo pueden evitar. Abría plaza Valentín Hoyos, de La Alberca, Salamanca; se lo recomiendo, que preciosidad y qué embutido. Seguía Nek Romero, de Algemesí, que preciosidad de plaza de toros y las paellas, los caracoles, la locura. Y cerraba Alejandro Chicharro, de Miraflores de la Sierra, uno de esos refugios cerca de Madrid para perderse y casi tocar el cielo. Ahora, de lo sucedido en el ruedo, es hablar de uno y hablar de los tres, porque es complicado diferenciar a los unos de los otros. Con los capotes son una verdadera nulidad, que ya pueden estar a las puertas del doctorado, incluso con fecha ya fijada, pero con la seda parecen verdaderos principiantes, cuando no los mozos del pueblo en la capea en honor a su patrón. Ni fijar un toro, ni ponerlo al caballo, que lo mismo venía suelto al hilo de las tablas, que va suelto y el picador en lugar de picar, no pone el palo por delante y acaba en el suelo y el factor común de dar mantazos de más, no por eso de quitar con lucimiento, sino por esa incapacidad de no hacerse con el animal. Y con el percal, ¡ay el percal! Lo de las faenas de muleta es a ver cómo te enjaretan siempre el mismo repertorio, que deciden empezar de rodillas, esté el novillo cómo esté. Consecuencia: el trapo por el suelo y el matador a la carrera. Lo habitual de citar desde fuera, de abusar del pico, de a lo sumo cazar trapazos y cuando ya no dan para más, a meterse entre los cuernos, a sacarlos de uno en uno y alargar el trasteo hasta la desesperación del personal sentado en los tendidos. Que lo de Fuente Ymbro tampoco ha dado para demasiado, casi para nada y menos, pero le sale uno con nervio a Alejandro Chicharro en el sexto y no es capaz de pararlo, de mandarle y de evitar enganchón tras enganchón para frenar la brusquedad de sus embestidas. Y quizá este fue el único caso que se ha salido un poco de la norma. Y con la espada, pues que igual hay que pensar en una escopeta de dardos tranquilizantes o irse a hacer carrera a Portugal, que allí lo de las espadas… ya saben. Eso sí, hacerle trabajar a los de los clarines, con avisos tras avisos y a veces hasta rondando el tercero.

Por otro lado, lo de Gallardo ha salido unas veces manseando buscando las tablas, si acaso medio peleando alguno aislado en el caballo, como mucho con un solo pitón, saliéndose sueltos del peto, yendo o no a la muleta como borricas detrás de una zanahoria. Eso sí, una presentación impecable, uno que se acercaba ya a toro, otros que cada vez salían más escrurriditos en el tipo raspa asardinada, otro que le tapaban los cuernos, otro con cabeza de novillo y cuerpo de gorrino Duroc e incluso uno feo acaballado, ideal para el domingo en el premio Marqués de Bradomín en el hipódromo de la Zarzuela. En definitiva, ¡una tarde… vaya tarde! Que alguno habrá pensado que el reloj se le había parado y que marcaba menos tiempo del que llevábamos allí encerrados viendo semejante espectáculo, viendo el provenir de la fiesta, que ya es el más irremediable presente. Pero claro, si resulta que todo les parece mal, que no les gusta nada, que no ponen ni un poquito de su parte para rescatar algo, para ver lo positivo, pues no haber venido, ¡leches!

 

Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:

https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html

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