Que no me imagino yo a don Vicente cambiando de vesturaio a mitad del festejo. |
Que levante la mano el que no haya visto al maestro Ponce
torear vestido de smoking en una plaza francesa. ¿A ver? Cuenta pocas manos, la
del que por el cambio horario aún no lo ha visto desde Hong- Kong, el que se
quedó sin línea por no pagar la tarifa plana y quizá un señor allí al fondo...
a no, ese era el despistado que lo confundió con el camarero, para pedirle otra
ronda de calimocho y unas bravas. Pues mi enhorabuena, maestro, ha conseguido
captar la atención de todo el orbe taurino. Esto solo lo puede superar usted
mismo saltando al ruedo con un tanga de leopardo, con chancletas y la camiseta
del bar el Tropezón de Castroventosa del Rey, que son muy de usía.
Y yo me pregunto, ¿es tan grave que el maestro Ponce salga a
torear vestido de camar..., perdón, de smoking. Pues no, claro que no.
¿Extraño? todo lo del mundo, pero es continuar una moda de la que gustan mucho
las figuras del momento. Que lo mismo un extremeño sale de charro mexicano, que
otro se disfraza de golfillo parisino o lo que fuera, que otro sale con fulard
o que otros salen vestidos de goyescos, que también tiene su traguito; que
entiendo perfectamente a aquel matador, un maestro, del que se contaba que no
toreaba en ninguna goyesca, porque decía que él no se disfrazaba para torear.
Pero eso va en formas y sobre todo en cómo cada uno sienta esto de los Toros.
Para unos es una fiesta verbenera y para otro un rito. Que las dos vías pueden
ser válidas, pero al menos permítannos a algunos deambular por el asombro y el estupor
que estas cosas nos provocan.
Insisto en que quizá no sea tan grave esto del smoking, es
más, si lo aislamos y nos olvidamos del personaje, de sus condicionantes, de su
pasado, de su trayectoria y sobre todo, de sus manifestaciones, pues tampoco es
la cosa para tanto, pero, ¡caramba! Mucho hay que pasar por alto para que esto
no nos afecte. Quizá, y de forma inconsciente, esto no sea nada más que un
signo de las intenciones y formas de entender esto de los toros. Para unos,
entre los que parece que se encuentra el maestro Ponce, este es un negocio, un
show, en el que todo vale para aderezar una ensalada, a la que no paran de
echarle especias. ¿Está rica? Pues quizá sí, puede parecer que no sabe mal,
pero claro, si con tanto condimento lo único que se consigue es ocultar una
lechuga insípida, unos tomates pasados y un atún rancio, entonces ya hay algo
que empieza a fallar. Al maestro Ponce, al igual que al resto de las figuras y
a todos los aspirantes a ello que transitan por los ruedos, lo único que les
importa, exclusivamente, es el negocio, los contratos y llenar la faltriquera.
Es más, no entienden otro punto de vista, no les da para más. Luego llegan,
para que el olor a podrido no se note, y lo visten de arte, que eso es como la
cal viva, que lo tapa todo, aunque al final o acaban asomando los restos del
difunto o se desintegra todo, lo bueno, lo malo y lo regular, bastando una
rafaguita de aire para hacer desaparecer cualquier indicio de lo que un día fue
grande.
Lo malo no es el smoking, lo peor son las intenciones, los
sentimientos que este señor maestro y sus colegas del sindicato del arte
muestran día a día. Si se pone el smoking delante de una corrida encastada y
con sus cosas, y la lidia, puede con ella y además tiene el valor y capacidad para
crear arte, pues solo me cabe una respuesta, un olé grande y sentido. ¿Qué
prefiero el traje de luces? Por supuesto, el oficiante debe vestir como tal y
más en esto de los toros, en los que todo, pero todo, tiene su aquel, su
significado y su motivo, aunque muchos no lo lleguen a ver y se atrevan a
cometer la desfachatez de querer eliminar aquello a lo que ellos no llegan.
