viernes, 3 de agosto de 2018

Se precisa una mano inocente


Cuestión de suerte, a tú sí, tú no, tú... tú también

Para que luego digan que el señor Casas, don Simón, no escucha al aficionado; lo que pasa es que al hacerlo desde detrás de una puerta, no se coge la sustancia de lo dicho. Que son muchos los que llevan tiempo diciendo eso del sorteo de toreros y ganaderías y que salga la feria como Dios le dé a entender, a ciegas. Pero esta vez, con sorteo, no como parece hacerse en otros casos, a ciegas, pero sin bolas, ni bombo. Pero quizá el invento quedaría redondo si en la rifa intervinieran los cabezas del escalafón, los figuras, los emergentes y los que quieren ser. Eso por un lado y por el otro, pues un listado de ganaderías votadas por el público. ¿A qué pinta bien? ¿A que el sorteo ya empezaría a tener otro color? Y esto, allá por mayo y montar así el mes de toros de Madrid. Menuda forma de honrar al santo. ¿Se imaginan? Que van las bolitas y te ponen a Diego Urdiales, El Juli y Gómez del Pilar con la de Cuadri. O a Morante Octavio Chacón y Roca Rey con lo de Saltillo. Que Chacón tendría que hacer guardia en la Puerta de Madrid no para acompañar la salida del picador, sino para frenar la escapada a toda carrera de alguno de sus compañeros. Que se nos ponga el Juli a eso de agachar el lomo y tuviera que mirar al Cuadri para arriba.

Pero no se hagan ustedes ilusiones, que no, que no creo yo que los mandones de esto se presten a estos inventos, ni que tan siquiera el señor Casas, don Simón, fuera a ser capaz de proponerlo. Que si se lleva este numerito a término, será porque los elegidos para la feria de Otoño bastante tienen con que les contraten, como si se tienen que enfrentar al mismísimo Belcebú, de la ganadería de Pedro Botero. Se dice que será sorteo puro, pero no nos engañemos, ya de principio será dirigido, pues la propia elección de los candidatos será la primera manipulación. Que puede que muchos aficionados preferirán ver a los que realmente van a entrar en el bombo y a los que no entrarán en este sorteo, simplemente querrían que lo hicieran, pero más bien por eso del morbo. Personalmente me inclino más por los carteles montados siguiendo criterios taurinos; sí, esos que los empresarios y en especial el señor Casas, don Simón, no siguen. Ya me gustaría ver al figura de turno con el que viene empujando y con un hierro que empuje aún más, pero eso, eso no lo verán nuestros ojitos.

Se han lanzado muchas campanas al aire con esto del sorteo ¡Aleluya! Que sea la suerte quién decida y que a quién Dios se la dé, San pedro se la bendiga. Pero pensemos un momento. Pongámonos en una situación cotidiana, pasemos esto al plano doméstico. En el tascuzo don Simón nos han puesto un anuncio que dice: menú a 12 euros. Y allá que vamos. Nos llega un camarero con gafas, de pelo desaliñado y acento, con tono altanero, pero que denota no ser ni de abajo los Pirineos, ni de arriba de Tarifa. Maneras más que castizas chulescas y casi regañando por haber elegido su tascurrio con menú a doce bolos. Miramos la carta y elegimos:

-        Yo quiero de primero las angulas y de segundo, cocochas en salsa verde. 
-        No, eso no entga. 
-        Pero, ¡si viene en el menú!
-        Ya, pego no entga.
-        Bien, entonces, unas gambitas de Huelva y un chuletón de Ávila.
-        No, eso tampoco entra.
-        Pero, oiga, que está aquí, en el menú.
-        Ya, pego usted puede elegig lo que quiega, pego eso no entra.
-        Pues dígame usted qué es lo que entra.
-        De pgimego sopa de asilo, sin picatostes, ni tropezones, y de segundo, mortadela a la gomana.
-        Pero esto es un timo
-        ¿Un timo? Entéguese, esto es el agggte de la gastronomía, la sublimación de la nuvel cusín.
-        Pero me dice que puedo elegir lo que yo quiera y al final tengo que comer lo que a usted le dé la gana y por doce euros. Menuda ganga.
-        Noooo, yo le dejo elegiggg lo que guste, pego es que tiene que acegtag con lo que le tiene que gustag.

