Realmente no sé si esto es una pregunta o una afirmación. Será una cosa u otra dependiendo de dónde venga. Si describimos lo que ha ocurrido con la corrida de los recitales, esto es una afirmación y si nos encontramos con un turista de Wisconsin que se hubiera venido a España a conocer nuestras costumbres, el flamenco, la paella, el jamón de Salamanca y los toros, entonces esta frase podría convertirse en pregunta: ¿los toros no se pican?
En una tarde de toreros artistas, modestos pero a los que la afición esperaba con ilusión, no salió nada a derechas. Los primeros que no han dado la talla han sido los toros, sin fuerza y a los que los picadores sólo les han podido dar un cachete y un “anda venga, a embestir un poquito”. Y la verdad es que si que embistieron, lo que ha hecho que algunos se confundieran. Si que algunos han tenido una embestida que daba para más de lo que se visto, pero creo que no se debe olvidar el detalle de la falta de fuerza y su carencia ante el caballo.
Pero como digo, embistieron y aquí es donde llegó la segunda desilusión, en la incapacidad de los toreros para hacer el toreo, que estoy seguro que saben hacer. Curro Díaz, que quizás contó con el lote menos favorable, se limitó a ponerse fuera de cacho, allí cerquita de la pala del pitón, estirando el brazo y metiendo el pico de la muleta descaradamente. No ha podido dejar su sello si tan siquiera en detalles, esos que hacen ver que ahí hay un torero. Y reconozco que a lo mejor se me nota un poco mi debilidad por este tipo de toreros y por este en particular, sobre todo porque con los figurones ya levantan bastante la mano otros, que se desahogan con toreros como los de hoy, que no tienen la fuerza, ni el apoyo de las grandes escuderías.
Otro de los toreros artistas era Ambel Posada, quien sí pudo dar una pequeña muestra de su forma de hacer, aunque sin continuidad, un pase ahora, otro luego y otro… Quizás incluso hasta se le pudiera ver un poco acelerado y ya se sabe, el arte tiene que ser pausado, especialmente si no te llamas Hussein Bolt. En otros tiempos se diría que "tuvo detalles".
Y por último Iván Vicente, que parece que tiene trazas de poder torear bien, pero que insiste hasta la desesperación en torear con el pico de la muleta y en dar pases y más pases y cuando ya te piensas que va a entrar a matar porque se ve que esa faena ya no tiene futuro, él sigue y sigue y sigue. Y luego le pasa que le tocan el primer aviso sin haber entrado a matar. Vamos, que ni lo había pensado. Y al segundo toque te entran los nervios, no atinas con el descabello y ya ves como los cabestros se llevan tu honra a los corrales, pero afortunadamente acertó y afortunadamente la corrida se acabó.
En una tarde de toreros artistas, modestos pero a los que la afición esperaba con ilusión, no salió nada a derechas. Los primeros que no han dado la talla han sido los toros, sin fuerza y a los que los picadores sólo les han podido dar un cachete y un “anda venga, a embestir un poquito”. Y la verdad es que si que embistieron, lo que ha hecho que algunos se confundieran. Si que algunos han tenido una embestida que daba para más de lo que se visto, pero creo que no se debe olvidar el detalle de la falta de fuerza y su carencia ante el caballo.
Pero como digo, embistieron y aquí es donde llegó la segunda desilusión, en la incapacidad de los toreros para hacer el toreo, que estoy seguro que saben hacer. Curro Díaz, que quizás contó con el lote menos favorable, se limitó a ponerse fuera de cacho, allí cerquita de la pala del pitón, estirando el brazo y metiendo el pico de la muleta descaradamente. No ha podido dejar su sello si tan siquiera en detalles, esos que hacen ver que ahí hay un torero. Y reconozco que a lo mejor se me nota un poco mi debilidad por este tipo de toreros y por este en particular, sobre todo porque con los figurones ya levantan bastante la mano otros, que se desahogan con toreros como los de hoy, que no tienen la fuerza, ni el apoyo de las grandes escuderías.
Otro de los toreros artistas era Ambel Posada, quien sí pudo dar una pequeña muestra de su forma de hacer, aunque sin continuidad, un pase ahora, otro luego y otro… Quizás incluso hasta se le pudiera ver un poco acelerado y ya se sabe, el arte tiene que ser pausado, especialmente si no te llamas Hussein Bolt. En otros tiempos se diría que "tuvo detalles".
Y por último Iván Vicente, que parece que tiene trazas de poder torear bien, pero que insiste hasta la desesperación en torear con el pico de la muleta y en dar pases y más pases y cuando ya te piensas que va a entrar a matar porque se ve que esa faena ya no tiene futuro, él sigue y sigue y sigue. Y luego le pasa que le tocan el primer aviso sin haber entrado a matar. Vamos, que ni lo había pensado. Y al segundo toque te entran los nervios, no atinas con el descabello y ya ves como los cabestros se llevan tu honra a los corrales, pero afortunadamente acertó y afortunadamente la corrida se acabó.
A ver si en la novillada podemos ver trabajar un poco más a los picadores y por lo menos la ilusión de los chavales, aunque voy a hacer un pronóstico. Y ya digo que me encantaría equivocarme y encintrarme con mil comentarios llamándome bocazas. A ver si hay alguien que tenga la sensación de que los tres novilleros ya tienen dos cortijos, sesenta contratos para esta temporada y una carrera taurina ya montada. Tiempo al tiempo.
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