Parece que nunca sucedió aquel toreo de otros momentos de Urdiales, quizá cuando no daba sensación de acomodo, quizá cuando toreaba menos, quizá... |
El otro día un periodista de esos que han ido por todas las
teles del mundo, como la Trotaconventos, pero en plan platós de televisión, radios
y prensa digital, afirmó que la culpa de que esta magnífica, sensacional,
histórica, gloriosa feria, vaya como va, desastre va, desastre viene, es del
siete. Y el pavo se queda más ancho que un mojicón a las ocho menos cuarto. Que
oiga, con los habitantes del siete se puede estar de acuerdo, en desacuerdo,
unos ratos sí y otros no, con unos sí, por supuesto y con otros de ninguna
manera, pero, ¡Hombre! Que no les veo yo a estos montando carteles en la mesa
de al lado de casas y Garrido. Al menos que yo sepa; porque si hubiera sido
así, anda que no nos lo habrían cacareado Casas, Garrido, toda la prensa del
régimen y a lo mejor hasta alguno del siete con ganas de sacar pecho, pero no,
no se ha dado el caso. Que tampoco he visto yo a los del siete reseñando
corridas, ni tan siquiera en los reconocimientos matinales diciéndole a
presidentes y veterinarios este sí, este no. Como tampoco he visto a nadie del
siete dándole un mamporro en la cocorota a los matadores antes de entrar en la
plaza para que se les borren todas las ideas taurinas y su saber lidiador para
que luego se muestren tan incapaces como se muestran tarde tras tarde. Que a
veces protestan esto, lo otro y lo de más allá, pues eso es innegable y mire
usted, que ni los del siete lo niegan. Eso sí, si los toros, los toreros y
hasta los que venden almendras se vienen abajo con las protestas, pues qué
quieren que les diga, que los toros, los toreros y hasta los que venden
almendras, necesitan sacarse un bono de cien sesiones en el colegio de
psicólogos de Madrid, España y el Mundo. Que ya me gustaría a mí que las
protestas sí que fueran capaces de aplacar los ánimos muy animados por Gin
Larios, Soberano que es cosa de hombres o güisqui Dyc. Que lo del fracaso no se
les puede achacar a esos del siete, pero los triunfos, orejas, puertas grandes
y vueltas al ruedo, igual sí que se les puede reconocer su parte de influencia
a estas marcas de alcoholazo tan acreditado en los tascuzos de la plaza de las
Ventas.
Que la de los señores Lozano, lo de Alcurrucén, igual han
salidos malos, mansos, descastados, pegando tornillazos en el peto, queriéndose
quitar el palo, doliéndose en banderillas y si medio iban a la muleta se desfondaban
a la de tres o buscando las tablas primero y los toriles después, igual era más
su propia condición, que por culpa del empedrado. Como ese primero que
derrotaba desesperadamente el peto al notar el palo y que salió a escape en
cuanto pudo o Urdiales, que se mostró no muy confiado, tirando trallazos,
metiendo el pico y acabando con un arrimón, sin que nadie le obligara. En su
segundo otro manso que además no quería trato con las telas y que buscaba irse
a costa de lo que fuera, muy suelto durante toda la lidia, quizá lo que se le
pedía era que le pegara por abajo y a otra cosa, pero el riojano optó primero
por cambiarle la lidia y llevar el caballo al cinco, para después iniciar por
abajo e intentar meterlo en la muleta consintiéndole, pero el toro era malo de
solemnidad y no creo que fuera porque nadie de ese tendido en cuestión le
criara a biberón en las galerías del tendido bajo.
Que no digo yo que los de ese tendido en cuestión no tengan
culpa de algo, que lo mismo es que hay alguien mal encarado y produce una sensación
de desasosiego en los actuantes, pero volvemos a lo de antes, que si ya nos
venimos abajo por uno que no es Adonis, apaga y vámonos. Que es probable que
Talavante ya viniera desanimado y sin ganas desde casa, porque esa es la
sensación que lleva dando en sus actuaciones en la presente feria y… lo mismo
en ferias anteriores, pero parece que el mal influjo, según el periodista del
artículo, la cosa solo viene del 10 de mayo para acá. Que nadie ha empujado a
Alejandro Talavante a desentenderse de la lidia de su primero, que la
inseguridad que proyectaba puede tener otras causas, lo mismo que el hartarse a
meter el pico de la muleta, a citar desde fuera y dejarse enganchar el engaño
demasiadas veces. En el quinto, el más claro exponente de la sangre de esta
ganadería, mantazo va y mantazo viene y el animal que dice que va a ver si le
abren la puerta de toriles y se pira para su dehesa. Ni quería caballo, ni
quería trapos, ni que nadie se arrobara el origen de su mansedumbre, por mucho
siete que fuera. Era manso para él mismo y ya está. Y Talavante que va y se nos
postra de hinojos al más puro estilo chabacano, pasándoselo por detrás como en
las ferias de las talanqueras. Y venga pico hasta la exageración y destoreo y
trapazos al aire y la buena gente, los que con sus bienes, palmas y alboroto sí
que no han sido capaces de hundir esto aún más de lo que ya lo han hundido,
jaleaban hasta cuando el toro ni pasaba. Eso sí, protestaban al no regalarse
despojos, pero en este caso quizá habría no que censurar, sino agradecer, las
protestas con origen dónde fuera de la plaza.
