Así no vamos a ninguna parte. Porque si lo primero que falla son los toros, apaga y vámonos. Y si lo siguiente que falla son los toreros, pues para que seguir. Nos encontramos con una bueyada infame que salía como para meter miedo, pero que en el primer encuentro con el capote ya se había desfondado. En el caballo no empujaban ni para coger sitio, se quedaban allí, algunos incluso parecían empujar, pero esto no se pueden considerar cumplir y con nota, en el primer tercio. Esto es lo que nos mata, lo que no puede ser y de lo que se aprovechan los taurinos, de que nos enredemos en matices tan pequeños y sutiles, que lo único que consiguen es desviarnos de lo fundamental. Y lo fundamental es que el conjunto de la lidia de cada toro, el conjunto de la corrida y el conjunto de la feria, no aguantan el más mínimo análisis, por muy bondadoso que sea, y lo mismo ocurre con la fiesta en si.
Nos quieren embobar con que si un toro se cae una vez o vez y media o vez y tres cuartos, si un torero se refugia en el toro escandalosamente, si la audiencia de los toros en la tele es mucha o poca, si la reventa se pone por las nubes el día de las figuras, pero la verdad es que esto no hay quien lo soporte. Y para colmo oigo hoy a Miguel Ángel Perera hablar por la radio de la verdad de la fiesta, del buen momento que atraviesa, de los figurones que “llenan” plazas, y de que hay fiesta para muchos años. Pero ¿dónde viven estos chicos? ¿Cómo se dejan engañar de esta forma? ¿Cómo pueden ser tan sumamente ignorantes? Si estas afirmaciones las hacen, tanto Perera como el resto de toreros, periodistas y demás taurinos, o una de dos o son unos indocumentados, u otra cosa peor.
Y dentro de este circo de plastilina que tienen montado, en cuanto hay alguien que se desmarca le crucifican; véase sino a José Tomás, que ha demostrado lo que es ese mundo y el precio que tiene el querer desmarcarse de él o Morante de la Puebla, que de momento les molesta menos y hasta le toman por loco, pero que en definitiva entiende el toreo con más verdad que toda esta tropa.
Ya en su momento nos parecía una verdadera basura la feria que la empresa de Madrid había montado y la Comunidad aceptado. Y el caso es que el tiempo nos está dando la razón, los toreros no sólo no tienen ni idea de lo que es el toreo de verdad, sino que además no saben enfrentarse con un tipo de toro que no sea la tonta del bote, y si no, echemos cuenta al número de heridos. Quizás alguien pensará que es que el toro empieza una fase ascendente y de mejora, pero no, que nadie se confunda, los ganaderos no han conseguido de momento una embestida mejor, ni incrementar la bravura, ni recuperar la casta perdida, de lo único que se han preocupado es de que no se les caigan, algo perfectamente comprobable si se ha seguido regularmente la feria. El que luego vayan al caballo, que metan la cabeza en los engaños o demuestren cierta clase, eso ya lo harán otros. Mientras vamos pasando y aguantando las protestas, los gritos y los disgustos de los aficionados, porque siempre habrá toreros como los de ayer y anteayer, que con su ignorancia desvían la atención del público. Mientras, ellos a lo suyo, a la cifra de número de abonos renovados, a que se llena todas las tardes, lo cual tampoco es cierto, a que estamos en un momento estupendo con un montón de figuras del toreo y a que hay fiesta para rato, pero si seguimos así y mientras no aparezca el toro, realmente estamos perdidos.
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