Sin picar, la locura; el día que nos permitan un tercio de varas completo... |
Absténganse aficionados aburridos; en la plaza de Madrid se
reserva el derecho de admisión y solo se permitirá el acceso a los que de
verdad vayan a divertirse, porque esto es la ¡fiestaaa! Disfrutemos de la
alegría de la vida, de lo chabacano, de lo vulgar y de los torsos sin depilar.
¿Que qué tienen que ver torosos pilosos con esto de los toros? Pues casi tanto
como lo que se ve en el ruedo y que hace que la masa pierda el sentido y se
entregue a esa orgía del ¡Bieejjjnnnn torero! Pobres japoneses que se hayan
gastado la mosca en la corrida de Victoriano del Río, ¿qué idea se habrán
llevado de los toros? Veinte horas de avión de vuelta rumiando que eso de las
corridas de toros es una oda a la chalanería, al animalito que hay que cuidar
con sopitas y buen vino para que al menos llegue al momento en que un señor
empieza aponer posturas a la altura de su hocico, del toro, claro.
Cartel, ¿qué digo cartel? Un cartelazo. Los artistas del
“tatoo” van a tener cola a la puerta con todos los que se lo querrán tatuar en
las nalgas, y a todo color. Y el primero de todos, en lo alto del cachete
izquierdo, Miguel Ángel Perera, que para ir calentando el ambiente de este
jolgorio modernista, elogio de la Tauromaquia 2.0, permitió a su primero que anduviera
suelto, hasta que se encontró con el caballo. El de don Victoriano se puso a
empujar, quién no lo hacía era el pica. Cara altita y alguna coz que otra, aquí
se pelea con todo. Hablar de segunda vara me parece ofender a la verdad, pues
no creo que rozar levemente con el palo sobre el lomo del toro pueda tomarse
como tal. Igual que llamar quite a una danza para conjurar el mal de ojo
ejecutada por Roca Rey con el trapo rosa. Tomó la muleta Perera, para mostrar
un exceso de prisas, acelerado, permitiendo que el toro le tocara el engaño.
Sin mando, entre retorcimientos y retrasando ostensiblemente la pierna de
salida, atravesando la muleta un poco demasiado. Se le vencía por el pitón
derecho, a lo que respondió con el pico y echándose al animal para afuera, con
poca chispa, así que el personal se entretuvo buscando a Morante en el tendido
del 7. No había color, entre Perera toreando y Morante sin torear, está clara
la elección. Lo que disfrutó el personal con los rizos de José Antonio. Ya en
el segundo del extremeño, el que hacía cuarto, con eso de que ya se había
merendado, ya se habían trasegado los primeros yintonis y cervezas y se había
cogido confianza con el vecino, los ánimos se vinieron arriba. Si bien es
verdad que el toro llegó dos veces al caballo, tampoco se puede hablar de que
se le picara. Y como estábamos de fiesta, Perera reedito su Caribe mix con un
quite que más bien parecía un potpurrí de quites, pero sin poder identificar
ningún canto. Comenzó la faena citando
de lejos en los medios con culerinas y barrigonas, allá dónde cayera el toro.
Prosiguió con su habitual sesión de pico, pierna atrás, sin rematar los
muletazos y con el consabido partelomos marca de la casa. Pases empalmados que
no ligados, salteados con algún enganchón que otro, para rematar con molinetes
y molinillos, que si por delante y por detrás, invertidos, alborotados y ya
puestos, hasta una oreja le concedieron ¡fiestaaaaa!
Quizá habrá quién le eche en cara a López Simón el no
sumarse al jolgorio, pero es que el pobre no está para jaranas, y como para
estarlo, se pone a recibir a su primero a pies juntos y este se le va a
corretear por el ruedo. Como todos, fue al caballo, pero ahí acabó su contacto
con la suerte de varas, que se redujo a ver el peto de cerquita, bien cerquita.
Hubo momentos que el de don Victoriano, incluso no perdió las manos. Quizá por
eso el espada no se atrevió a bajarle mínimamente la mano. Desde muy fuera,
muleta al bies, pierna retrasada y unos muletazos empalmados, que gustan mucho
al personal y cuando no había para más, pues repertorio talanquera, invertidos,
trapazos del revés y del derecho tras haberse desecho del palo que de lejos
parece una espada. Al quinto también intentó eso de los pies juntos, pero como
el animal le arrollaba, optó por el baile y no pararse quieto. El toro fue
suelto al caballo y tras cogerlo trasero y rectificar, el caballero se fue al
suelo. De nuevo suelto al segundo encuentro, para que Tito Sandoval le cogiera
en buen sitio y señalara el puyazo. Qué gran ovación al de aúpa y eso que no
picó, que si aprieta un poquito, igual le nombran dama de honor de la
¡fiestaaa! ¿Se imaginan a un cantante que le ovacionaran cerradamente por no
cantar? Yo tampoco, pero en los toros todo es diferente, hasta las fiestas. El
de don Victoriano iba allá adónde le llamaran, capotes, banderilleros y hasta a
la muleta de López Simón, que le recibió de rodillas, con lo que eso alegra y
anima. El animalico embestía y embestía sin reservas, pero al final todas esas
buenas embestidas las desperdició el matador con un repertorio vulgar, aburrido
y superficial, además de acelerado. Al final buscó el burel amparo en las
tablas, harto y aburrido de tanto destoreo.
