El toreo, tan simple y tan difícil, reconcilia a todo el mundo sin fisuras |
La demanda de los chavales de Madrid, de esos jóvenes que en
los pocos años que llevan yendo a los toros, si lo comparamos con muchos que
vieron asomar las canas toro a toro, pero a los que les duele el ver la forma
de como algunos tratan a su plaza. La juventud es osada, con mucho que aprender
y con ese desparpajo a veces insolente y otras encantador de los no muchos
años. Estos se creen que van a arreglar el mundo del toro; igual no, pero, ¿por
qué pretender segarles de golpe la ilusión? ¿Por qué les vamos a quitar la idea
de querer defender su plaza? La plaza que recibieron en herencia y que ven en
serio peligro. Con toda seguridad que se equivocarán, mil y una vez y mi más,
pero no se les puede negar ese derecho, ni que aprendan de sus errores, pues
claro que sí, ¿o es que alguien ha nacido ya enseñado? Si queremos que
aprendan, habrá que permitirles que cursen ese aprendizaje, que no todo va a
ser censurarles y echarles en cara su juventud, que por otra parte se cura con
los años. ¡Bendita enfermedad que a muchos nos gustaría volver a padecer! Esa
chavalería, dicho con el máximo cariño, que protesta, que se revuelve y que el
día de la Corrida de la Prensa ha mandado un mensaje, una demanda clara,
enérgica y sincera: Madrid es plaza de primera, honradla. Y ahí queda eso. Toda
una exigencia y declaración de principios, en la que se encierra la intención
de no dejar que violenten su plaza, el que defenderán el honor y prestigio de
esta y que mientras ellos puedan, demandarán que les imiten honrándola.
Y de manera parecida a lo que llevan haciendo desde hace
tiempo y con especial intensidad desde el comienzo de esta feria, han
protestado y denunciado desde la dura piedra de Madrid el fraude y la
frivolidad que unos quieren imponer y otros consentir. Desde que asomó el
primero del Puerto de San Lorenzo las protestas apenas han cesado. Qué curioso,
esta ganadería parecía que había iniciado el camino de una remontada que se
adivinaba larga y empinada y ha bastado el ser anunciada con unas figuras, para
que vuelva a zambullirse en el fuego del infierno taurino. Toros que ni
parecían de este hierro, ni Atanasios, ni Lisardos, ni tan siquiera toros.
Presentación impropia de esta plaza y con un comportamiento de acémilas
descastadas que ha llegado a desesperar. El primero ya fue devuelto por
manifiesta invalidez y le sustituyó uno de Buenavista, al que Castella hizo
poco caso durante la lidia, algo que tampoco es nuevo. Ya el animalito miraba
con ojitos a la puerta de toriles, mientras Castella se esmeraba en muletazos
con la pierna de salida escondida y atravesando la muleta para evitar que le
pasara más cerca de lo conveniente, según los criterios de la tauromaquia 2.0.
Derechazos empalmados, que no ligados, sin rematar. Lo mismo se echaba la
muleta a la derecha que a la zurda, pases por detrás, banderazos, alargando el
trasteo hasta más allá del primer aviso. Si a ese toro le hubiera dado dos
tandas a ley, tengan por seguro que no habría aguantado tanto en pie. Y a pesar
de la estocada traserísima y los dos descabellos, hasta hubo petición, mientras
esos jóvenes se hacían oír defendiendo el buen nombre de su plaza. A su
segundo, ya del Puerto, le dio la misma lidia, esa que consiste en dejarle a su
aire, aunque a veces el número de capotazos supere los límites recomendables y
soportables. Más vulgaridad con la muleta, con trapazos destemplados, dejándose
tocar la tela en exceso, muy fuera, para acabar en las inmediaciones de
toriles. Parsimonioso el galo, Se entretiene en exceso hasta para cuadrar el
toro, montar la espada y tirarse tras ella. Hasta el toro se aburría de tanta
lentitud. Hubo de matar el sexto por cogida de Javier Jiménez, lo que hizo sin
problemas.
Javier Jiménez se encontró con uno del Puerto que se
tropezaba hasta con el aire y debieron pensar que el ejercicio le rehabilitaría
de su invalidez manifiesta, que se pusieron a pegarle capotazos, como si no
costaran. Por supuesto que no se le picó, faltaría más, como a sus compañeros.
Las fuerzas no les llegaban ni para un cachete en el morrillo. ¡Qué
desesperación! Y para colmo, quizá por esa falta de fuerzas y queriéndose
defender, el animal empezó a echar la carita arriba. Un muletazo y al suelo,
otro más y a despanzurrarse en la arena. Javier Jiménez no parecía tenerlo muy
claro, si citarle por el derecho, el izquierdo o llamar a los camilleros. No
había nada que hacer pero al menos el matador respondió de la única forma en
que podía hacerlo, tirándose a matar entregado y cobrando una estocada entera.
El sexto hasta se arrancaba con alegría al caballo, pero ya en el peto buscaba
darse la vuelta, con la cara muy alta, esperando poder deshacerse de ese palo
incómodo. Comenzó el sevillano con muletazos con la mano alta, el toro tiraba
derrotes y en uno de estos le prendió, manteniéndole sobre el pitón una
eternidad. Como ya he comentado, se tuvo que ir a la enfermería, ocupando su
puesto Castella.
