sábado, 17 de mayo de 2025

A ver si juntamos seis toros y montamos una para figuras

Al Rey de los Toreros, quién siempre veía en la Plaza de Madrid dónde enfrentarse a todo aquel que pretendiera adueñarse del cetro del toreo que él ostentó con dignidad, maestría y honestidad con la Fiesta.


Lo difícil que esta esto de encontrar toros para una corrida. Si es que es una misión casi imposible. Que miren que anuncian dos hierros, tres en un festejo de caballos y aún así, en la del “Día Internacional de la Tauromaquia”, aún hay que echar mano de otra ganadería a ver si así se juntan seis animales del gusto de... ¿Del gusto de quién? Que ya no es que te anuncien dos hierros y tú, que eres un ingenuo, te imagines que vas a ver tres y tres, así, a lo desafío, es que la cosa va de anunciar esos hierros y luego ya veremos cómo lo apañamos para que seis pasen el reconocimiento. Que sea cómo sea, que no se nos olvide que al menos tienen que pasar cuatro de las casas anunciadas, porque si no, si solo son tres, la empresa tendrá que devolver el importe de la entrada a quién así lo desee. Que ahora les hacen la tres catorce a los que pasan por taquilla, pero como solo cambian dos, pues no pasa nada ¡Qué cucos! ¿Verdad? Cucos o... ustedes mismos, pongan calificativos, que seguro que coincidimos si no en estos, sí en las intenciones. Que oiga, ya puestos, ¿por qué no dicen que van a salir seis toros y ya está? O ni eso, aunque... No se lo van a creer. Que esto de alguna manera ya se hace. Que me acuerdo yo de eso de “Ganaderías de la CAM”, que no hace tanto, era como se anunciaban los toros para este pasado 4 de mayo. Pero que esto va más allá aún. Parece, dicen las malas lenguas, que la noche previa al festejo los camiones llegaban de las fincas a las Ventas como si fuera la operación cruzar el estrecho en verano ¡Un tránsito! Que si ponen un peaje para camiones en la Avenida de los Toreros de Madrid, ya tendríamos pagado el primer plazo de las obras de la plaza y la fianza para soterrar la M30 en el cruce con Alcalá. Pero, ¿cuándo pasan estas cosas? Pues muy fácil, echen cuentas, echen una miradita a los actuantes y... blanco y en botella... horchata Chufi. Porque parce que ni el Puerto de San Lorenzo, ni la Ventana del Puerto tenían seis toros para Madrid y había que completar el encierro con dos de Victoriano del Río. Que menos mal que tenía dos y no ha habido que tirar también de Toros de Cortés. Pues eso, en la dehesa charra no había para un festejo. Eso sí, no les extrañe si en cualquier momento de la temporada vemos anunciarse una completa de cualquiera de estos dos hierros. A ver si la cosa es que no había toros del gusto y del agrado de... vuelvan a mirar en el cartel los actuantes.

Los actuantes que eran José maría Manzanares, Fernando Adrián y Pablo Aguado. De manzanares se podrían decir muchas cosas y seguro que todas buenas, aunque puede que ajenas a su labor en los ruedos. Ya lleva tiempo en ese punto en el que parece costarle el estar delante de un toro. Que no es cuestión de que esté ausente, es que no está, no atina ni a trapacear poniendo las posturas de siempre. Que le sale un novillote adelantado y no puede con él, que de inmediato tiene que cederle pasos reculando de espaldas a los medios. El del Puerto no parecía andar sobrado de fuerzas, se le picó poco, le empezaba a costar lo de andar de aquí para allá. Trapazos bailones con la muleta, el animal situándose para ver dónde estaban las tablas, para proseguir con trapazos venajistas con el pico, lejanos, perfilero y a ver por dónde sigo sacudiendo la tela. Un espadazo según le venía de repente y a seguir. Su segundo peleó con fijeza en el caballo, dónde le dieron a base de bien, barrenándole. Se dolió d los palos y a continuar la letanía de trapazos como en en el primero, sin nada para recordar, si acaso, como desde hace tiempo, que Manzanares no está ya para ciertas cosas y que por mucho que le busquen y rebusquen en las fincas, igual es que no existe lo que pretende torear.

