viernes, 2 de septiembre de 2022

Un mundo de valores

El valor fundamental en los Toros no es otro que el toro y su integridad.


Siempre se ha hablado de los valores que existen y se transmiten desde el mundo de los Toros. A pesar de lo que muchos hablan encastillados en su ignorancia, estos valores son indiscutibles; desde el valor de la vida, el amor a los animales, sí, amor a los animales, el compañerismo por encima de la competencia y en connivencia con el espíritu de superación, de ser mejor que el de al lado, de ser el mejor, el respeto por los demás, por el animal que está ahí abajo, desde el momento en que nació. Y como dicen, el valor más importante, la verdad, que es el sustento de todo esto ya que convierte todo lo que rodea al todo en algo único y digno. Pero como ocurre con todo, siempre están los enemigos de los Toros, que trabajan día y noche para demostrar que tales valores no existen. Ahí tenemos aa los taurinos, a los que quizá más se les llene la boca con esto de un mundo lleno de valores, pero que son los que más se empeñan en desnudar a la fiesta de los Toros de tales valores.

Porque, ¿me van a contar a mí que es respetar los valores de la fiesta el que unos señores se quieran saltar las leyes en beneficio propio? ¿Me van a decir que los valores de los Toros son el querer imponer sus criterios en un reconocimiento, el amenazar incluso con la integridad de quienes actúan como autoridad si no se cumplen sus imposiciones? Quizás también tiene grandes valores morales el menguar premeditadamente las capacidades y condiciones que garantizan la integridad del toro. Eso de “tocarlos” o “arreglarlos”; el cometer un delito a sabiendas, porque aunque no lo tomen como tal, delito es. Esta gente creyente, pero no practicante. Que no practica ni la integridad, ni la tolerancia, ni nada que no sean ellos, luego ellos y después ellos, que se creen con derecho a apropiarse de lo que es de todos, a excluir al que no piensa como ellos o que no se somete a sus caprichos, a sus imposiciones.

Que lejos este mundo de los Toros con que me encuentro ahora, del que un día me mostraron y en el que más de una vez se apoyaron para enseñarme de la vida. Pero si despojamos a todo esto de su esencia, ¿qué nos queda? Lo que tenemos, que quién tiene el dinero es el que manda, que los que mandan, que no es lo mismo que gobernar, se creen omnipotentes y que para ellos todo vale, se creen que como una mala copia del Rey Sol, la fiesta son ellos y a los demás solo les conceden dos derechos que convierten en obligación, el pagar y el callar y si te intentas deshacer de estas ligaduras, entonces es que vas contra su libertad. Pero ellos siguen dale que dale con lo de los valores e incluso con lo de la cultura, que no sé si será para que se entere algún despistado o lo repiten y lo repiten para creérselo ellos mismos, porque es yal la gran mentira que nos quieren hacer tragar, que ni ellos se lo creen. Gente de valores, dicen y como principio fundamental de sus actuaciones está la mentira y sobre esta poco se puede construir. De niños nos decían que no hay que decir mentiras, que siempre con la verdad por delante, al menos en mi casa, y que mayor verdad que la de ponerse delante de un toro de lidia íntegro, al que había que dominar sin trucos, sin triquiñuelas. Pero será que uno se va haciendo mayor y ya no entiende cadi nada. Que los valores a observar es que el dinero lo puede todo y que si uno se arrima al que lo tiene, igual… Que si el poderoso despluma al débil, pero a mi no me toca, pues a estar con el poderoso. Eso sí, y esto no es cuestión de valores, sino de amplitud de miras, el día que le toquen a esos aplaude bandidos, a ver a quién van a pedir amparo y apoyo. Igual para entonces se ponen a pensar en los valores de los Toros, los valores para la vida. Porque está claro, que si queremos que en esto, como en la vida, haya justicia y prevalezca la verdad, habrá que hacer a un lado a las almas thrileras y partirse la cara por un mundo de valores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Enrique, los engaños son de siempre. Me gustaría salvar a los toreros (los Toros están a salvo). Los que les rodean, están para vivir a costa de los toreros y de los Toros. Los ganaderos… hay de todo. En este vicio, solo el primo (es decir el público) está fuera de toda sospecha.
La “afición” en realidad es un vicio. Los vicios no se controlan. Se adquieren cuando algo nos entusiasma. De él no se sale.
¿Cómo vas a dejar de ir tras aquel muletazo de Manuel Sánchez Saco en una novillada sin picadores, o aquellas verónicas de El Caracol?.
¿Y aquella tarde de Luis Alfonso Garcés de novillero en Madrid?.
¿Y Curro, o Paula, o Camino…?
¿Y Manzanares aparentando competencia con Capea?. ¿Y Fuentes, pese a su super muleta?.
No sigo, faltaría Internet para seguir soñando.
Nos han engañado y lo seguirán haciendo…. Bastonito y Rincón…
Es igual, de los vicios no se sale.
Un abrazo para ti y para todos los viciosos…
Paco Abad.