A Alejandro Talavante había quién le esperaba como figura de
la modernidad, otros solo veían a un torero perdido definitivamente y otros con
la ilusión de verle hacer el toreo, pero creo que de estos no había muchos. Al
primero suyo no es que se le picara mal, es que no se le picó y encima el palo
se lo apoyaron en mitad del lomo. La verdad es que se mascaba la apatía que
transmitía el extremeño. Capotazos y capotazos, sin encontrarle el sentido a
tanto sacudir las telas. Ya en la faena de muleta, trapazo tras trapazo,
dejando que le tocara demasiado las telas. Derechazos sin templar jamás, lo
mismo al natural, pico, para acabar frente a toriles. Un pinchazo y cinco
golpes de verduguillo y a olvidar al del Puerto. Para hacer quinto salió un
inválido más del Puerto de San Lorenzo, una cabra de Torrealta y el definitivo,
un buey del Conde de Mayalde, grandón, gordo, cornalón, que nadie aplaudió,
aunque haya quién piense que estas moles gustan en Madrid. Al menos este sirvió
de descanso para esa juventud que llevaba un buen rato desgañitándose
protestando invalidad y chivas. Salió olisqueando la arena, frenándose y hasta
cruzándose por un momento por el pitón derecho. Picotazo y corriendo al picador
reserva, dónde ya se empleó más, la búsqueda de la libertad perdida. Empezó
Talavante por el pitón izquierdo, dejando que al ir a rematar le enganchara en
demasía la muleta. Un natural templadito y ahí empezó una lucha del que quería
y del que no se entregaba. Y en esta disputa, mientras Talavante buscaba y
buscaba, surgió el milagro, fueron solo unas ráfagas, pero hacía tanto que no
se veía torear. Quizás dos naturales y un derechazo, porque no fueron más,
tirando del toro y rematando el pase atrás. Faena de altibajos, intermitente,
pero en la que asomó el toreo. Tres pases de pecho hondos y toreando y una
estocada entera y algo defectuosa de colocación, pero tras tirarse a ley. No va
a ser la faena de su vida, ni tampoco para ponerle un azulejo, pero al menos
recordó lo que es el toreo. ¿Y qué hacían esos inconformistas y protestotes de
los jóvenes de la grada? Igual pensarán que protestar, porque es su condición,
pero no, no se equivoquen, porque ellos, como todos, quieren disfrutar el
toreo, aunque ahora dicen que hay que emocionarse. Vieron como un torero
toreaba y un toro obedecía los engaños, según mandara el matador. Fueron unas
gotitas, pero estos, como toda la plaza, lo supieron apreciar, lo que no quiere
decir que s descabalgaran de sus convicciones y de esa frase tan cortita y tan
llena de contenido que dice: Madrid es plaza de primera, honradla.
6 comentarios:
ßeguir a ver simágenes se devuelve la categoría a las Ventas.
Antes con una oreja resolvían la temporada.
D. Enrique, el desánimo es presa en mí. Si en Madrid, Primera Plaza del Mundo, los toreros lo hacen de esa manera y los ganaderos envían esas corridas, ¿Qué nos tocará ver a los que somos de provincias? - Estoy muy de acuerdo con sus crónicas. - Espero y deseo, que el resto de la Feria sea de un tono muy superior al de hasta ahora. Al Sr. Casas, se les están recortando las posibilidades para las 15 Puertas Grandes que anunció. Un saludo. Rigores.
Anónimo:
Ahora, gracias a esa devaluación de los trofeos, a esa caída en picado de la exigencia, las orejas no les valen para nada, ni a ellos mismos.
Un saludo
Rigores:
Sí que es verdad que esto desanima, pero si las protestas les duelen, si les preocupan y las quieren silenciar, eso quiere decir que igual queda un resquicio por el que tirar para arriba. Lo del señor casas, no creo que ninguno fuéramos adivinos, pero estoy seguro de que a muy pocos está sorprendiendo su gestión. Se está limitando a repetir lo que ha hecho por otras plazas.
Un abrazo
Enrique, celebro verte de nuevo por aquí. Como bien dices, en el quinto de Talavante vimos pasajes de buen toreo. Igual podía haber estado mejor pero sin duda es lo mejor que hemos visto desde que empezó la temporada. Hoy por hoy, es el único que me ilusiona, a la espera de que Paco Ureña tenga una de sus tardes.
No te perdiste nada en la de Las Ramblas, eran bueyes, no toros y el público... ¡ay, el público! Hace mucho tiempo que no veo a tanto desinformado, ignorante y faltón junto. Salí muy cabreado de la plaza y pensándome muy seriamente si abandonar el abono.
Un abrazo
J.Carlos
J. CArlos:
Muchas gracias. Sobre lo de dejar el abono, no me extraña que tengas esos arranques, pero solo te digo una cosa, si tú lo dejas, quien lo coja será uno de esos que dices. Ahí te lo dejo, jajajaja
Un abrazo
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