Y luego, igual, si salimos mosqueados del tascuzo y con la sensación de haber sido timados, el señor camarero nos estará esperando a la puerta para echarnos el gran broncón por no atender más que a nuestra elección, a la suya. Que no creo yo que vaya a haber gran diferencia entre lo que proponga el azar y lo que fuera a montar el señor Casas, don Simón. Que hasta es posible que la única diferencia sea que este año montará la feria de Otoño con bolitas y otros era tirando una moneda al aire. Que las opciones no pueden ser muchas, que los toros son los que son, con interés o sin él, pero los que ya estaban comprados para octubre. Y los toreros, pues más de lo mismo. Es más, quizá falten nombres del gusto del aficionado de Madrid, pero ya saben, esto es lo que hay, a suertes, pero es lo que hay. Un sorteo puro, pero muy bien dirigido. Y quizá que venga bien para sacar las bolitas, pero se antoja más urgente para gestionar el devenir de la fiesta de los toros, Se precisa una mano inocente.

7 comentarios:

Xavier Gonzalez Fisher dijo...

Don Enrique: Veo que el señor francés quiere hacer una Feria de Otoño a partir del mero azar. Al parecer ya dijo la procedencia de los encierros a lidiarse, pero no ha mencionado quienes los podrían lidiar. De las ganaderías anunciadas veo dos "de garantías" y otras dos que no gozan de esa estimación por la profesionalidad. Eso me hace preguntarme: ¿habrá solamente dos bombos, uno de toros y otro de toreros?, ¿o van a hacer como en el deporte de la pelota y los pies, bombos de distintas categorías para asegurar ciertos acomodos? Yo no me fío del franchute, así que lo único que queda es esperar, a ver que "cena" se le ocurre servir... Y una recomendación final, es tiempo de ir al loquero a por las pildoritas, que falta nos van a hacer. Un abrazo.

Enrique Martín dijo...

Xavier:
La verdad es que no sé si sería muy diferente la feria de la tómbola, que la feria de la moneda al aire, porque, ¿crees que el señor francés se lo piensa? Porque a veces da la sensación de echárselo a suertes, eso sí, sin bombo. Y si hubiera figuras, lo mismo habría un bombo para cada figura, no fuera a ser que el azar descompusiera la comodidad y privilegios de esos señores.
Un abrazo y solo esperemos podernos sentar a ver las corridas en compañía. Eso sí que será una suerte.

Anónimo dijo...

Lo que le falta al trilero gabacho es rifar artefactos,entradas al fútbol,conciertos y todo con la difusión constante de los palmeros conocidos de la prensa a su servicio.Para el circo no hace falta porque es lo que monta cada tarde.En cualquier momento anuncia como novedad que hay una "figura"traga sable,prestidigitador de pitones y que mata al triple salto mortal.
T.G.B.

Enrique Martín dijo...

T.G.B.:
Cualquier cosa, menos pensar en el toro, en la fiesta. Todo son aderezos de la nada, adorna la nada, para ver si parece algo. Ese es el gran innovador.
Un saludo

Anónimo dijo...

Machacar esta iniciativa a priori me parece nefasto. A lo mejor es un intento de mejorar las cosas. Yo prefiero verlo así, como un COMIENZO de algo nuevo. Supongo que será muy complicado cambiar el estado de las cosas, porque las personas que ganen dinero hoy, no querrán cambiar nada.

R.E.

Enrique Martín dijo...

T.G.B:
Son inventos e inventos, pero a nada que se rasca, se ve que no hay nada y así lleva desde antes de empezar su primera temporada en Madrid.
Un saludo

Enrique Martín dijo...

R.E.:
Machacar de salida cualquier cosa, siempre es nefasto, por supuesto, pero si ya este señor lo hace, lo que no vamos es a quedarnos chupándonos el dedo. ¿Qué aporta de nuevo a la feria de Otoño el sorteo? Nada, porque los que se anuncien serán los mismos que lo harían sin sorteo y con las ganaderías ya elegidas por el empresario,, será como siempre y si sale bien o mal esta feria, desde luego que no va a ser por el sorteo. Las novedades están muy bien si aportan algo, pero si es más de lo mismo, pero cambiando el color de la lente y encima se nos quiere vender como el gran acontecimiento. Aguantadores, vale, pero tontos, no.
Un saludo