La Vane, el retonnnno |
De nuestra corresponsal, “La Vane”
Tía, ha sido guay, guay, unos señores, muy majos y muy
amables ellos, le han dado un homenaje a José Mari, por lo bueno que es y el
buen corazón que tiene. No te imaginas, tía, la movida tan chula y tan gorda.
Un montón de peña muy, no sé cómo decirte, muy así, muy ellos, ¿sabes? Pero muy
guays, todo muy guay. Tan guay, tan guay, que decían que no les gustan los
toros y le daban un homenaje a José Mari, incluso, mira qué buena gente, que le
nombraron socio de honor de aquello, no sé, debía ser un club de algo chulo, de
excursionistas o algo así, que hasta acudieron con sus mascotas y todo. Uno
llevaba una serpiente pitón enrollada al cuello, otro iba acompañado de la vaca
Manolita, que vive en su casa con él; una señora iba con una familia entera de
perritos, quince, y diecisiete gatos, también todos familia, pero familia entre
ellos, no de los perros, que no te enteras, tía; que pena que a última hora no
pudo estar un señor que siempre iba con un león, pero que según parece, a
última hora se indispuso, bueno, mejor dicho, le indispuso el león, que no
quería tomarse su brócoli. ¡Qué barbaridad! Con las vitaminas que tiene y lo
que ayuda al tránsito intestinal, pero no y además lo pagó el pobre señor, que
se perdió la fiesta a José Mari.
Tía, no sabes qué emocionante cuando apareció José Mari y la
gente empezó a gritarle ¡Arrojado! ¡ Arrojado! ¡ Arrojado! Que la verdad, yo le
veo más bien apocadito, no sé qué le vieron para pensar que era un “echao
pa’lante”, todo lo contrario. Pero yo creo que eso era para darle ánimos,
porque allí me enteré que parece que se va a la mili, ¿no la habían quitado ya?
Y todos a coro ¡Fusilero! ¡Fusilero! ¡Fusilero! Que eso es que se va a la Infantería
de Marina, que me lo contó mi vecino, que hizo la mili en Canarias, porque
hablaba de La Isla, aunque las Canarias no están cerquita de Cádiz, ¿no? Pero
bueno, que la banda no paraba de gritarle esas cosas y José Mari
emocionadísimo, pero lo mejor de todo fue cuando le fueron a entregar un
recuerdo de aquel día y no sabes quién salió a dárselo. ¡No te imaginas tía!
Sebastián Castella. Bueno, bueno, aquello era un no parar, que hasta se
volcaban los centros de puerros y rábanos que había en las mesas y tanta era la
alegría, que la gente se los comía. Y yo que pensaba que eran para la vaca
Manolita.
Luego habló José Mari, aunque yo no entendí muy bien lo que
quería decir. Empezó diciendo que respetaba y obedecía la educación taurina que
recibió de chiquitín y ahí, como si fuera en los USA, la masa se puso a pitar,
a pegar silbidos así como muy fuertes, tía. ¡Fiuuuu, fiuuu! Y cuando dijo que
por eso se sentó en el estribo en Illescas, que me enteré de que es un pueblo,
otra vez empezaron ¡Fusilero! ¡Fusilero! ¡Fusilero! Qué majos, a pesar de que
se sentara, estaría cansado, ellos le seguían animando, tía. Para que luego
digan muchos que José Mari solo es un cuerpo y una cara bonita, por no hablar
del bullate que tiene, tía. Para que vean, unos señores sí le saben reconocer
su valor y le gritan enloquecidos ¡ Arrojado! ¡ Arrojado! ¡ Arrojado! Y son los
primeros que se enteran de que se va a hacer soldao y le aclaman ¡Fusilero!
¡Fusilero! ¡Fusilero! Tía, que yo me emocioné. Se emocionó hasta Sebas
Castella, que se abrazó a él así como con muchas ganas. Yo creo que con un
poquitín de envidia, porque él no es tan valiente como para que se lo coreen,
ni se va a hacer soldao. ¿Te imaginas a José Mari con ese uniforme tan chulo,
con sus rayas rojas en los pantacas, aunque igual le dejan ponérselas de azul
Mediterráneo y espuma de mar, y es que le sienta tan bien ese color.
Luego yo me pensaba que nos iban a dar de comer, al menos
unos pinchitos, unas tapitas de callos, su jamoncito y esas cosas, pero, tía,
ni unas gambitas, ahí se me pusieron bordes y me decían que me comiera los
rábanos; sí, hombre, si les parece me como una cosa de esas de los vegetarianos,
un filete de tofu o como se diga. Qué majos y cariñosos con José Mari, lo
máximo, que hasta le propusieron ponerle en unas listas del club o lo que
fuera, el PACMA, pero de catering, mal, tía mal. Pero a pesar de todo, yo me
quedo con esto: José Mari homenajeado en la gala anual del PACMA.
6 comentarios:
Don Enrique: ¡Qué sorpresón!, la becaria Vane de regreso. Seguramente ya planea Usted ponerla a trabajar durante el tostón isidril. Pero además, para la naturaleza de la crónica que nos presenta, ella era la más adecuada para desarrollarla, tiene "la sensibilidad" para ello. Un abrazo.
La Vane nos sorprende en su reaparición, pero yo me congratulo, mas aún, de la reaparición de Xavier González Fisher. ¡Un abrazo!
Pero Vaneeeeeee!!! Qué lujo, qué dicha, qué gustazo, qué alegría y qué enorme placer volver a tenerte por estas lindes después de tanto tiempo. Una alegría inmensa, y que... Que... Que sí a todo Vane, que tienes razón y ya está, como el Bello no hay ninguno verdad??? Y por ahí, como no se sabe de toros,se le dice no se qué de que no sabe torear y es un ventajista... Pero qué sabrán ellos, si sólo con lo guapetón que es ya tendría que hacer el paseíllo con las cuatro orejas y los dos rabos cortados (los del Toro, se entiende, no te me ruborices tú tampoco).
Bueno que nada, que cuando quieras atamos y amordazamos al pendenciero de tu Jefe que no tiene ni idea, le metemos en un maletero y lo dejamos ahí abandonado para que tú te hagas ama y señora de esto, porque como tus sabios escritos no hay nada en el mundo, y es lo que le hace falta falta todos los blogs.
Un beso guapa
Xavier:
Que gusto tenerte por aquí. Pues tuve mis dudas de mantener a la Vane o no, porque empezaba a pensar que esa "sensibilidad" empezaba a alcanzar cotas preocupantes, pero, ¿qué quieres que te diga? Me tiene ganado y no sé decirle que no.
Un abrazo
Fabad:
Pues a mí me pasa lo mismo que a ti. La Vane es muy simpática y te gana, pero me quedo con Xavier, que además tiene una conversación mucho más inteligente y mucho más amplia de temas. La Vane..., en fin, si quieres hablar de su último iPhone, sí, pero si no.
Un abrazo
¡Ay, Luis! Qué cosas me dices. Lo de apartar al jefe, tranquilo, que eso ya lo he arreglado, de momento, por lo menos para poder contestarte y agradecer esas palabras llenas de razón. Tú sí que tienes sensibilidad con José Mari, ¿tú también te casarías con él? Claro que sí. Pues nada, guapo, cuándo tú quieras, me haces una señal y yo ya, si eso, ¿no, guapo? Un beso, mocetón.
La Vane
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