Un día de agosto un semental de Cuadri me hablo del saber y el estar de don Fernando |
Saltó la noticia, don Fernando Cuadri se retira, se va a
tomar un descanso. Pues enhorabuena, que bien ganado se lo tiene y enhorabuena,
porque esa labor que viene realizando desde hace casi medio siglo, se lo
permiten. Leía en el Retoñal que han sido cuarenta y seis años; pocos son para
el aficionado a los toros, a quienes les gustaría que estuviera a pie de campo
otros cuarenta y seis y cuarenta y seis años más. ¿Egoístas? Al extremo. Pero
no creo que haya que apenarse, ni rasgarse las vestiduras, porque don Fernando
no va a dejar de estar, que estoy convencido que ni exiliándole a la fuerza a
la isla de Santa Elena se apartaría de lo que es Comeuñas. No acudirá cada
mañana al campo, dispuesto a ajustarse los zahones y subirse al caballo, pero
siempre estará y seguro que toda su gente seguirá sintiendo su presencia.
Los más grandes no necesitan estar permanentemente en el
timón, no lo necesitan; eso quedaba para los capataces en los galeones, que sin
el látigo, no había quién diera un palo al agua, al contrario que los buenos
patrones de barco, con la tripulación tan bien engranada, que desde el capitán
al grumete, todos saben cuál es su sitio. El legado dejado por don Fernando
seguirá marcando el rumbo de la nao capitana del campo bravo, Cuadri. Y en caso
de dudas, si asoma el temporal, seguro que acompañará a los suyos en el puente
de mando. Entre otras cosas, porque no debemos olvidar un hecho incuestionable,
que este señor, sobre todo, es aficionado y de los buenos y esa afición implica
el estar siempre disponible cuando el toro llama.
Lo de ser ganadero debe ser una de las cosas más complicadas
que existen bajo el cielo, dónde se pueden tener atados todos los cabos y de
repente llega el toro y lo pone todo al revés, pero estoy convencido de que
esto, el toro, no ha sido lo más arduo para el ganadero, entre otras cosas, por
su saber y esa condición de buen aficionado y cuenta con que, cómo reza el
dicho, “el hombre propone, Dios dispone, llega el toro y todo lo descompone”.
Quizá estas sorpresas, estos imprevistos sean un aliciente más para seguir en
este camino. Pero quizá sean otros elementos los que puedan hacer especialmente
duro este caminar en el mundo de los toros, las críticas mal intencionadas, las
que parecen más bien responder a situaciones y deseos que nada tienen que ver
con el toro. Los exabruptos de esos que quieren que el toro, toro fracase, para
lanzarse con ansias desmedidas a ensalzar el medio toro. Esos que abominan de
la casta, porque los de su cuerda no pueden con ella, los mismos que no son
capaces de ganarse el cielo y se tienen que conformar con intentar mandar al
purgatorio a los que no rehúyen el mirarla a los ojos cada tarde que se visten
de luces. Esos mismos que esperan un solo toro que salga complicado para
repetir esa salmodia del incapaz: ¿y eso es lo que queréis? Pues sí, eso es lo
que queremos y lo que don Fernando ha criado desde hace más de cuarenta años.
Quizá habrá algún ingenuo que se frote las manos pensando que
con don Fernando se va el toro de verdad, pero hasta en esto descubren su
ingenuidad. Parecen no darse cuenta de que en esa casa se ha trabajado para
crear, mantener y enaltecer al toro de Cuadri, no al de don Celestino, ni a la
de don Fernando, ni al de nadie más. La historia de esta casa se traduce en la
proyección de una idea de la fiesta, una idea de toro, sobre un animal con unas
marcadas señas de identidad. Quizá don Fernando se aparte de la primera línea y
dejará que sean los que vienen detrás los que pongan la cara, pero don Fernando
no se va, es imposible, porque su labor sigue ahí y siempre estará vigente. Que
la presencia que queda es la de una idea, una filosofía, una forma de hacer y
de entender. Todo esto es lo que nos hace entender que don Fernando Cuadri
siempre será un señor que nunca se va a ir.
Enlace programa Tendido de Sol del 28 de abril de 2019:
4 comentarios:
Todavía recuerdo a Revisor ahí mirándote de frente en la tapia. Estaba ya mayor, y los días se le empezaban a caer como las hojas caían del calendario Enrique. Pero aguantó el tiempo suficiente para transmitirte lo que es esa casa. Como bien dices, que nadie se piense que Fernando se va a desentender de la ganadería, y que nadie se piense que con Fernando se acaba una filosofía de toro encastado. Los que vienen detrás simplemente van a seguir con una idea que un día implantara D. Celestino.
Fernando es ingeniero industrial, y como el dice, "por la mañana cría toros y por la tarde gana dinero para poder vivir". Pues igual va seguir la cosa, lo que pasa es que todos a veces nos cansamos cuando nos llega la edad. Así de sencillo. Pero para los afortunados como tu y como yo, seguirá estando siempre en Comeuñas para poder seguir aprendiendo.
Preciosa la entrada. Enhorabuena y un abrazo grande grande
Marín:
Que charla más buena tuve con Revisor, aunque casi no me dejó meter baza, todo lo hablaba él. Y la enhorabuena os la tengo que dar a vosotros, por tener eso allí, por poder disfrutar de los sabios charlando de toros. Y la enhorabuena a mí, la más grande, por tener amigos como el que tengo en Trigueros. Eso sí que es para felicitarme.
Un abrazo muy fuerte.
Ganadero en el que deben mirarse muchos con esa denominación. Honrado, seguro y humilde, al que no le pesaba reconocer que sus toros no habían estado bien, (igual que Victorino), siguiendo fielmente lo que D. Celestino comenzó, a pesar de las dificultades que eso entrañaba, por la cortedad de su ganadería. Un deleite poder hablar con el y sobre todo escucharle, un pozo de sabiduría taurina. Por supuesto que este señor no va a abandonar sus animales, ya que eso sería como abandonar el sentido de su existencia. Seguirá por siempre en Comeuñas, cuidando y criando a sus encastados toros. Rigores.
Rigores:
Creo que todos los aficionados tenemos que agradecerle a don Fernando su afición y su aguante durante tanto tiempo.
Un abrazo fuerte
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