miércoles, 26 de mayo de 2010

Nos toman por tontos


Vaya por delante que yo no acudí a la “tradicional corrida de la Prensa” y creo que pasarán muchos años hasta que vuelva a asistir a la que en su tiempo fue la segunda corrida más importante del año, por lo menos en la plaza de Madrid. Como era de prever, les ha estallado el globo en la cara. Se montaron un circo que no tenía ni pies ni cabeza, se inventaron mil y una maniobras para hacer pasar como legal el invento de la elección de los y como todo el mundo suponía, menos ellos mismos, la cosa salió mal.

Nos han querido convencer de la legalidad de no sortear los toros, que si tal artículo se lee así o del revés, que si esto se lleva haciendo de toda la vida, lo que quieras, pero aparte del resultado, que eso no hay quien lo mueva, si se considera algo legal porque lo cogemos por los pelos, lo que puede que no sea es honesto; y el que algo lleve haciéndose desde hace mucho tiempo, lo único que quiere decir es que se lleva engañando al público desde hace mucho tiempo.

Pero como todo estaba tan bien preparado, también se habían pensado las excusas ante el fiasco anunciado. Una de estas es que el ambiente estaba muy en contra. ¿Qué esperaban? Es el colmo de la desfachatez, montan el timo del tocomocho y encima pretenden que se les invite a café y pastas. A esto tenemos que añadir que las sospechas se fueron confirmando a medida que iban saliendo inválidos por la puerta de toriles. A ver si la culpa va a ser del chulo toriles por dejarlos salir, o porque no espero año y medio para ver si se les pasaba la borreguez.

Como si se tratara de un castillo de naipes, las excusas se montaban unas sobre otras, aunque eso sí, tenían que tener en cuenta que como se cayera una, todo se venía abajo. La siguiente es que en Madrid es muy difícil triunfar. Toma no. Pero esto tiene dos vertientes. Una es que si lo que se monta es un despropósito, es muy difícil que acabe saliendo bien. Si eliges un mal ganado para andar más comodito y con mayor seguridad, ¿qué esperas? Y si se lleva dando vueltas a lo mismo, y desde el primer momento se palpa el descontento de la afición, ¿qué esperas? El otro matiz que se les escapa a los taurinos es que, lo que vale y se aclama por esas plazas de Dios, en Madrid no cuela. Esas faenas tediosas, aburridas, que no son más que una sucesión de pases ante un mulo o una lagartija, no sólo no gustan, sino que exasperan.

Madrid ya pasó para El Juli y Perera y ya pueden proseguir su tour de becerradas por toda la geografía taurina. Total, el año que viene ya se verá, lo mismo montamos otro circo, ya con sus leones y todo y si no gusta, pues seguirá sin pasar nada. Cualquiera puede entender que en Madrid somos muy raros y que no gusta nada. En lugar de hacer un poco de introspección seguirán a lo suyo, haciendo cabalas que no hay por donde cogerlas y viendo como seguir llenando sus bolsillos a costa del espectador, sea el aficionado inconformista o no, y seguirán tomándonos por tontos, un año más. Yo, si todo sigue igual, seguiré sin ir a la Prensa un año más. Eso sí, si quieren les espero en julio o agosto, sentado en mi grada del seis.

4 comentarios:

Martín Ruiz Gárate dijo...

Por lo visto la Delegada del Gobierno dijo a los presidentes de Las Ventas que por este año pasaba lo de que no hubiese sorteo, pero que al año que viene no iba a consentir semejante tropelía. Ojalá, pero ya veremos si, política como es al fin y al cabo la mujer:

a) Sigue en el puesto el próximo año
b) Mantiene la opinión

No me creo nada hasta que no lo vea.

Enrique Martín dijo...

Martín Ruiz Gárate:
No conocía el dato, pero es como si este año se pueden robar coches, pero el que viene ya no, que nos vamos a poner serios. Y sobre el punto a) y el b) no sé cual se cumplirá antes. La elección es difícil.

Anónimo dijo...

Sabia decisión la de no volver; yo el año pasado ya no fuí, pero éste volví a picar.
Lupimon

Enrique Martín dijo...

Lupimon:
Aunque una decisión sea sabia, no quiere decir que lo sea el que la toma. Y si no, verás como el 12 acabo yendo a ver al Juli sustituyendo a José Tomás