Baste aplicar sus misérrimos razonamientos, cortos y escuálidos, para que ya
quieran eliminar una tradición de siglos de un plumazo. Sea de smoking o no, lo
que encierran estas actitudes es un desprecio por los fundamentos sobre los que
se edificó todo esto, llegando a creer que todo vale y en ese todo entra el
llenar la bolsa, el minimizar el riesgo al extremo y hacer más llevadero esto
de ser profesional. Qué poca ambición, ¿verdad? Pero ya digo, mientras la bolsa
suene, a ellos lo demás se la bufa. Que lo mismo que hoy arrinconan el traje de
luces, desde hace años vienen despreciando cualquier hierro que se salga del
guión del borreguito colaborador y juguetón, que de la misma forma se esfuerzan
en expulsar al aficionado, pues es tan tonto, tan tonto, que no llega ni a
entender, ni a sentir nada con sus números de prestidigitacón taurina. ¡Eh
oiga, que esto es arte! Pues este arte, para ti, que también dicen que es arte
lo de Camela, Bisbal o el Salchipapas de Leticia Sabater y uno no puede con
ello. Pero a la gente le gusta. Claro y el Sálvame, el Qué tiempo tan feliz,
las mañanas con Ana Rosa y al padre Apeles cazando cacha. Y así volveríamos a
lo de las mayorías, las minorías y al truco de trilero de yo decido que mayoría
debe mandar y que minoría aplastar, pero siempre decidiendo la parte interesada
de la parte contratante de la primera. Y por supuesto, acabamos en esa eterna
verdad, el toro. Si este asoma por el portón, todo adquiere valor y si el
maestro Ponce se enfrentara de una vez por todas, al igual que sus colegas de
“profesión”, al toro íntegro, entonces ya importa poco si iban de charros, de
mariachis, de lagarterana en día de fiesta, con chándal o de smoking y... ¿oro?
14 comentarios:
Un abrazo Enrique.
Todo esto con un animalito colaborador,noble,justito de fuerzas,sin picar,no mira al arlequin,sin puntear la muleta,que se deja y lo llaman el Rey de la fiesta.Lo siguiente es lo de Marvel y sus personajes.Es el mejor aliado de los antitaurinos.Y se llena la boca con lo de amar a la fiesta y defender al toro.
D.C.U.
A verlo de Batman,Superman o del Zorro es lo que sigue.Un esperpento.Saludos.
T.Green.B.
... corrían allá, mediados los años ochenta, creo, llegó en visita oficial a la Villa y Corte todo un presidente de los Estados Unidos de América, siendo alcalde de Madrid Don Enrique Tierno Galván. Cada vez que te lo pones te encuentro tan elegante que dentro de mí murmuran los duendecillos de un cante.
"La rosa que me entregaron
al pie del altar mayor
lleva las sayas cumplías
y nadie le ve el color".
Sucedió, pues, que el Señor Reagan no se digno visitar el Ayuntamiento, lugar en el que la Corporación en pleno había preparado un acto protocolario, presidido por El Profesor, en el cual se le haría entrega de las Llaves de la Ciudad; María manuela, ¿me escuchas?
Yo de vestíos no entiendo,
pero... ¿te gusta de veras
ese que te estás poniendo?
Así se cuenta la historia, preguntado Don Enrique por aquel desaire, Tan fino, tan transparente,tan escaso y tan ceñío,que a lo mejor por la calle
te vas a morir de frío. Respondió que "Las cosas se toman según de quien vienen"
Te sienta que eres un cromo,
pero cámbiate de ropa,
si es un instante, lo justo
mientras me tomo esta copa.
Ponte el de cuello cerrao
que te está de maravilla
y que te llega dos cuartas
por bajo de la rodilla.
Las cosas se toman según de quien vienen y en las acciones esta el valor de la gente.
Señor Enrique, ¿qué diremos de aquella que se vistió de seda? ...y de aquel hábito que no hizo al monje???
Personalmente, me inclino por la conveniencia de que en El Rito se respete el Ritual.
Saludos desde Almeria
Ängel.
Buena nota.Felicitaciones.
Buenas tardes señor Martin. Yo me acabo de enterar por su blog de esta bufonada, no doy credito, y es verdad.
Un saludo.
Kaparra
Marín:
Otro muy fuerte para ti
D.C.U:
Qué verdad más grande, que muchísimos no ven, que el que declama amor a esto lo apuñala por detrás.
Un saludo
T. Green. B:
Ya sabe aquello de vivir para ver, ¿no? Pues no sé, uno ya no llega a ver el límite a esto.
Un saludo
Ängel:
Coincido plenamente con usted en el respeto al rito y además me pregunto, ¿qué mal hace el rito en esto que es un ritual tan bien asentado?
Un saludo
Anónimo:
Muchas gracias
Kaparra:
Cómo decía aquel, "pa' habernos matao".
Un abrazo
Coincido con usted, pero lo considero más reprochable desde el punto de vista del respeto a la profesión. También el argumento de las corridas goyescas y otras es débil, así lo explico en
http://toropontevedra.blogspot.es/ Saludos cordiales
I. Vila
I. Vila:
El argumento de las corridas goyescas está tomado de un gran matador de toros que, según sus palabras, no quería disfrazarse. Está mal lo del smoking, pero cómo digo, eso es solo un signo de una situación mucho más profunda. El respeto a la prefexión se profesa de otras muchas maneras más.
Un saludo
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