Pero el alma de la fiesta tenía que ser Roca Rey y digo de
la fiesta, nadie ha hablado de torear, ¿no? Que si nos ponemos pejigueras, al
final va a resultar que este chico no hace nada que recuerde al toreo
fundamental, ni mucho menos a lidiar. Dejó que su primero diera mil y una
vueltas por el ruedo, pero tampoco crean que el peruano se azoró, ¡qué va! Se
marchó el toro suelto al picador que hacía la puerta en los dos puyazos, para
que le taparan la salida y cabeceara con desesperación cuándo tenías las tablas
a la espalda. En el segundo encuentro apenas le tocaron y directamente marchó a
toriles. No sé si será de las peores lidias dadas a un animal en esta feria,
esperaremos a ver si se lleva el premio como la más desastrosa del ciclo, pero,
¿qué caramba? ¿Estamos de fiesta o no estamos de fiesta? Pero Roca rey a lo
suyo, se empeñó en hacer un quite capote a la espalda y por allí iba
contoneándose con el mantón a la espalda, como si esperara que alguno se
arrancara a cantarle el Cucurrucucú Paloma. Primera colada por el pitón
derecho, sin poder hacerse con él, que a la mínima se iba de la suerte,
espantado. Mucho pico y largando tela, para al segundo muletazo marcharse, así
hasta que acabaron ambos a la puerta de toriles. Allí se hartó de pegar
trapazos entre la algarabía popular; tantas eran las ganas de fiesta, que se le
jaleaban hasta los muletazos moviéndose. Empalmados, invertidos, metido entre
los cuernos, Un primor. Tras una entera rinconerilla, cundió la preocupación,
porque muchos no entendíamos a qué venía esa agitación continua del brazo
derecho, ¿le pasaría algo malo? Una orejita que es mejor que no intenten
entender los motivos. Háganme caso, que servidor se ha tenido que tomar un
caldito caliente para entonar el cuerpo después de tal impresión. El sexto
también tuvo oportunidad de corretear, que don Roca no le iba a negar tal
capricho. Ausente de la posible lidia, esperaba el maestro a la muleta, que es
lo mejor para animar un fiestorro. Pero las caídas continuadas, con la
inestimable colaboración de los trapazos supersónicos, no permitieron que el
espada se explayara en su vulgaridad. Lo que me gustaría a mí es pillar a ese
que la lió de semejante manera cuándo se le ocurrió decir aquello de Un, dos,
tres… ¡Fiesta!
8 comentarios:
Enrique y Yo que me estuve andando por los alrededores antes que empezara "La Fiesta" , veo que no perdí na.
Un fuerte abrazo y encantado de haberos conocido in personae
POCHO
Conocerlo Pocho a usted señor Martín es interesante por la enorme afición y amor al Toro y la fiesta que comparten.Vale el bieeeenn.
Lo de la pica me recuerda una frase del Pimpi padre acerca de la falta de fuerza de los toros;
si no aguantan dos o tres puyazos es culpa del ganadero.Ahora no solamente sacan punta,también parece que afeitan.Los de la tv deberían pedir que la divisa la ponga el picador y todos contentos.
G.U.C.
Ahora vacunan a los toros en lugar de picarlos.Me parece injusto el que Sirio no reciba una ovación enorme por coger la montera cuando hacía hilo el manso,fue de más riesgo que lo de la muleta de Adame.Ja.Se supone que los comentaristas de la Tv deberían tener algún grado de influencia en la buena educación de los televidentes y no equivocarlos por interés.Sin embargo cuando se les escucha,se llega a la conclusión que se amparan en el servilismo y falta de sinceridad con lo que sucede en la arena.Muchas gracias y saludos.
Docurdó.
Enrique, ayer los tendidos de Las Ventas estaban pobladas de glamour, que no entienden una corrida sin orejas, y menos si no son para los toreros de moda a los que van a ver y aplaudir. No me gustó la corrida de D. Victoriano a excepción de uno o dos toros y de los matadores, prefiero no comentar, acertadamente lo hace Vd. El día 6 espero acudir con dos compañeros del club, y si es posible, saludarle. Un saludo. Rigores.
Pocho:
Fue un placer enorme y una sorpresa muy agradable. No me lo creía. Muchas gracias por acercarte.
Un abrazo
G.U.C:
Yo creo que Pocho tiene más afición y saber que yo, pero eso no lo vamos a discutir. Lo de los picadores ya no tiene nombre. Al final, como bien dice, la divisa contará como un puyazo. De hecho ya hay veces que sangran más por ella, que por la puya.
Un abrazo
Docurdó:
Completamente de acurdo, pero desde la tele no solo no educan, sino que se inventan tretas miserables para justificar lo que no tiene justificación y mantener así su puesto. Cosas como eso de que los toros que se duelen en banderillas se duelen de bravos. Esto no tiene ni pies, ni cabeza.
Un abrazo
Rigores:
Será un auténtico placer, un privilegio. Lo que estamos viendo es que sale el animal que piden y aún así, no saben qué hacer con ellos. Pases, pases y más pases.
Un abrazo y hasta el 6.
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