De 15 de mayo a 15 de mayo, cómo ha cambiado el panorama |
Hubo un tiempo en el que el pueblo de Madrid honraba al
Santo Patrón en los toros; hasta se veían manolas y chulapos en los tendidos,
pero ya digo, hubo un tiempo. Ahora se llena el aire de la plaza con vivas y
vivas y más vivas, que más que clamar por la patria, parecen clamores etílicos.
Vivas a la tierra de los toreros, vivas a uno que pasaba por allí, mientras
otros no daban crédito a lo que estaba saliendo por toriles y a los que tenían
que vérselas con ellos. Eso sí, que a nadie se le ocurriera no solo protestar,
sino que ni estornudar estaba permitido, pobres los alérgicos a la primavera.
Que a la mínima se poblaban los tendidos de Ssssssssh… Ssssssssh, que una
señora preguntaba si era el día del sifón y se encaraba con su santo por no
estar atento a la semana del sifón en el súper, ‘Compre 2 y pague 3! ¡Ofertón!
Eso sí, a los Vivaspa… Vivastremad… y los bieeeeejjjnnn, no había Ssssssssh…
Ssssssssh.
Y quizá aquí debería poner fin al relato del festejo. Que
uno no quiere aburrir, que ya han aburrido suficientemente los toros del
Parralejo y los de luces, encabezados por Miguel Ángel Perera, con Paco Ureña y
el confirmante Alejandro Fermín. Que igual también puede ser que uno no está
receptivo a este jarte de la modernidad, a este jarte entre vanguardista
tirando a absurdo y un depurado chabacanismo inmerso en la vulgaridad. Que lo
mismo los de los barreños de alcohol son unos visionarios y ven lo que otros no
llegamos a entender, que para aguantar tanta tralla o vas rebosante de morapio
o de tranquicepán en vena. Que siempre estamos con el ganado moderno, que no se
le puede picar, pero que luego va y viene en la muleta. Pues ni a eso han
llegado los Parralejos. Presencia justa, sin más, algunos cornalones, que en el
caballo no dudaban en salir a escape al notar el palo en el lomo, porque es
dónde se les pica hoy en día. Si acaso llegaban a dejarse y punto, que ya era
demasiado. Solo el quinto ha ofrecido cierta residencia y en el sexto Santiago
Chamorro ha picado en buen sitio, lo que el carnicero agradecerá. Un ganado que
buscaba los adentros sin pudor, que se aquerenciaba en tablas sin dudarlo y que
ya de salida se sentían cómodos próximos a toriles ¡Y que salidas! A paso de
borrica, como extrañados de que les dejaran transitar sin tirar del arado o sin
dar vueltas y más vueltas en una noria. En el último tercio, entre que los
mulos acuden sin entusiasmo y que los de los trapos rojos también andaban
carentes de este, pues imagínense, pero imaginen esforzándose mucho, porque si
no, ya les digo que ni se acercarán al esperpento vivido la tarde que había que
honrar al Santo Patrón.
De la terna, pues si les contara los trapazos uno por uno,
ya les digo que nos daban las tantas, parafraseando al cantante… y nos dieron
nueve, las diez… Perera se ha largado dos faenas en las antes de montar la
espada ya le avisaban del palco. Trapazo por aquí, por allí, me meto entre los
cuernos, abuso del pico, dejo que el trapo se me enrede entre los cuernos,
cambio de mano y sigo trapaceando, atravieso el engaño lo indecible, con la
única innovación de recibir a su segundo de rodillas, culerinas incluidas, y
trapazos quedándose al descubierto y rememorando al Taranto y su espectáculo
cómico taurino. Culminando todo con unas cuchilladas traicioneras en los
blandos, una después de metisaca traicionero. Pero oiga, como en botica, hay
gente para todo y los había que seguían con los ¡Vivasss! Que los habrá que
tilden al “maestro” de maestro, que allá cada uno, como si le califican de
simpático y tío que cuenta muy bien los chistes.
Paco Ureña estuvo perdido toda la tarde, intentando hacer lo
de siempre, pero no era el día, quizá le faltó inspiración de las divinidades
el toreo, pero sobre todo le faltó toro y le sobró buey. Mucho trapazo, mucho
enganchón, carreras, pico muy descarado, acabando metido entre los cuernos, que
eso parece ser que es algo que llega al público de los ¡Vivasss! Y los Ssssssh
de los sifones. Y habría plaza Alejandro Fermín, que confirmaba la alternativa.
Que un iba viendo cómo iba transcurriendo su actuación y solo encontraba una
explicación a su presencia, el abrir plaza por delante de Perera. A partir de
ahí, la nada. Con todos los defectos habituales de los fieles a la modernidad
taurina, sin un mínimo de verdad y además, como en el sexto, dando la sensación
de estar a merced del capricho de el pupilo del Parralejo. Pero bueno, ya es
doctor en tauromaquia y el señor Perera no ha tenido que ir por delante. Que ya
que esto es arte, podríamos encuadrarlo en el dadaísmo y su máxima expresión
sea el Ssssssssh Vivaspa… Ssssssssh.
Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:
https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html
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