Fernando Adrián, ese triunfador eterno allá por dónde vaya, que enciende a los públicos con ese efectismo vacío que al fin no dice nada y que solo le sirve para acumular despojos, lo que no está mal, aunque parece que esto tampoco le reporta poder elegir carteles y ganaderías. A su primero le recibió con mantazos de todas clases, que lo mismo da una verónica, que una chicuelina, que te sacude las mantas del invierno para guardarlas en verano. Sin sujetarlo durante la lidia, no picaron, ni tan siquiera regañaron al segundo y último del Puerto. Que descarado resultó el no picar, que aún pidiendo el cambio con dos entradas, el presidente obligó a una tercera, aunque tampoco es que... Luego vinieron los telonazos, culerinas, trapaceo con el pico, muletazos enganchados, pico y más pico, para seguir con ese encimismo que provoca el júbilo de las almas cándidas, sin importar que el animal bese el suelo en mitad de esta rocambolesca sarta de trapazos. El quinto fue el toro de la tarde, un cornalón de Victoriano del Río al que en el caballo le hicieron la carioca mientras empujaba y le picaban trasero. Y ahora sí que sí, había que ir a por la carga de despojos. De rodillas y no aguantó, porque el toro no lo permitió, pero daba lo mismo, el personal ya estaba de su parte, trapazos a mansalva a un toro que entraba una y otra vez al engaño y al salir se volvía buscándolo de nuevo para cogerlo, Muletazos en línea, redondos desde muy fuera y tirando con el pico, sin atravesar la muleta, pero tan en la pala se colocaba, que había de meter necesariamente el pico. Que ya parecía tocar el despojo que con una culerina y unas bernadinas estaba hecho, pero esa espada salvó de un nuevo bochorno a la plaza de Madrid. Este toro no tuvo la suerte de otro reciente, otro buen toro, pero a este nadie tuvo el detalle de ponerlo una tercera vez al caballo, ni la tentación de lucirlo, porque lo único que importaba eran los números de despojos. Hubo quién hasta pidió la vuelta al ruedo, pero, ¿dónde vas? Que mejor forma de desprestigiar lo hecho por un toro, un buen toro, que darle una vuelta al ruedo que le habría quedado grande. Dejémoslo ahí, un buen toro en el último tercio que no supieron o no quisieron lucir.

El tercero era Pablo Aguado. Al que le tocó el primero de Victoriano del Río, un cornalón exagerado, pero que gustó a los que le ovacionaron de salida, a pesar de que el resto no le acompañaba. Pasó por el caballo como el que pasa por ahí, sin castigo. Y el hispalense debía venir con ganas y con ganas de ofrecer algo vistoso y lo que mejor se le ocurrió es dar un molinete por las buenas. Que no digo yo que en ocasiones no sea un recurso para alegrar al toro, pero así, sin anestesia, sonó raro. Y después, pues a meter el pico en la lejanía, sin importarle que el animal no pudiera con esa exagerada cornamenta. Más trapazos con la muleta atravesada, ahora un banderazo por alto un kikiriki, pero con una sosería poco soportable. Perfilero, acompañando ese caminar mortecino del animal, que unos dirán que qué lento torea, pero claro, si a eso se le puede llamar torear. Y venga muletazos, pero con algo que nadie puede negar, ¡qué bonito aburre! Al sexto, el otro de la Ventana del Puerto, le maltrataron durante la lidia, llegando más allá de la segunda raya, pero con el caballo empujando al toro y no al revés. Y de premio, la vara enganchada al morrillo, que el animal paseó unos metros por la arena. Unas chicuelinas bien bailadas para ver si aquello cogía vuelo, para proseguir con la muleta con ese repertorio de aburrimiento elegantemente natural. Que con lo que costó juntar seis toros para homenajear al Rey de los Toreros en el 105º Aniversario de la tragedia de Talavera, el resultado no hizo honor al recordado, como todos los años, mientras lo permita la empresa, y que quizá algunos habrían esperado que al menos se hubiera dado una corrida de toros y no un mercadillo de saldos, del pague un mochuelo y llévese dos. Pero la consigna debió ser esa de a ver si juntamos seis toros y montamos una para figuras.


Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:

https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html

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