Y Luque, ese torero que no el siete, pero sí otros muchos, probablemente
hasta el periodista identificador de culpables, han intentado enaltecer al
sevillano. Que si está en un gran momento, que si ve los toros como nadie, que
si resuelve faenas primorosas, pero nada, que no hay manera, que Daniel Luque
pone todo su entusiasmo en ser un torero tramposo, ventajista, trapacero y
vulgar hasta la extenuación. Eso sí, posturas las pone como nadie, que si
rodilla en tierra, pero tirando con el pico de forma descarada, que si brazo
largo no vaya a ser que el toro pase más cerca de lo soportable, que si se la
deja tropezar, pero pone cara de palo y al final, tira el palo, quizá lo más
sensato de sus actuaciones, porque la verdad, ¿para qué le vale? Que realmente,
él, como tantos, podrían tirar el palo, la muleta y todos los trastos de torear
o subirlos a Gualapop, a ver si así al menos. O, ¿por qué no? Que se los
regalen al siete y así les provoquen remordimientos y que digan que con lo poco
que han aguantado sus trapacerías, mira lo enrollado que es, que nos hace un
regalo. Y al sexto, un mulo, pues le ha intentado aplicar la misma receta de
destoreo de siempre, que sí, que los muy motivados hasta le jaleaban y se animaban,
no porque lo hicieran desde el siete, faltaría más, más bien ese entusiasmo
procedía de los efluvios del Gin Larios, Soberano que es cosa de hombres o
güisqui Dyc. Que algunos pensarían que el mundo se les balanceaba al ver a
Luque hacer el péndulo. Que suerte tan bonita, ¿verdad? Y si ya lo rematamos
tirando de nuevo el palo, pero esta vez no ha podido ser eso que él hace de
cambiarse el trapo de mano a mano, ahora la pongo del revés, ahora del envés. Y
que yo sepa, semejante vulgaridad es de cosecha propia, pero nada si algunos
siguen queriendo responsabilizar al siete, pues adelante, ellos sabrán, habrá
que darle la razón como a los borrachos y sobre todo a ese periodista Trotaconventos
que como otros muchos esperaban una feria demencial y maravillosa para los taurinos,
que estamos a punto de acabar y aún no hay candidatos a triunfadores para la
beneficencia, que igual hasta nos meten a Diego ventura. Que, por mucha oreja y
Puertas Grandes, la cosa no la tenían pensada así y ahora solo les queda mirar
a quien señalar con el dedo, por no señalar a los verdaderos culpables, el
señor casas y el Señor Garrido, las ganaderías contratadas, los toreros, por
mucho que desde los micrófonos se empeñen en cambiar la realidad. Pero si así
se quedan más conformes, Pues la culpa va a ser del 7, ya lo creo.
Enlace programa Tendido de Sol Hablemos de Toros:
https://www.ivoox.com/podcast-tendido-sol-hablemos_sq_f11340924_1.html
2 comentarios:
Enrique .Lo más de lo más, fué, para mí que seguí el "duelejo" por esa televisión "Yankiamericanafilipinoliberanusdómine" en la que "verbalizan"un par de toreros dispuestos a demostrar que lo que saben de toros se lo guardan bien guardado para ellos y así ,además, mantienen el puesto de charlatanes vende cuchillas de afeitar, y un señor presunto sabio tauromáquico que ejerce por dias o circunstancias de una manera un mucho desconcertante.
Lo más de lo mas como te decía,fué el plano larguísimo y lejísimos que ofreció el realizador de Tv del toro que se derrumbó y no había manera de ponerlo en pié ,como si así quisiera tapar tanta miseria y tanta podredumbre. ¡Santa María Madre de Dios !.
Decía no se quien que cuando un toro se cae se cae la Fiesta.Esperemos lo que diga el sabio de turno que ocurre en la Fiesta cuando un toro se derrumba como una catedral construída con palillos de dientes y pegamento y medio y además tratan de casi ocultarlo a los ¿millones? de clientes de TV. A esto no recuerdo donde, le llamaban santa desvergüenza.
En fin,alimentaremos nuestra ya raquítica afición con los pellizcos que esta tarde nos dé Morante para que no nos durmamos.
Todos los de la pseudoprensa taurina son sicarios del mentiroso,truhan de pacotilla de Casas y su socio Garrido.Ese Amon y Zabala en Carabanchel hubiesen sido picapiedras.
Ahora los cuatro en Soto del Real de inquilinos es un premio a los aficionados cabales.
E.A.V.
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