Solo por no tener que cargar al maestro, casi mejor que no lo saquen a cuestas
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Lo del señor Casas, don Simón, es un no parar en esas prisas
que le han entrado por demostrar la genialidad y el máximo acierto de su
gestión al frente de la plaza de Madrid. ¿Para qué correr tanto? Sui esto es
muy largo, independientemente de lo largo que se les pueda hacer a algunos. Y
en este empeño, el señor Casas, don Simón va como la Trotaconventos jaleándose
de lo genial que es, sin parar un momento en que sus soflamas se le puedan
volver en contra. Aunque ya lo dejó caer anteriormente, ahora ha vuelto a
insistir en que en la incipiente feria de San Isidro habrá quince puertas
grandes, si no hay fallos inoportunos a espadas. ¿Y eso que quiere decir? ¿Qué
no se puede responsabilizar de que los espadas pinchen? No hombre, ya puestos,
asuma también ese compromiso y si el matador de turno pincha, no tendremos más
que volvernos al burladero de “Empresa” y pedirle explicaciones al señor
pgoductogg. Aquí lo de escurrir el bulto ni por asomo.
Igual puede resultar absurdo llegar a estos extremos, pero
el señor Casas, don Simón, es quién ha iniciado el juego. Yo no le reclamaré un
fallo a espadas, en eso puedo estar seguro, de la misma forma que no le podré
responsabilizar de que haya mil o ninguna salida a hombros y menos cuándo ha
montado una feria prácticamente calcada de las tantas anteriores que montaron
sus predecesores de taurodelta, con los que ya compartió él mismo poder como
miembro de aquel triunvirato maldito. Si el señor Casas, don Simón, hubiera
presentado una feria revolucionaria de verdad, con variedad de nombres nuevos,
de toros y toreros y estos nos hubieran regalado grandes tardes de toreo,
casta, bravura y emoción desbordante, lo que siempre hemos creído que eran los
toros, pues no solo habría que reconocerle los méritos de conocedor del estado
de la fiesta, sino que estaríamos tardando en ponerle una calle. Si hubiera
apostado por dar sitio a toreros permanentemente postergados y a ganaderías
malditas y la conjunción de ambos nos devolviera aquello que muchos
consideramos perdido, pues cualquier reconocimiento sería poco. Pero hombre, si
la cuestión es más Juli, Roca, Manzanares, Perera, Castella y demás arañadores
de orejitas autobuseras para justificar su contratación; y de la misma manera
que seguimos con lo de José luis Pereda, Garcigrande, Victoriano del Río
versión para figuras, Jandilla, Lagunajanda o la inevitable Núñez del Cuvillo,
pues, pues. Que las apuestas más arriesgadas son Alberto Lamelas y la vuelta de
Dávila Miura por un día. Que igual entre los dos ya suman una docena de puertas
grandes y las restantes hasta quince se las dejamos a los caballos.
Que esto es más sencillo que las salidas a cuestas o no, que
no tengo la menor duda que las orejas van a volar que es un gusto, solo hay que
mirar lo sucedido recientemente en Sevilla y la tendencia confirmada de lo que
viene ocurriendo en la plaza de Madrid en los últimos tiempos. Pero, ¿cuánto
toreo veremos? ¿Cuántos toros nos pondrán los pelos de punta? Que no me valen
esos que no aguantan ni la sola presencia del picador y que luego “la toman muy
bien por abajo”, que no me vale eso de “fue bravo en la muleta”, mientras no
aguantaba ni el peso de la puya sobre el morrillo. ¿Que ellos verán
grandiosidad en animales a los que hay que esperar para dar el primer muletazo
porque aún se está retorciendo del picazón del palos? Da igual, porque esto es
“agte”. Lo otro es lo decadente, lo caduco y lo que hay que olvidar, lo que el
señor Casas, don Simón, no se atreve a prometer, porque es bastante más difícil
que garantizar quince puertas grandes, si no se fallan con los aceros.
Que si se quiere poner la medalla de los abonos, pues bueno,
que no sé si él en su fuero interno estará demasiado satisfecho, pero bastante
es que haya frenado esa tendencia de caída en la adquisición de abonos, que los
anteriores empresarios llevaron a mínimos preocupantes. Pero tampoco nos
preocupemos de que el señor casas, don Simón, decaiga en su afán de prometer y
enaltecer su gestión, incluso antes de que se produzcan esos logros. Nos
regalará, o no, “agte”, “cultura”, jolgoguio, jagana y quince puertas grandes,
una de ellas de oca.
Enlace programa Tendido de Sol del 7 de mayo de 2017:
2 comentarios:
Tengo meridianamente claro que para el señor Casas la tauromaquia es puro negocio.
No seré yo quien critique este planteamiento siempre y cuando la afición se beneficie de sus ideas. Ha habido cosas en este inicio de temporada que, a diferencia de sus predecesores, han suscitado el interés de la afición.
En un tono ya más pesimista, creo que por muchas ideas que tenga este señor, con lechuga, tomate, cebolla, aceitunas y, de vez en cuando, un poquito de atún o un huevo duro sólo podremos preparar una ensalada. Y es que en el campo bravo hay lo que hay y, en cuanto a los matadores, más de lo mismo. Sólo espero que con buena disposición y voluntad, podamos disfrutar en nuestra plaza de lechugas, tomates, cebollas y aceitunas de calidad decente como para que al menos saboreemos una rica y gustosa ensalada.
PD: que no se nos olvide el aceite de oliva virgen, jeje.
Un abrazo
J.Carlos
J. Carlos:
El negocio tiene que estar, por supuesto, pero que al menos deje asomar un poquito de afición, cosa que no sé si tiene este señor. Y si es tan creativo y tan genial, que demuestre su ingenio arando con estos mulos.
Un abrazo
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