¿Quién anda ahí? ¿El hombre? ¡...dita sea! |
Dice la Biblia que Dios creó todo lo imaginable e inimagible
de lunes a viernes y el sábado, que parece que se levantó con ganas y buen
ánimo, se puso a juguetear con el barro, así como el que no quiere la cosa, y
le salió un hombre. ¡Vaya por Dios! Y hasta se le daba cierto aire, eso que se dio
en llamar a su imagen y semejanza, lo que no quiere decir que fuera igual,
simplemente el mismo Dios se tomó como modelo y le salió parecido, semejante,
que no igual. ¡Qué cosas! Con lo bien que le había quedado todo lo imaginable e
inimaginable y puso al ser humano sobre la Tierra. Que la verdad es que yo me
alegro y agradezco que así fuera y que su Divinidad decidiera crear a nuestros
tatatatatarabuelos. Pero claro, visto lo visto y según cómo se interprete, hay
quién piensa que esta no fue una buena decisión y solo ve al hombre como un
usurpador una ingerencia innecesaria en la perfección de la naturaleza.
Hasta ese mismo momento de “Y Dios creó al hombre a su
imagen y semejanza”, la vida era todo paz y armonía, el león se paseaba por la
sabana, porque entonces había mucha más sabana, aún no se habían inventado las
urbanizaciones cerradas, y saludaba a las gacelas, los ñus, los elefantes
grandes y chicos y estos le devolvían educadamente el saludo.
-
Buenos días gacelas, buenos días ñus,
buenos días elefantes y elefantitos, me voy a desayunar unos juncos a la orilla
del río.
-
Buenos días, su majestad del reino animal
Contestaban los súbditos ante la presencia de tan guedejudo
soberano.
Pero ¡Ay, cuándo llegó el hombre! Entonces todo se torció.
Al principio no, aquel matrimonio en apariencia tan amable y jovial iban a lo
suyo, un fruto de aquí, otro de allá, unas raíces de estas, unos tubérculos de
aquellos, porque como era el paraíso, las patatas se podían comer sin necesidad
de ser cocinadas, ya brotaban tiernas de la tierra. Otros ratos se hacían
carantoñas, otras copulaban, otras se aburrían y otras pensaban en otras cosas.
Si acaso más la chica, que ya se sabe, si el ser humano es el mal, la mujer ya
ni te cuento, que así lo afirman especialistas los especialistas en psicología
femenina que colaboraron para escribir la Biblia. Él no pensaba en nada, bueno,
sí, en copular todo el rato. Luego vino lo de la manzana, luego que si nació
Abel y luego Caín. El primero era dulce y amable, cuidando sus ovejitas,
mientras se deleitaba con los frutos de los árboles, pero el otro no era de la
misma naturaleza, era más retorcido, se parecería a su madre, por supuesto. Sea
por esto, sea porque no tenían una abuela que les hiciera comidas ricas,
tartas, natillas o dulce de papaya, a Caín se le metió entre ceja y ceja el
comerse una de las ovejas de su hermano y en una de estas, pues ya sabemos lo
que pasó, que le partió la crisma con una quijada de burro. ¿Se puede ser más
animal? Y así, rodando, rodando y quijadazo va y quijadazo viene, hemos llegado
hasta lo que somos ahora, los mismos usurpadores que queremos adueñarnos del
espacio de los animales y hacernos los amos absolutos de la naturaleza y por si
esto fuera poco, hasta queremos aprovecharnos de ella y comernos a los
pobrecitos bichitos.
Una falta de respeto absoluto por la naturaleza; menos mal
que siempre queda quién se preocupa por los animales y se desvela porque vivan
plácidamente, les ofrecen sus casas, ¿qué digo ofrecer? Les entregan las llaves
y les dejan que gocen del hogar ellos solitos, durante todo el día; les sacan
de ese medio hostil en el que nacieron y les ofrecen las comodidades que el
progreso les ha acercado al alcance de la mano, el sofá, la alfombra al lado
del radiador, el aire acondicionado en verano, una bañera para sumergirles en
agua calentita, champúes desparasitadores, champúes suavizantes, champúes para
fortalecer las raíces, piensos para equilibrar la dieta a base de proteínas,
minerales y fibra, por aquello de... Si hasta pueden ver la tele, sin olvidar
esas largas conversaciones con los amos, aparte de eso de que te pongan un
nombre. Esas ropitas para no pasar frío en invierno, el gentil dueño que se
preocupa de recoger lo que al animalito se le desprende vía rectal. ¿Cabe un
mundo mejor? ¿Cabe mayor respeto e integración con la naturaleza? Es la mejor
manera de volver atrás, de regresar a aquel estado puro de felicidad que un día
fue.
Lástima que haya quién no quiere entrar por el aro, como
esos de la tauromaquia, que disfrutan viendo la sangre derramada del toro, al
que le hacen todas las perrerías posibles para enfadarle, mucho, mucho y
obligarle a atacar. ¡No hay derecho! ¿Alguien se imagina a un toro atacando con
semejante furibundez si no es porque les cabrean? Se rumorea que para conseguir
tales reacciones, antes de salir a la plaza les insultan y todo, pero así, con
inquina. Les crían ahí abandonados en el campo y les hacen pasar por lo menos
cuatro años a la intemperie, sin un hogar en el que descansar, un sofá dónde
estirar las pezuñas, ni una tele plana para ver los reportajes de naturaleza de
la dos. Sin ducha, ni calefacción, ni aire acondicionado, ahí con sus
compañeros de manada, sin intimidad, todos juntos. No hay derecho. Les obligan
a comer la hierba del campo, las bellotas de los árboles y las comen del suelo,
sin lavar, ni pelar, ni tan siquiera echarle una gotita de aceite de oliva
extra virgen Hojiblanca del 0,4 de acidez. Eso no se puede consentir y no lo
vamos a consentir. Porque si entramos en lo que les hacen en esas infamias,
esos nidos de barbarie, esos agujeros de podredumbre que son las plazas de
toros... Todo era paz, todo era alegría, todo era maravilloso, perfecto y Dios
creó al hombre ¡...dita sea!
Enlace al programa Tendido de Sol del 15 de enero de 2016:
http://www.ivoox.com/tendido-sol-del-15-enero-de-audios-mp3_rf_16333582_1.html
Enlace al programa Tendido de Sol del 15 de enero de 2016:
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